005
Jimin gimió adolorido en cuanto la consciencia regresó poco a poco a su cuerpo. Su rostro pulsaba, su cadera dolía y su abdomen parecía palpitar cada que daba una respiración. Lentamente abrió sus ojos, sintiendo sus párpados pesar gracias a la hinchazón que poseían, con cuidado se reincorporó sobre la superficie en la que había caído inconsciente y trató de no sollozar en cuanto sintió el ardor recorrer desde la comisura de su boca hasta la sien.
"Uh, mierda" jadeó apenas, mientras miraba a su alrededor completamente desorientado.
Pequeños recuerdos de lo que había ocurrido la noche anterior llegaron a su mente y un nudo se formó en su garganta en cuanto sintió una punzada especialmente en su espalda baja. Tragó saliva dificultosamente y se levantó del sofá en el que había quedado desparramado después de que Jungkook le diera una lección por haberse ido a sus espaldas.
Y de eso ya había pasado una semana. Una semana desde que Jungkook le había pillado fuera del departamento sin su permiso. Una semana de maltratos, golpes, insultos y todo tipo de humillaciones a las que Jeon le había sometido sin siquiera chistar.
Si se lo preguntaban, la peor semana de toda su vida.
Caminó con dificultad hasta su habitación, usando las paredes como soporte para no terminar sobre el suelo gracias a la debilidad de sus temblorosas y adoloridas piernas. Abrió un poco la puerta, dando un vistazo dentro de la habitación para asegurarse de que Jungkook no estuviese dentro, cuando se percató de que estaba totalmente sólo, ingresó lentamente y con cuidado para no provocarse mayor dolor.
Se dejó caer sobre la cama con delicadeza sintiendo sus músculos ceder contra la suave textura del colchón y las sabanas, cerró los ojos y se permitió dejar salir el primer sollozo que trepaba por su garganta. Rompió en llanto como tantas veces, su corazón doliendo ante el recuerdo de todo lo que Jungkook le había hecho por desobedecer e incluso su cuerpo dolió más, como si recordar los golpes le hicieran experimentar más golpes.
Dejó las lágrimas y los sollozos fluir como siempre, pero si debía ser sincero...
Comenzaba a cansarse.
Estaba harto de solo llorar y llorar, resignándose a vivir una vida llena de maltratos por parte de Jungkook y se odiaba por ser tan conformista y aceptar las migajas de los escasos buenos tratos que Jeon le daba solo cuando estaba de buen humor.
La opción de abandonarlo sonaba tentadora, pero habían sido años y años juntos, compartiendo un amor que al principio fue perfecto pero que, con los años, lamentablemente se gastó.
¿Qué debía hacer? ¿Rendirse y dejar a Jungkook o aferrarse y luchar para rescatar su relación?
Jimin suspiró ante las interrogativas que inundaban su mente, el peso sobre su pecho volviéndose más y más pesado en cuanto lo meditada más. No sabía que hacer, nunca había pensado en otra cosa que no fuese permanecer todo el resto de su vida al lado de Jungkook, pero ahora...
Ahora ya no estaba seguro de nada.
"¿Yoongi hyung podrá ayudarme?" murmuró pensativo, mientras miraba fijamente el blanco techo.
Quizás Yoongi pudiese resolver su duda, claro que, si le contaba, debía omitir ciertos detalles pero no perdía nada con intentarlo, ¿cierto? Después de todo Yoongi era su amigo y de seguro tenía más conocimiento sobre relaciones gracias a los pacientes que llegaban a su oficina.
No esperó más tiempo y tomó su celular, que había escondido entre la funda de la almohada para que Jungkook no se lo quitara, y sin más marcó el número de su amigo, esperando en la línea cuando los tonos sonaron.
"¿Hola?" la voz ronca de Min Yoongi se escuchó justo sobre su oído y Jimin no pudo evitar sonreír.
"¡Hola, Yoongi hyung!" saludó, su tono siendo tan entusiasmado que le sacó una risita al otro.
"Oh, hola, Jiminie" respondió con tono amable, Park podría apostar que Yoongi estaba sonriendo al otro lado de la línea. "Pensé que ya no nos llamarías, pero me alegra que lo hayas hecho" confesó con palpable honestidad, Jimin no cabía en si de lo feliz que le ponía tener a sus amigos de vuelta.
"Si tengo que ser sincero, no planeaba llamar hasta dentro de unos días" confesó avergonzado y escuchó la risita de Yoongi al otro lado de la línea. "Pero me ha surgido un par de dudas y pensé que quizás podrías ayudarme" añadió algo inseguro.
"Oh, cuentame, ¿en qué puedo ayudarte?" preguntó Yoongi verdaderamente curioso sobre el tema.
Jimin suspiró ruidosamente y pensó en una manera sutil de contarle lo que le agobiaba, obviamente se saltaría la parte del maltrato, pues no quería dejar en evidencia a Jungkook y que algo malo le pasara por abrir la boca.
"Pues verás, siento que mi relación con Jungkookie ya no es... la misma" murmuró apenado, sus labios apretándose al terminar su oración.
"Mhm, ¿en qué sentido? ¿Ya no hay una chispa o es algo más relacionado con la monotonía?" Yoongi cuestionó, su tono siendo tan sereno y comprensivo que Jimin se permitió relajarse un poco sobre su lugar.
"Eh, es que poco a poco las muestras de afecto se han ido disminuyendo" terminó por responder, y no era mentira lo que dijo, pero tampoco era el verdadero problema.
Yoongi quedó en silencio por un par de segundos, pareciendo meditarlo un poco mientras Jimin esperaba por su respuesta y solución con los nervios a flor de piel.
"¿Crees que ya no te quiere?" Yoongi preguntó, despacio y cuidadoso para no lastimar los sentimientos de Jimin.
Aun así, Park sintió su pecho apretarse pues, efectivamente, varias veces había considerado el hecho de que quizás Jungkook ya no le amaba.
"Mhm, no lo sé" terminó por decir, su mirada cayendo sobre su regazo mientras jugaba con el dobladillo de su suéter.
Escuchó el suspiro de Yoongi al otro lado del teléfono y Jimin temió que pensara que efectivamente Jungkook ya no le amaba. Porque una cosa era pensarlo él y otra cosa que los demás se lo dijeran porque era demasiado obvio.
"No puedo decirte nada porque ni siquiera he vuelto a ver a Jungkook y no sé nada de su relación desde hace años" concluyó Yoongi, con un tono amable. "Pero puedo aconsejarte que trates de acercarte a él, ten detalles con él, intenta reavivar la chispa que había entre ustedes y quizás vuelvan a hacer click" Yoongi dijo y Jimin mordió su labio inferior.
Quizás Yoongi tuviese razón, si de por si su relación con Jungkook se había fragmentado por los maltratos, había terminado por quebrarse cuando Jimin simplemente aceptó los golpes y no trató de arreglar su romance.
"Gracias, hyung, intentaré arreglarlo" murmuró por lo bajo y Yoongi soltó una risita encantadora.
"Cuando quieras, Jiminie, y si necesitas ayuda con algo más no dudes en llamarme"
Y, después de una despedida, Jimin colgó. Soltó un suspiro y devolvió el celular a su escondite antes de dejarse caer de espaldas al colchón de nueva cuenta.
Salvar su relación con Jungkook, reavivar la chispa que alguna vez existió entre ellos, volver a hacer click.
Sonaba tan fácil, pero la verdad es que era de las cosas más complicadas a las que Jimin se había aventurado, ¿cómo carajos iba a reavivar su relación con Jungkook después de todo lo que había pasado? No tenía idea, pero esperaba encontrar la respuesta pronto, lo único que deseaba era que todo volviese a ser como antes.
Pero, ¿realmente todo podría ser como antes a pesar de los abusos que Jungkook había cometido contra él?
Ah, Jimin estaba seguro de que si, porque lo amaba tanto que sería capaz de perdonar y olvidar todo lo malo vivido entre ellos los últimos dos años.
Era tan tonto, ¿no es así?
Mordió su labio con nerviosismo mientras miraba toda la comida recién hecha sobre la barra de la cocina, su corazón golpeaba su pecho erráticamente gracias a los nervios y sus pequeñas manos sudaban por lo mismo. Esa mañana, después de que Jungkook se fuera al trabajo y le advirtiera que quería que se pórtase bien, decidió que iniciaría con su patético plan para recuperar su relación con Jungkook.
¿Lo que se le había ocurrido? Prepararle el almuerzo e irselo a dejar a su oficina para que su querido Jungkookie no tuviese que salir a comprarla.
Así que allí estaba después de dos horas cocinando la comida favorita de Jungkook, ya lo había puesto en pequeños tupper y solo faltaba meterlo en una bolsa para llevarlo hasta el edificio donde Jungkook trabajaba. Pero los nervios le trepaban por la garganta, nunca había ido a la oficina de Jungkook, no sabía cómo iba a reaccionar de verle allí y sin avisar pero, ¿qué podía pasar? ¿Otra golpiza? Ya estaba demasiado acostumbrado a ellas.
Con ello en mente, se quitó el delantal del pecho y se apresuró a la habitación para poder cambiarse a algo más decente. Se puso jeans ajustados negros, esos que hacían resaltar sus muslos gruesos, junto con una camiseta blanca de cuello «V», que dejaba al descubierto sus clavículas y parte de sus hombros, y finalizó con unos botines con tacón que le hacían ver más alto. Con rapidez procedió a maquillarse el rostro, cubriendo casi por completo los moratones que pintaban su dermis y aprovechó para poner un poco de sombra sobre sus párpados para profundizar su mirada.
