Treinta y ocho
Capítulo 38
Afectuoso
Antepenúltimo capítulo
Las semanas se convirtieron en meses, la muerte de SunOh apareció en las noticias por un corto tiempo, para el resto era un científico con problemas de demencia que terminó suicidándose y quemando el laboratorio donde solía trabajar. YoonGi había tenido cierta participación en ese escenario, HyoIn le había escrito al chico del fuego un mes después de lo ocurrido. Aparentemente el odio de Min YoonGi había disminuido hacia ella, pero no dudó en recomendarle mantenerse lejos de él por el bien de todos.
JungKook había comenzado a trabajar en la tienda con NamJoon, TaeHyung y HyoIn. NamJoon había suplicado al dueño que le diera una última oportunidad, los tres habían abandonado el trabajo para el hombre sin saber los problemas reales en que estuvieron metidos. Comenzaba a darlo por perdido, pero entonces tres vacantes aparecieron para ellos, HyoIn había manipulado un poco las decisiones del dueño sin llegar a contarle a NamJoon, sabía que se enojaría.
E hizo lo mismo para que JungKook tuviera el trabajo. Todos se rotaban o turnaban, por lo cual a veces la compañía variaba, todo parecía estar tomando su rumbo y esa tranquilidad debía ser aprovechada.
Esa noche HyoIn estaba de turno en la tienda, le había tocado JungKook como compañía. Una pareja joven había llegado a la tienda, HyoIn los veía desde la caja comerse a besos cada tres segundos entre risitas, envidiaba un poco que fueran tan expresivos en públicos, tanto a ella como a JungKook les avergonzaba mostrarse tan afectivos. Podían serlo en privado, aunque no eran tan empalagosos como parecía.
—No los mires tanto—reprochó haciéndole dar un respingo—Es de mala educación.
—Creo que es peor el hecho de que esté comiéndola viva.
—HyoIn—reprochó de nuevo, aunque con cierto tono divertido. Éste negó con la cabeza sin acostumbrarse a sus comentarios oportunos—Cambiando el tema, retiré los productos que estaban vencidos...—el pobre se tensó cuando HyoIn tomó su brazo con ojos bien abiertos.
—¿Qué?, ¿Por qué me miras así?
—El chico acaba de tocar su trasero—susurró muy bajo.
—Oye, Choi HyoIn...
—¿Por qué no hacemos eso?
—¿Qué? —JungKook estaba más rojo que un tomate.
—Ellos parecen ser muy apasionados, nosotros somos...muy dulces...
—¿Así que quieres que haga esas cosas cuando hay público?, si a ellos les parece bien, me alegro, pero prefiero ser más privado—HyoIn hizo una mueca cruzándose de brazos mientras lo juzgaba.
—Ni siquiera cuando estamos solos haces eso.
—Buenas noches, ¿Puede darme la cuenta de esto? —la pareja se había acercado a la caja para pagar algunas cervezas y golosinas. HyoIn los atendió amablemente notando aquellas muestras de cariño de la pareja, no se quejaba de la relación que tenía con JungKook...
Se quejaba de que a veces a ambos les costaba ser así de cariñosos.
▪︎▪︎▪︎
NamJoon:
¿Qué ocurre?
JungKook:
Estoy un poco pensativo.
NamJoon:
...
JungKook:
Creo que me sentiré más cómodo diciéndotelo.
NamJoon:
¿Qué sucede?
JungKook:
¿Has tenido novia, hyung?
La respuesta tardó un poco.
NamJoon:
En mis veintisiete años...sólo dos veces.
JungKook:
¿Eras muy cariñoso con ella?
NamJoon:
¿Qué?, ¿Por qué me preguntas eso?
JungKook:
Curiosidad.
NamJoon:
¿Estás teniendo problemas con HyoIn?
A JungKook le avergonzó contarle.
JungKook:
No son problemas exactamente. Al menos no lo veo así.
NamJoon:
¿Qué pasó?
