21.08.2016.
Brooklyn, New York.

       El presente.

Y aquí estaba yo. Tirada en la calle, bebiendo de la botella de alcohol y llorando las penurias de hace dos años en silencio. No tenía dinero y era incapaz de volver a casa por los recuerdos que habitaban en ella.

Este es el momento en que me pregunto; ¿qué es realmente todo esto? ¿qué es todo esto llamado vida? Si de algún modo, en alguna etapa de nuestra miserable existencia tenemos que morir. ¿Por qué vivir? ¿cuál es el maldito propósito? La vida nos termina cogiendo a todos por igual.

—Debería ir a casa, este lugar no es para usted.
Un anciano me dejó un billete sobre las piernas.
Miré como se marchaba y lo único que pude hacer fue llevar mi mano hasta mi rostro y cubrirlo para poder llorar desconsoladamente, no me había bañado en semanas y había bajado de peso. Podía ver y sentir mis costillas al igual que mi columna.

Tomé la botella del suelo y al ver que se me había acabado el amargo líquido me levanté del suelo, dí unos pasos en dirección al bar más cercano pero el cuerpo de un tipo me mandó al suelo de nuevo. Lo miré y ni siquiera se inmutó en saber si me encontraba bien, solo le importaba seguir mirando su teléfono. Me quedé ahí tratando de levantarme mientras las personas pasaban pero se me hacía casi imposible y me volví a sentar contra la pared, todo esto era una maldita mierda.

Lo intenté otra vez y fui hasta el bar enredándome con mis propios pies. Abrí la puerta, el ambiente estaba viciado y de un color gris. Me acerque a la barra junto con la mujer, ella sabía quien era así que me trajo dos botellas y negó con la cabeza, sabía que me iba a decir lo mismo de todas las veces.
Antes de dejarla comenzar el sermón, decidí tomar las botellas y sentarme en la mesa del fondo pero aún así no dejaba de mirarme con tristeza.

Abrí la botella y la llevé a mis labios en menos de dos segundos, la bebí completa sin dejar rastro de lo que antes había. Las lágrimas caían como si fuese normal, y se mezclaban con el sabor amargo del alcohol. Me quité el gorro, junté ambas manos sobre la mesa y me recargué en ellas cubriendo mi vergüenza.

—Sé que no estarías orgullosa de esto... —sollocé limpiando mi nariz. Abrí la otra botella e hice lo mismo que con la primera, sabía que el grupo al otro lado del lugar estaba mirándome y no dejaban de hablar del tipo de persona que era.
Me puse de pie con una de las botellas, cuando estuve a escasos centímetros se las tiré pero solo cayó al suelo en pedazos, haciendo un sonido estruendoso—. ¿Qué? ¿tienen algo que decir? —me acerqué— háganlo ahora pedazos de mierda, y no cuando les de la espalda —miré la cara de todos ellos, dos de ellos tenían miedo—, exacto, no van a decir nada porque son unos hijos de... —dejé las palabras a medio camino, uno de los hombres del lugar me sacó a empujones y nuevamente estaba sobre la acera con una nueva herida en mi codo. No era algo nuevo.

Me levanté con pesadez, las rodillas de mis pantalones estaban rotas y también mis rodillas, dolian pero no tenía ganas de curarlas. No tenía ganas de ir a casa, no quería refujiarme un año más y sentir la soledad invadiendo cada célula de mi cuerpo.
Pero lo necesitaba, necesitaba bañarme y sin otra opción.. mis piernas caminaron hasta allá.

Abrí la puerta como todas las otras veces, miré la sala y la mesa que había puesto frente al sofá estaba lleno de botellas, vasos de plástico, cigarrillos entre otras drogas.
Pasé directo al baño, no me molesté en abrir el grifo de agua caliente y solo me paré debajo del chorro de agua mojando mi cuerpo enfermo.
Cuando estuve completamente mojada, me despojé de mi ropa dejándola en el suelo y procedí a usar shampú con otros químicos como si fuesen a hacerme sentir como nueva, pero eso jamás sucedería.

—it's like there's cancer in my blood, it's like there's water in my lungs and I can't take another step... please tell me I am not undone —lloré y mis lágrimas se fueron con las demás por el desagüe. A pesar de haber pasado un año, todo seguía siendo tan crudo para mi. No es llegar y superar, es poder recordar sin llorar.

Salí de la ducha con las heridas ardiendo, aún seguían frescas y no las había desinfectado antes de tomar esa ducha con químicos artificiales.
Fui al que se suponía era mi cuarto, me dirigí al closet y tomé lo primero que mis ojos vieron, un pantalón y una camiseta. El espejo estaba al frente de mi, miré lo que era mi silueta y no veía nada más que vergüenza.

—¡Que tanto miras! —le grité y lo rompí en miles de pedazos con mi puño. Otra nueva herida la cual curar.

Nuevamente fui a la sala de estar, el suelo estaba repleto de basura y no era por comida.
Me senté en el sofá, tomé un cigarrillo, lo encendí y lo llevé a mis labios aspirando con fuerza, con la otra mano tomé una botella que aún tenía alcohol y lo bebí después de quitar el cigarrillo.

—Todos estamos jodidos —susurré dejando que mi cabello mojara mi ropa. Me recosté en el sofá manchandolo con las cenizas, gotas de alcohol y sangre, ya no me importaba si nadie iba a venir y decirme algo— te necesito... —susurré tomando el teléfono del suelo. Recordé que a ella le gustaba una película antigua donde la mujer le marcaba al buzón de voz de su difunto esposo solo para escuchar su voz una vez más y eso fue lo que hice..

«Hey soy Danny, no me encuentro en estos momentos pero deja tu mensaje después del sonido si quieres. Adiós.»

Colgué y volví a marcar todas las veces posibles, todas las veces que necesitaba escuchar su voz.

«Hey soy Danny, no me encuentro en estos momentos pero deja tu mensaje después del sonido si quieres. Adiós.»

«Hey soy Danny, no me encuentro en estos momentos pero deja tu mensaje después del sonido si quieres. Adiós.»

«Hey soy Danny, no me encuentro en estos momentos pero deja tu mensaje después del sonido si quieres. Adiós.»

«Hey soy Danny, no me encuentro en estos momentos pero deja tu mensaje después del sonido si quieres. Adiós.»

«Hey soy Danny, no me encuentro en estos momentos pero deja tu mensaje después del sonido si quieres. Adiós.»

«Hey soy Danny, no me encuentro en estos momentos pero deja tu mensaje después del sonido si quieres. Adiós.»

«Hey soy Danny, no me encuentro en estos momentos pero deja tu mensaje después del sonido si quieres. Adiós.»

«Hey soy Danny, no me encuentro en estos momentos pero deja tu mensaje después del sonido si quieres. Adiós.»

«Hey soy Danny, no me encuentro en estos momentos pero deja tu mensaje después del sonido si quieres. Adiós.»

—Vuelve...