66. Es mejor tomarnos un tiempo.
Colby López.
¿Qué se suponía que era todo eso? ¿conocía a Adam Cole? y lo peor de todo... ¿estaban ocupados? Es imposible que mi cabeza piense de buena manera cuando se trata de un "amigo" de Devin. Ni mucho menos un hombre como él que, conociendo a Devin, se ha de sentir atraída.
No debería de ser inseguro, soporté cuando estaba con Levi y ese tipo si que era atractivo.
—¿Pero qué estoy pensando? —susurré de camino a casa, el tráfico era terrible—. No, qué es lo que demonios estoy haciendo.
Recargué mi cabeza hacia atrás, tenía horas en este embotellamiento. Le daba débiles golpes al volante con cada uno de mis dedos pensando en lo que tenía que hacer esta tarde, descarté asuntos sin mucha importancia como por ejemplo ir al supermercado y por fin me hice un espacio para ir a California. Mañana era RAW pero era muy bueno con las excusas así que era fácil librarme.
Con una sonrisa vi un espacio entre todos los autos, la luz había cambiado a verde y ni tonto ni perezoso lo tomé acelerando más de lo recomendado. Debía empacar.
Estaba por salir de ahí, incluso había mirado hacia atrás. Pero no me percaté que el sujeto al lado izquierdo había intentado lo mismo y su vehículo arremetió contra el mío sin piedad.
Mi pecho se azotó contra el volante dejándome casi sin oxígeno, mis manos no alcanzaron a sujetarse en el impacto y mi cuello quedó con leves dolores. Mis ojos seguían cerrados, con un jadeo me levanté y los abrí; salía un ligero humo desde mi auto y el sujeto se bajó esperando que yo también lo hiciera.
Lo hice.
—¡Qué demonios te sucede! —me gritó.
—Eh, viejo —llamé su atención mientras se jalaba el cabello—. Yo solo deseaba salir lo más antes posible.
—¿Acaso no miras antes de cruzar? ¿quién te enseñó a conducir como un animal?
—No te he ofendido viejo, no lo hagas conmigo. Tú eres quien no mira ya que prácticamente yo venía desde atrás adelantando, eras tú el imbécil que debía mirar antes de cruzar —sobé mi cuello, necesitaba un masaje—. Así que ahora págame por los daños.
—No, yo no te voy a pagar ni una mierda, infeliz —se alteró—. ¡Has arruinado mi hermoso BMW!
—Baja esa prepotencia, esa altives ahora mismo porque es innecesaria. No me vas a impresionar —levanté las manos—. Tenemos que hablarlo como los adultos que somos.
—No, sé que eres Seth Rollins. —me apuntó. —Llamaré a mi abogado y mañana mismo solucionaremos esto.
—Que irascible.
—Voy tarde al cumpleaños de mi hija, no he tenido tiempo para desayunar y ne han bajado de puesto en la empresa. ¿Crees que estoy siendo irascible por un simple accidente automovilístico? Yo creo que no.
El sujeto subió a su auto, le dio unos cuantos golpes al mío en el momento de arrancar y se perdió en el humo contaminante que desprendía su tubo de escape. ¡Qué maldita suerte la mía!
Subí a mi auto e hice lo mismo que ese sujeto, ahora no podría salir de la ciudad e ir a ver a Devin.
Y luego ella me dice que yo soy el que no quiere ir a verla, cuando el hecho real son las situaciones que me impiden hacerlo.
Devin Knox.
"Creo que no fue buena idea"
"De todos modos no vendrá, no le interesa ni un poco"
"No juzgues antes de conocer el otro lado de la moneda"
Entorné los ojos y miré a Adam como seguía cocinando, la música de fondo ayudaba bastante.
"Creo que deberías llamarlo"
—Por ahora no siento la necesidad de escuchar un "me surgió otro problema, no podré ir a verte Devin" —susurré—. Déjame disfrutar hasta la tarde, por la noche tengo que luchar.
"¿Y ahí lo harás?"
—Claro, como sea.
Después de pasar tiempo juntos, Adam me fue a dejar al departamento. Esta vez le puse un alto, tenía cosas que hacer y él no me estaba dándo el espacio que necesitaba.
No nos habíamos visto hace un tiempo pero eso no quiere decir que debamos ser inseparables, no era una persona a la cual le gustaba ser observada las veinticuatro horas.
Bueno.. dependiendo de la persona que se tratara, me gustaba cuando Colby lo hacía.
Decidí prepararme para el evento de esta noche, Sami me texteó poniéndome al corriente de toda la situación y esta noche me tocaba luchar contra Bobby Fish en la ciudad contínua. No era tan difícil.
Me puse ropa deportiva y salí a correr un rato.
Colby López.
Cinco de la tarde, estaba entrando a la academia con el bolso en mi hombro y los muchachos me saludaron con sus eufóricos gritos. Siempre tan alegres.
Dejé mis cosas en un extremo de la sala y me acerqué para evaluar sus técnicas, habían progresado bastante.
Tomé el teléfono de mi bolsillo y le marqué a Devin, ese sujeto me había dejado inquieto y con muchas malas ideas en la cabeza. Estaba inseguro aún cuando confiaba en ella, pero con celos.. no podía evitarlo.
Comenzó a marcar y al cuarto tono, ella atendió.
—Hola, Colb... —se escuchaba cansada.
—Devie, ¿qué haces?
—Salí a correr un rato, tengo un evento al cual asistir dentro de un par de horas y necesitaba estar en forma. Además de desestresarme.
—Eres hermosa tal y como eres.
Rió.
—No me has visto hace varios meses, ¿cómo sabes si no he subido de peso?
—Sé lo estricta que eres contigo misma, no serías capaz de subir un kilo y dejarlo pasar. Te mueres de hambre cuando eso sucede y eso está mal, te he visto en las últimas luchas que has tenido... y me asustas, amor. Por favor detente y vuelve a casa.
—Mm...
—Vamos, regresa.
—Vale, solo si me prometes que al llegar allá aceptarás que te haga una videollamada.
—Está bien —sonreí.
—Genial, te llamo luego.
—Vale.
Colgó y me senté a esperar que llegará al departamento otra vez, me crucé de brazos. Varias de las mujeres aquí presente no me quitaban la vista ni por un segundo, algo que no me impresionaba. Si, eran lindas pero no era capaz de mirarlas como ligues.
Amaba a Devin y si no era ella entonces no era nadie, así de sencillo.
Miré la pantalla de mi celular y ahí estaba la llamada entrante, acepté. Al ver su hermoso rostro mi corazón se aceleró a un nivel que podía sentirlo chocando contra mis costillas, era un sentimiento casi inhumano.
Ella sonrió y todo a mi alrededor se detuvo.
—Disculpa si mi aspecto es el de un vago, mi ansiedad por verte no me ha dado tiempo de arreglarme —desordenó aún más su cabello.
Sonreí.
—Amor, no me importa. Te quiero así sin maquillaje, despeinada o recién levantada, en tus días buenos y en los peores. Te quiero por quien eres, por lo que haces, nada mejor de ti que tu esencia, no restaría nada de tu autenticidad. Eres plena en libertad, te quiero justo asi... sin más.
Ella se sonrojó, nada más bello que esas mejillas rojas.
—Si pudiera besarte y absorber de tus labios toda esa poesía —levantó el celular, estaba recostada en la cama.
—Pronto iré a verte.
—¿Cuándo para ti es pronto? Dímelo.
—No lo sé Devie, pero tarde o temprano nos veremos.
—No sé por qué presiento que me defraudarás otra vez.
—No pienses así.
—Es que no sé de que otra forma pensarlo Colby, te necesito. Necesito de tu apoyo, de tu presencia, de tus besos, de tu cálido cuerpo junto al mío al despertar cada mañana. Necesito todo de ti para sobrevivir y de alguna manera no lo entiendes.
—No es que no lo entienda, más bien son las circunstancias que me impiden hacerlo —humedecí mis labios—. Por ejemplo, hoy me chocaron el auto y mañana me las tendré que arreglar con el abogado de ese tipo.
—¿Por qué he de creerte?
—Porque es verdad.
—Oh, ¿entonces las veces anteriores no han sido verdad y sólo no has querido venir a verme? —me miró seria.
—Si... No... yo... —imbécil—. Devin...
Ella guardó silencio.
Vi como sus ojos brillaban, como todos sus sentimientos dichos anteriormente se arrepentían y como su garganta tragaba pesado.
—Ya no sé que sentir, Colby —suspiró—. Es mejor tomarnos un tiempo.
—Por favor, no me digas eso. No me destroces de tal manera —apreté los labios.
—Soy yo quien debería decir eso.
Colgó.
Cerré los ojos, sabía que ese "tomarnos un tiempo" significaba que todo había acabado. Un sabor amargo inundó mi garganta y con desesperación lancé el celular al suelo llamando así la atención de todos los presentes. El silencio se había creado.
Todos me miraban.
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