JungKook:
Hyung, ¿Puedes enseñarme a ser pícaro y travieso para ella?
NamJoon:
¿Qué?
▪︎▪︎▪︎
—Cuando era niño mi abuela solía darme té cuando estaba enfermo—Hoseok dio un sorbo a la taza. Había ido a la cabaña para visitar tanto a JungKook como a HyoIn, aunque éste había salido a comprar algunas cosas, poco a poco había estado perdiendo su temor de ir a la ciudad—Amaba sus sabores. ¿Cómo te has sentido?
—Estoy bien—asintió sentándose frente a él en la mesa—Es raro tener normalidad después de tanto.
—¿Y cómo van las cosas con JungKook?, todavía siguen hablando de SunOh en ocasiones, cada vez menos, pero siguen recordándolo.
—Hasta que ocurra algo más interesante e importante que ese científico loco—se cruzó de brazos—Todo va bien con él, anoche nos tocó trabajar juntos, todavía estoy algo cansada.
—Lo siento, no debí venir...
—No, nada de eso, puedes venir siempre que quieras al igual que los demás.
Hoseok sonrió decidiendo contarle.
—Me registré en el servicio militar.
—¿Qué?
—Mi poder no será un obstáculo, al contrario, si entreno mental y físicamente considero que podré manejarlo menor—parecía seguro de ello—Le dije a Jin que viniera a visitarte por mí.
—Te extrañaremos.
—El tiempo pasa volando, ya lo verás—ladeó su cabeza al beber otro poco de té—¿No sientes un vacío al haber dejado que la doctora Choi adoptara al bebé?, ¿No piensas en él?
La doctora Choi quería salir de viaje con el pequeño, necesitaba alejarse de tanto drama y peligro. Hace dos días su vuelo a Italia había salido en compañía de la criatura.
—Pienso en él, siempre lo hago.
—¿Dirías que hay una conexión maternal?
—Aun no soy capaz de cargarlo ni tocarlo, es una extraña sensación que me invade así que no creo que sea precisamente maternal. Sólo me imagino lo que SunOh pudo haberle hecho de haber resultado distinto—explicó—JungKook fue poco antes de su vuelo a visitarlos, dice que el niño parece sentirse a gusto con él.
—¿Cuál es el siguiente paso ahora?
—¿Paso?
—Ya sabes, metas personales que te motiven a seguir.
—Bueno...no lo sé. Me gusta esta cabaña, me gusta esta tranquilidad del bosque, me gusta que seamos dos y lo más importante es que me gusta JungKook—se sonrojó con lo último.
—Parece que habrá otro bebé pronto.
—¿Otro bebé? —HyoIn frunció el ceño. ¿De que hablaba?
—Ustedes dos solos en esta cabaña...puede colocarlos un tanto...adictivos al ejercicio, ya sabes—insinuó. Por la expresión de la chica supo que no estaba captándole la indirecta.
—No solemos hacer ejercicio.
—¿No? —se sorprendió.
—JungKook suele trotar en ocasiones, pero...
—¡Oye! —reprochó—No estoy hablando del ejercicio deportivo, hablo del sexo, HyoIn.
—Oh—sonrió avergonzada—No, no hacemos eso.
—¿Por qué?
—No lo sé.
—Esa no es una respuesta.
—Tienes que ser traviesa, eso les gusta a los hombres.
—¿Te gustan las mujeres traviesas?
Hoseok se sonrojó. Había sido pillado.
—El punto es que deberías jugar con él, insinuarlo y atacar.
—No tenemos juegos de mesa para...—la mirada de Hoseok le indicó que no hablaba de esos juegos exactamente—No tengo experiencia con estas cosas, lo siento, vi una pareja en la tienda siendo muy afectuosa...
—¿Y...?
—Sentí un poco envidia, a veces quisiera eso.
—Te diré lo que puedes hacer, estoy seguro que a JungKook le encantará—le guiñó el ojo.
Iniciamos los tres capítulos finales :)
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