Checó la hora en su teléfono y se levantó rápidamente de su asiento cuando se dió cuenta que faltaban menos de quince minutos para que el descanso de Jungkook comenzara. Salió de la habitación casi corriendo y empacó los envases con comida dentro de una bolsa, cuando estuvo todo en su lugar tomó una profunda bocanada de aire para darse valor y agarró las llaves para dirigirse hasta la salida del departamento.
Era la segunda vez que salía de allí sin el permiso de Jungkook y todo en menos de un mes.
Caminó por los pasillos de su edificio, sus piernas temblando ligeramente con cada paso, y subió al ascensor cuando éste estuvo frente a él. Apretó la bolsa entre sus manos mientras bajaba pero ya no hubo tiempo para arrepentirse cuando subió al auto y arrancó en dirección al trabajo de su novio.
La emoción y los nervios fluían por su cuerpo, incluso logrando que su frente sudara un poco. Condujo por las calles de Busan hasta que el GPS le indicó que había llegado a su destino y allí, frente a él, se alzaba un elegante edificio de vitrales brillosos y recién pulidos.
"Muy bien, tú puedes, tú puedes" murmuró Jimin para si mismo, mientras tomaba la bolsa con el almuerzo con lentitud.
Se quedó sentado dentro del auto por varios segundos sin moverse, solamente sintiendo el golpeteo desenfrenado de su corazón contra su caja torácica. Exhaló pesadamente y por fin se dispuso a salir del auto para comenzar a caminar dentro del edificio.
Sus pasos resonaban por el piso de cerámica gracias al tacón de sus zapatos y trató de lucir lo más sereno ante las miradas curiosas de los trabajadores que merodeaban por allí.
"¿En que puedo ayudarle?" una chica rubia y de labios rojos le saludó, su expresión era serena y amable.
"Vine a dejarle el almuerzo al señor Jeon Jungkook" respondió Jimin, mientras alzaba la bolsa con comida a la vista de la recepcionista.
"Oh, por supuesto. Su oficina es la última del tercer piso" indicó la mujer con una sonrisa amable y Jimin reverenció frente a ella en forma de agradecimiento.
Jimin caminó hasta el ascensor con rapidez, su pulso acelerándose cuando estuvo dentro de éste y presionó el botón para el tercer piso. Su pie se movía rápidamente en un tic que no podía controlar y trató de acomodar su ropa lo mejor posible antes de que las puertas de metal se abrieran frente a sus narices.
"Muy bien, ya estamos aquí, anda, Jimin" se alentó a si mismo antes de dar un paso fuera del ascensor.
Había un montón de cubículos allí, con algunos oficinistas haciendo su trabajo. Algunos levantaron la mirada para verle en cuanto su presencia fue detectable pero otros simplemente le ignoraron, demasiado sumidos en su trabajo como para prestarle atención. Mordió su labio inferior y caminó lo más dignamente posible hasta donde se suponía era la oficina de Jungkook, su respiración volviéndose cada vez más rápida con cada paso que daba.
¿Cómo reaccionaria Jungkook?
¿Le alegraría verle, se pondría nervioso o se enojaría?
Habían miles de escenarios con miles de probabilidades, pues ciertamente Jeon Jungkook era una persona impredecible que podría reaccionar de tantas distintas maneras que no podría adivinar una sola.
Claro que, de todas las posibilidades que Jimin estaba considerando en su cabeza, ninguna se comparaba con la que encontró al estar frente a la puerta de la oficina de su novio.
Porque lo que escuchó le paralizó en su lugar, de pronto olvidándose del almuerzo entre sus manos y de su corazón nervioso por su osadía de llegar sin avisar.
Porque los gemidos de Jungkook se escuchaban a través de la puerta y lo peor de todo es que estaban acompañados por otra voz jadeante.
De los miles de escenarios y miles de probabilidades que se imaginó no se había mentalizado para que, al abrir la puerta sigilosamente, se encontrara con Jungkook siendo follado contra el escritorio por el mismísimo Kim Seokjin.
Eso tenía que ser una jodida broma, ¿verdad?
heyheyhey!!
he aquí un nuevo capítulo y bueno, quién se apunta para ir a patear a koo en las bolas? 🔪 ahre re violenta.
en fin, quería dar una disculpa por tardarme tanto en actualizar pero la verdad es que no quería escribir este capítulo xq me llenaba de sentimientos ah, sin contar q estuve en un bloqueo pero creo que logré que las escenas fluyeran bien.
y como podrán ver, las cosas desde aquí se volverán más difíciles así que les recuerdo que esta historia NO es romántica :)
sin más que agregar espero voten y comenten xq ustedes son los únicos que me motivan a seguir <3
Espero y tengan un excelente inicio de semanaaaaaa!!
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