Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

004


Las estrellas brillaban en el cielo iluminando el manto oscuro de manera preciosa, la vista era gratificante e indescriptible en medio del campo, pues la enormidad del vasto cielo era sin duda alguna una maravilla para el ojo humano.

Jimin suspiró ante la magnánima belleza del momento, su corazón latiendo acompasado dentro de su pecho mientras su mano sostenía con adoración la mano de Jungkook.

Era su tercer aniversario juntos, aunque para Jimin se sentía cómo una vida entera.

Estaban en un bonito campo rodeado de pasto y florecillas coloridas, pues su plan para un picnic a solas había sonado de maravilla la primera vez que Jungkook lo sugirió. Habían llegado en la tarde, cuando los rayos del sol iluminaban con gracia los pétalos de las bonitas flores haciéndolas lucir irreales, con las maripositas revoloteando a sus alrededores y las gotas del rocio humedeciendo los delicados pétalos. Cuando se decidieron por un lugar en específico, tendieron una manta sobre el pasto y sacaron la canasta donde habían guardado todos los alimentos que degustarían esa tarde juntos.

Y ahora allí estaban. Había anochecido hacía poco y, por cierto, la vista del atardecer había sido todo un espectáculo, por lo que se habían recostado sobre la manta para admirar el cielo estrellado junto a sus hermosas constelaciones.

Era un momento íntimo, precioso y mágico que Jimin juraba podía guardarlo en su corazón por siempre, sus latidos parecían enlazarse con los de Jungkook como si fuesen almas gemelas y, oh, cuan enamorado estaba de ese hombre.

"Jimin hyung" la voz de Jungkook sonó bajita, casi temerosa de romper la atmósfera de paz que se había montado.

"¿Si, Kookie?" respondió Jimin, mientras giraba su rostro para poder mirar los enormes ojitos de bambi del hombre menor.

"Estoy muy enamorado de ti" dijo, una sonrisa tímida dibujándose en su rostro mientras le devolvía la mirada serena a Jimin.

Oh, porque aquella noche estrellada no se comparaba con la galaxia que escondían aquel par de ojitos adorables que le miraban con tanto amor.

Jimin estaba tan dispuesto a ser el explorador que se aventurara a descubrir todas las estrellas y constelaciones que guardaban aquel par de ojitos oscuros. Estaba dispuesto a muchas cosas para ser sincero.

"Yo también te amo, Jungkookie" se sinceró, su mano subiendo hasta la mejilla de Jungkook para acariciarla suavemente, antes de inclinarse para darle un suave beso en aquellos labios de algodón.

Sus corazones parecieron sincronizarse ante la cercanía, sus latidos siendo tan calmados como los aleteos de las maripositas que rondaban por allí.

Compartieron muchos besos aquella noche y lo obvio pasó, Jimin se dejó amar por milésima vez ante Jungkook, dejando que el hombre menor poseyera su cuerpo de forma dulce y pausada, disfrutando del roce de sus pieles y los gemidos que se mezclaban con el cantar de los grillos.

Una escena digna de una película de adolescentes, que concluyó con ambos acurrucados sobre la manta mientras se susurraban promesas para el futuro.

"Viviremos juntos cuando la Universidad termine"

"Trabajaremos juntos para comprar nuestro propio auto"

"Adoptaremos un cachorrito cuando cumplamos seis años juntos"

"Nos cuidaremos siempre"

"Nunca dejaremos de amarnos y respetarnos"

Tantas palabras dichas al viento pero que Jimin guardó con recelo en su corazón, promesas bonitas que endulzaban su alma y pintaban sonrisas en sus rostros.

Jimin y Jungkook eran una próspera pareja que se amaba con locura, su relación era la fantasía de cualquier adolescente enamoradiza. Tenían un futuro juntos trazado y parecía que nada iba a detenerlos, por lo que sellaron cada una de sus palabras y promesas con besos dulces como la miel.

Oh, cuan enamorados estaban.

