Único.
- Yukari... - Susurro la Cure Roja representante de los perros y el chocolate, sonriendo a su amiga y puede que más que eso, entre ese campo de rosas, un ambiente elegante y hermoso como sabia que a la chica de cabellos morados amaba.
- Akira... - Le susurro a la contraria, acercándose mientras sus dedos delineaban las rosas en el ambiente. - Siempre siendo tu...- Refiriéndose a su atuendo, ella siempre pareció chico y su ropa no ayudada, ya era costumbre al verlas juntas pensaran que Akira era su novio, y quien los viera en ese momento pensaría en 2 amantes juveniles a punto de separarse.
Puede que sea verdad.
- Supongo que me pediste venir para despedirnos adecuadamente. - Dijo la Cure Morada, cuyo traje y poderes representada a los gatos y los macarones.
- Pues, te vas ¿No? Solo puedo hacer eso para una persona tan preciada para mí. - Le dijo, ofreciendo su mano para la Cure Morada.
- Entiendo, tu también lo eres para mi, de verdad le has regalado emoción en mi vida.
- ¿Huh? ¿A que te refieres con eso?
- Jajaja. Descuida, no tienes que preocuparte, pero puedo asegurarte que de verdad te aprecio. El Reino confeto no es lugar que de verdad conozcas, será emocionante adaptarme.
- Siempre siendo tú. - Expreso, Akira había traído un pequeño equipo de música, siendo encendido por los 2 pequeños Cristal Animal del Gato y el Perro, los acompañantes de las 2.
Yukari agradecía eso. Abrazando a la Cure Roja mientras esta mirada al equipo donde la música sonada.
- ¿Quieres bailar? - Le ofreció viéndola a la cara sosteniendo levemente sus hombros.
- Umm. - Jugando con su pelo le sonrió de medio lado, en un gesto pícaro y elegante. - De momento no. Solo quiero estar un momento tranquila.
- Entiendo, de verdad ha pasado mucho. Como guerreras, como amigas. Ahora me encargare solo de Miku.
- Tu hermana de verdad es una chica linda. Te deseo suerte buscando su cura, debe ser triste estar en cama siendo tan pequeña.
- Lo sé, cuando te vuelva a ver, ella estará mejor. - Normalmente Yukari era una mujer seria y elegante, pero en ese momento una hermosa sonrisa; Una real, brillada frente a la pelirroja.
- También espero volverte a ver. Aunque no sea de forma seguida. - Le dijo, ofreciéndole su mano que Akira acepto, haciendo un pequeño compas entre las 2, esa noche donde el roció de esta iluminada el ambiente, reflejándose entre las rosas y cada una.
- Yukari-Sama/Akira-Sama... - Ambos grupos de fans de ambas chicas se quedaron en su lugar, sorprendidas de lo que veían, separando a ambas chicas.
- Hola... - Susurro la pelirroja a duras penas acertando a sujetarse los labios luego de lo que paso.
- Chicas... Les tendré que pedir que cuiden a Akira al momento de yo irme.
- Entendemos Yukari-Sama. - Una última vez, la Cure Morada detallo a su compañera, separándose y despidiendo a su sequito de forma digna, pues tenía que agradecerles en parte por todo lo que hicieron por ellas. - Adiós, Akira...
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