—¿Qué es el verde?—preguntó.

Ella le dijo después que ese era el color de sus ojos, ese verde se encontraba cubierto por el cielo nublado que era lo que mostraba su ceguera si mirabas desde afuera.

—Verde es lo que se te viene a la mente cuando piensas en el tiempo de primavera—dijo ella, sin hesitar—, es el olor después de la lluvia. Verde es tierra entre tus dedos, suave y mojada, y el plantar flores. Verde es caminar descalzo entre césped húmedo y la forma en la que el pasto huele y se siente.

Ella había tomado su mano, colocándola en el césped. Él corrió sus dedos entre las delgadas hojas, pellizcándolas gentilmente entre su pulgar y dedo índice. El chico se inclinó hacia adelante e inhaló, respirando el olor del césped, la tierra y de las afueras.

Él la escuchó ponerse en pie, y en cuanto volvió colocó algo en sus manos. Él movió sus dedos sobre ello sintiendo las hojas como si fueran agujas.

—La rama de un pino—dijo ella—. Eso es verde, y la mayoría de los árboles son verdes. Es vida. Plantas. Verde es también hierbas...la forma en la que huelen, crujiente y vibrante.