
𝟬𝟮𝟬. between gang conflicts
capitulo veinte
·˚• .✦ ──────────────────
Yamagawa Kenjiro había vivido los dos últimos años de su vida relativamente bien. Ahora en el 2008 seguía yendo a la preparatoria en su segundo año, motivado a seguir estudiando la universidad aunque sus padres no estaban muy de acuerdo con la carrera. Mientras se las arreglaría, así que consiguió un trabajo de medio tiempo (si es que se puede llamar así) con Draken en su taller.
Evidentemente no siempre trabajaban y pasaban mucho tiempo haciéndose bromas y siendo unos chicos normales de diecisiete y dieciocho años. Podía faltar cuando lo necesitara e incluso tenía permisos especiales cuando veía a Takashi con la justificación de «enviar un mensaje de texto avisando el motivo de la cita» como si realmente fuera necesario explicar qué hacían cada vez que se veían.
Recién llegando al taller se cambió de ropa, dejando sus pertenencias en un pequeño cuartito y se acercó a Draken, arremangándose las mangas del uniforme.
—¿Qué haremos hoy? —le preguntó con entusiasmo, sentándose en una silla frente a él. Draken se giró, sonriendo.
—Por suerte nada. Ya he terminado de arreglar la CB250T. Las partes que hacían falta llegaron muy temprano hoy y decidí terminarla por mientras, ¿qué opinas?
Kenjiro se puso a ver la motocicleta con detenimiento sin dejar de sonreír al creer que se veía bien. Como siempre, Draken era un experto en eso a comparación de Kenjiro que no era muy bueno, pero que seguía trabajando ahí porque su amigo no quiso dejarlo desamparado con el tema económico y dijo que siempre necesitaba dos manos extras
—Me gusta. Takemicchi quedará muy sorprendido —admitió, palmeando amistosamente a la motocicleta.
—¡Yo creo lo mismo! Será un idiota si le ve fallas. —se rio entre dientes con burla. Kenjiro soltó una carcajada.
—Bueno, recuerda que él tampoco es muy diestro con esto de las motocicletas.
—Cierto. Oye, gemelo, ¿hoy no irás con Mitsuya? —cambió de tema, alzando una ceja y viéndolo con diversión. Kenjiro se rio, negando con la cabeza.
—No. Fue a ver a Pah-chin para ver si puede encontrar algún lugar para rentar.
—Oh, sí, algo me comentó —Draken dejó la motocicleta y se fue a checar unas cosas de un cajón mientras que Kenjiro se quedaba donde mismo, viendo sus movimientos—. ¿Y tú cómo vas con tu familia? Últimamente no me has dicho nada.
—Pues… —se rascó el cuello haciendo una pequeña mueca—. La preparatoria aún no está siendo un tema complicado para ellos, la seguirán pagando mientras conserve mis calificaciones. Es privada entonces no hay problema con eso. Pero la universidad… Ahí tendré complicaciones. Quieren que estudie algo relacionado con negocios o administración, pero yo quiero estudiar Relaciones Internacionales… No lo aceptarán.
—¿Y estás guardando todo lo que ganas?
—¡Por supuesto! Desde hace dos años estoy ahorrando. Espero poder cursar la universidad con normalidad.
—Llegarás lejos, gemelo —Draken se acercó, palmeando su hombro y sonriéndole. Kenjiro lo agradeció y asintió—. Por cierto, llamaré a Takemicchi. Daremos una vuelta para que la pruebe, ¿de acuerdo?
—¿Me estás invitando a dar la vuelta? —le preguntó soltando risa burlona. Draken se rio también.
—Sólo si quieres.
Ya que no había nada pendiente decidió acompañarlos. Por mientras se puso a avanzar a una tarea de la preparatoria en lo que Takemicchi llegaba pocas horas más tarde, saludándolo con emoción. Él y Draken se subieron a la motocicleta y Kenjiro a la suya, arrancando y comenzando a avanzar en silencio. Al menos hasta que Takemicchi les contó que había vuelto del futuro, pero que esta vez solo fueron diez años en lugar de doce porque Mikey seguía estando en malos pasos.
