𐄹 ˒ ꒰ 022 . .
chapter :⠀ ✿. twenty two
♥︎ 𓂃 kiss ⊹ . ♡ ۫ .
Alhena siempre había sido muy distraída pero ahora con el lindo rostro de Cedric rondando su mente era peor. No prestaba atención a las clases ni a sus amigos cuando ellos le hablaban. Nadie pareció molestarse por ello pero en realidad no entendían la razón.
El día de la primera prueba había llegado. La rubia estaba muy nerviosa por Harry, le preocupaba mucho que estuviera a salvo. Además, enfrentar dragones no sería tarea fácil ni siquiera para el mejor de los magos o brujas.
Alhena se había dirigido a las gradas junto a Neville. Ambos estaban en una plática muy intensa sobre quién podría tener mayor ventaja en la arena. Ambos estuvieron de acuerdo en que probablemente sería Viktor.
Sin embargo, cualquier idea que Alhena pudo haber tenido en la mente en ese instante se esfumó en cuanto vio al primer dragón entrando a la arena. Había leído muchísimo sobre ellos pero jamás había estado frente a uno y fue como si hubiera sido lo mejor que le hubiese pasado jamás. Había sido realmente impresionante.
Esa impresión no desapareció pero regresó a la realidad cuando sonó un fuerte cañonazo. El primero en salir a la arena, fue Cedric. Después de aquella primera cita, de vez en cuanto se quedaban conversando en los pasillos y su relación había mejorado notablemente, aunque la única que sabía de esto, era Hermione pues aún temía decirle a sus otros amigos.
Tal vez, el único que no la juzgaría sería Neville pero aún así decidió que no era el momento adecuado de contarle. Además... sólo eran amigos.
Cedric había logrado conseguir el huevo de oro, también Fleur y Viktor. Sorprendentemente, Harry también lo había logrado y a causa de ello, la sala común de gryffindor era una fiesta. Al final, Ron y Harry hicieron las paces y volvieron a ser amigos.
Alhena y Hermione no podían estar más aliviadas. Había sido muy complicado que ambos chicos estuvieran tan distantes entre sí.
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Era la hora del desayuno y curiosamente, Alhena tenía un libro a un lado. Normalmente los evitaba tanto como podía pero era un libro sobre dragones y aunque tal vez no fuera lo más educativo, Hermione estaba feliz de que su amiga estuviera leyendo algo en lugar de quedarse enfrascada en sus pensamientos. Junto a ella estaba Hermione quien se quejaba de una nota del periódico que hablaba sobre ella, Krum y Harry. Frente a las chicas estaba Harry y Ron. Alhena cerró su libro cuando vio a Harry mirar a Cho Chang, una chica de Ravenclaw.
¿Por qué le molestaba que Harry mirara a la chica con una sonrisa? Dejó de pensar en ello cuando un niño se acercó a Ron con un paquete. Y luego de que Ron explicara que aquel chico quería un autógrafo de Harry abrió el paquete.
Era un muy anticuado traje de gala. Incluso, Ron le dijo a su hermana menor que era un vestido para ella. Todos en la mesa se rieron del pobre pelirrojo.
—¿Y yo para qué quiero un traje de gala?
El baile de navidad. Fue una frase que desconcertó a la mayoría de los estudiantes pues nunca habían tenido un evento así. Era un evento en honor al torneo de los tres magos, en este caso, cuatro.
McGonagall, explicaba todo esto y se había ofrecido para las pequeñas clases de baile, en la que los chicos eran los únicos desinteresados. Lo mejor de clase, fue cuando Ron tuvo que bailar con la profesora.
Alhena pensó que nunca antes había bailado pues nunca tuvo la necesidad de hacerlo por lo que tampoco aprendió. Tampoco estaba muy familiarizada con la música pues la casa de Kilgarah siempre esta en un absoluto silencio.
La rubia agradeció infinitamente ser la mejor amiga de Neville pues el chico parecía bastante familiarizado con el baile y juntos podrían practica por largas horas sin que resultara extraño o incómodo.
Claro que Neville aceptó con mucho gusto enseñarle a su amiga lo poco que sabía de baile. Y aquellas clases eran de lo más divertido para ambos. Sus pequeñas prácticas era más regulares a las afueras del castillo donde tenían más espacio aunque a veces era en la sala común cuando no había tanta gente.
Alhena caminaba rumbo a su sala común cuando escuchó a alguien llamarla desde lejos.
—¡Alhena!— la chica dejó de caminar y se dio media vuelta para encontrarse con Cedric, quien iba corriendo hacia ella— Alhena.
Reguló su respiración y miró a la chica con una gran sonrisa que mostraba sus dientes. ¿En serio no se cansaba de sonreír? A ella le dolían las exílala cuando sonreía más de diez segundos.
—Cedric, ¿estás bien?
—Sí, es sólo que desde hace días te he estado buscando y no lograba encontrarte.
La chica rió un poco.
—Lo siento, Hermione me obliga a estudiar con ella. Está molesta porque mis notas han bajado en los últimos deberes.
Cedric asintió.
—Bueno, me alegra encontrarte justo ahora.
—¿Qué pasa?
Ambos chicos se miraron y las mejillas de Cedric comenzaban a tornarse de un adorable color rojo. No era normal verlo nervioso y eso le causó cierta inquietud a la chica. Se había formado un extraño silencio de pronto.
—Yo... me preguntaba si... ¿quisieras ir al baile conmigo?
Alhena se quedó muda por un momento pero al final sonrió.
—Claro, me encantaría —En realidad no esperaba que Cedric la invitara pero estaba feliz de que lo hiciera.
El castaño festejó y se acercó a darle un beso en la mejilla a la chica. El corazón de Alhena casi sale de su pecho.
—Lo siento— dijo al notar que había dejado a la rubia sin palabras.
La chica sintió un cosquilleo en el estómago y luego en todo su cuerpo. Fue casi sin pensar, que estampó sus labios con los de Cedric en algún tipo de impulso. Fue cuestión de segundos y al ver el rostro de sorpresa de Cedric estaba por disculparse cuando este se acercó más a ella y puso una mano sobre su mejilla.
Alhena miró los labios de Cedric y luego sus ojos, lentamente se acercaron, de nuevo sintió un cosquilleo recorrer todo su cuerpo. Sus labios se unieron en un inexperto beso pero agradable para ambos. Se separaron y Cedric la miró con una gran sonrisa.
—Lo siento— dijo la chica y el castaño no pudo evitar reír.
—¿Tan mal estuve?
Alhena negó mientras fruncía el ceño.
—No quise decir eso... es sólo que nunca había besado a nadie.
Sin previo aviso, los labios de Cedric estamparon con los de la chica. Alhena puso su mano en el hombro de su contrario y la de Cedric rodeó la cintura de ella. Cuando se separaron, se vieron directamente a los ojos y se sonrieron.
—Debo irme— habló— Hermione me matará si vuelvo a llegar tarde.
—Está bien. Nos vemos.
Alhena le sonrió una ultima vez y salió corriendo de nuevo a contarle todo a su amiga. Había besado a Cedric, realmente lo había hecho y ni ella se lo podía creer.
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Se encontraban en unas mesas haciendo un trabajo que Snape les había solicitado mientras este los supervisaba. Harry y Ron hablaban respecto a que aún no tenían pareja para el baile. Hermione estaba junto a Ron y Alhena estaba del otro lado de la mesa junto a Neville.
La rubia escuchaba con atención lo que Ron decía y también ahogó un par de risas cuando el profesor Snape le golpeo la cabeza.
—Tal vez no lo sepan, pero Neville ya tiene pareja— dijo Hermione a Ron quien había insinuado que el azabache no tenía con quien ir.
Ron miró a Alhena y esta asintió, corroborando las palabras de su amiga.
—Eso sí me deprime— dijo finalmente.
Todos prestaron atención cuando uno de los gemelos le lanzó una bola de papel a Angelina y la invitaba al baile con ayuda de señas. Al final, la morena había dicho que sí.
—Hermione, tu eres una chica— habló Ron y aunque se dirigía a la castaña, Alhena miró al pelirrojo con el ceño fruncido.
—Que observador— contestó Hermione con notable sarcasmo.
—¿Por qué no vienes con uno de nosotros?
Un fuerte golpe en la cabeza fue dado a los tres por cortesía de Snape.
—Si para un chico es vergonzoso ir solo, para una chica debe ser deprimente— volvió a hablar el pelirrojo.
Ambas chicas se miraron indignadas.
—No iré sola, porque créanlo o no ya me invitaron— la chica se puso de pie y entregó su libreta a Snape— y dije que sí— recogió sus cosas y se fue muy molesta.
Harry y Ron miraron a Alhena.
—¿Qué hay de ti?— preguntó esta vez Harry— ¿ya tienes pareja?
—En realidad sí— se encogió de hombros y se puso de pie— lo siento chicos. Ustedes son los únicos que aún no tienen con quién ir.
Y se marchó para entregarle su trabajo a Snape.
La rubia llegó a su sala común, donde le informaron que le había llegado un paquete.
Era de su madre. Al abrirlo, se dio cuenta de que era un precioso vestido, le sorprendió lo mucho que le gustó pues su madre no tenía ni idea de sus gustos. Sonrió al pensar que lo usaría para bailar con Cedric.
✿ : todos los votos y
comentarios son muy
apreciados. me animan
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