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𐄹 ˒ ꒰ 021 . .

chapter     :⠀  ✿.     twenty one
♥︎ 𓂃  date ⊹ .  ♡ ۫ .

La rubia resopló al ver los botones de "Potter apesta" y se negó cuando más de un estudiante le intento regalar uno. Al principio ella se negaba amablemente pero cada vez resultaban ser más insistentes y eso sólo la irritaba. Terminó de enojarse cuando un grupo de slytherin la detuvieron a mitad del pasillo y casi la obligan a ponerse el botón. Los empujó y caminó a paso rápido por el pasillo, sin embargo no miraba al frente y por accidente su frente se golpeó con el cuerpo de alguien.

—Lo siento —se disculpó mientras tocaba su cabeza.

—No pasa nada —reconoció la voz— ¿Estás bien?

Miró a Cedric, quien tenía un semblante de preocupación.

—Sí, estoy bien.

Habló aún irritada y trató de irse a paso rápido, pero antes de que lo lograra, fue detenida por el chico que la tomó con suavidad del brazo.

—Tengo la sensación de que tratas de evitarme —le dijo divertido y con una ligera sonrisa. Sostuvo su mano para evitar que se marchara.

Alhena alejó rápidamente su mano y abrazó su mochila en un extraño intento para protegerse.

—Claro que no.

—Siempre huyes de mi cuando te hablo.

Mordió el interior de sus mejillas intentado pensar qué responder.

—Lo siento, no lo había notado.

No es que Alhena quisiera mentirle a Cedric, pero en realidad no sabía qué responder. Le ponía nerviosa su sola presencia y en realidad sí huía de él cada que se encontraban, lo que no era algo realmente regular.

—No te disculpes —dejó salir una risa— esta mañana vi a tu novio Potter, fue bastante amable en decirme sobre la primera prueba.

Alhena frunció el ceño sin comprender. Era una buena táctica la de Diggory para saber si la chica tenía novio pero Alhena no lo sabía. Ningún chico antes había intentado coquetear con ella de esa manera o de ninguna manera, en realidad.

—Harry no es... él no... no es mi novio —frunció el ceño, algo confundida— es mi amigo.

Cedric celebró internamente pero su sonrisa casi lo delataba.

—Oh, lo siento. No quise incomodarte, es sólo que los he visto muy juntos últimamente y pensé que tal vez...—

—Sólo somos amigos. En realidad no tengo novio.

—Entiendo —se quedaron en silencio un momento— me preguntaba, este sábado hay una salida a Hogsmeade, ¿quisieras ir conmigo?

Alhena no comprendía por qué se sentía tan nerviosa. ¿Cedric Diggory la estaba invitando a salir? ¿A ella? Se dio cuenta que se había quedado pasmada así que tragó saliva ruidosamente y miró al chico frente a ella.

—Seguro —se sorprendió la forma tan calmada en que lo dijo.

Cedric sonrió mostrando los dientes. Ese chico se la pasaba sonriendo y le gustaba verlo sonreír. Era como estar en un cálido sol.

—Genial, entonces nos vemos.

La chica asintió y se fue corriendo sin poder decir palabra alguna. Odiaba ser adolescente. Llegó a la biblioteca pues sabía que era el único lugar donde encontraría a Hermione y en efecto, allí estaba, leyendo un libro y Viktor Krum a unos metros mirándola.

Alhena se acercó a su amiga y la castaña miró con preocupación a Alhena pues tenía una cara como si hubiera visto un asesinato, además tenía el rostro completamente rojo.

—Alhena, ¿qué pasa?, ¿estás bien?

La nombrada frunció el ceño y respiró profundamente antes de hablar.

—Cedric Diggory me invitó a salir —habló tan bajo que por poco y la castaña no lo escucha pero ella la escucho y una gran sonrisa se extendió en su rostro.

Hermione ahogó un grito de emoción.

—Eso es genial, Alhena.

—No lo es —se apresuró a contestar con preocupación.

—¿Por qué no?

—Nunca he salido con un chico.

Hermione rió pero enseguida se tapó la boca para no hacer ruido.

—Has salido con Harry y Ron, incluso con Neville.

—Sí, pero no en una cita. ¿Qué se supone que debo hacer?

Hermione rodó los ojos con diversión.

—Tranquila, Cedric es tu amigo. Será una salida casual, no te preocupes.

Alhena seguía muy nerviosa, no entendía del todo el concepto de tener una cita. ¿Y si hacía algo mal? ¿Y si a Cedric le parecía desagradable? ¿Y por qué le preocupaba lo que Diggory pudiera pensar? Recostó su cabeza en la mesa y poco a poco su respiración se reguló.