Kenjiro se sintió mal al oír eso. No quería que Mikey estuviera en posible peligro nuevamente y más porque todos tenían la sospecha de que algo sucedía desde que dejó de hablarles. En especial a él eso le afectó mucho porque pocos días antes platicó con Mikey y él le pidió prometer que seguiría en lo que le gustaba. Kenjiro se burló y le dijo que sí, creyendo que actuaba extraño y exagerado. Luego cuando se separaron y se enteró que formó otra pandilla lo supo.
Mikey no volvería a estar con ellos.
—Mikey siempre me ha ayudado, así que ¡esta vez es mi turno! —dijo con decisión Takemicchi. Draken detrás de él en la motocicleta hizo una pequeña mueca que solo alcanzó a ver Kenjiro.
—Pero no hay nada que podamos hacer por Mikey.
—¿A qué te refieres?
—Bueno, en realidad no puedo decirlo. Pero nosotros, los antiguos miembros de ToMan, todos somos buenas personas. Por otra lado, Mikey desea seguir por el camino opuesto. Es por eso que nos dejó a todos —murmuró pesadamente, ahora viendo al rubio—. Takemicchi, deja en paz a Mikey. Él no es la misma persona que era en ToMan, ¿lo entiendes? No se contendrá ni lo pensará dos veces antes de matarte.
—¡¡SALGAN DE AQUÍ, DRAKEN, KENJIRO!!
Inupi salió de pronto con expresión preocupada, tenía golpes en el rostro y le corría sangre de la nariz. Estaba siendo sujetado por un chico en una motocicleta más en ese momento Kenjiro no le prestó atención de lo asustado que se sintió. Él era su compañero en D&D Motors y se habían vuelto muy amigos con el tiempo. De pronto el chico de la motocicleta les gritó que lo atraparán y lo lanzó al aire, por suerte Kenjiro pudo rebasar a Takemicchi y Draken, sujetando a Inupi, y aunque quiso subirlo a su motocicleta él cayó de pie en el suelo con cuidado.
—Entonces hagamos algo de jazz “nocturne” —murmuró divertido el otro chico.
Kenjiro frunció el ceño, sabía que lo conocía pero no recordaba su nombre. Entonces Draken lo dijo: era el representante de Rokohura Tandai “El incomparable Minami”, Terano Minami.
Cuando pestañeó estaban rodeados. Sintió un pequeño escalofrío recorrer su cuerpo. Kenjiro había jurado ya no meterse en problemas, dejar de pelear y dedicarse a ser una mejor persona sin necesidad de llegar al punto límite de él mismo. Lo logró por dos años y no quería retroceder en ese punto. Estaba siendo muy feliz con su vida sencilla.
Pero de pronto Terano Mirami se acercó a Draken y le pidió que fuera su compañero, dejando helado a Kenjiro. Sin embargo, Draken lo ignoró y le preguntó a Inupi sí estaba bien.
—Carajo, ¿cuántos nos están rodeando ahora mismo? Puedo contar más de 100 —murmuró a su lado Takemicchi, evidentemente asustado. Kenjiro hizo una mueca y se encogió de hombros ya que contaba la misma cantidad y era aterrador.
Después Draken miró a Mirami y lo encaró.
—¡No importa la cantidad de veces que me preguntes, mi respuesta siempre va a ser la misma, Minami! ¡Nunca me unire a Rokuhura Tendai! Ya me retiré. Con eso dicho, no quiero involucrarme con cualquier negocio en el que estén ustedes.
Viéndolos uno frente al otro Kenjiro se percató de lo enorme que era Minami y es que no había tenido la fortuna de encontrarlo antes. Esperaba que los dejaran ir, pero sabía que no sería posible a menos que Draken diera una respuesta afirmativa y eso era casi imposible. Actualmente no podían chantajearlo con nada. Aunque claro, esa respuesta no le agradó nada a Minami ya que se exaltó.
—¡¿RETIRADO?! ¡¡Hey, Draken!! —lo alarmó y de pronto lo golpeó en el rostro—. ¡FORTE!
Aquel golpe le impactó muy fuerte porque Draken cayó al suelo y rodó pocos metros. Kenjiro se asustó y sintió un extraño sentimiento dentro, gritando su nombre al igual que sus amigos presentes. Nunca había visto a nadie que lo derribara así y eso solo dejaba expuesto lo fuerte que era Minami. Kenjiro no podría hacerle frente ni aunque usara todas sus fuerzas.
—Nunca te lo perdonaré si decides retirarte, Draken. Entonces, ¿por qué era la Tokyo Manji Gang llamada “la más fuerte”?
Esas palabras le dolieron a Kenjiro, compartiendo miradas con Takemicchi. Nadie tenía derecho a hablar de la ToMan si no sabían por qué se habían separado y solo ellos podían comprender la situación. Nadie más. Así que cuando Draken se levantó y ofendió a Minami, con este dispuesto a volverlo a atacar lo hizo, dándole de lleno en el estómago y derribándolo al suelo de nuevo, pero ahora dejando a Draken aparentemente noqueado por unos segundos.
—“Para crear una para los delincuentes” —repitió Minamo con irritación, mirándolos a todos con odio—. Compartimos los mismos ideales sobre eso. Así que vine hasta Tokyo solo para derrotar a la Tokyo Manji Gang. Hacer que te retires ahora es imperdonable. El más fuerte sigue siendo el más fuerte incluso después de ser comido y muerto. ¡ESTE ES UN MUNDO DONDE LOS PERROS SE COMEN ENTRE SÍ! ¡Trabaja para mí o muérete aquí mismo! ¡¡Esas son las únicas opciones que tienes ahora, Draken!! —Y aunque él no respondió, Minami se giró hacia los tres que estaban detrás, posando su mirada específicamente en Takemicchi—. ¿Y tú qué dices, antiguo capitán del primer escuadrón? ¿Qué hay con esa cara inocente? Como si no tuvieras nada que ver con esto. ¡TÚ SIGUES!
Kenjiro entonces no dudó en colocarse frente a Takemicchi y justo delante de Minami, arremangando las mangas de su uniforme y mirándolo con odio.
—Sobre mi cadáver, imbécil —farfulló. Minami soltó una carcajada.
—¡Ah, pero sí es el que se cree un Dios! ¡Que todo se arreglara con paz! ¿¡Qué estúpido pensamiento en ese!? —los ojos de Minami se exaltaron, dispuesto a golpearlo—. Además me dijeron que eres un marica, ¿es cierto?
Kenjiro no respondió, molesto, y cuando parecía que Minami iba a hacer algo un cuerpo cayó frente a ellos y nuevas voces resonaron a su alrededor.
—¿Qué…? —murmuró sorprendido. Al mirar detrás de Minami descubrió a personas con otro uniforme y pudo reconocerlos casi al instante.
—Ah, vamos amigo, no arruinen la diversión, Braham —se quejó entre risas sarcásticas Minami. El que se posó delante era Akashi Takeomi, el número dos de Braham, y rápidamente habló.
—No vengas y actúes como si fueras el jefe. Deberías prestarle atención a las personas a tu alrededor.
Entonces Kenjiro se percató que de nuevo eran rodeados, pero ahora por miembros de Braham. Maldición, estaban metidos en un gran problema y ahora no tenía idea de cómo salir. Juró no volver a pelear, pero sí alguien lo intentaba atacar no se quedaría quieto y menos estando sus amigos con él, sobre todo Takemicchi al que podían atacar mucho. Minami les preguntó a los miembros de Braham qué hacían ahí, justo en el momento que comenzó a llover.
