23. "Entre ceja y ceja"
Devin Knox.
Maldito seas Colby Lopez, ahora tenía que dejar ir todo lo que quería solo para complacer sus caprichos del egocéntrico personaje que él mismo manipulaba.
Creí que esto sería divertido, pero esto era lo que se ganaba por querer hacerme la graciosa y beber hasta perder el conocimiento. Era una gran lección de vida que no debería tomar a la ligera, ya que... es Seth Rollins. Todo puede pasar; cosas buenas y cosas malas, es impredecible lo que sucederá cada segundo.
Al principio creí que se trataría de un sujeto comprensivo, que trataría de ayudarme aún cuando era necia y testaruda, que no se rendiría hasta que yo confiara en él. Pero solo terminó siendo la persona que siempre ha demostrado ser, un egocentrista manipulador.
Me puse de pie tocando el frío suelo de mi habitación. Volvía a ser otro día más y Danny siempre estaba presente para darme los buenos días.
—No digo "buen día". Creo que esta es una de las expresiones más estúpidas. En fin de cuentas, no tienes la opción de decir "mal día" o "horrible día" o no-me-interesa-tu-día. Todas las mañanas se espera que sea el inicio de un buen día. Yo no creo en eso, creo lo contrario a eso —desordené aún más mi cabello.
"Aún así voy a decírtelo porque me gusta hacerlo"
—Esta bien. Al menos sé que no te has ido y eso me relaja cuando no encuentro la forma de hacerlo —sonreí de lado, pero un tacto frío en mi espalda me hizo quedar en la posición que me encontraba. Respiré lento, mis músculos dejaron de estar tensos y todo el odio que sentía por dentro, desapareció—. Gracias.
"Siempre estaré aquí para ti"
—Te amo —me puse de pie y fui directo al guardaropa, no había necesidad de tomar un baño cuando ella hizo todo lo que necesitaba cada mañana—. Me matarán —reí pensando que hoy sería el evento de RAW nuevamente—. Pero no me molesta —tomé unos pantalones gastados, un suéter delgado y mi chaqueta de mezclilla. Añadiendo la ropa interior y las vendas, mis pechos sufrían.
Luego volví a la cama y me senté para poder vestirme.
El golpe que me había dado Lesnar aún no sanaba y eso me asombraba, creo que ya no lo haría.
Tomé las vendas y comencé a enrollarlas por mi pecho, últimamente me habían estado doliendo. Pero supongo que era por toda la fuerza que ejercía cuando estaba enojada, esta vez las puse un poco más sueltas dándoles libertad.
"¿Crees que Colby vea RAW esta noche?"
Y ya iba a comenzar con sus insinuaciones que solo me daban gracia.
—Por supuesto, quiere ver a su conejillo de indias siguiendo el plan —me subí los pantalones.
"Creo que para ver más que solo eso"
—Ese hombre ama la empresa, claro que verá algo más que solo a mi. Le encanta el show y los momentos humorísticos que muchas veces suceden.
"Sé que estas evitando el verdadero significado de mis palabras"
—Obviamente, mi querida Danielle Alanís —me puse el suéter por los hombros—. Colby no me atrae, tal vez en un comienzo, cuando se acercó a mi y me dijo con una voz casi sensual; «Estaré aquí, aunque no me quieras cerca» —imité su voz pero solo terminé riendo—. No negaré que quería besarlo, pero ahora ni eso me importa. Así que por favor, no más insinuaciones.
"Eres todo un misterio"
—¿Qué? ¿sobre lo último?
"Si"
—Creí que lo habías notado por el ambiente tenso —me encogí de hombros—. Ahora tengo un doble trabajo y luchar es mi pasión, no los hombres.
"Algún día me dirás lo contrario, ya verás"
—Algún día, pero aún no se acerca —me puse los zapatos. Me levanté para tomar la mochila y ordenar mi ropa de trabajo, así la tendría lista para cuando fuese la hora.
Luego salí de la habitación caminando directo a la cocina, no tenía muchos alimentos y tampoco me iba a molestar en ir a comprar, solo haría todo lo posible con lo poco que tenía. Cuando pude preparar algo, salí nuevamente y me senté en el sofá en silencio.
—Uhmm... —hice un sonido con la garganta y puse los ojos en blanco, ni siquiera había terminado de tragar mi primer bocado cuando mi celular no dejó de sonar insistentemente. Lo tomé del suelo y vi de quien se trataba—. ¿No me puedes ni siquiera dejar comer mi desayuno en paz por una vez?
—Es medio día, no sé porque te gusta levantarte tan tarde.
—Porque así no tengo que saber de ti desde las ocho de la mañana —tragué—. Pero hagamos esto rápido y sencillo, ¿qué necesitas?
—Quiero estar seguro que no olvidarás lo que debes hacer esta noche.
—¿Cómo olvidarlo? Si ese mastodonte me hará polvo y ni siquiera te vas a molestar en vengar la noble caída suicida que tú mismo estás provocando.
—Entonces ya lo entendiste.
—Así es —apreté los dientes.
—Nos vemos —rió.
—¡No, espera!
—Qué.
—¿Me prestas tu vehículo? Ahora que no puedes conducir no tengo quien me lleve.
—Tengo todo eso arreglado, ya lo pensé y Chris te llevará todas las veces hasta que yo este de vuelta en el juego.
—¿Y le vas a seguir dando con el Jerichito, verdad?
- -¿Qué? Te estoy haciendo un favor, su auto es mejor que el mio. Deberías estar feliz.
—Maldito seas, Colby Lopez.
—Oh oh... la line... se est-ta cortand... do... —se escuchó como si arrugara un trozo de papel.
—¡Eso es demasiado antiguo, ya detente!
-/Adiosito —colgó. Me quedé con el teléfono en la mano, pero luego comencé a reír y no sabía porque.
—Como sea —seguí comiendo de mi desayuno-almuerzo.
Cuando acabé, me puse a ordenar un poco el departamento. Estaba hecho un desastre, aún más el cuarto. Lo limpié de pie a cabeza hasta que llegó mi hora de partir al próximo coliseo que nos tocaba, Lopez me volvió a llamar y me avisó que Jericho estaba afuera esperándome, le hice caso y con mi mochila fui a su encuentro.
Todo me era tan incomodo; el silencio que compartíamos, esa sensación que sentía como si él quisiera decirme algo, sus manos que no dejaban de moverse y el estar sentada a su lado.
Estaba que le gritaba si le pasaba algo, pero pude controlarme.
Después de que llegamos, hice lo mismo de siempre y bajé sin decir nada hasta entrar al lugar. Estaba lleno de gente, todos estaban alegres y yo solo estaba nerviosa, no creí que lo estaría. Solo es Samoa Joe... quien me destruiría.
—Ay mayuya, sálvame —junté las manos susurrando, luego me persigné y seguí caminando hasta llegar a los vestidores. Dejé mis cosas en uno de los espacios y me senté por unos segundos.
—Hey —escuché una voz al frente de mi, levanté la cabeza y era Zayn.
—Hey —le devolví el saludo cambiando mi voz y mi personaje a Daniel—. ¿Has visto a Foley?
—Aún no llega.
—¿Hablas en serio?
—¿Por qué he de jugar contigo, Daniel?
—De acuerdo —pasé ambas manos por mi cabello—. Entonces... ¿la forma de invocar a Joe es hablando mal de él? —lo volví a mirar.
—Es diciendo la verdad —me dio un golpe en el hombro-, pero no te recomiendo que lo hagas porque no juega limpio.
—Yo tampoco.
—¿Por qué piensas hacerlo?
—Diversión, ya lo tengo entre ceja y ceja —le sonreí.
—No entiendo tu significado de diversión, cuando hace unas semanas eras la pesadilla de Chris —se sentó a mi lado—. Porque dejar lo que te había costado conseguir por algo efímero que tal vez... no durará mucho.
«Eso mismo me pregunto yo, Sami Zayn... eso mismo», pensé.
—Para que me tomen en cuenta —no sabía que responderle cuando la verdadera razón era estúpida. No podía decirle: "porque quiero vengar a Rollins, él me lo pidió y se merece que me destrocen". Obviamente no, ¡no, que ridículo!
—Pero hay mejores formas Daniel, no recurrir a algo tan barato como eso —se volvió a levantar y abandonó el lugar, dejandome como una idiota. Tenía razón y yo hubiera hecho reales sus palabras con mi feudo contra Jericho, pero no se podía.
Suspiré y de igual manera me levanté para ir en busca de Foley, era ahora o nunca. Comencé a gritar su nombre por todo el lugar hasta que apareció.
—Hey Mick —sobé mi nuca.
—¿Qué tal, Daniel?
-Bien, ¿y tú?
—Bien —sonrió de lado—. ¿A qué debo esta búsqueda implacable de mi persona?
—Bueno, ¿Joe lucha esta noche?
—Prácticamente... —hizo un gesto evitando darme información.
—He hecho un cambio de planes y voy a ir por ese sujeto.
—¿Qué sucedió? ¿me perdí de algo, muchacho?
—Solo... solo no preguntes —lo dejé con ganas de saber la razón arrugando el entrecejo y moviendo las manos en el aire. Tomé una botella de agua del casino y me fui a sentar a mi banca favorita. Si Mick dijo "prácticamente" entonces no necesitaré cambiarme de atuendo.
Miré como todos se preparaban para salir pero el primero que tenía las intenciones de hacerlo era Owens. Me miró antes de cruzar las cortinas, le levanté mi dedo medio y este desapareció al sonar su tema. Reí con ironía, después de ver lo que le hizo a Jericho ni yo se lo perdonaba.
Podía odiarlo, pero que Owens le hiciera eso después de todo el montaje que Jericho tenía planeado para su "mejor amigo"... superaba todos mis límites.
.
Bien. Había llegado el momento en que Sami tenía una lucha pactada con Owens, pero no se necesitaba ser inteligente para saber que Joe iba a salir por Zayn antes de que uno de sus pies tocaran el ring.
Dejé la botella a un lado, estiré mis piernas y me preparé para hacer algo llamado "efecto domino".
El tema de Sami comenzó a sonar y antes de salir me regaló una sonrisa, era simpático. Supongo que después de esto nos uniríamos para ir en contra de Joe.
Miré la gran pantalla y segundos después a ese grandulón que salió corriendo a golpear a Sami, mis dedos estaban algo impacientes y nerviosos. Estaba sudando.
—Mi turno —mordí mi labio y comencé a correr, le había dejado un par de segundos para que no se viese tan falso. Fui directo por la espalda, lo giré y le comencé a regalar golpes sin parar, podía sentir el latir de mi corazón en mis oídos pero al menos había hecho que dejase de golpear a Zayn y se dedicara a su verdadero reto: yo. Con uno de sus golpes me hizo retroceder más de lo que tenía pensado, pero aún así volví a acercarme y le dí mis golpes que gracias a las artes marciales, podía ser más rapida.
Quien lo diría, lo había dejado tirado en el suelo y no había sido nada fácil.
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