Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo único


Este pequeño fic es parte de la Kyman Week 2024

Es, además, una especie de continuación de mi fic 'Inquebrantable' de la misma pareja. ¿Necesitan leerlo para entenderlo? no necesariamente, pero me pareció importante mencionarlo. Aparte de ello, lo tengo cocinando desde hace más de una semana y finalmente conseguí... más o menos lo que quería.

¿Lo divertido? lo principal del prompt elegido, Noir (por las películas Noir) es que tiene un narrador en primera persona... cosas que pasan.

Día 1: Noir/Crimen

Advertencia: Violencia, heridas, sangre, crimen organizado.

Arte de la portada de Ice-S-Cream-Twins (Devianart)

-----------------

Evidente

Si alguien le pregunta, Kyle dirá que la precaria situación en que está en ese instante, agachado tras un montón de cajas tratando de protegerse de la lluvia de balas disparadas en su dirección, es total y absolutamente culpa del estúpido de Cartman.

Tal vez.

Esa será su respuesta si alguien le pregunta en ese justo instante en que la adrenalina bombea por su cuerpo mezclándose peligrosamente con la ira que arde a fuego lento en su pecho. Es una mezcla peligrosa, adrenalina con su pobremente controlada ira, especialmente porque debe mantener la cabeza fría si no quiere que sus sesos terminen regados a su espalda y, por encima de todo, necesita asegurarse que Cartman esté bien para poder echarle la culpa. Esa probablemente será su respuesta horas después, cuando el shock empiece a tomar el lugar de la adrenalina.

Si es que salen vivos de esta.

Y pensar que el día había empezado relativamente normal: se levantó con su alarma como siempre, tomó su desayuno en la tranquilidad de su departamento y se preparó para ir al trabajo; ¡se supone que iba a ser un día aburrido! Hacer el reporte mensual de la contabilidad del bar, pagarles a sus empleados, realizar sus actividades cotidianas como administrador. La única cosa emocionante que esperaba era una cena en su restaurante favorito y, con algo de suerte, ver una película después con Cartman en la comodidad de su habitación. Si hubiera sabido que terminaría en la posición actual, disparando un arma por primera vez en su vida, quizá ni siquiera hubiera salido de la cama ni habría permitido que Cartman abandonara su vista ni un segundo.

Pero nos estamos adelantando a los hechos.

Empecemos por el principio.

Kyle no había visto a Cartman en todo el día. Al despertar se encontró sólo en la cama, las sábanas a su lado frías y el resto del departamento sumido en un silencio sepulcral que le resultó inquietante, pero no lo suficiente como para alarmarle. No en se momento al menos. Revisó su teléfono en caso de que le haya dejado un mensaje, y al no encontrar nada siguió su búsqueda por todos los rincones del lugar dónde el estúpido pudo haberle dejado una nota avisándole que saldría, puesto que el día anterior no le había mencionada nada, encontrando sólo pelusas y motas de polvo que le recordaron pronto debían hacer limpieza.

La situación, aunque inusual, no le pareció tan extraña al principio. A veces Cartman solía desaparecer para supervisar algún trabajo, no porque no confiara en sus hombres sino porque era un perfeccionista de primera y un paranoico por naturaleza por lo que, con ciertas cosas, prefería estar presente. ¿Qué tipo de trabajos? No tenía ni la más mínima idea y, mientras menos supiera, mejor. Por supuesto, la poca información que manejaba de los negocios de su pareja, más allá del bar que se encargaba de administrar, fue su decisión para protegerlos a ambos y no porque Cartman no confiara en brindarle la información.

Negación plausible y todo el asunto.

No, la falta de comunicación con el hombre empezó a resonar en él cuando el día avanzó sin recibir mensajes, o llamadas, cuestionándolo sobre su trabajo del día o para hablar del clima, excusas que solía usar Cartman para oír su voz, aunque no lo admitiera en voz alta. Esa falta de comunicación fue, sin lugar a duda, la primera señal de que posiblemente había sucedido algo. Sin embargo, se obligó a racionalizar que el castaño debía estar sin señal, o muy ocupado para tomar el teléfono, o cualquier otra razón que se le pudiera ocurrir con tal de no quedar atrapado en una espiral de ansiedad.