—“Shin” solía decirme esto… «Siempre traes la lluvia contigo» —murmuró Akashi, soltando el humo de su cigarrillo—. ¡¡¡No estoy aquí para negociar con Rokuhura Tandai!!! Con el que quiero negociar es… ¡Hanagaki Takemichi! He venido a reclutarte.
¿Qué? Kenjiro se quedó quieto al oír esas palabras. Si bien, Takemicchi era un jodido genio para no rendirse y por su valía, le sorprendía que una pandilla como Braham lo quisiera en sus filas. Normalmente se alegraría, pero estaba claro que ninguno quería volver a lo mismo de antes y menos ahora que el propósito de Takemicchi era tratar de ayudar a Mikey, ya que uniéndose a una pandilla no serviría.
Mientras que Takemicchi y Akashi compartían una pequeña plática sobre el tema, un miembro de Rokohura Tandai se adelantó y dijo que no podían permitir eso y que se rendirían. Este resultó ser Kakucho. Por un momento su mente hizo cortocircuito, pero recordó que su condena en la cárcel debió finalizar recién. Luego Akashi se quejó sobre por qué estaba con Minami tras la muerte de «su rey» y este contraatacó preguntándole sí acaso se había olvidado de Sano Shinichiro, el hermano de Mikey. Otra voz se hizo presente diciendo que ambos eran bastante pacíficos, siendo este Mocchi; y después Madarame Shion no dudó en hacer acto de presencia, presentándose como si acaso alguien no supiera quién era. Kenjiro comenzaba a pensar que ellos siempre querían ser los protagonistas.
—Hombre, no me interesa todo este desastre —habló alguien más, atrayendo otra voz con él.
—Supongo que de todas formas tendremos que involucrarnos. Una guerra va a empezar por aquí, entonces, ¿por qué no?
Oh, maldición. Eran los hermanos de Haitani. ¿En verdad Rokohura Tandai era tan de temerse teniendo a la peor generación de delincuentes de los últimos años? Es como si se hubieran puesto de acuerdo para tenderles un complot a todos y Kenjiro no sabía qué estaría por suceder. Se arrepentía de haber aceptado dar la vuelta con Draken y Takemicchi, pero en ese caso estarían solos y no se lo permitiría.
Akashi se burló sobre que había muchas personas sedientas de sangre alrededor, siguiendo con una gran compostura considerando todo lo que sucedía, y dijo que era agradable ser joven. Según la información que dijeron recién supuso que era de la edad de Shinichiro así que era mayor que todos. Entonces llamó a alguien de nombre «Senju» y una persona de pequeña estatura apareció lanzando un paraguas hacia Minami, golpeando su cabeza y cayendo al suelo con elegancia. Cuando Senju pidió su paraguas Takemicchi se lo pasó ya que estaba justo enfrente. Kenjiro supuso que sí estaba más jodido de lo que creyó si el líder de Braham apareció también.
Senju destapó su rostro y Kenjiro pensó que era lindo. Sus facciones eran femeninas, así que de alguna forma tuvo un pensamiento algo extraño… Su radar de chicos lindos nunca se equivocaba y en esa ocasión solo le decía una cosa: ¿De verdad era un chico? Algo dentro suyo le decía que no parecía a pesar de que pareciera ser así, era curioso y preocupante sin saber por qué. Es decir, era líder de una gran pandilla y el mundo de los delincuentes era machista en su gran mayoría, por lo que era casi imposible que pudiera ser liderada por una chica. Pero Kenjiro pensó que en caso de serlo era muy genial, independientemente de sí supieran su género o no.
—E-Espera… Este pequeño sujeto… ¿es líder de Braham? —preguntó Takemicchi demasiado sorprendido. Kenjiro soltó una risita ronca, dándole un golpe en la espalda.
—Oye, no le quites mérito por su estatura. No todos crecen tanto.
—S-Sí…
Aún así lucía asombrado y en realidad Kenjiro no podía culparlo. Senju parecía ser muy fuerte. Incluso Minami dijo que se estaba poniendo nervioso, a lo cual Shion salió a defenderlo porque intentaba asustarlo llamándolo «camarón de mierda». Kenjiro quiso reírse de lo estúpido que fue ese apodo, pero no contó con que Senju se defendiera y le preguntará quién carajos era. Cuando él, como amante de la atención, se presentó, alguien apareció de Braham detrás y lo noqueó, diciendo:
—¡Eres una desgracia para los Black Dragons! ¡Ya para con esas mierdas! —se quejó él irritado. Ante eso Takemicchi y Kenjiro compartieron miradas sin comprender bien de qué hablaban, a lo cual el rubio le preguntó a Inupi.
—Ese es Benkei de la primera generación —aclaró rápidamente. Entonces tuvo sentido para Kenjiro, aunque no pudo evitar querer reírse un poco después con ando Benkei comenzó a regañar a Senju diciéndole que no estaban ahí para pelear sino para reclutar a Takemicchi, sobre todo por la expresión del líder.
Aunque no pudo continuar mucho porque Kakucho salió corriendo detrás de Benkei y con una patada salió volando. Kenjiro se impresionó, pero después de la golpiza que le dio Kakucho hace dos años sólo sabía que no quisiera ser él. Este no dudó en quedarse callado:
—Si Takemichi desea retomar el camino de la delincuencia… él nos pertenece a nosostros, ¡Rokohura Tandai! ¡¿Cierto, Takemichi?!
Takemicchi se asustó, indeciso sobre qué responder. Kenjiro suspiró, quedándose a su lado y mirándolo fijamente.
—Tranquilo —susurró, tomando su brazo con fuerza.
—Como esperaba del buen conocido “Teiman” —se burló Akashi—. Son duros, ¿¡no es así, Rokohura!?
—Bueno, ¡no reclute a los más fuertes de Tenjiku para nada! —se mofó Minami entre risas. Akashi se colocó de nuevo el cigarro entre los labios con gesto burlón.
—Esto hace que fluya la sangre, ¿no es así, Waka?
Después un sujeto de Braham apareció detrás de Kakucho, asustándolo. Kenjiro intuyó que era fuerte y sigiloso, más cuando dijo que le importara lo suficiente él ya ni siquiera seguiría vivo. Cuando pensó que podría tomarlo en serio Benkei también lo regaño exaltado diciendo que no apareciera de la nada y él se excusó que seguía órdenes de Senju. Fue entonces que Inupi habló y mirándolos a ambos les dijo que se trataban de las leyendas vivientes.
—¡¡Son el mejor dúo de la primera generación de Black Dragons!! ¡Waka y Benkei! Y luego el vicepresidente de la primera generación, el “Dios de la guerra”, Akashi Takeomi. Estos son… Los miembros fundadores de la primera generación de Black Dragons. La generación que fue dirigida por Sano Shinichiro, ¡los sujetos que dirigieron la pandilla número uno en Japón! Y ahora, la persona misteriosa dirigiendo a las «leyendas vivientes» es la “Incomparable” Kawaragi Senju.
Su discurso fue interrumpido por un grito de alguien quejándose sobre por qué se estaban emocionando, pero luego Draken insinuó que debían continuar donde lo dejaron, evidentemente emocionado por pelear y diciendo que ya había pasado un tiempo desde que el motor se había calentado, arrancándole una carcajada a Kenjiro.
—¡Empecemos la fiesta!
—¡Estaba planeando atraer a Draken a nuestra pandilla para destruirlos! —gritó Minami viendo a los líderes de Braham, sonriente—. ¡¿Pero saben qué?! ¡Gracias por ahorrar mi tiempo! ¡Vamos a arreglar esto aquí y ahora!
—Ustedes me importan una mierda —se quejó Senju, aunque con expresión seria—. Sólo estoy aquí para subir a bordo a Hanagaki Takemichi antes de que llegue la Kanto Manji Gang… —luego, para sorpresa de los que estaban cerca miró a Kenjiro y formuló una pequeña sonrisa casi imperceptible—. De paso a Yamagawa Kenjiro, siempre me agradó ese tipo. ¿Qué dices?
—¡¿QUÉ?!
Kenjiro y Takemicchi gritaron al mismo tiempo con sorpresa, compartiendo miradas. Eso definitivamente no entraba en sus planes y no le agradaba, por más halagado que pudiera hacerlo sentir. Es decir, se sentía como un honor así como cuando Mikey lo invitó a la ToMan, pero eso… era diferente. Sentía que traicionaría a aquellos que confiaron en él en un principio, ya que sin ellos no se habría hecho tan conocido en ese mundo (cosa que tampoco era de orgullo) y de alguna forma el hecho de no ser considerado por su amigo para su propia pandilla le había dolido. Díganle tonto, pero ese era uno de los motivos principales por los que no quería unirse a otra pandilla aunque lo negara.
—¡No vayan y decidan las cosas por nosotros! —gritó molesto Draken—. ¡No vamos a hacer lo que sea que nos pidan hacer! ¿¡Cierto, Takemicchi, Kenjiro!?
—Es cierto —se rio entre dientes Kenjiro, echando la cabeza para atrás para que los demás lo vieran y se cruzó de brazos. Takemicchi a su lado asintió.
—No tengo interés… ¡Ni en Braham ni en Rokohura Tandai! —exclamó él decidido—. ¡Yo…! ¡Sólo estoy aquí para derrotar al líder de la Kanto Manji Gang! ¡Sano Manjiro!
Kenjiro no evitó que una carcajada saliera de su boca, sin intentar contenerla. De ser Takemicchi se hubiera contenido de hacer ese comentario, pero olvidaba lo impulsivo y bobo que era su amigo, aunque en realidad apoyaba su pensamiento y sabía que si él deseaba eso lo ayudaría. De alguna forma se sentía en deuda con Takemicchi después de enterarse que lo salvó de un mal futuro y esperaba que pudiera existir una vida en la que fuera completamente feliz, incluyendo a Mikey.
Sin embargo, ese comentario no le agradó a todos. Minami se posó frente a él, demasiado enfurecido, y le gritó sobre sí estaba demente al intentar interferir con las Tres Deidades, llamándolo debilucho. Parecía que lo golpearía en cualquier momento, e incluso antes de que Kenjiro pudiera decir o hacer algo, Draken se interpuso y le dio una patada, lanzándolo a pocos metros de distancia.
—¡Si quieres llegar a Takemicchi tendrás que pasar sobre mí! —dijo con una sonrisa determinada—. ¡Vamos, empiecen el segundo round!
Pero eso no pudo ser posible porque apareció la policía, alarmando a todos. Minami se quejó y le propuso a Draken arreglarlo en otra ocasión, pero él dijo que ya había dejado a su viejo él con la ToMan y que nunca se uniría a ellos. Cuando ya iban de regreso a sus motocicletas vio a Akashi acercarse a Draken y decirle algo. Él sólo les avisó que ya se irían, subiendo a la misma motocicleta con Takemicchi y Kenjiro subiendo a Inupi a la suya, arrancando y alejándose del lugar.
Kenjiro e Inupi se fueron por otra ruta para no ser perseguidos en dirección al taller en silencio, probablemente procesando lo que recién sucedía. Había sido demasiado para un día común y corriente, sintiéndose culpable porque no pudo responderle en la tarde a Takashi y no quería que se preocupara. Aunque justo en ese momento su teléfono comenzó a sonar, alarmándolo.
—¡Carajo! —gruñó Kenjiro, mirando de reojo a Inupi—. Saca mi teléfono, está en el bolsillo de la chaqueta y responde. Seguro es Takashi. Ponlo en altavoz.
Su amigo no dudó en hacer caso a su petición, por lo que al oír la voz de su novio se sintió mucho más tranquilo.
—¡Ken! ¿Dónde has estado? ¡No respondiste mis mensajes y me preocupé!
