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único.

La vida de Oh Sehun siempre fue un caos hasta que Junmyeon apareció en ella. La idea de la estabilidad nunca fue una opción, pero con aquel chico en su vida lo tuvo todo, amor y sexo, lo único que necesitó.

Sin embargo, tres años de relación se fueron al diablo justo cuando Luhan apareció en su vida y se dejó llevar por la pasión desenfrenada que le regaló el chino. Cuando Junmyeon se enteró de lo que sucedió el mundo se le vino abajo y decidió terminar la relación. Lo sorprendente fue que no hicieron escándalo, no hubo una dolorosa despedida o una separación donde ambos quedaron en ridículo. Después de simplemente terminar, Sehun no volvió a saber nada del chico, quien le regaló estabilidad un tiempo.

Casi cinco años después, justo en el día de su aniversario con Suho —como solía llamar a Junmyeon—, se encontraba en una cafetería mientras tomaba un descanso del trabajo. Decidió estudiar y ejercer para hacer algo de provecho con su vida. Eligió leyes porque le recordaba a los momentos donde ayudó a Junmyeon a estudiar, las veces que lo acompañó a juicios o cuando simplemente hicieron a un lado la tarea y terminaron haciendo el amor.

—¿Sehun? —Tenía los ojos en los papeles cuando la voz que hace mucho no escuchaba penetró en sus oídos y en su corazón—. ¿Eres tú?

Quiso preguntar lo mismo, pero la respuesta fue tan obvia... Seguía igual de varonil y hermoso como la última vez que lo vio. La sonrisa era tan nostálgica que despertó aquello que creyó enterrado hace mucho tiempo.

—Junmyeon…. —¿Y qué más podría decir? No hubo palabras, simplemente recuerdos.

—Sehun, que gusto verte. —El hombre lo abrazó e incluso le dio un beso en la mejilla—. Estoy feliz de encontrarte.

—Yo...— Que estúpido se sintió Sehun, no pudo decir nada—. Junmyeon...

Y se sentó, Suho simplemente se sentó en la silla que estaba frente a él y le contó todo lo que sucedió en su vida después de alejarse. Al parecer, el que se separan simplemente le resolvió la vida a Junmyeon porque todo se escuchaba tan perfecto, por el contrario ¿qué pasaba en la vida de Oh Sehun? Bueno, todo estaba bien, pero no tan excelente como con su ex novio.

—Estoy llevando el caso Choi. —Eso hizo ruido en el más joven.

—¿Choi Seunghyun?

—¡Sí! ¿Sabes algo de ese caso?

Claro que sabía, le acababan de dar los papeles de la parte contraria.

—Yo defiendo a Kwon —contestó.

—Bueno, Oh. Te veo en los tribunales. —A diferencia de Sehun, Junmyeon no se vio para nada sorprendido. Su ex se paró y acto seguido le guiñó.

Fue Junmyeon quien, después de beber de la taza de café que tenía en las manos, se despidió e incluso pagó la bebida de su ex novio. Sehun sintió que todo pasó extremadamente rápido. Quiso decir tantas cosas que no salieron de su boca, todo se reprodujo en su mente como una cinta grabada porque nunca tuvo el suficiente valor de pedir perdón.

Después de ese furtivo encuentro Sehun trató de no pensar en Junmyeon. No obstante, aunque intentó, no pudo hacerlo. El recuerdo de aquel aroma tan varonil que su ex emanaba lo tenía grabado en sus fosas nasales, no importaba quien portaba ese perfume, su mente siempre le recordaba que era el olor de Junmyeon.

—¿Estás bien? —preguntó su amante de turno.

—Sí.

Sus respuestas últimamente eran monosílabas porque no quería hablar. Los recuerdos de todo lo vivido con Junmyeon llegaron a su vida como una avalancha e incluso teniendo varios amantes a todos los comparó con su ex. 

Su amante  se paró, se bañó y desapareció, sin causar nada en el joven que estaba en la cama, quien simplemente pensaba. Cuando decidió pararse a tomar una ducha el teléfono sonó con insistencia y al mirarlo vio un número desconocido. Contestó y se quedó impactado con la voz a través de la bocina.

—¿Hunnie? —Era él.

—Suho...

—¡Por Dios! Hace mucho que nadie me decía así. —Por supuesto, porque Sehun era el único que le decía así.

—¿Qué sucede?

—Me gustaría que nos veamos en una hora para hablar del caso. Considero que es importante tratar de llegar a un arreglo con el divorcio de nuestros clientes, ¿no crees?

Era demasiado irónico que ellos tuvieran que solucionar el divorcio de otras personas cuando ni siquiera solucionaban  sus propios problemas.

—Claro. ¿Dónde nos vemos?

—En nuestro lugar, ¿lo recuerdas? —Al parecer, Junmyeon era un experto en mover las fibras más sensibles de Sehun—. O en otro lugar.

—Te veo ahí en dos horas.

"Su lugar" era un pequeño restaurante, ese preciso lugar donde conectaron miradas por primera vez, donde, con sólo intercambiar palabras, acabaron en la habitación del mayor repartiéndose besos y caricias, ese lugar que Sehun se negaba a pisar por obvias razones.

Hace unos días no esperaba que su vida y su mente cambiara de manera tan drástica porque hasta ahora su ex era una parte muy enterrada de su pasado, o eso creyó.

Al llegar al restaurante pidió la mesa donde vio por primera vez a Junmyeon. Lo horrible era que todavía recordaba ese suéter azul y el pantalón negro que usaba. Se sintió demasiado patético en ese momento dado que no debería perderse en sus recuerdos.

—Llegaste antes. —Frente a él apareció Junmyeon, quien portaba el regalo que Sehun le hizo para su primer juicio, una preciosa corbata verde.

—Aún la tienes…

El joven hizo cara de confusión y cuando Sehun señaló la corbata entendió—. Claro, es mi favorita.

Maldita sea, Junmyeon. Deja de ser tan perfecto.

Antes de empezar a hablar fue el mayor quien ordenó por ambos, dejando en evidencia que aún recordaba cosas de su ex novio y, a diferencia de Sehun, él no se veía tan afectado con la presencia del más joven. Fue Sehun quien sintió alguna pizca de esperanza en aquella inexistente relación.

—Me gustaría hablar contigo acerca de los términos de nuestros clientes —dijo Junmyeon—. Necesito que Kwon se ponga en los zapatos de Choi y que entienda que es mucho lo que pide teniendo en cuenta que están casados por bienes mancomunados. Él no puede quedarse con más de la mitad.

—Kwon quiere, básicamente, lo que aportó al principio de la relación. No creo que sea  injusto con lo que pide.

—Ten en cuenta que Seunghyun ya cedió más del  60% de sus bienes y es mucho teniendo en cuenta que Jiyong fue infiel.

Esa palabra aún sonaba amarga para Sehun, le recordaba tanto a sus errores...

—Jiyong dice que no fue infiel y que las pruebas que le enviaron a Choi son totalmente alteradas. —Sehun confiaba en su cliente o al menos eso aparentaba.

—Eso se solucionaría si dejaran que las checara un profesional. —Junmyeon se sentó más derecho y miró un poco amenazante a Sehun—. Dado el caso que tu cliente se niega a que las fotografías sean analizadas, lo obvio es que se deje de tonterías y firme los papeles. 

—Yo creo en él. —Sehun lo miró y Junmyeon le sonrió.

—Claro, eres su abogado. Si realmente quiere un 10% más, tendrá que dejar que se analicen aquellas imágenes. De lo contrario, se quedará así como está y utilizaré la vía legal para argumentar que fue infiel, incluso si eso va en contra de lo que mi cliente quiere.

—¿Por qué crees que lo protege así? Digo, si Choi quiere el divorcio lo mejor es mostrarle las pruebas al juez y que falle a su favor —Sehun no entendía, el cliente de Suho tenía todo para ganar y no lo usaba a su favor.