Que Butters, quién era prácticamente la sombra del castaño, se apareciera de pronto en el bar pidiéndole, por no decir que exigió, que lo acompañara sin darle más explicación que era urgente, asentó en su pecho la inquietud que lo había estado rondando todo el día. Que el hombre lo llevara a uno de los puntos de reunión que solían utilizar y, para más inri, el circulo interno de Cartman ya estuviera presente simplemente fue la pieza que hacía falta para desestabilizar la calma a la que se había tratado de aferrar.

Cartman estaba en problemas.

Kenny, su mano derecha, tomó el control de la conversación una vez las puertas fueron cerradas y, aún explicando la situación con claridad, muchos detalles quedaron al aire. No como que haya prestado mucha atención más allá del hecho de que Cartman estaba en manos de un grupo enemigo, con quiénes se suponía iba a formar una alianza ese día y algo salió muy mal. Como solamente Cartman estaba en una situación peligrosa mientras sus hombres de mayor confianza, que debieron estar con él, estaban en esa habitación con él es algo que no le quedó claro, pero ciertamente el hecho no le sentó bien, en lo absoluto.

Eric insistió en ir sólo —intervino Craig cuando expresó su contrariedad, alzando sus manos para aplacarlo—. Dijo que tenía otros asuntos que atender luego de la reunión y prefería hacerlo solo.

Eso no esclareció absolutamente nada, por supuesto, pero Kenny se las arregló para que no los ahorcara por aceptar la situación con tanta calma.

No podemos simplemente entrar y sacarlo —explicó Kenny mostrándole un plano del lugar donde lo tenían—, ofrecieron un intercambio. Un rescate. Aceptarlo sería aceptar la humillación, la credibilidad de la Familia quedaría en los suelos y Cartman preferiría morir ahí mismo antes que permitirlo.

—Por ello debemos sacarlo —agregó Craig alzando un maletín que tenía a un lado.

¿Yo que tengo que ver con esto? —su confusión era más que clara.

Necesitamos a alguien que no estén esperando como un as bajo la manga —Kenny lo miró con una seriedad que le hizo sudar frío. Era un contraste escalofriante con la actitud despreocupada que lo caracterizaba—, mientras los distraemos con el ''intercambio'', tu entrarás a sacarlo.

El plan había sido sencillo, según ellos. Mientras Kenny y Craig se presentaban a la entrada principal del edificio abandonado, Butters lo guiaría a una de las puertas laterales que esperaban quedara desprotegida mientras conversaban. Los planos no eran complejos, era un edificio que conocían como la palma de su mano al estar en terreno designado como neutro, asegurándole que estaba lleno de cajas abandonadas que podría usar para cubrirse.

Pero por si las dudas —comentó Butters colocando un arma en sus manos, sonriendo nerviosamente ante la expresión horrorizada que se dibujó en su rostro—, no creo... no creo que la necesites, pero... Cartman nos mataría si te mandamos dentro desprotegido.

Y eso es lo que lo había traído a esta situación, agachado tras unas cajas aferrándose con fuerza al arma en sus manos, esperando su momento para seguir moviéndose. Cuando las balas se detienen respira hondo antes de alzarse e inmediatamente correr hacia otro grupo de cajas, tomándose un segundo para mirar a su alrededor esperando poder planear sus siguientes movimientos para abrirse paso hacia Cartman.

Antes de agacharse tras su nuevo refugio logra ver el lugar donde está su pareja y la imagen simplemente aviva la ira en su interior. Puede ver sangre en su camisa favorita, la que le había regalado en su cumpleaños el año anterior, aunque no puede ver de dónde proviene; solo le queda desear que sea de la herida en su cabeza y no porque esté herido en otro lugar más vital. Maldice por lo bajo cuando una nueva lluvia de balas es dirigida en su dirección, la que por fortuna no dura mucho gracias a Kenny. Vuelve a alzarse corriendo en una nueva dirección, pero su camino es cortado por uno de los hombres que tenían retenido a Cartman y sin pensarlo mucho lo golpea con la culata del arma, cambiando de dirección.

El plan es sencillo, pero estúpido. No tiene el mismo entrenamiento que Craig o Kenny, o el mismo Butters que se había unido a ellos una vez empezaron a llover disparos; apenas sabe usar la pistola en sus manos y teme hacerlo por riesgo a lastimarlos. El plan es estúpido, pero es la única opción que tiene.

Es la única opción que va a aceptar.

Escucha, Kyle, es claro que Cartman no te ha dicho nada y lamento ser yo quién te lo diga —la mirada de Kenny lo había dejado plantado en su sitio, la intensidad de la situación asfixiándolo—. Soy el segundo al mando, pero todos tenemos órdenes. Si algo le pasa a Cartman, eres el siguiente en la línea de mando.

—¿De qué estás...?

—Si Cartman muere esta noche, el puesto de Don te pertenece a ti por ser su pareja —su voz era firme. No como si estuviera resentido porque el puesto que le pertenecía le fuera dado a otra persona, sino más bien con la total intención de hacerle entender la gravedad del asunto—. Ante todos Eric te nombró su Sottocapo[1].

Cuando salgan de esta va a matarlo con sus propias manos. Sólo al gordo imbécil se le ocurriría designarlo su sucesor sin informárselo, hundiéndolo más de lo que ya estaba por el simple hecho de ser su pareja. El recuerdo de esa parte de la discusión que tuvieron antes de ir allí lo enfurece aún más y no puede esperar más. Debe sacar a Cartman de ahí para poder ahorcarlo, se dice utilizando las cajas para evadir a los hombres que quedan, saltando de una a otra sin detenerse más del tiempo necesario tras ellas.

Finalmente alcanza la silla en la que Cartman está atado, agradeciendo la buena suerte que ha tenido hasta este momento y rogando que permanezca unos minutos más.

—Cartman —llama arrodillándose tras él no perdiendo el tiempo para deshacer las ataduras en sus muñecas. —¡Cartman! —llama con más fuerza cuando este no le responde negándose a pensar que tal vez llegaron demasiado tarde, especialmente cuando nota que el mayor rastro de sangre en su camisa es, efectivamente, por una herida en su hombro.

—¿Khal? —el hombre se remueve cuando sus manos quedan libres, su cabeza se balancea en su dirección y su mirada, aunque cansada, se ilumina al reconocerlo; tanto como puede hacerlo teniendo en cuenta que tiene un ojo medio cerrado por la hinchazón. Pero pronto su expresión se vuelve sombría. —¿Qué diablos haces aquí?

—¿Tú qué crees? Salvando tu culo gordo de esta ridícula situación en que te metiste —se levanta ayudándolo a levantarse rápidamente, maldiciendo por lo bajo cuando se le escapa un gruñido de dolor. Su estómago se revuelve al notar los moretones y la sangre seca en su rostro, especialmente por una herida sobre su ojo bueno y otra en su labio inferior—. Te ves terrible —comenta forzándolo a moverse, arrancándole un quejido de dolor.

Dios, oh, Dios, piensa notando que la herida en su hombro no es la única que está sangrando activamente.

—No puedo creer... —Cartman apoya casi todo su peso contra él, gruñendo ligeramente—, que los imbéciles... te hayan traído.

—Alguien tiene que asegurarse que salgas con vida —responde respirando forzosamente tratando de moverse tan rápidamente como le es posible con el peso extra. En defensa del castaño, este intenta caminar a su ritmo, bufando y gruñendo bajo por el dolor.

—¡Kyle! —alza la vista al escuchar a Kenny llamarlo con urgencia, viendo al hombre agachado tras una caja, respirando agitadamente apretando una herida en su brazo para parar el sangrado—. Sácalo de aquí, ya.

Fácil decirlo, que hacerlo, quiere responder ante lo obvio de su orden, incluso se toma un segundo para señalar con su mano libre que hace lo mejor posible, pero ese segundo le cuesta el escape. En un momento está casi arrastrando a Cartman y al siguiente algo lo golpea haciéndole perder el agarre que tiene el hombre, retrocediendo unos pasos y al girarse se encuentra con el cañón de un arma apuntado a la cabeza.