Jimin sintió su corazón doler en cuanto despertó esa mañana, los vestigios de su sueño aquella noche siendo especialmente dolorosos para su frágil corazón. Ah, aquel era uno de los recuerdos más sagrados que guardaba tan celosamente en su memoria y rememorarlo en su situación actual era un castigo masoquista al cual no se acostumbraba.

Pero, tratando de ser optimista, alejó aquellos deprimentes pensamientos de su mente y se decidió por levantarse para empezar con un nuevo día, la energía que reflejaba todo su ser siendo tan distinta a cualquier otro día y era bastante evidente que esa mañana en particular estaba feliz.

Todo transcurrió ameno, se duchó y realizó los quehaceres de su hogar, tomándose su tiempo para hacerlos pues estaba solo y podía incluso poner algo de música para acompañar el silencio que se extendía en su vacío departamento.

Jimin se sentía renovado, el pensamiento de su compromiso aquella tarde con sus amigos le tenía de un buen humor que no había experimentado en varios meses. La felicidad por cosas tan triviales como una salida eran un sentimiento tan raro en su día a día que, ahora que volvía a sentirla, no podía ocultarla. Irradiaba felicidad por los poros y no podía contenerse.

Incluso, en algún momento del día se olvidó por completo de la existencia de Jeon Jungkook en su vida, demasiado centrado en sus planes como para recordar que había un hombre que le hacia imposibles todos los días de su vida.

Claro que, para cuando la tarde arribó, se acordó que Jungkook existía al mirarse en el espejo y ver el enorme hematoma que cubría la mayor parte de su mejilla izquierda.

"Mierda" susurró con preocupación, estaba tan acostumbrado a los golpes que se había olvidado de los moratones que siempre adornaban su dermis.

¿Cómo mierda se suponía que iría a aquella cena si lucía así de terrible?

Apretó los labios con molestia y miró con resentimiento el color púrpura que se extendía por su pómulo ligeramente hinchado. Suspiró con derrota, pensando en que tendría que cancelar su salida para evitar que sus amigos vieran tal barbaridad pero, en cuanto se giró para tomar su celular, recordó que contaba con un estuche de maquillaje que solía usar para cubrir los golpes cuando iba de compras.

Chasqueó los dedos con emoción al encontrar la solución a su problema y rápidamente se dirigió hacia su tocador para sentarse frente a él y comenzar con su maquillaje.

Se concentró en hacer un buen trabajo –no como cuando iba de compras y apenas se colocaba la base– y se esmeró en maquillar perfectamente el hematoma. Aprovechó también para poner algo de sombra sobre sus párpados, dándole un toque ahumado a su mirada que sin dudas profundizaba sus bonitos ojos oscuros. Agregó también algo de lápiz labial para humedecer sus agrietados labios y concluyó con algo de rímel para alargar sus pestañitas.

Cuando vió el resultado casi no pudo reconocerse, frente a él había un Park Jimin totalmente diferente al que estaba acostumbrado a ver. Delante de él había un chico bonito y seguro de su belleza, no un pobre susodicho que se sentía asqueroso cada que veía su reflejo.

La sensación le agradó, pues hacía tanto tiempo que no se sentía seguro de su apariencia que volver a sentirse bonito fue en extremo reparador.

Miró la hora en su celular y se dió cuenta que faltaba menos de una hora para que Yoongi pasara por él. Así que rápidamente se levantó de su asiento y corrió hasta su armario, abriéndolo de par en par para buscar en su interior algo decente.

Fue difícil escoger un atuendo, puesto que llevaba meses sin salir a alguna cena especial, pero se las arregló para idear una vestimenta bonita. Por lo cual terminó con una camisa blanca de seda sobre su torso, la prenda suelta deslizándose por su cuello de tal manera que dejaba al descubierto sus bonitas clavículas, también unos pantalones de cuero negro resaltaban sus muslos haciéndolos lucir estilizados a simple vista. Completó su vestimenta con unos pendientes en sus orejas y una fina cadena de plata acariciando la piel de su esternón.

