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—Toma, sácate la pijama y ponte esto —Hoseok le lanzó la chaqueta de cuero —. Yo usaré la de rayas y el antifaz —Jungkook no se movió porque ver a su bonito chico sin camisa delante suyo era algo muy hipnótico. —Vamos, mueve ese redondo trasero —y lo metió al baño para que se duchara y cambiara.

No demoró en hacerlo y salió para terminar de cambiarse afuera y poder engatusar con su cuerpo a Hoseok, pero este no se hallaba en la habitación y tuvo que cambiarse rápido para mostrarle el resultado.

—Fiu Fiu —silbó Hoseok al ver entrar a Jungkook. —Estas… increíble —murmuró mirándolo de pies a cabeza. —Me declaro culpable de lo que usted diga, pero arrésteme y espóseme —habló arrimándose al mesón de la cocina.

—Te ves muy culpable —Jungkook se acercó jugando con las esposas a un costado dela cinturilla de su pantalón. —Estás muy sexy —susurró olfateando el perfume en el cuello de su chico.

Hoseok elevó sus brazos y los enganchó en el cuello de Jungkook para darle un beso, uno suave, delicado y tranquilo. No podían ponerse afanosos, porque debían salir a la fiesta y su encuentro íntimo sería para otro momento.

—Creo que es hora de irnos —dijo despacio al apartarse del contacto, pero con Jungkook aún besando su mandíbula.

Con un suspiro agotado dejó de besar a Hoseok y asintió.

—Vamos —con un último beso se separó al fin para ir a ver sus cosas, sin notar el bolso que llevaba Hoseok en su hombro.

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