—Lo siento —el hombre que sostiene el arma dice respirando agitadamente, en su otra mano sostiene una palanca con la que lo golpeó—, pero tengo órdenes de no dejar salir a Eric Cartman con viva de aquí.

Retrocede un paso instintivamente, parpadeando rápidamente tratando de aclarar su vista, agitando la cabeza ligeramente para disipar el aturdimiento causado por el golpe, empeorando el dolor punzante que se dispara por su cabeza.

—Vamos hombre... sólo quedas tú en pie —trata de razonar viendo por el rabillo del ojo a Cartman medio sentado medio tendido en el suelo, intentando ponerse en pie—, si nos dejas ir mis hombres no te matarán.

—Khal... —gruñe Cartman, mirándolo como si fuera estúpido.

En ese instante se siente un poco estúpido, por supuesto, desestabilizado por el dolor infernal de cabeza, el arma en su mano colgando precariamente a su costado.

—Si los dejo ir con vida, mi jefe me matará —el hombre se encoje de hombros—. Tus hombres están heridos y es claro que eres incapaz de usar un arma. No es nada personal — agrega quitándole el seguro al arma.

Antes de que pueda disparar Cartman se alza de golpe abalanzándose contra él, envolviendo una mano en la muñeca del hombre para forzarlo a alzar el arma al techo, usando el resto de su cuerpo para bloquearlo e impedirle utilizar la palanca.

Paralizado, no puede hacer más que observarlos forcejear, pero la poca fuerza que le quedaba al castaño se desvanece y es reducido en segundos cuando el hombre logra golpearlo. Cae con un ruido sordo que reverbera en su interior, un grito ahogado se atasca en su garganta cuando el hombre presiona la herida en el hombro de Cartman con su pie, impidiéndole moverse, y apunta el arma a su cabeza.

—Como quieras, Don Cartman, puedes ser el primero —dice bufando.

En más de una ocasión Kyle había tenido el fugaz pensamiento de que estaba dispuesto a morir por Cartman. Sin importar la situación en la que se diera, tenía claro en lo profundo de su ser que aceptaría una bala por el hombre, o se interpondría entre un auto y él, o de saber que su comida estaba envenenada la comería en su lugar. Incluso sabe, aunque eso le cueste más, que aceptaría la caída y terminaría en la cárcel por brindarle un par de años más de libertad; aún sabiendo a lo que se dedicaba.

En más de una ocasión, también, había pensado con mucha más fiereza que, si la situación se presentaba, estaría dispuesto a matar por Cartman.

—¡Eric! —la voz de Kenny resuena en el fondo, pero para él el mundo se mueve en cámara lenta.

La gravedad de la situación, si hasta ese momento no se había registrado en su mente, en ese preciso instante cae sobre él como una roca que es lo necesario para hacer explotar la bomba de tiempo de la adrenalina corriendo por su sangre, mezclándose con la ira que burbujea en su máximo punto de ebullición. Sin siquiera pensarlo, sin detenerse a analizar las futuras consecuencias, aprieta el arma en su mano alzándola.

En automático alza su otra mano para estabilizar el arma retira el seguro y aferra el dedo al gatillo. No tiene ni siquiera que mirar.

Apunta.

Y dispara.

—¡Maldito hijo de perra...! —desgraciadamente no dispara lo suficientemente rápido y el hombre dispara al mismo tiempo. Por fortuna, el impacto de la bala en su cabeza provoca que su arma se mueva y la bala impacta contra el pecho de Cartman y no su cabeza.

—¡Cartman! —jadea viendo el cuerpo caer, pero no se detiene a lamentar sus acciones por mucho tiempo, acercándose a su pareja y arrodillándose a su lado. Deja caer el arma para poder presionar la herida, su visión tornándose ligeramente borrosa al ver la cantidad de sangre que brota del orificio de bala—. Oh, Dios, Cartman... Cartman vas a estar bien...

—Khal —el hombre lleva una mano hacia las suyas, apretándola con suavidad—. Khal eso fue... increíblemente... sexy.

—¿Qué diablos...? ¡¿Casi mueres y esa es la estupidez en la que piensas?! —grita presionando con más fuerza, arrancándole un grito, pero bien merecido se lo tiene por su comentario.

—No puedes... culparme. Tenías que ver... tu rostro —su respiración empieza a volverse laboriosa y por un momento teme que la bala haya atravesado el pulmón —. Tengo... que llevarte más seguido... al campo de tiro.

—Deja de hablar, Butters... ¡Butters! —llama mirando a su alrededor, esperando que el hombre no haya sucumbido ante ninguna bala.

—Khal... Khal mírame —Cartman suelta su mano para poder alzar la suya y acariciar su mejilla, forzándolo a mirarlo—. Cásate conmigo.

—¿Cartman? —parpadea confundido, la desesperación siendo reemplazada por una oleada de furia—. No es el momento... simplemente deja de hablar imbécil.

—Es... en serio —ríe y el movimiento hace que más sangre borbotee entre sus dedos—. Cásate conmigo, Kyle Broflovski.

—Tú... —niega tratando de controlar las lágrimas que empiezan a correr por sus mejillas—. Primero... primero sal de esta con vida y luego... me lo pides de forma adecuada.

—No sé... porque me sorprende que me harás esperar por una respuesta —gruñe ligeramente, cerrando los ojos.

Espera algún otro comentario, otro chiste de su habilidad de tiro o algo más, pero Cartman se queda en silencio y su laboriosa respiración empieza a disminuir.

—¿Cartman? —pregunta meciéndolo ligeramente, con cuidado de no apartar su mano de la herida—. No es gracioso, ¿Cartman?

—¿Kyle? —Butters se acerca rápidamente, seguido de Kenny quién medio sostiene a Craig que cojea a su lado en su dirección—. Oh, Dios, ¿está...?

—¡¿Cartman?! —lo mece con más fuerza, apartando una mano para golpear el hombro que no tiene herido. —¡Eric Theodore Cartman te juro por Dios...!

—¿No fuiste tú que me mandaste a callar? —protesta el castaño abriendo los ojos nuevamente y sólo saber que moverse podría hacer que la herida empiece a sangrar nuevamente le impide a Kyle lanzarse contra él a besarlo.

—No me asustes de esa forma —susurra decidiendo que lo mejor es inclinarse para apoyar su frente contra la suya, más lágrimas corriendo por sus mejillas humedeciendo el rostro del castaño.

—Dramático —murmura Cartman, pero una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro y vuelve a cerrar los ojos—. Me despiertas cuando vayas darme tu respuesta.

Rueda los ojos por el comentario y se aparta del camino cuando Butters le indica que le permita ver la herida.

Si alguien le pregunta, Kyle va a responder que la situación que se desenvolvió ese día en que disparó un arma por primera vez contra una persona, todo para salvar al hombre del que está lastimosamente enamorado, es total y absolutamente culpa del estúpido de Cartman.

Por supuesto, cuándo el hombre despierte horas más tarde y vuelva a hacer el comentario de lo sexy que se vio su expresión determinada al momento de disparar, va a golpearlo con la fuerza suficiente para hacerlo entrar en razón, pero no demasiada para lastimar sus heridas frescas.

Y cuando, inevitablemente, Cartman vuelva a pedirle, no preguntarle, que se case con él, simplemente lo va a besar con fuerza.

Porque la pregunta es estúpida.

Evidentemente, la respuesta será sí.

-------------------------------

[1] El termino en italiano para un ''subjefe'' en la mafia italiana que, generalmente, era el hijo del Don o un familiar directo y cuando el Don moría tomaba su lugar (y, por ende, miembro de la mafia). ¿Por qué usé el terminó de la mafia italiana en lugar del de la mafia americana? Porque suena más bonito que subjefe honestamente. En esa misma línea en teoría Kenny, como segundo al mando, debería tener el título de Sottocapo... pero yo hago las reglas y son dos puestos diferentes.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro