— Puedes creerlo? La maldita luz se fué en una partida, ahora todos piensan que me salí por mi cuenta y tendré una espera de veinte minutos! Estoy fuera.

Taehyung se quejaba prácticamente solo, ya que Jungkook solo se enfocaba en el gran sándwich que estaba comiendo.

— Oye, sabes a quién ví ayer? — las mejillas de Kim se tiñeron de un fuerte rosa mientras acomodaba sus gafas y sorbía sus mocos — A Seokjin.

— Quién?— preguntó Jeon mientras recalculaba acerca de si debería guardar la mitad del sándwich para el otro receso o simplemente comprarse otro.

— Quién? Bromeas? Todos conocen a Seokjin, tiene ochenta mil seguidores en Instagram!.

— No tengo instagram — le recordó el pelinegro mientras abandonaba su sándwich — Es una aplicación inútil que no sirve para nada más que mirar la vida de otras personas.

— Y subir la tuya.

— Ugh — hizo un gesto de asco — peor aún.

Jeon Jungkook y Taehyung eran mejores amigos desde la preparatoria, el primero se había graduado con honores gracias a sus múltiples torneos de matemática, en donde no había perdido ni uno solo, a demás de que sus calificaciones no habían bajado en todos sus años de estudiante. Kim por su parte era un experto en ciencias y tecnología, a pesar de ser un genio le gustaba perder su tiempo en las redes sociales o jugando a Legend of Leger.

— Cómo te decía, tuve el gran honor de ver a Seokjin desde lejos — suspiró tocando su pecho — crees que el podría fijarse en mi?.

Jeon, a pesar de no ser una persona totalmente cruel, hizo una breve mueca mirando las pintas de su amigo, con unas gafas negras, su cabello mal cortado y con rulos, seguramente no se había duchado en días y tenía restos de comida en la barbilla.

— Por supuesto, eres todo un galán.

— Ya dilo, somos horribles.

Ambos se rieron y prefirieron cambiar de tema, ninguno estaba totalmente interesado en mantener una imágen muy llamativa, al fin y al cabo ambos solo estaban en ese lugar para poder obtener un título en funciones tecnológicas, Jungkook en números y Taehyung en la parte técnica. A pesar de que su físico no estaba del todo descuidado, sus vestimentas o actitudes no eran lo más popular entre la comunidad adolescente. Ambos llevaban esa maldición de la miopía, camisetas obscuras de bandas viejas, pantalones negros, y alguna chamarra de color llamativo.

— Cuando tengamos dinero nos lloverán los pretendientes.

— Si, claro — bufó sarcástico Taehyung mientras miraba su alrededor — oh por dios.

— y ahora qué? — preguntó mientras sacaba su libro acerca de ciencia cuántica, de quinientas noventa y tres páginas, sin imágenes.

— Es Seokjin — instintivamente empezó a arreglar su cabello y de la nada se detuvo frunciendo el ceño, tratando de enfocar.

— Qué? De cerca es horrendo? — Se rió ante su silencio.

— Es Park Jimin, sostenme o me desmayaré.

Park Jimin?.

Pues claro, a el si todos lo conocían, muchos por su famoso apodo de "Pink Butt", un jóven de alrededor de veinte años con una vida literalmente mejor que la de Kylie Jenner, los millones de sus padres habían sido completamente heredados a Park sin ninguna explicación, su Black card era una suma infinita de números casi imposibles de alzancar. Pues no era sorpresa, el bis abuelo de Park Jimin había sido presidente de la República Coreana, al morir jóven pero con una hija mayor de edad, la herencia fué directamente hacia ella, la cual estaba casada con el padre de Jimin, un empresario hijo de los dueños de cincuenta aerolíneas.

Jimin era una jóven estrella en las redes, contando con casi medio millón de seguidores, lo más gracioso de ello era que el rubio no había subido ni una foto, pero si tenía destacadas historias en las que cualquiera pasaría horas repitiendo.

Pero lo que más llamaba la atención es que a pesar de eso todos lo conocían, pues el rey de las redes en la universidad era un destello rosado por donde lo vieran. Sus gafas personalizadas color rosa reposaban en su camiseta Channel, sobre ésta un esponjoso saco rosa palo, pantalones de vestir apretados y unos zapatos negros cerrados con plataforma.

— Es la definición de divo — murmuró Taehyung totalmente impactado.

— Es modelo? Parece modelo, debería serlo — Asintió el pelinegro mientras comía su sándwich, de nuevo.

— Creo que no, pero su novio si lo es — rodó los ojos observando su teléfono.

— Ah — murmuró maldiciendose por no haber tenido la fuerza de voluntad para no seguir comiendo.

— Puedes siquiera pensar en la cantidad de millones que podría generar si se casara con su novio? Joder, es que hasta me daría escalofríos de solo pensarlo.

Jeon hizo una mueca y se desistió a sacar cálculos de eso.

El y su amigo no babían tenido mucha suerte con el dinero en sus familias, ambos vivieron en el mismo edificio, con grandes familiar las cuales dormían todos juntos en invierno debido al frío y compartían un pequeño ventilador en el verano. A pesar de haber tenido una niñez buena, la adolescencia fué sin dudas la que más les hizo abrir los ojos, ya que Jungkook tuvo que empezar a trabajar cuidando a unos ancianos para poder seguir pagando sus estudios, debido a que su madre había perdido su trabajo y su padre era un amo de casa que cuidaba a los niños. Taehyung por su lado se abstuvo a tener todos los electrodomésticos que un adolescente quisiera tener, también empezando a trabajar en una edad muy corta.

Para suerte de ambos, sus padres hicieron hasta lo imposible para que no abandonaran sus estudios y obtuvieran la beca completa en la universidad, la cual les daba hasta una pequeña habitación en el campo.

— Puedes creer que venga a comer con los demás estudiantes? Por dios! Parece un mimado de la sociedad — una rubia se quejaba a espaldas de Jungkook, muy probablemente de Park. Si no se equivocaba su nombre era Lisa.

Pero claro, Park Jimin parecía tener ojos en todos lados.

Ya que Jungkook casi abraza su sándwich cuando una bandeja voló por los aires. Él y su amigos se dieron media vuelta para ver lo que pasaba en la mesa de Manoban. Kim Jennie, otra privilegiada de la sociedad, estaba sobre una silla y había pateado el almuerzo de Lisa por los aires, dejándola empapada de agua.

Todos quedaron en silencio, la pelinegra hizo un mohín y miró sus zapatos encharolados color bordó, los cuales acompañaba con unas medias hasta arriba de la rodilla.

— Oh! Mis zapatos! — frunció la nariz.

— Qué carajos te pasa, Kim Jennie!? — la rubia hizo un amague de levantarse para darle guerra a la de baja estatura, pero sus propios amigos la sostuvieron al coincidir que no era la idea más sensata.

— Que lindo que tus amigos te cuiden, al igual que lo hago yo con los míos — sonrió lo más encantadoramente que pudo mientras miraba a su espalda como Jimin se colocaba sus gafas — Cuida tus palabras, Lisa Manoban.

La diosa de los zapatos bajó teniendo un perfecto balance a pesar de los centímetros que le otorgaba su calzado, miró a Lisa siendo retenida por sus amigos y su vista viajó a todos, los cuales volvieron a sus asuntos casi asustados.

— Bien, espero verte pronto Lalisa! — exclamó sonriente mientras seguía a Park y a Seokjin, los cuales decidieron dejar pasar todo y volver por donde vinieron.

La cafetería quedó en silencio y Jungkook se sintió extraño al haber presenciado un disturbio desde tan cerca.

— Joder Lisa! Qué te pasa?.

— Es que a caso mentí?.

— Claro que lo hiciste! — refunfuñó un moreno mientras la soltaba por fin — No lo conoces, no puedes decir que es un mimado por el simple hecho de haber tenido suerte.

— Tiene razón, tienes suerte de que Park ni siquiera te haya escuchado.

Taehyung le hizo una seña a Jungkook de que salieran del lugar y éste asintió siguiéndole.

Sin dudas quería mantenerse lo más lejos posible de ese mundo.

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Epale epaleee

Alguien empezó una nueva novela sin terminar la anterior pero no les voy a decir quién soy.