Cuando miró su reflejo por poco arruina su maquillaje con el llanto, la última vez que se había puesto tan bonito fue para uno de sus aniversarios con Jungkook y éste se había pasado toda la velada alabando su buen físico y su angelical rostro.

Se había sentido tan hermoso ese día, pero no podía asegurar sentir lo mismo en este momento, pues aunque su apariencia era buena no se sentía realmente bello. No después de haber vivido el desinterés y rechazo del que consideraba el amor de su vida.

Quizás sonaba tonto depender de los halagos y atención de una persona como Jungkook, pero no podía evitar pensar que quizás Jungkook ya no le trataba como antes porque se había puesto feo.

Sin embargo, no tuvo tiempo para pensar mucho en ello, pues el timbre resonó por todo el lugar anunciando la llegada de alguien al otro lado de la puerta. Rápidamente tomó sus llaves de la mesita de noche al igual que su teléfono y salió de su habitación hasta el recibidor para atender la puerta.

Al abrir se encontró con la sonrisa de Taehyung, quién al verle silbó con coquetería.

"Mira nada más, Park Jimin, había olvidado lo bonito que eres" halagó el hombre de cabellos rubios, mientras le miraba con admiración.

Jimin se sintió enrojecer ante la atención, aunque tampoco se quejó, es más, le gustó estar siendo apreciado después de tanto tiempo.

"Gracias, Taehyungie, puedo decir lo mismo de ti" respondió con las mejillas ruborizadas mientras admiraba a su amigo.

Taehyung vestía una camisa negra con estampado de flores amarillas, pantalones de tiro alto hasta la cintura y suelto de la parte baja y un saco ancho que le daba un aire sofisticado pero cómodo a la vez. Era un estilo bastante retro pero moderno digno de una pasarela de Gucci, un estilo bastante difícil de explicar para ser exactos.

"Andando, Yoongi hyung nos está esperando afuera" indicó Taehyung y Jimin asintió antes de cerrar la puerta con llave y seguirle.

Salieron del edificio y, tal como había dicho Taehyung, Yoongi se encontraba apoyado contra la puerta de su auto mientras esperaba pacientemente por ellos. Cuando estuvieron en el campo de visión de Yoongi, éste no dudó en sonreír de aquella manera en que dejaba sus encías al descubierto y lucía sumamente adorable.

"¡Jiminie! Pero mira que lindo estás" halagó Yoongi, mientras abría sus brazos para darle un abrazo.

Jimin se dejó envolver encantado, sus brazos pasando por la cintura de su hyung para corresponder el abrazo y, después de algunos segundos, se separaron con una sonrisa mutua.

Jimin miró con atención el atuendo de Yoongi y no se sorprendió de verle vistiendo tan elegante, con un suéter negro de cuello alto, saco del mismo color, pantalones de vestir algo entallados que hacían lucir sus delgadas piernas bastante bien y lentes de marco grueso cerrando su vestuario tan sobrio. Min Yoongi era sumamente bonito y junto a Taehyung lucían como una pareja lujosa, casi como si fuesen famosos CEO's o algo por el estilo.

"Bueno, no se diga más, andando o llegaremos tarde a nuestra reservación" habló Taehyung con claro entusiasmo.

Yoongi asintió y rápidamente subió al auto, seguido de Taehyung a su lado de copiloto y Jimin en los asientos traseros. Cuando se aseguró que todos se abrocharon sus cinturones, arrancó el auto, comenzando a conducir por las frías calles de Busan en dirección a aquel restaurante que tanto le gustaba a él y Taehyung.

El viaje fue ameno cabe destacar, Taehyung se ocupó de llenar el ambiente con algo de música y los tres no dudaron en cantar cuando una canción que se popularizó en sus años de Universidad sonó por las bocinas. Las voces de Jimin y Taehyung llenaban el auto de forma armonizada mientras que Yoongi reía al fallar en las notas altas.

Jimin sentía que aquel era, por mucho, uno de los mejores momentos de su año.

"Oye, Jiminie, ¿Jungkookie no quiso venir?" preguntó Taehyung con curiosidad, mientras bajaba el volumen de la música.

Kim Taehyung no fue capaz de verlo, pero Yoongi captó por el espejo retrovisor la manera tan abrupta en que la sonrisa de Jimin se borraba y su cuerpo se tensaba.

"Mhm, no" respondió apenas, sus manos apretándose sobre sus rodillas con fuerza. "Fue a casa de su madre a visitarla" mintió y volvió a sonreír, aunque esta vez de manera forzada.

"Oh, lastima. Ojalá podamos salir los cuatro alguna otra vez" murmuró Taehyung, antes de volver a subir el volumen al encontrar otra de esas canciones viejas de su juventud.

Yoongi deseó poder seguir observando a Jimin, pero si hacia eso probablemente chocarían, así que volvió su atención a la carretera y trató de desplazar el mal presentimiento que se acentaba en su estómago.

Pronto llegaron al restaurante y los tres bajaron del auto en cuanto Yoongi estacionó. El lugar era encantador y Jimin sintió su corazón latir con emoción ante la bonita aura que desprendía aquel momento. Jimin no reparó mucho en lo demás y se permitió disfrutar de la velada, reviviendo vivencias universitarias con sus amigos, riendo y bromeando sobre el pasado y futuro, aguantando las lágrimas cuando algunos recuerdos demasiado buenos atacaron su mente.

La cena fue, sin dudas, lo mejor de su año. El tiempo al lado de Taehyung y Yoongi fue gratificante y se permitió conocer la relación de sus amigos con una sonrisa en los labios. Puede que al principio le hubiese molestado un poquito que Taehyung ya no estuviese con Hoseok, pero sin dudas adoraba la manera en que los ojos de su mejor amigo se iluminaban cada que miraba a Min Yoongi, el amor que desprendían era tan dulce que se sentía empalagado como si comiese miel.

Fue una noche maravillosa, donde su corazón latió tranquilo y sin miedos, donde también llenó su estómago de brochetas de cordero hasta que le dolió y donde, sin duda alguna, se olvidó de lo que vivía día a día en su propia casa.

Para cuando la cena acabó y Yoongi y Taehyung le llevaron a su casa, la sonrisa que se pintaba en su rostro era tan enorme que parecía no caber en su rostro.

"Nos veremos otro día, Jiminie" se despidió Yoongi desde el asiento de conductor, su sonrisa siendo tan cálida que Jimin sintió su corazón calentito.

"Claro, hyung" aceptó bajando del auto.

"Te escribiré estos días, ¿esta bien? No te vas a deshacer de mi tan fácil otra vez" añadió Taehyung desde el asiento de copiloto, mientras le guiñaba un ojo juguetonamente.

Jimin rió encantado y asintió, acercándose a la ventanilla del auto para dejar un beso en la mejilla del hombre rubio.

Y cuando Yoongi y Taehyung se alejaron en el auto, Jimin no cabía en si de su felicidad y plenitud, la emoción de recobrar su amistad con su alma gemela, Kim Taehyung, le hacia desbordar de felicidad inexplicable. Claro, también retomar su amistad con Yoongi era precioso, ambos chicos habían sido parte importante de sus años universitarios y tenerlos de vuelta parecía un sueño hecho realidad.

Sin embargo, como siempre, su felicidad no duró demasiado pues, al abrir la puerta de su departamento, lo primero que vió fue la mirada furibunda de Jeon Jungkook.

"¿Dónde mierda estabas?"

Mierda, no, por favor no.








hOOOOla¡! aparezcooooo

bueno nomás dejo el recordatorio diario de que no deben romantizar esta relación xq no es ✨sana✨

pronto se vendrán cosas difíciles (si, más ah) así que espero tengan la mente abierta y los pañuelos listos 💆

en fin, espero les haya gustado, no se olviden de comentar sus opiniones y votar ya que me hacen feliz ❤

espero tengan bonito inicio de semana bebés, nos leemos pronto uvu

#filterwalls.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro