30. Es un endemoniado héroe para mi.
El silencio de vuelta al edifico fue bastante cómodo, no había de que hablar pero eso no quería decir que fuese aburrido. Todo lo contrario.
Su presencia era todo para mi, su armonía y el aura que lo rodeaba hacía que mi estado estuviera tranquilo. Sin contar lo sucedido en el hospital, claramente.
Cuando llegamos, como era parte de su educación, me dejó afuera de mi habitación. Se paró al frente de mi con las manos en los bolsillos y me miró con una sonrisa de lado.
—Nos vemos mañana —besó mi frente, pero jalé de su camisa negra y le dejé un casto beso en la punta de sus labios para no alarmar a Danny.
Sacó una de sus manos de los bolsillos de su pantalón y la apoyó en la pared haciendo que mi espalda se apoyara obviamente en ese mismo lugar. Se acercó un poco más y esta vez él tomó la iniciativa, besandome sin tener intenciones de detenerse. No era algo brutal ni desesperado, era lento y dejaba que mis pulmones respiraran con normalidad, era agradable.
Solo rogaba que Danny no interrumpiera como la vez anterior.
Su boca era un león insaciable, atacaba cuantas veces quería sin que mis sentidos se percataran, hasta el momento cuando estaba sucediendo.
—Detente o esto no tendrá fin hasta cuando sea demasiado tarde —hablé como pude, entre sus labios. Todo estaba tan oscuro que con suerte podía ver su silueta, sus ojos me miraban y sus labios tenían una sonrisa que me hizo sonreír también.
—¿Demasiado tarde? Eso suena tentador —susurró.
—Tal vez algún día te invite a pasar y olvidar el presente por un par de horas —sonreí, estábamos susurrando. Estaba muy segura que él lo había mal pensado, ambos estábamos cansados, entendía su actitud algo promiscua.
—Suena bien —se alejó un poco—. Nos vemos mañana Dev, descansa.
—Igual tú.
—Avísame por cualquier cosa que te suceda, no importa la hora. Aquí estaré.
—Gracias.
Me guiñó un ojo y dando unos pasos en reversa, se giró siguiendo el pasillo. Su habitación estaba al fondo, entre dos habitaciones donde hacían fiestas. A veces se quejaba por ello pero no siempre, a veces aceptaba la invitación por falta de liberación pero eso no quería decir que se metía con cualquiera, solo necesitaba alcohol o alguna que otra droga. En eso nos parecíamos.
Abrí la puerta de mi habitación lentamente y entré, estaba algo cansada pero no físicamente, más bien emocionalmente. Ese hospital me había dejado con un mal sabor de boca, fue algo extraño y hacia que cualquiera se contagiara de ira en vez de una enfermedad.
Cerré detrás de mi, dejé las llaves en el sofá y fui directo al cuarto cerrando también esa puerta. Me acerque a las cortinas y solo cerré una dejando las otras abiertas, este era el único edificio más grande así que nadie me vería y si lo hicieran tampoco me molestaba, no hay un ser humano que no conozca el cuerpo humano en su mayoría.
Podía ver la luna y sus estrellas en el cielo, esa era mi luz y la única que me dejaba ver el cuatro completo. La aproveché y me desvestí, dandome cuenta que tenía la chaqueta de Levi todavía en mi cuerpo.
Reí al momento en que me la quitaba y su olor había quedado impregnado en mi piel. La colgué en la puerta con uno de los ganchos que tenía ahí y cuando quedé en ropa interior, me metí a la cama. Vería algo de televisión hasta que me diera sueño.
Pasé los canales uno por uno sin nada bueno que encontrar, siempre era lo mismo. Siempre tenía que recurrir a YouTube o a Netflix.
Esta vez elegí YouTube.
Comencé a ver el inicio y las recomendaciones que tenían para mi por haber visto las luchas de Colby, y encontré la lucha completa de esta noche. Me la había perdido por haber estado en el hospital toda la tarde, ya iban a ser las doce.
Le dí "click" al vídeo y este comenzó a reproducirse, solo estaba pendiente del momento en que Colby saldría. Estando Hunter por ahí, nada lo libraría de una paliza por parte del "destructor" o del mismo "creador". Tenía bastante curiosidad.
Me comía las uñas sin darme cuenta, porque con lo que estaba viendo ya no estaba segura de cual sería mi papel en todas esas storylines separadas. Cada quien tenía su tema y yo no tenía nada, Colby no podía pedirme a Joe porque ese sujeto ya no le había hecho nada. Pero conmigo... no, ahora tal vez si quisiera tener un tema conmigo. Bueno, lo que venga... a darle como sea, mientras tenga luchas soy feliz.
Estaba tan sumida en mi cabeza que no me había percatado de la canción que estaba sonando en mi habitación, era mi celular desde el bolsillo de la chaqueta de Levi.
Me levanté y lo tomé, estaba llamándome.
—Dime —atendí seca.
—¿Estás de mal humor?
—No lo sé... —suspiré pasando dos de mis dedos por mis ojos—. Ese hospital hizo que trajera conmigo toda la ira que se encontraba en el ambiente.
—Es irónico porque yo también.
—Hace un rato todo fue divertido, pero cruzando la puerta, esa ira se liberó en mi habitación.
—¿Me dejas ir contigo? Es claro que solo funcionamos juntos —su tono de voz era tan dulce e infantil, pero sabía que ocultaba su ira.
—Está bien —colgué y me volví a poner de pie—. Danny, por favor no hagas nada esta vez... —susurré—. No sé si sea amor, no estoy segura de lo que estoy sintiendo pero si en algún momento te das cuenta que mis sentimientos se deciden y no es de tu agrado, te permito que hagas algo.
"Bien"
Abrí los ojos y tomé la chaqueta de Levi pasandola por mi cuerpo, era lo suficientemente larga para poder salir de la habitación y abrirle la puerta.
Restregué mi rostro con ambas manos, estaba molesta y por una parte no lo entendía.
—Ya voy —hablé cuando sentí la puerta siendo tocada sin parar. Salí del cuarto y me dirigí a la puerta, la abrí y el rostro del hombre al frente de mi estaba algo enojado—. Luces tan bien parado ahí mirándome enojado —traté de aligerar su ceño como se aligeró el mio con el simple hecho de abrirle la puerta.
—Están haciendo fiesta otra vez.
—¿Ambos departamentos?
—Se pusieron de acuerdo con fastidiarme la puta noche —suspiró y se quedó mirándome, luego bajó su mirada más allá de mis hombros—. Ey, si hubiera sabido que me tenías un baile exótico me hubiera venido mucho más antes —sonrió y se hizo paso junto a mi, reí ante su comentario.
—Te lo perdiste, que lastima.
—No hay problema, yo puedo hacerte uno.
—Genial, me muero por verlo —volví al cuarto y él me siguió cerrando detrás suyo.
—¿Qué estabas viendo?
—La lucha de esta noche, la que me perdí por haber estado en ese asqueroso lugar —me quité la chaqueta y la colgué de nuevo.
Luego me metí en la cama.
—Debió de haber sido interesante, porque no paraban los comentarios cuando iba a mi cuarto —giró la cama y se acostó a mi lado—. ¿Estará Colby?
—¿Por qué la pregunta?
—Escuché algo de Seth Rollins.
—¡No me lo cuentes, yo quiero verlo! —le cubrí la boca y él rió. Todo dejó de estar tenso y cambió a felicidad, de verdad que funcionabamos juntos.
No sabía en que iba, pero Levi no dejaba de insistirme en que me vería mejor como "Diva" de la empresa. Pero no quería hacerlo, no quería que me vieran como una mujer débil o un objeto sexual que solo aparece una vez a las cuantas, sin un papel protagonico. Yo siempre he querido más, jamás me he conformado y esta vez no lo sería, soy feliz como va mi vida.
No sabía cuanto tiempo había pasado, en los momento en que le ponía pause conversabamos que nos había parecido hasta el momento y definitivamente teníamos diferentes perspectivas. En momentos, en vez de ir en contra solo reíamos y le veíamos el lado cómico, pero no llegabamos a un nivel de pelearnos en serio solo por no estar de acuerdo. Él sabía que podía golpearlo, varias veces me vio en entrenamiento y prefería no tentarme o al menos de comenzar una pugna.
Era innecesario, siempre me daba la razón.
—¿A quién crees que despida Foley? —me preguntó.
—No lo sé —pensé—, pero como tiene el poder, puede ser a cualquiera.
—Te apuesto que elige a Stephanie.
—Suena absurdo, ella es la hijita del viejo Vince —me senté con ambas rodillas sobre el pecho—. Y esposa de H.
—A Mick no le importa, mi mucho menos ser despedido.
—Buen punto —lo pensé y lo reproducí de nuevo dejando que continuara la acción. Esta vez le tocaba a Foley salir a escena, ese hombre me caía muy bien, se preocupaba por mi cuando nadie más lo hacia.
Estaban ambos sobre el ring: Stephanie y Mick. Comenzaron a hablar, hasta que Mick dijo su decisión.
—¡Te lo dije!
—¡Eres un mentiroso, ya habías visto RAW! —le dí un empujón—. ¡Me spoileaste y no me dí cuenta!
—No lo hice —rió delatando que mentía.
Seguimos escuchando y H salió a escena, desde el RAW en que Joe golpeó a Seth este no ha dejado de sonreír con superioridad. Y eso me enfurece, me dan ganas de golpearlo hasta borrarle esa sonrisa.
"...¡Y si ella te dice que brinques, tú brincas monito!"
—¡Hijo de perra! —no pude aguantar más mi coraje—. ¡Detesto ver esa humillación!
—Estan actuando, supongo que Foley tenía que irse por algo más importante.
—Pero no podían elegir este tipo de despedida, ¡que humillación! —apreté mis puños sin dejar de mirar. Luego Mick dejó el micrófono sobre la lona y se acercó a las cuerdas para salir, Hunter pateó el micrófono y se fueron hacia otra esquina Stephanie y él.
Pero Mick seguía ahí, el público comenzó a hacer bulla y H miró en dirección a Mick diciéndole que saliera de su ring. Al no hacerle caso, se acercó y...¡vaya sorpresa!
—¡El señor media! —levanté las manos emocionada—. ¡Ahógalo, mátalo, que pague! —grité saltando en la cama mirando como el barbudo poco a poco lo llevaba hasta la lona, pero no todo fue perfecto y era demasiado predecible decir que McMahon le daría un golpe bajo—. ¡Aprovecha que es mujer, como me gustaría que le dieran una paliza para que respete! —volví al lado de Levi, este me miraba curioso y muy relajado.
Hunter se puso de pie, tenía rojo el borde de la boca y se comenzó a preparar para pegarle a un Mick tirado sobre la lona, sujetándose de la cuerda y dándole la espalda. Me estaba alterando cuando el tema de Seth comenzó a sonar.
Estaba emocionada y no podía moverme, se veía jodidamente bien con esa ropa de adolescente. Pero aún llevaba la muleta a un lado, se veía raro al caminar ya que él no caminaba tan abierto todas las veces que lo había visto. Algo estaba raro, llegó hasta quedarse parado a unos metros del ring mientras Hunter le hacia un gesto con las manos, Seth sonrió y... dejó caer la muleta a un costado...
—Es un endemoniado héroe para mi —susurré y lo que se vino fue realmente impresionante. Sin darme cuenta comencé a dar golpes como se los estaba dando Seth a Hunter y Levi detuvo mis acciones con una risa.
Todo estaba siendo perfecto, hasta que el asesino cerebral usó la muleta en contra de Seth. Los gritos eran espantosos por parte de él y extasiados por parte de McMahon.
Estaba segura que el estado de esa rodilla había empeorado y esta vez tal vez no llegaba a WrestleMania.
—Final emocionante —habló Levi cuando terminó RAW y me salía de YouTube.
—Me hizo enojar más —me crucé de brazos, haciendo una mueca.
—Vamos, solo es entretención.
—Pero no lo es cuando se trata de lesiones físicas —lo contradije. Él se puso de pie, tomó el control, apagó el televisor y se paró a los pies de la cama frente a mi—. ¿Qué haces?
—El baile que te prometí —se comenzó a quitar la camisa botón por botón—. Vine para hacerte feliz, no enojarte más.
—Bien —me acomodé mirando como dejaba la camisa a un lado—. ¿Qué es eso? —miré su oblicuo izquierdo.
—Un tatuaje.
—¿Es la cabecita de un extraterrestre? —sonreí.
—Muchas veces pensé que la tierra, que todo el mundo apestaba —pasó sus dedos por ahí y luego siguió con los pantalones.
—Me gusta.
—Que bien. Porque no iba a hacer que me lo quitaran con láser si no te gustaba —se quedó con boxers y me miró. Asentí pensando que esperaba mi aprobación para comenzar y así fue, iniciando la acción.
No me hizo reír como todas las veces en que me burlaba, en vez de eso me hizo mirarlo como si fuese un baile hipnótico. Sabía lo que hacía y me sacaba unas cuantas risas avergonzada, me cohibió esta vez.
—¿Cómo te sientes ahora? —preguntó pasando una mano por su cabello.
—Sigo molesta.
—Eres un caso perdido —subió a la cama y gateó hasta quedar encima de mi.
—Lo sé y me gusta como tomas la iniciativa cuando no sabes que hacer —envolví mis brazos en su cuello.
—Tal vez sea esto lo que necesitas —se posicionó entre mis piernas y las enrolló en sus caderas.
—A veces se necesita una buena cojida para saber si es así.
—No te has equivocado de persona —subió las sabanas hasta cubrir nuestras cabezas.
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