chapter     :⠀  ✿.     thirteen
♥︎ 𓂃  chamber of secrets⊹ .  ♡ ۫ .

La cámara de los secretos ha sigo abierta.
Enemigo del heredero, temed.

Gran parte del colegio miraba aquella inscripción y murmuraban cosas al respecto. Alhena miró a Neville quien parecía más aterrado que la mayoría de los presentes.

La chica tomó la mano de su amigo para reconfortarlo aunque fuera un poco. Neville le agradeció con una sonrisa y se sintió realmente agradecido pues cualquier otro sólo se hubiera burlado por tener miedo.

Mandaron a todos a sus dormitorios, excepto a Harry, Ron y Hermione quienes habían estado presentes antes que todos.

Desde ese momento, se dio la indicación de que ningún estudiante podía vagar por los pasillos sin compañía. De igual manera comenzó a esparcirse el rumor de que el colegio cerraría pues había ya varios estudiantes que habían sido petrificados.

—Pero esa criatura sólo ataca a quienes son hijos de muggles, Neville. No te hará nada a ti— le explicó Alhena a su amigo, quien parecía muy asustado por ser una víctima más.

—Pero... ¿qué tal si cambia de parecer y va a por mi?

Alhena puso una mano en el brazo de su amigo.

—Eso no va a ocurrir, te lo prometo. Yo te protegeré si eso pasa.

Lo que sí ocurrió, fue que Hermione Granger había sido una de las víctimas y Ginny Weasley había sido secuestrada por la criatura.

—Tenemos que salvar a Ginny— había dicho Harry a Ron y Alhena.

—Pero no tenemos ni idea de dónde está la cámara de los secretos— habló Ron bastante alterado.

—O tal vez sí— Harry miró alternativamente a sus dos amigos.

Los tres estaban junto a la sala de profesores y escucharon que Gilderoy iría en busca de la menor de los Weasley. Sin embargo, cuando los tres amigos fueron a su despacho para contarle lo que sabían, descubrieron que este empacaba sus cosas listo para huir.

Alhena fue la más rápida y desarmó a su profesor para llevarlo con ellos hasta la cámara. Ese profesor era un completo idiota y la rubia pensaba que era una completa pérdida de tiempo llevarlo con ellos. Podrían resolver todo ese asunto sin ayuda pero Harry había insistido en llevarlo.

No saldrían tan mal parados sabiendo que habían ido junto al profesor y en todo caso, el profesor sería reprendido por llevar a alumnos de segundo año a un lugar peligroso.

᯽

Era un extraño y aterrador lugar, Ron y Alhena habían quedado encerrados en una parte de la cueva cuando el profesor de Defensa contra las artes oscuras había intentado robar la varita del pelirrojo. La varita estaba rota, así que le rebotó el hechizo y hubo un derrumbe.

—¿Crees que vaya a estar bien?— preguntó Ron mirando al profesor.

Alhena miró con desagrado al hombre inconsciente.

—Se dio un fuerte golpe en la cabeza y le rebotó el hechizo. Estoy segura de que vivirá pero no si estará bien.

El pelirrojo suspiró con fuerza.

—Será mejor que busquemos una salida.

La niña miró a su alrededor. Era muy pequeña aquella especie de cueva y el único lugar por el que podrían regresar era por el túnel que había sido derrumbado.

—Tenemos que quitar las piedras— dijo Alhena mirando a su amigo.

—Traes tu varita, ¿no?

Alhena lo miró mal.

—¿Me harás hacer todo el trabajo yo sola?

Ron levantó los hombros.

—Yo no tengo mi varita, ¿recuerdas?

La rubia resopló y le extendió su varita.

—Usa la mía.

—¿Tu me harás hacer todo el trabajo a mi? —se quejó.

Rodó los ojos y miró las piedras que tapaban el camino.

Respiró profundamente y dejó salir el aire lentamente por la boca. Enseguida pronunció unas palabras que Ron no comprendió para nada pero las rocas habían comenzado a moverse. El pelirrojo miró con gran impacto a su amiga y lo primero que notó fueron sus ojos ámbar.

—No te di mi varita para que no hicieras nada, Ronald.

Este regresó a la realidad y usó la varita para quitar las rocas. Cuando liberaron el camino, se sonrieron muy satisfechos.

—¿Podemos dejarlo aquí?— preguntó el niño mirando al profesor.

—Me encantaría, pero no creo que sea una buena idea.

Arrastraron al profesor por la cueva hasta que visualizaron a lo lejos a Harry. Alhena soltó al profesor y corrió hasta su amigo.

Había un gigante basilisco muerto detrás de él y a su lado estaba Ginny Weasley, quien aunque se miraba un poco pálida estaba bien. Alhena abrazó a Harry con fuerza y este lo aceptó con gusto.

᯽

Todo había regresado a la normalidad, los petrificados fueron despetrificados y Hagrid había sido liberado de Azkaban, pues había sido culpado de abrir la cámara.

Y lo mejor de todo, habían cancelado los exámenes. La única que se lamentó esto, fue Hermione. Pero tanto Alhena como Harry y Ron estaban muy contentos por esto.

Faltaban algunos días para regresar a casa, Alhena se encontraba en el despacho del director. El hombre la miraba con curiosidad e interés.

—Señorita Pendragon, ¿qué la trae por aquí?

Alhena miraba fijamente al anciano frente a ella, pensando en sus palabras.

—Usted... sabe de mi magia, ¿no es verdad?

—Tu padre y tu tutor me informaron de ello, es verdad.

—¿Y sabe por qué me ocurre?

El anciano se quedó en silencio un momento, era obvio que la niña estuviera interesada en saber por qué su magia era diferente.

—Por tus venas corre magia muy antigua, Alhena. Parece que has heredado los poderes de Merlín y probablemente de Morgana. Si no mal recuerdo, uno de los hijos de Merlín se casó con el hijo de Arturo.

Alhena asintió. Conocía al derecho y al revés todo su árbol genealógico desde Uther, el padre de Arturo hasta ella.

—Sí, así es.

—Ellos dos son de los magos más poderosos que han existido en la historia de la magia. Lo más probable es que hayas heredado la magia de ambos.

—Pero no tiene sentido, ¿por qué yo? Ellos son mis ancestros de hace muchísimo tiempo. ¿Cómo fue que yo heredé su magia y no mi padre o Thaddeus?

Dumbledore miró con atención a la niña.

—En realidad no lo sé— le dijo con sinceridad— no sé los factores que influyan para heredar la magia. Pero así es y debo decir que eres muy afortunada. Eres una bruja muy poderosa aunque ahora no lo veas, pero debes tener mucho cuidado.

—Todos me dicen lo mismo, que soy muy poderosa pero ni siquiera pude transformar una rata en una copa de cristal.

El anciano dejo salir una risa.

—Todo a su debido tiempo, Alhena. Debes practicar y aprender muchas cosas más. Para aprender q correr debiste aprender a caminar y antes de caminar debiste aprender a gatear. Todo es un proceso y estoy segura que con el tiempo, con paciencia y con práctica serás la mejor bruja que el mundo mágico haya conocido nunca.

La niña asintió avergonzada, sus mejillas se sentían calientes pero lo ignoró.

—Hay... otra cosa.

—Puedes decirme lo que sea.

—¿Sabe algo de excálibur?

Dumbledore no demostró la sorpresa que sintió al escucharla, no se esperaba en lo absoluto esa pregunta.

—Un curioso mito, se dice que fue forjada con aliento de dragón y...—

—Es capaz de matar a los muertos— le interrumpió la niña.

—Sí, así es. Lamento, Alhena, que no se más que eso.

La niña fijó su vista en la espada sobre el escritorio. Harry la traía consigo cuando salieron de la cámara.

—¿Le molesta si la tomo un momento?

—Adelante.

La niña miró con curiosidad el artefacto. ¿Excálibur sería igual? No sintió nada al tenerla entre sus manos. ¿Y si era verdad? ¿Si excálibur era sólo un mito?

Entonces, ¿por qué Merlín hablaba mucho de aquella espada? Nunca nadie la había visto y el último portador había sido Arturo hace muchísimos años.

Dejó la espada y miró al director.

—Se lo agradezco, profesor. Será mejor que me vaya.

El hombre asintió con una ligera sonrisa.

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