Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

34. Vete al infierno.

Devin Knox.

Al pasar los minutos, decidimos tomar asiento.
Las palabras se estaban alargando.

—Gracias por explicarme sus motivos —lo miré a los ojos, ya no me salía voz—. Y gracias por prometer no... —arreglé mi garganta—. Decirle a nadie sobre mi secreto.

—Respeto los motivos que tengas, no soy nadie para contar cosas que no me incumben, que ni siquiera me involucran —sonrió de lado. Una sonrisa tan diminuta, que para mi significó mucho más.

—Gracias —volví a agradecer, no podía dejar de hacerlo aún cuando me había dicho que no le gustaba escucharlo—. Es la única persona que con una sola mirada se dio cuenta que no pertenencia al sexo que trataba de demostrar.

—Con el tiempo, todo se va aclarando más rápido en los ojos de un hombre que ha visto más de lo que se hubiera imaginado —la forma en la que hablaba era cautivante, era imposible dejar de conversar con él.
Era como leer un libro y engancharse tanto con el trama que luego se hace imposible dejar de quitar la vista hasta llegar al final de éste—. No soy un hombre que comenta todo lo que ve. A veces se necesita callar y hablar en el momento adecuado... después de haberlo meditado un largo tiempo.

—Usted me deja sin palabras —dije.

—Pero ten cuidado, esto puede terminar fatal.

—Lo sé... —susurré y limpié mi nariz.

A los minutos después pude ver como traían a Reigns con cuidado, en ese momento ambos guardamos silencio.
Pero estaba segura que el hombre a mi lado sabía perfectamente lo que estaba pensando o sintiendo al mismo tiempo.

—Es difícil saber si lo que has hecho hace unos minutos es una primicia para Roman.

—Tal vez lo sea —lo miré—. Pude dejar mi punto claro, que ni siquiera le tengo respeto.

—Daniel —su voz me era muy afable, agradable en simples palabras—. Debes aprender a manejar la empatia, la tolerancia y apaciguar ese odio que tienes hacia las personas por no ser iguales a ti. Vas a encontrar a personas pedantes y altaneras ya que no todo es perfecto en este mundo, pero así también vas a tener que aceptarlas en algún momento como te han aceptado a ti en tus peores días —sus ojos miraron los mios.

—Me he ganado unas sabias palabras y eso es increíble, pero no puedo... simplemente. Llegar y aceptar a Reigns no es algo que yo pueda tomar a la ligera, no soy como los demás que aceptan dar segundas oportunidades —me acomodé—. Soy una persona que si ve que ese ser humano hizo algo que no me gustó, ahí quedó mi simpatía y nada podrá cambiarlo.

—Ahí es donde estás fallando.

—No fallo, solo reconozco y escojo muy bien a mis amistades.

—Y a los que no son tus amigos, les haces daño ¿verdad?

—No.

—Porque eso es lo que estás proyectando, lo que me estás demostrando con tus acciones.

—Sencillamente soy una persona que al ver algunas cosas que no le gustan, va y las arregla —me encogí de hombros—. Soy manipulador muchas veces.

No me respondió y me miró por unos segundos. Su mirada era como estar mirándome en el espejo.

—Está bien, no tengo las intenciones de discutir contigo. Pero si en algún momento se da la oportunidad en que las cosas se den naturalmente, atrévete a dejarte llevar.

—Le tomaré la palabra —acepté. Estaba disfrutando de la charla, hasta que tuvieron que ir por él—. Ha sido un gusto conocerlo, Taker.

—El gusto ha sido mio, Daniel.

Me atreví a darle un abrazo y él aceptó sin pensarlo mucho tiempo. Aquel hombre había curado mis pensamientos negativos en diez minutos, más de lo que yo misma hubiera hecho en tres años.

Le hice un gesto con la mano mirando como se marchaba lejos de mi para siempre, y luego me dí cuenta de mis nudillos. Estaba viendo la piel rojiza que tenía debajo de la que estaba rota y no me causaba nada, ni siquiera quería limpiarme.
Podría ser un recuerdo del día en que lastimé seriamente a Roman Reigns y fui directo a la cárcel por el atrevimiento.

Apreté los labios suavemente y antes de que viniese la "autoridad" a reclamar por mis acciones, decidí ponerme de pie e ir a la salida.
Ya lo había hecho como Goldberg; entré, hice mi trabajo y ahora me voy. Así de sencillo resultó, a pesar de haber tenido un largo viaje hasta aquí. Lo bueno era que no había traído nada y de eso me alegraba totalmente.

"No todo fue un caso perdido"
Pensé mirando el entorno, buscando a Lopez. Lo iba a matar y él lo sabía.

Miré en los lugares que creí que se encontraría, pero no estaba y preferí buscar la salida con la frente en alto. Ya no estaba Foley así que ya no implicaba tener que fingir ser simpática cuando no lo era, solo lo hacia porque él me lo había pedido desde un principio.

—No, tú no te vas —escuché una voz a lo lejos.

—Si, si que lo haré —sonreí sin dejar de caminar o girar el rostro para ver a Stephanie.

—¡Detente!

—No —hundí las manos en los bolsillos de mis pantalones y pude divisar la salida—. Nos vemos mañana.

Llegué afuera y vi a Lopez caminando justo por donde tenía pensado hacerlo también. Traté de gritarle, pero al no hacerme caso comencé a caminar rápido para alcanzarlo.

—¿Cuando llegaste? —preguntó como si nunca nos hubiésemos visto.

—No te hagas el tonto, sé perfectamente que me viste por las pantallas en todo backstage.

—No, luego de mi combate tomé una ducha —se volvió a poner el audífono en el oído ignorándome por completo.

—No me ignores, que no te he hecho nada —le jalé los audífonos—. ¿Por qué demonios me tratas así?

—No te he tratado diferente.

—¡Claro que lo has hecho! ¡te recuperaste y me has comenzado a odiar mucho más que antes! —me paré al frente de él, impidiendo su caminata—. ¿Qué te hice?

—Desde un principio has puesto reglas y solo trato de cumplir con ellas, ¿ahora te molesta eso? Porque entonces soy yo quien debería hacer las preguntas —me miró—. ¿Acaso no te das cuenta que estoy dejando que te recuperes porque luego seré yo quien domine? Eres demasiado lenta. Creo que demasiado sexo ha estado dañando tu cerebro, date cuenta —pasó a mi lado con una cara de "por favor perra, déjame".

"No debiste haber dicho eso, imbécil"
Apreté las manos respirando lentamente. No quería golpearlo a él también.

—¿Disculpa?

Muy tarde.

—Lo que has oído.

—Sabes que no debiste haber dicho eso, ¿no es así?

—Lo dije y no voy a pedirte disculpas —se encogió de hombros sin dejar de caminar—. Tú no estás de humor y yo no estoy de humor, pero no voy a ser un salvaje y pelearé contigo aquí en la calle. Tengo educación.

—Yo no.

Me subí sobre su espalda.
No sé de donde sacaba tanta energía para poder buscar pelear por todas partes.

"Detente, si no te sientes bien entonces ve a un gimnasio o práctica boxeo como lo hacías hace años. Pero déjalo"

Danny siempre aparecía en momentos inoportunos.
—¡Bajate de mi! —reclamaba como loco.

—Eso dices ahora —le dije con humor, eso lo picaba más—. No reclames y como castigo tendrás que viajar conmigo hasta Iowa.

—¡Ni muerto! —trataba de separar mis piernas de su cintura, pero no lo iba a hacer. Ya me había sujetado como una mochila a su espalda.

—Si, lo harás. Y tendremos que conversar —sujeté su cuello y dejó de forcejear, era muy fácil hacer que se resignara—. Tranquilo, no te golpearé —acaricié su mejilla y este trataba de repeler mi tacto con rudeza—. A menos que la situación lo amerite, claro.

—¡Salvaje! —tomó su maleta y siguió caminando.

—Gracias.

—Vete al infierno.

—Está bien, pero tendrás que irte conmigo porque no tengo pensado soltarte nunca —le susurré. Éste giró su cabeza, me miró enojado y me sacó la lengua pensando que se veía malo pero solo lo hacia ver adorable para mi.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro