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Cuatro

Capítulo 4
Superhéroes

JungKook tomó los bombillos que necesitaba del almacén, allí no había cámaras por lo cual aprovechó de añadir unas cosas más colocándolas al fondo de la cesta que NamJoon le había dejado. Si HyoIn viviría con él sería mejor si cocinaba en casa, tomó una bocanada de aire pensando en eso, ¿Estaba seguro de vivir con una desconocida?, la historia de la chica se asimilaba a la suya haciéndole sentir identificado por primera vez con alguien, HyoIn necesitaba ayuda con su extraño poder, finalmente encontraba a alguien tan raro como él y luego de saber que intentó suicidarse...temía dejarla sola. Era primera vez que se sentía agradecido de tener su poder, sin él no hubiera reanimado el corazón de ella.

Tomó la cesta saliendo del almacén regresando a la tienda, se detuvo al encontrar a HyoIn en el suelo con un tipo apuntando su cabeza mientras el otro tomaba el dinero de la caja con NamJoon sangrando de su cabeza. Se escondió detrás de los estantes manteniéndose sigiloso.

La pelinegra alcanzó a notarlo teniendo evidente susto en su mirada. Éste le indicó que se mantuviera tranquila, el tipo que tomaba el dinero sintió su corazón acelerarse a tal punto que dolía en su pecho, su compañero frunció el ceño sin entender.

—¿Qué carajos te pasa?

—No lo sé—se quejó. Parecía estar teniendo un infarto, JungKook se mantuvo concentrado en lo que hacía y con un gesto de su mano terminó quemando el corazón del ladrón al enviar una sobrecarga.

NamJoon sorprendido y aterrado miró al hombre en el suelo sin moverse, estaba muerto.

—Maldición—le restó importancia—Tú, termina de guardar el dinero o le disparo a esta chica—amenazó a NamJoon.

La luz en la tienda se fue complicando un poco la vista del ladrón. Esta ventaja permitió a JungKook acercarse a HyoIn tomando su mano, la pelinegra tocó la muñeca del tipo enviando una descarga eléctrica al cuerpo de éste dejándolo inconsciente. La luz regresó a la tienda, los hombres malos se encontraban en el suelo, uno muerto y el otro desmayado.

—Avisa a la policía—advirtió HyoIn a NamJoon quien no dudó en hacerlo. Miró a JungKook sorprendida todavía por lo que había hecho, éste le guiñó el ojo felicitándola en silencio.

▪︎▪︎▪︎

—¿Viste eso? —HyoIn parecía muy entusiasmada de repente mientras caminaban de regreso a la cabaña—Ese tipo cayó al suelo luego de electrocutarlo, fue increíble, ahora entiendo lo que sienten los superhéroes cuando se encargan de los villanos.

A JungKook le pareció gracioso y tierno. El chico sostenía la cesta un poco pesada en sus manos.

—Me alegra que te sientas así.

HyoIn giró sobre sus talones caminando en retroceso mientras lo veía.

—¿Qué hiciste exactamente al hombre que estaba en la caja? —quiso saber.

—Provoqué un infarto, si la electricidad se descontrola en ti puedes quemar el corazón de esa persona en vez de reanimarlo.

La chica se mostró sorprendida.

—Eres muy peligroso si te lo propones—y añadió—Hiciste lo que un superhéroe haría, JungKook.

—Sigo sin pensarlo de esa manera, pero gracias.

—¿Crees que NamJoon estará bien?

—Lo estará, recibirá la atención médica que merece, escuché que no era muy grande la herida en su cabeza.

—Espero que se repita.

—¿Disculpa?

Se detuvo ocasionando que ella hiciera lo mismo. Algo avergonzada, HyoIn aclaró su garganta.

—Bueno...si pudiéramos noquear a las personas malas como estos tipos y avisar a la policía sería una gran mejora para este país—notó el semblante serio del castaño—Podemos proteger personas, JungKook.

—¿Por qué protegería a alguien que no conozco?

Eso la tomó desprevenida.

—Me protegiste a mí, no me conocías y me sacaste de ese lago—le recordó—Acabas de proteger a NamJoon, sin ti no hubiera podido dejar inconsciente a ese sujeto.

—No te protegí, te salvé. Es diferente.

—¿Tienes miedo de ir a la ciudad?

—Escucha, te ofrecí ayuda, pero si quieres irte a la ciudad y ser la mujer maravilla de esta época puedes hacerlo—se encogió de hombros. Ese cambio en su humor le hizo sentir curiosidad.

—Oye.

—Estoy bien aquí, lejos de los demás.

—¿Y morirás lejos de los demás?

—A nadie le importará si muero.

HyoIn no supo que decir, eso decía ella también. Aquella conversación acabó allí dejando un incómodo silencio en el camino.

▪︎▪︎▪︎

JungKook giró el bombillo y éste se encendió. Había cambiado los que se habían roto, luego de desayunar junto a la pelinegra se había colocado a sustituirlos. HyoIn no sabía que decir para romper el hielo, pensó en disculparse sin entender por qué. El chico dejó los bombillos rotos en la bolsa de basura junto a las cajas vacías de los bombillos nuevos.

—Conseguiré un trabajo para ayudarte con los gastos—dijo en el umbral de la cocina. JungKook la miró un tanto serio—Seré la menor molestia posible, lamento haberte hecho enojar.

—No estoy molesto contigo.

—¿No crees que si tenemos estos poderes es por algo? —indicó—Hay millones de personas en este mundo, tal vez no somos los únicos.

—¿Quieres viajar por todo el mundo?

—Quiero buscar respuestas, ¿No quieres lo mismo?

—Este poder puede asustar a los demás, cuando era niño pensaban que era un monstruo...

—Los niños son crueles.

—Provoqué un incendio cuando me asusté, no quiero perder el control sobre mi poder, puedo ser peligroso si exploto, las emociones son peligrosas para personas como nosotras—se acercó a ella—Debemos tener cuidado, ¿Por qué crees que NamJoon desconoce de esto?, cree que los apagones de la tienda son problemas en los cables, no sabe que de esa manera alimento la luz de la cabaña.

HyoIn hizo el intento de tomar su mano y se detuvo al recordar que podía debilitarlo si no lo controlaba o si permanecía sosteniéndolo mucho rato.

—También detesto a las personas, te ayudaré a buscar una respuesta, ¿De acuerdo?, sé que quieres hacerlo—intentó animarlo—Ven conmigo a la ciudad.

—Me causa cierta ansiedad ir allí—rodó los ojos colocando sus manos en su cintura—¿Cuál es tu plan?

—Deberíamos visitar la biblioteca, puede haber información en los libros, los cibercafé también son de ayuda, aunque...no tengo dinero.

—Si necesitas Internet podemos pedirlo a NamJoon. Nos prestará su teléfono...

—Debemos buscar otra manera. Lo importante es indagar en lo que somos, tal vez algo se activó en nuestro cerebro y ahora somos invencibles.

—No somos invencibles—corrigió sonriendo de lado—Deja de vernos como superhéroes, HyoIn.

—Yo no lo soy, pero a ti si te veo como uno.

El chico bufó negando con la cabeza.

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