Treinta y cinco
Canción del capítulo: Suzume no Tojimari Theme Song - Sub español.
Recientemente escuché esta canción y la letra me hizo pensar en esta historia.
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Capítulo 35
Mi heroína
—Puedes tomarlo y detener tu corazón por ti misma, no te lo impediré—en sus ojos vio que no mentía—Pero será una pena dejar ir a la única persona que me ve como un héroe y no como un monstruo.
—Esto no tiene sentido, no me conoces lo suficiente para que te preocupes por mí...
—Oh, ¿Existe un plazo para poder preocuparme por ti? —avanzó un paso a ella. HyoIn le sostuvo la mirada conteniendo las repentinas lágrimas—Estuviste sola, pero ahora no lo estás, estoy contigo, ¿No se supone que soy tu héroe? —intentó jugar con el tema sacándole una pequeña sonrisa.
—Nunca pensé que alguien me pediría que lo pensara dos veces antes de hacerlo—su voz se quebró un poco—Gracias, JungKook.
Él sonrió complacido de escucharla.
—Gracias por dejarme seguir siendo tu héroe.
HyoIn apartó las lágrimas de sus mejillas, tomó la mano del chico con fuerza negándose a rendirse. Si había podido reanimar su corazón saliendo de la muerte por segunda vez, entonces podría hacer lo mismo por el chico que la salvó en un principio. Cerró sus ojos intentando concentrarse, tenía que olvidarse del miedo y la preocupación por un instante.
Necesitaba enfocarse sólo en JungKook.
—Eres tierno en ocasiones, JungKook.
— Y tú eres hermosa la mayor parte del tiempo por no decir la mayoría—había creído que eso lo pensó, pero no, lo había dicho muy claro.
—Yo pensaba que era la chica que te estresaba en ocasiones.
La distancia estaba haciéndose menos. HyoIn levantaba su rostro para verlo y JungKook se había perdido en esos ojos inocentes, aquella burbuja invisible los envolvió de nuevo como en el hotel, el chico acarició sus mejillas, HyoIn cerró sus ojos sintiéndose muy relajada con ese simple toque.
Y entonces pasó.
Los labios de ambos se tocaron por primera vez, JungKook sostuvo su rostro entre sus manos con ternura mientras su boca se movía al mismo ritmo suave que el de ella, HyoIn debía colocarse de puntitas haciéndolo ver más tierno, fue el chico quien tomó la iniciativa de rodear su cintura levantándola del suelo, escuchó su risita en medio del beso y sus brazos abrazar su cuello.
—Regresa a mí, por favor—susurró.
—Cuando corrí de ambos fui al lugar donde me encontraste—hizo una pausa mirando sus manos. ¿Por qué siempre su agarre era firme y seguro? —Me escondí en el agua, estabas allí aunque no eras del todo tú—recordó la sensación—Volver a sentirme sola fue...—no supo explicarlo, su ceño se frunció y JungKook pareció entenderla.
—Lo siento.
—Creo que me he acostumbrado a ti.
¿Por qué se escuchaba bonito?
—Estoy aquí contigo—HyoIn levantó la mirada. Su cabello castaño estaba un poco despeinado—Lamento lo que hice, tú lo dijiste, no era yo. Sabes que jamás te lastimaría—y añadió—Eso no es algo de héroes.
La luz plateada de su mano se entrelazó con la mano del chico, aquella chispa que solía aparecer cuando se tocaban hizo su presencia viajando a través de JungKook, recorrió su cuerpo sanando el disparo en su pecho, la bala había dado justo en el corazón. HyoIn sintió que jalo invisible jalaba de ella, estaba usando su energía, la bala se desvaneció gracias a sus poderes, el corazón del chico sanó como si nunca hubiera recibido una herida allí. HyoIn se sintió un poco mareada además de débil, la luz plateada fue haciéndose menos al igual que la chispa hasta que ambos desaparecieron.
—¿JungKook? —colocó sus manos en su rostro acariciando sus mejillas—Despierta, por favor—prosiguió con su cabello, sus cejas, su nariz, sus labios...—Funciona, por favor—el sollozó regresó con un aumento de miedo—No quiero estar sola de nuevo—susurró.
Pero JungKook no se movía.
Y HyoIn sentía que le había fallado terriblemente. Recostó su cabeza en su pecho dejando salir un llanto de impotencia y verdadero dolor, se imaginó como hubiera sido si ambos hubieran crecido como niños normales, eran seres artificiales que nunca experimentaron lo que era una familia, nunca tuvieron el cariño de una madre o la compañía de un padre.
HyoIn notó que el escenario cambió, ya no estaban en el laboratorio, se encontraban en la cabaña en aquella sala donde hace un mes el chico reanimó su corazón. Su cuerpo descansaba en el sofá, ella abrazó sus piernas sentada en el suelo, el poder de teletransportarse no era interesante en ese momento, había perdido el chico que cuidó de ella, que le dio una segunda oportunidad de vida y aquel que fue su único amigo en la infancia.
JungKook significaba más de lo que pensaba.
—Lo siento tanto—rompió a llorar escondiendo su rostro entre sus rodillas—No pude salvarte.
Ella no pudo verlo ni notarlo, JungKook estaba respirando de nuevo, primero despacio y luego más constante. Abrió sus ojos distinguiendo la sala, reconocería su cabaña, la puerta seguía arruinada luego de aquel encuentro con NamJoon. Estaba en casa de nuevo y estaba respirando de nuevo, esta vez gracias a la jovencita que lloraba a su lado.
Se incorporó en el sofá tocando su pecho, la mancha de sangre seguía en su camisa, pero no tenía nada lastimándolo.
—¿HyoIn? —susurró.
—¿Qué? —su voz tembló. El nudo en su garganta no le permitió hablar bien causándole ternura a JungKook, aumentaba sus ganas de querer protegerla.
—¿Por qué estás llorando?
—Porque no funcionó lo que hice. No pude reanimar tu corazón y te perdí, perdí a mi héroe favorito—levantó su cabeza mirándolo. Le tomó unos minutos analizar lo que pasaba, JungKook levantó una de sus cejas viendo su puchero, HyoIn sollozó más alto abalanzándose a él—¡JungKook!
La abrazó fuertemente manteniéndola cerca, dejó que llorara en su hombro acariciando su espalda. Su corazón latió más fuerte que nunca y todo gracias a ella, tomó su rostro entre sus manos secando sus lágrimas.
—Lo hiciste. Eres mi heroína—ella intentó sonreír sin poder conseguirlo—¿No puedes dejar de llorar? —negó con la cabeza volviendo a abrazarlo—¿Quieres que te diga algo?, te amo—susurró.
HyoIn sólo sollozó sin poder parar las lágrimas. No quería soltar al chico y él no quería soltarla a ella, había tenido tanto miedo de perderlo. Se habían hecho indispensable para el otro, con su cabeza recostada de su hombro alcanzó a responderle.
—Te amo.
—¿Dejarás de llorar?, comenzaré a creer que te entristece mi regreso.
Intentó hacerlo consiguiendo ligeros temblores, JungKook colocó su frente con la de ella brindando caricias a sus mejillas, funcionó porque HyoIn pudo calmar el llanto junto a esos temblores de su cuerpo. El momento fue mucho mejor cuando los labios del otro buscaron refugio encontrándose en un beso intenso con muchas emociones en medio.
Debían estar juntos.
Es muy probable que el siguiente sea el antepenúltimo.
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