—Te suplico que no le digas nada a los chicos —dijo sin mirarla y con la cabeza aún en la madera.

Hermione sonrió un poco.

—Tranquila, no diré nada.

Le daba vergüenza decirles, sobretodo que se burlaran de ella o algo por el estilo. Prefería simplemente mantenerlo en secreto por ahora.

El sábado llegó rápidamente. Alhena estaba en el dormitorio tratando de escoger su ropa. Realmente le importaba mucho cómo luciría. Iba a salir con un chico, un chico realmente guapo y quería lucir linda. Luego de seleccionar su ropa, prosiguió a peinarse. Había amarrado su cabello en una coleta pero no le gustaba del todo.

—Deberías dejarlo suelto —le recomendó Hermione.

Alhena quitó el elástico de su cabello y lo volvió a cepillar para acomodarlo. Le gustaba el resultado.

—¿Qué tal? —preguntó a su amiga.

—Luces muy bien —le sonrió— ahora ve y no hagas esperar a tu cita.

—¿Qué hay de los chicos?

—Harry estará conmigo practicando el accio, Ron se quedará en el castillo porque no ha terminado sus deberes y lo regañé para que se quedara. No creo que Neville sea un problema.

Alhena sonrió un poco.

—Gracias, Hermione.

La chica asintio y la rubia salió del dormitorio.

Le costaba respirar con normalidad pero aún así caminó por los pasillos hasta encontrar a Cedric. El chico siempre lucía bien y esta no era la excepción. Cedric sonrió ampliamente al ver a la chica y se acercó corriendo.

—Hola —saludó— luces muy bien.

Entonces Alhena sintió unas terribles náuseas. Estaba muy nerviosa y no estaba acostumbrada a recibir halagos de los chicos o de nadie en particular.

—Gracias, tu también te ves muy bien.

Cedric sonrió. Comenzaron a caminar mientras entablaban una pequeña conversación para conocerse un poco más. El chico prestaba mucha atención a cada una de las palabras que decía y parecía cada vez más interesado en saber sobre ella.

Primero fueron a Honeydukes, donde compraron algunos dulces y luego caminaron por la calle.

—Siempre digo que a mi tutor no le gusta que coma tantos dulces pero al final lo termino haciendo —comentó la chica que tenía unas bolitas de chocolate rellenas de cerezas.

—¿Por qué no le gusta? —preguntó Cedric con curiosidad. Él llevaba una bolsa de caramelos de diferentes sabores de frutas.

—Bueno, la cosa es que mucha azúcar en mi cuerpo me vuelve hiperactiva y es más difícil controlarme.

Cedric la miró confundido.

—¿Por qué querría controlarte tu tutor?

Era complicado de explicar.

—Mi magia se desta cuando no estoy calmada, soy muy explosiva y a veces causo desastres. Claro que eso no pasa desde que tengo ocho.

Cedric rió mientras seguían caminando.

—¿Quieres ir a Zonko?

—Claro.

Alhena se lo estaba pasando increíblemente bien, Cedric era un chico muy curioso que no paraba de preguntarle cosas sobre ella pero también le habla mucho sobre él y le respondía cada una de sus preguntas. Finalizaron su recorrido en una cafetería, pues Alhena aún no tenía edad para entrar a las tres escobas, Cedric contaba una graciosa historia y Alhena lo miraba con una sonrisa.

—Me lo he pasado genial hoy —dijo Cedric mientra caminaban lentamente por el castillo.

—Yo también —contestó honestamente la chica— fue divertido.

—Espero que quieras salir conmigo en otra ocasión.

El pulso de Alhena se aceleró y sintió que su rostro comenzaba a calentarse.

—Eso me gustaría— seguía sorprendiéndole lo calmada que sonaba.

Cedric miraba fijamente los ojos de su contraria y sin desviar la mirada, tomó suavemente la mano de la chica y la llevó hasta sus labios para dejar un beso. Alhena se sonrojó y por poco dejaba de respirar. Era como en uno de esos libros de princesas que había leído cuando era una niña pequeña.

—Que tengas una linda noche, Alhena.

La chica no podía dejar de mostrar una enorme sonrisa de oreja a oreja.

—Suerte en tu primera prueba, Cedric —Cedric asintió y lentamente soltó la mano de su compañera.

La rubia sonrió un poco y dio media vuelta para regresar a su dormitorio con una sonrisa tan grande que las mejillas le dolían.



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