Eso le dolió. Esbozó una pequeña mueca aunque sabía que él no podía verla.
—Lo siento. Estuve muy ocupado con Draken y ahorita estamos dando una vuelta en una motocicleta que acabamos de reparar. Estoy con Inupi.
—Hey —saludó el mencionado para ayudar a la mentira que acababa de inventar. Pudo oír un suspiro del otro lado de la línea.
—Oh, bueno. Yo lo siento… Es sólo que mínimo me envías un mensaje cada media hora para avisarme que estás bien y ahora no lo hiciste… Pensé que algo te sucedió.
—Perdóname en serio por preocuparte, Takashi. No fue mi intención. Te prometo que no volverá a suceder.
—De acuerdo… —luego hubo un pequeño silencio incómodo para los tres considerando que Inupi también estaba escuchando todo. Takashi decidió solucionarlo—. Uh, Inupi, ¿podrías quitar el altavoz y poner el teléfono en la oreja de mi novio?
Inupi se rio un poco, haciendo lo que pidió. Ahora Kenjiro podía oír la respiración de Takashi y ruidos de fondo, seguramente sus hermanas porque eran gritos de niña, y sonrió. Las extrañaba, sólo que no había tenido tanto tiempo para ir a verlas desde que comenzó a trabajar.
—Lindo… Te quiero —murmuró Takashi con timidez, sorprendiendo a Kenjiro que por poco derrapa. Aunque supo que Inupi se quejaría de eso no le importó, ruborizándose un poco.
—Yo también te quiero.
—Te hablo en la noche, ¿sí?
—Claro. Salúdame a las pequeñas.
Al colgar, Inupi soltó una carcajada. Kenjiro puso los ojos en blanco y al hacerse para atrás le dio un cabezazo, oyendo ahora un quejido de su parte. Ahora fue él quien se rio.
Siguieron así pocos minutos más hasta llegar al taller. Cuando llegaron ya estaba ahí la motocicleta y Draken y Takemicchi dentro, pero al no ver al segundo no pudo evitar preocuparse. Por suerte su amigo le aclaró la duda diciéndole que lo mandó a bañar para que se tranquilizara un poco, ya que le había dado una noticia que decidió decirle a Kenjiro también.
—Gemelo, soy parte de Braham.
—¿Qué? —La voz de Kenjiro fue extraña, entre una combinación de sorpresa y molestia—. Pero… ¿cómo sucedió? ¿Cuándo? ¡¿Y por qué no me dijiste?!
—Uh, es algo difícil de explicar —pasó su brazo por su cuello, indeciso—. Verás…
No pudo continuar ya que voces del exterior resonaron y Draken se disculpó con la mirada antes de salir. Kenjiro suspiró, sentándose en un sofá e Inupi a su lado, quitándose la chaqueta y dejándola en la mesita de centro. No comprendía por qué Draken era parte de Braham, sobre todo porque él juró que no se uniría a otra pandilla… Aunque le dolía más el hecho de no haberse enterado antes, ya que por lo que pudo recolectar de información en el poco momento se dio cuenta que Inupi ya sabía.
Casi al instante salió Takemicchi de bañarse y se sentó en el otro sofá, decidiendo iniciar la conversación y dijo que fue un día duro. Inupi afirmó que se estaban volviendo las cosas un gran desastre. Kenjiro se rio entre dientes, apoyando su espalda en el respaldo del sofá, se cruzó de brazos y cerró los ojos para intentar distraerse un poco. Aunque no fue posible porque Takemicchi preguntó por el Draken, a lo que Inupi dijo que debía estar con miembros de Braham y discutiendo sobre él.
—Tal vez también de Kenjiro —agregó al final Inupi, alzando una ceja y viéndolo de reojo. Esto no lo notó porque tenía los ojos cerrados, aunque supuso que lo hizo. Takemicchi dijo que iría a ver y se levantó dispuesto a salir con una toalla alrededor de su cuello, por lo que cuando Kenjiro abrió los ojos y lo vio se rio.
—¡Hanagaki! —lo llamó Inupi antes de que saliera, llamando la atención del mencionado—. Estoy preocupado por Draken… Más que una simple pandilla de motociclistas, Braham es parecida a una pandilla de Yakuzas gobernada por adultos. Ellos tienen malos rumores siguiéndoles también así que ten cuidado.
—Voy contigo —murmuró Kenjiro parándose de golpe del sofá y posándose al lado de Takemicchi. Ninguno de los dos se lo esperó y se exaltaron, aunque él sólo esbozó una sonrisa burlona antes de mirar al rubio—. Vamos.
—De acuerdo.
Salieron de la tienda y para su sorpresa se encontraron con Draken sin camisa e inmovilizando a Akashi.
—¡No estás escuchando, Akashi! Si arrastras a Takemicchi a este desastre ¡nunca te lo perdonaré! ¡Mucho menos a Kenjiro! ¡¡No invites a antiguos miembros de la ToMan en esto!!
—¡¿Qué carajos sucede?! —preguntó exaltado Kenjiro, frunciendo el entrecejo y mirándolos con molestia. Takemicchi a su lado asintió.
—¡¿Pero de qué se trata esto? E-Espera, Draken… —después el mencionado soltó a Akashi, aunque se veía que seguía molesto—. ¿Qué estaban discutiendo? Por favor explíquenmelo.
—Draken planea traer de regreso a Mikey —interrumpió otra voz. Kenjiro y Takemicchi al girarse vieron que se trataba de Senju—. Y Braham, por el otro lado, quiere derrotar a la pandilla que dirige Mikey, que es la Kanto Manji Gang. Por lo tanto decidimos cooperar ya que tenemos objetivos similares.
Kenjiro se quedó sin palabras, viendo detenidamente la reacción de Takemicchi. Parecía asombrado e inseguro a la vez, cosa que podía comprender a la perfección y pensó que debía ser más fuerte de lo que pensaban. Akashi volvió a tomar la palabra y les dijo que siempre admiró la visión de la ToMan ya que no buscaban ser la pandilla número uno, sino que era para querer cambiar la era de delincuentes.
—Pero la Kanto Manji Gang no es así, ellos no tienen ambición. Y a estas alturas parece que Mikey se va a convertir en el «tipo malo» y nosotros estamos aquí para derrotar a esos tipos malos.
—Hanagaki Takemichi, dos grande pandillas te vieron mientras gritabas valientemente: «voy a derrotar a Sano Manjiro» —decretó Senju—. Si en serio tienes esas ambiciones por favor únete a Braham. Y Yamagawa Kenjiro… Tú sabes —ahora lo miró a él, intimidandolo—. Braham les da la bienvenida.
Antes de que pudieran siquiera abrir la boca para responder, Draken se posó frente a ambos y negó con la cabeza muchas veces, diciendo que si lo seguían intentando involucrar a Takemicchi lo considerarán un enemigo de Braham. Senju dijo entonces que sí quería empezar a pelear ahí y Kenjiro negó como si la pregunta fuera para él, pero no dudo en responder.
—No le tocarás un pelo, Senju —lo defendió al posarse frente a él. Pero, incluso no queriendo que hubiera más problemas, Takemicchi aceptó la oferta de Braham y las miradas de todos se pusieron en él, intimidándolo—. Uh… B-Bueno, si Takemicchi lo hace no puedo dejarlo atrás…
Bien, había aceptado al fin. Sentir la mirada tan intensa de todos los presentes fue mucha presión para Kenjiro, obligándolo a aceptar. Maldición, él le había prometido a Takashi no meterse en eso de nuevo… Además, lo hizo por él mismo, porque quería concentrarse en sus estudios y en su trabajo.
Se iba a arrepentir, lo sabía.
TODO TAN FUERTE AAAAAAAAA
no olviden votar y comentar, espero que les haya gustado!! les quiero <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro