Varios años después.

La noche había caído demasiado rápido para su gusto. Hace unas horas apenas estaba  saliendo del salón de clases y ahora ya había anochecido sin siquiera darse cuenta, y ese no era el problema. No, claro que no, lo que lo tenía corriendo como loco por las desiertas calles de corea es la repentina tormenta que lo sorprendió a mitad del camino.

¿Y ahora cómo hacía?

Se estaba mojando completamente; por instinto cubrió su cabeza con la misma mochila protegiéndose de las mismas gotas de lluvia las cuales no le habían dado ni tiempo para buscar donde refugiarse.

Era un joven alfa corriendo solo y desprotegido mientras el frío clima le calaba en los huesos.

Sus pies no se detuvieron, siguieron corriendo mientras el alocado latir de su corazón le indicaba que a lo mejor estaba yendo muy rápido, pero no se quiso frenar, pues ya estaba cerca de casa.

Pero sus movimientos se vieron congelados cuando en una dirección opuesta a su casa pudo visualizar unas enormes tuberías hechas a base de concreto, pensó en que tal vez y podía esperar ahí adentro a que la tormenta pasará, o al menos disminuyera.

"Vamos ahí" Escuchó la voz de su lobo, este estaba ansioso e inquieto, pero creyó que era debido a la tormenta, sin embargo decidió hacerle caso su parte animal, de todos modos a casa siempre llegaría tarde y empapado.

Corrió hacia esa dirección lo más rápido que le dieron sus delgadas piernas. El cielo parecía caerse y los truenos producían el sonido más espantoso que haya conocido. Ni siquiera entendía porque estaba lloviendo, los noticieros indicaron que los próximos días estaría libre de lluvia, fue tan repentino y extraño, lo peor es que se confió y no vino preparado.

Gracias a la Diosa había una gran lámpara iluminando justo donde estaban las tuberías, así podía ver con claridad. A simple vista parecía un lugar abandonado, perfecto para servir de refugio en una situación como esta, pero también un buen escondite para todo aquel que quisiera no ser encontrado.

Cuando por fin estuvo cerca disminuyó la velocidad y abrazó la mochila para adentrarse de una vez en el interior, sus pies ya pidiendo descanso por haber corrido un buen rato.

Sin embargo lo que vio hizo sacudir su corazón y el tiempo pareció detenerse en ese preciso instante, su lobo reaccionó inmediatamente y sus ojos se agrandaron asombrados al ver un pequeño y delicado cuerpo en una esquina temblando y hecho bolita, sus miradas se conectaron en cuestión de segundos y una descarga eléctrica recorrió ambos cuerpos con intensidad provocando que sus vellos se erizaran.

Fue un momento efímero, donde sus almas y lobos se reconocieron al instante. Dos almas que habían estado separadas por mucho tiempo fueron reunidas gracias a la diosa luna que considero que era el momento perfecto, y de la misma manera en la que todo término volvió a comenzar.

Una noche de invierno.

Yoongi admiro con profundo asombro la belleza etérea de aquel pequeño omega quien se hizo más bolita quizá al desconfiar de él al ser un completo desconocido.

Finas gotas de lluvia se deslizaban lentamente por su rizado y rubio cabello, sus labios temblaban y el color carmín que era parte de ellos es similar a la rosa más hermosa de un jardín, sus ojos azulados lo veían tan profundamente que creyó perder perderse en esa mirada sin problemas, el sonrojo natural en cada uno de sus pómulos lo hacía ver delicado y hermoso.

Pero aún con todo eso hubo una cosa más que lo estremeció de sobremanera.

Un fuerte olor a manzanas deleitó a su lobo transmitiendo una paz indescriptible, supuso que debido a que su cuerpo estaba mojado el aroma lo había golpeado con más intensidad.

─ Hola ─ habló por fin, era sorprendente lo conocido que se le hacía ese rostro; lo mismo pasaba con el rubio, sentía en su pecho que conocía al alfa frente a sus ojos, pero no recordaba a donde lo había visto antes.

─ H-hola ─ mencionó con su voz entrecortada por el frío, su cuerpo tiritaba por eso mismo.

Poco a poco la desconfianza iba desapareciendo, pues su lado omega le hacía sentir que no había nada de que temer y Jimin sabía que su lobo siempre tenía la razón.

Aparte el aroma del desconocido le gustaba mucho, tanto que incluso llegó a ruborizarse, pues creía que no era correcto lo que sentía.

─ ¿Te he visto antes? ─ la curiosidad fue tanta que no pudo evitar preguntar.

El omega pareció pensarlo, escarbo en sus recuerdos y miró profundamente al alfa quien ya se había sentado en el otro extremo, quedando de frente a él. Pero era inútil, por más que intentaba y se quebraba la cabeza no había podido encontrar nada, todo estaba en blanco e incluso llegó a sentir frustración por no recordar, lo que le resultó en demasía extraño.

─ No que yo recuerde ─ fue su corta y simple respuesta.

La comodidad que ambos sentían frente al otro era indiscutible, ahora que se habían reencontrado las casualidades de la vida los volverían a juntar una y otra vez, hasta hacer que ambas almas recuerden, pero todo en el momento indicado, para así no cometer los mismo errores del pasado, aquellos que los arrastraron a un trágico final.

Aunque muy en el fondo sus esencias lobunas se reconocieron en el primer momento, estando tranquilos al saber que ahora que volvieron a encontrarse no iba a ver fuerza en este mundo que los separara.

Porque su historia nunca tuvo un fin, solamente se fortaleció aquella noche de invierno.

Me siento muy satisfecha con este spin-off, en el fondo siempre quise hacer este final, no digo que aquel no me haya gustado, claro que lo hizo y no lo cambiaría por nada.

Aún así, ¿cual final les gusto más? quiero saberlo 👉👈

Recuerden que el de no me deseches es el original. Oh, por cierto, ya vieron que llegamos al millón, lloro brillitos 🤧 gracias🙏💕

Por último no se olviden que los amo, bendiciones para todos.

31/09/21.