—Porque, tal vez, cree un poco en lo que Jiyong le dice. 

—Si fueras él… ¿regresarías con tu ex?

—Aquí tienen sus órdenes. —Junmyeon sonrió e ignoró la pregunta que su ex le hizo.

Comieron en silencio y al terminar Junmyeon nuevamente pagó la cuenta. Ambos salieron del lugar y se quedaron parados a un lado del restaurante porque, al parecer, la vida les jugó una broma tonta cuando del cielo empezó a caer agua.

—¿Tienes carro? —preguntó Junmyeon y Sehun negó—. Bien, espera aquí.

El chico sacó de su maletín un paraguas,  caminó hacia una esquina y desapareció de la vista del menor. En cuestión de pocos minutos un precioso carro negro se estacionó frente a él y del lado del conductor bajó su ex, quien sostenía nuevamente el paraguas y caminó hacia el. Lo tomó de la cintura, lo dirigió hacia el auto, abrió la puerta y lo invitó a sentarse.

En el camino a casa escenas de su relación pasaron por la mente de Sehun hasta que una canción se hizo presente. Era la canción que Sehun le dedicó por primera vez y no hablaba solo de Junmyeon, dado que era la primera canción que dedicaba en toda su vida.

—¿Aún la escuchas?

"Reset" se volvió la canción de la pareja, porque Junmyeon lo salvó. Él fue su reinicio.

—Claro, es hermosa. ¿Te molesta?

—Solo me sorprende. No creí que la siguieras escuchando.

—Me gusta mucho y la canción no tiene la culpa de los errores de las miles de personas que la dedican. Además, ayuda a sanar.

Sanar… que palabra tan fuerte para el menor porque él no ha sanado y no lo hacía porque Junmyeon era un ex perfecto. A quien nunca debió traicionar.

Nuevamente quiso hablar, decir perdón y rogarle por una nueva oportunidad, pero ¿cómo le haría eso  si Junmyeon se veía increíblemente feliz? Su parte egoísta lo quería con él para siempre, pero su parte racional le decía que por favor se alejara y lo dejara en paz.

—Llegamos, Sehun.

—Gracias, Suho.

—Oye… —Junmyeon se veía un poco rojo antes de hablar, lo que a Sehun le pareció adorable—. Tengo una reservación para una cena mañana. No tengo quien me acompañe, ¿te gustaría ir?

—¡Claro! —El corazón de Sehun revoloteo tan fuerte—. ¿Dónde te veo?

—Paso por tí. Nos vemos mañana a las ocho.

El tiempo se volvió el peor enemigo de Sehun, quien vio  su reloj a cada rato y sintió que no avanzaba.

🌌

Cuando el portero habló a su departamento supo  que Suho llegó. Bajó y pudo mirarlo del lado del copiloto, esperándolo para abrirle la puerta. Si bien Junmyeon era el pasivo en la relación, al ser el mayor siempre fue mucho más caballeroso que el chiquillo. 

Después de cerrarle la puerta le sonrió y en un cómodo silencio arrancó el auto con destino a dónde Sehun no tenía idea, pero no le importó  porque Junmyeon podría llevarlo al mismo infierno y sería feliz.

El restaurante era elegante, realmente esperó  que fuera así porque Junmyeon era un hombre de clase que destilaba elegancia, así que no erró con el traje que eligió. Junmyeon repitió la acción de abrirle la puerta y acompañarlo a la entrada solo que esta vez sin tomar su cintura. En la entrada estaba un hombre de frac preguntando por reservaciones y Junmyeon amablemente pidió su mesa.

—¿A nombre de quién? —preguntó el señor.

—Zhang Yixing.

Hubo una pequeña confusión en la mente de Sehun cuando escuchó el nombre de la mesa porque ese nombre no se le hacía familiar, pero tampoco podía reclamar algo, después de todo, fueron años que no se vieron. No le tomó importancia porque Junmyeon no lo dejaba pensar, su simple presencia lo inquietaba.

—Esta es su mesa caballeros. ¿Todo como usted lo ordenó, joven Junmyeon?

—No, él es mi invitado y, claro, no es Yixing —dijo mirando de una manera extraña al señor que los dirigió—. Será una cena normal.

—Tiene razón, fui imprudente. —El empleado hizo una reverencia y después dijo—: En un momento les traigo la carta.

—¿Venías a cenar con alguien más?

—Sí, en realidad era una sorpresa, pero bueno, no pudo ser así. —El mayor acomodó la servilleta en su regazo y lo miró nuevamente—. Las pocas veces que nos vimos hablé mucho... —Junmyeon fue interrumpido por el mesero, quien acercó una botella de vino, Suho lo probó y cuando dijo que sí le sirvieron a Sehun—. Me gustaría saber de ti. ¿Qué es de tu vida?

—Cuando nos separamos empecé a estudiar.

—Fue una sorpresa saber que eres abogado.

—Creeme que para mí es igual todos los días. —Ambos sonrieron.

—¿Qué es lo que más te gusta de la carrera?

—Pensar en ti… Recordarte.

—Oh, Hunnie. Pasó tanto y míranos, compartiendo una cena como los buenos amigos que alguna vez pudimos ser.

Ambos ordenaron después de leer la carta. Siguieron hablando de sus recuerdos, de los buenos y de los malos. Todo sucedió como si el tiempo no hubiera pasado. Sehun recordó la vez que Junmyeon se lastimó el pie y lo llevó  hasta la cama.

—Ese masaje acabó en otra cosa —recordó el mayor.

—Sí, pero no te quejaste.

—No lo haría, no teniéndote  como novio.

Sehun se estaba aguantando las ganas de tomar su nuca y besarlo. Quería regresar a casa y repetir esa escena en las que ambos terminaron desnudos gimiendo el nombre del otro y llegando hasta el más alto clímax. Aún recordaba  que esa vez no usaron protección y no les importó porque muy dentro de ellos quisieron a alguien más en la familia, que claro, Sehun destruyó.

Pasaron dos horas en aquel lugar y cuando fue hora de irse Junmyeon le dijo que lo llevaría, pero Sehun no quiso.

—¿Por qué? —preguntó Junmyeon.

Porque me haces daño, pensó—. Porque pasaré por otro lugar antes.

—Nos vemos la próxima semana. Cuídate, Hun.

Realmente quiso  ir a su casa y llorar, eso fue  lo único que Oh Sehun deseó en ese preciso momento.

🌌

La semana pasó increíblemente rápido para el abogado menor porque era el día donde los clientes se verían cara a cara. Sehun y su defendido esperaban a las afueras de la oficina de Junmyeon, ya que quedaron de verse en el bufete donde el mayor ejercía.

—Señor Kwon, es necesario que acceda a eso.

—Yo no quiero divorciarme.

—Entonces ¿por qué fue infiel? —La boca de Sehun fue más rápida que su cerebro—. Perdón.

—No fui infiel, nunca lo hice. Lo amo como jamás amaré a nadie y lo quiero siempre en mi vida.

—Adelante. —Una tercera voz los interrumpió.

Era Junmyeon, quien salió de su oficina y llamó a la parte contraria. Choi Seunghyun estaba sentado justo enfrente de ellos y su abogado defensor se posicionó a su lado.

—Entonces... ¿Firmará, señor Kwon? —preguntó Suho.

—No, a menos que me des el 90% de todo.

—¿Estás loco? —preguntó Seunghyun—. Empezaste con el 70%, después fue el 80% y ahora me pides casi todo.

—Si no accedes no te daré el divorcio —replicó Jiyong.

—Señor, sea consciente, por favor —pidió  Sehun.

—¿No te das cuenta Seunghyun? Lo único que quiero es que no tengas opción de deshacerte de mí. —El hombre empezó a llorar—. Yo no te fui infiel, las fotos las mandó  una persona que nos quiere separar. Te amo como jamás amé a nadie y quiero que confíes en mí. Me duele que necesites analizar las fotos porque significa que no crees en mí.

—Señor, cálmese. —Sehun trató  de calmarlo.

—¿No has amado a alguien con tanta fuerza que simplemente quieres recuperarlo a toda costa? —Lo hacía. El hombre se dirigió a su esposo—. Quiero que me des una oportunidad, déjame demostrarte que el amor que te tengo es más fuerte que todo y que el idiota que nos quiere separar no ganó. Por favor.

El acto seguido dejó impactado a los abogados porque Choi Seunghyun se paró de la mesa y le plantó un frenético beso a quien, supuestamente, sería su ex esposo.

—Tienes razón, no sé cómo pude dudar de ti. 

Sehun y Junmyeon sintieron  que sobraban en la escena, por lo que el mayor lo invitó a salir. En la puerta ambos se vieron  incómodos, así que el más joven empezó a hablar.

—A diferencia de él, yo sí fui infiel.

—¿De qué hablas?

—Yo sí  te fallé, cometí el error más grande de mi vida. Me dejé llevar por lo que Luhan me hizo sentir al instante, olvidando lo que tú me hiciste sentir esos años. No dejé de amarte, nunca lo hice. —Sehun no lo miró  y solo habló con la cabeza gacha—. Al reencontrarte me di cuenta que eres lo que soñé, eres tan perfecto.... ¿Por qué simplemente no me odias y me tratas mal?

—Sehun… yo…

—¡Papi! —La voz de una niña interrumpió la conversación. Sehun sintió el mundo caerse cuando notó a la pequeña niña, de no más de tres años con un chupón en la boca, sonreírle a Junmyeon—. oda, papi.

—Amor, discúlpame. —Un atractivo hombre que dejó  ver su hoyuelo mientras sonreía interrumpió—. Cuando le dije que ya estabas aquí salió corriendo y sabes como … ¡Oh! ¿Estoy interrumpiendo algo?

—Yixing, él es Sehun.

—El famoso Sehun... —El joven abogado pudo notar el acento chino en aquel hombre. 

—Él es Yixing —continuó Junmyeon—, mi esposo.

Un balde de agua fría cayó sobre el chico, quien ahora tenía la sonrisa más fingida que pudo hacer.

—Conejito, iré a la cafetería, te veo ahí. —Su corazón se rompió aún más al ver a Yixing besar a Junmyeon, justo como él deseaba hacerlo.

Cuando el hombre se fue, Sehun bajó nuevamente la mirada y sintió una lágrima correr por su mejilla, después miró a Junmyeon y reclamó—: ¿Por qué?

—¿Qué? —preguntó Junmyeon.

—¿Por qué me ilusionaste?

—¿Ilusionarte? Sehun, me conoces. Soy amable y caballeroso por naturaleza. No es mi culpa que te ilusionaras. Jamás te guardé rencor y me gusta convivir contigo. A diferencia de ti, pude avanzar y soy feliz.

—¿La cena era para él?

—En realidad, es el restaurante de Yixing. Él sabe que yo nunca le fallaría, por eso te llevé ahí, porque ambos confiamos en el otro. Jamás nos haríamos daño.

—Todo fue mi culpa. Lamento la confusión, Junmyeon.

Cuando sus clientes abrieron la puerta anunciaron que no se divorciarían, que todo estaba arreglado y que sus honorarios llegarían íntegros. Al escuchar eso, Junmyeon hizo una reverencia para despedirse de los tres presentes y corrió hacia la cafetería, a vivir la vida que Sehun no pudo darle.

Y Sehun se quedó parado, viendo la figura de su ex novio hacerse más chiquita. Ojalá hubiera sido un ex de verdad y lo hubiera tratado mal, pero entendió  que, después de todo, Junmyeon era perfecto. El único culpable siempre fue él, así que ahora solo le quedaba intentar olvidarlo.

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