19. Maravilloso.
Volvía a amanecer, dando así, la bienvenida a otro día. Los rayos de sol daban directo en mis piernas, obligandome a levantarme de la cama a regañadientes. Mis ojos aún seguían cerrados y mis manos se dirigieron a mi cabello, no podía estar más desordenado.
No estaba segura del día en que estaba, el sueño había sido más potente que había comenzado a amenazar mi realidad con la ficción.
Salí de la habitación dando unos pasos hasta llegar al baño, hice mis asuntos y cuando acabé salí con la realidad más clara en la cabeza. Estaba en mi departamento.
«¿Es acaso que anoche bebí más de la cuenta? ¿es esa la razón de mi inconsciencia y perdida de la razón por el dolor casi parecido a la resaca?»
Me pregunté tratando de recordar lo sucedido anoche, pero todo seguía borroso.
Caminé hasta la cocina por un vaso con agua, abrí el grifo llenando el vaso hasta el límite y lo bebí en segundos, no me llenaba.
De repente el sonido de unos nudillos tocando la puerta me sobresaltaron, haciendo que gotas resvalaran por mi barbilla hasta llegar a mi cuello.
—Ya voy... —susurré y me encaminé hasta la puerta. La abrí y era Colby—. ¿Qué haces aquí?
—¿Cómo que "qué hago aquí"? Hello, Mcfly —dio unos suaves golpes en mi frente—. Son las ocho de la tarde, es lunes y tenemos RAW.
—¿Es lunes? —fruncí el ceño.
—¿Qué demonios aspiraste? —se abrió paso ante mi—, es lunes y vamos tarde.
—¿Qué sucedió ayer? —lo miré sin quitar el ceño fruncido.
—A ver, niña —suspiró—. Sé que ha sido una semana difícil pero no actúes de esta forma ahora —entró a mi habitación, tardó unos segundos y luego salió con algo de mi ropa.
—No te preocupes por mi.
—Foley te quiere esta noche, por eso lo hago.
—No haré nada si no me dices que sucedió porque no recuerdo —tomé la ropa pero no moví ni un pie.
—¿Qué fue lo último que recuerdas?
—Nuestro trato.
—Eso fue la semana pasada.
—¿Ah, si?
—Si —se sentó en el brazo del sofá mirándome—, los días siguientes tuvimos eventos en vivo en ciudades cercanas, te pedí unos cuantos favores a los que no pudiste negarte. Pero ese pedido de salir a luchar contra Lesnar te quedó excelente... a excepción de ese golpe en las costillas —apuntó. Levanté lentamente mi camisetas sin mirar, cuando se encontró a la altura de mis vendas bajé la mirada y estaba morado, tan oscurecido como el color negro. Grité asustando al hombre alto frente a mi.—. Es lindo escuchar eso de nuevo.
—¡Qué demonios te pasa! —le grité a él esta vez.
—Podía haberlo hecho yo, pero...
—Eres un cobarde.
—No Devin, tú insististe —estaba serio—. Yo no le recomendaría esa experiencia ni a mi peor enemigo.
—¡Parece un... chupón de un... gigante! —traté de describirlo y Lopez rió—. ¿Y luego qué?
—Recuérdalo tú misma, yo solo vengo a buscarte —se puso de pie—. Toma una ducha, te espero en el auto en cinco minutos.
—Bueno —giré en mis talones y fui al baño. Abrí las llaves del agua caliente y la del agua fría para así poder equilibrar la temperatura adecuada, cuando la encontré me metí sin importar mi pijama, luego me lo quité y tomé el shampú.
Aún no podía recordar el suceso, pero procesando todas las pastillas que estaban en mi habitación llegué a la cuenta de que los medicamentos eran para poder tolerar el golpe en mis costillas derechas y eran tan fuertes que me hicieron dormir todo el tiempo.
Dejé de pensar en la situación mientras me lavaba el cabello y al terminar me vestí tomandome todo el tiempo necesario para acomodar las vendas, eso lo impacientaría y quería ver su rostro al subir a su auto.
—So listen up, good now, the general masses. You ain't gotta note it in your high school classes... —canté sin muchas ganas, debía dejar de cantar intros de luchadores que me gustaban pero solo era para crear el ambiente mientras lavaba mis dientes. No estaba segura si había comido algo anteriormente, pero tampoco tenía hambre.
Me puse algo de perfume, pasé mis dedos por mi cabello y salí del baño, volviendo al cuarto por mi teléfono. No llevaría un bolso ya que me había acostumbrado a luchar con lo que llevaba puesto. Era más sencillo y menos trabajo.
—So come on let me lead you through the wilderness. I'm a man with a plan! —cerré la puerta guardando las llaves en mis bolsillos. Crucé el pasillo a paso lento, silbando la canción que seguía en mi cabeza, hundí mis manos en los bolsillos de mis pantalones y cuando iba a bajar las escaleras sentí como se abría el ascensor.
—Ni lo pienses —escuché la voz de Colby.
—¿Qué cosa? —dejé mi pie en el aire, a segundos de ponerlo sobre el escalón.
—Esto te costará caro —se acercó y me subió sobre su hombro, eso había sido impresionante, no había tomado ni dos segundos en cargarme como si fuese una pluma. Luego volvió al ascensor, entró y tocó el botón para volver a bajar.
—Auh —me quejé cuando dio un paso atrás y mi cabeza se golpeó contra el espejo—. Me vas a golpear más de lo que me harían en el cuadrilátero —me sobé.
—Eso no hará que te baje.
—Espero que Mick te haga luchar contra Undertaker.
—Uy, que madura —dijo con sarcasmo, esta vez estaba enojado y me gustaba cuando actuaba así. Me daba gracia.
—¿No me bajarás?
—No me arriesgaré a que hagas una de tus escenas y se nos haga más tarde.
—Entonces no sé porque vienes a buscarme.
—Esta vez Mick me lo pidió, pero sabes muy bien que no dejaré de hacerlo. Sé lo mucho que quieres el trabajo y lo mucho que te cuesta ser responsable —la puerta se abrió y comenzó a caminar por el pasillo. Esa altura era mucha, incluso me dio algo de temor si en algún momento me dejaba caer.
—Bueno, que considerado.
—Lo hago porque si no, no tendría a mi conejillo de indias.
—¿Conejillo? —traté de mirarlo—. Vaya, es interesante saber que me llamas así. Pero no es mejor que "popo".
—Es más maduro.
—Te crees maduro y mira como me cargas —usé su sarcasmo y él hizo lo que más temía, me dejó caer. El chillido fue espantoso, había caído directamente sobre la lesión—. Imbécil —apreté mi labio inferior entre mis dientes—. ¡Acaso no lo recuerdas, cabeza de coco! —traté de levantarme.
—Ups, lo olvidé —se encogió de hombros.
—Pobre de ti que me toques —me puse de pie y pasé a su lado. Que gran forma de hacerme cambiar de humor tan rápidamente—. ¿Y así quieres que confíe? —pregunté sin dejar de tocar mi lado derecho.
"Toda relación tiene tus diferencias"
—¿Hablas en serio? —dije a regañadientes, ahora entendía que era mejor guardar silencio.
Subí al auto, en el asiento trasero para no tener que recibir miradas de ese sujeto y conecté los audifonos a mi celular. Cerré los ojos tratando de encontrar mi "yo interior" y el auto comenzó a moverse saliendo del lugar.
.
Al llegar, bajé como si no hubiéramos llegado juntos y durante la distancia que me separaba de mi destino, comencé a practicar en mi voz masculina, sentía que no la había usado hace mucho tiempo y mi garganta estaba algo cansada de hacer pasar pastillas rasposas todos los días.
Entré al lugar y comencé a caminar por los pasillos, tenía que buscar a Foley y notificarle que había llegado. Me lo pidió hace un tiempo, no entendía su preocupación.
—Hey, Mick —lo saludé cuando lo vi, provocando que diera un ligero salto del susto—. He llegado.
—¿Cómo está esa lesión? —me preguntó con una sonrisa de lado.
—Mejorando poco a poco —fingí que no me dolía cuando dolía como quemarse con las llamas del purgatorio. Oh, bueno, supongo—. Pero vamos a lo importante, ¿qué tienes hoy para mi? —sobé mis manos.
—Comenzaremos tu storyline con Chris Jericho.
—Me haces tan feliz, leñador —le dí una palmada a su brazo—. ¿Me dices lo planeado o puedo comenzarlo de la forma en que yo decida?
—Vas a lastimar a Jericho, él estará en la mesa de transmisión mientras Kevin Owens le da una lucha titular a Braun Strowman.
—Maravilloso.
—Que bueno que te guste la idea —miró su libreta—. Eso es todo, debo seguir arreglando lo que sucederá esta noche.
—¿Qué hay para Rollins? —le susurré.
—Saldrá iniciando el show, hablará sobre el asunto de Triple H hasta que salga Stephanie —leyó un poco sin titubear, sabía que yo no diría nada. Tenía bastante fe en mi—. Ella le niega, pero al final le dice la verdad de que Triple H viene en camino.
—Demonios, esto será excitante —dí un saltito—. ¿Entonces H lo enfrentará?
—Así parece.
—Entiendo —llevé dos de mis dedos a mi barbilla—. Gracias por dejarme saber, nos vemos luego Mick.
—Procura cuidar tu lesión.
—Lo haré —le hice un gesto con la mano y seguí mi camino a la zona de entrenamiento. Esto sería algo interesante, muy interesante.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro