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𝟬𝟬𝟯. afternoon with friends

Yamagawa Kenjiro se sentía realmente feliz de pertenecer a una pandilla, y sobre todo la Tokyo Manji Gang que era parecida en ideales a lo que él siempre había anhelado. Además que todos los miembros eran personas muy agradables que lo trataban bien y que lo hacían sentir como una familia, algo que tenía años sin experimentar.

Debía admitir que pelear tan seguido no era su parte favorita, ya que Kenjiro siempre, antes de cada pelea, solía intentar convencer a la otra persona de no llegar a los extremos de los golpes sino arreglarlo con palabras. Pero sabía que estando en una pandilla todo lo que buscaban era pelear para ganar algo; ya sea parte del territorio o por alguna situación en la que se hubieran metido con un miembro de la ToMan. Así que la fuerza bruta en esas ocasiones era lo único que debía usar.

En ese momento se encontraba en la casa de Mikey, ya que los había invitado a comer. Eso lo había hecho sentir muy especial al ser una reunión de capitanes y vice-capitanes, en donde Kenjiro no formaba parte de ninguno. Pero ese día que los invitó él iba en directo a su motocicleta cuando Mikey le gritó, le pidió que fuera con ellos y lo invitó. Debía admitir que no se esperaba el lugar así, pero al menos su hermana Emma era muy agradable; ya la conocía de las reuniones porque solía estar con las novias de los demás miembros para cuidarlas por cualquier situación. Estaban haciendo unos onigiris para la comida y se escuchaban los gritos y risas de los demás en la sala.

—Son todo un caso perdido, ¿a qué sí? —se burló Emma al escuchar un grito de su hermano diciendo «¡Devuélveme mi doroyaki, Kenchin!»—. Siempre hacen lo mismo. Aunque en realidad es siempre Mikey el que lo propone y todos terminan haciéndole bromas.

—Cuando escuché de él imaginé que era una persona muy intimidante, pero al verlo por primera vez me sorprendió. También supe que podríamos hacernos amigos si él quería —le confesó. Emma se rio.

—Le caes bien, sino no estuvieras aquí. Desde la primera vez que te conoció y te invitó a formar parte de la ToMan estaba muy emocionado. Hace mucho no lo veía así por unir a un miembro —lo miró de reojo, notando como Kenjiro se había ruborizado. Para él, eso significaba demasiado y que lo dijera con tanta naturalidad la hermana de Mikey lo hacía más real—. Tu también me caes bien, por si querías saberlo.

—Eso me tiene más tranquilo.

Acabando de preparar los onigiris los dos salieron de la cocina y los dejaron en la mesa, en donde unos estaban jugando videojuegos y otros platicaban mientras comían. Kenjiro no supo hacía dónde irse en ese momento quedándose parado, viendo a todos y comprendiendo lo mucho que se querían unos a los otros. Nunca había tenido una amistad así y tal vez nunca la tendría, porque aunque no quisiera ser pesimista ellos se conocían de mucho más tiempo y eso provocaba que en ocasiones se sintiera desplazado. Suspiró. Lo único que quería era que esos pensamientos se fueran de su cabeza y esperaba que ese día pudiera ayudarle en eso.

—¡Ken!

Takashi le hablaba desde la mesa en donde se encontraba con Hakkai, Mikey y Draken. Kenjiro sonrió y se acercó a ellos rápidamente. Al sentarse se percató que estaban comiendo de los onigiris que había preparado y no recordaba cuánto tiempo estuvo pensando que ya estaban casi acabándose.

—¡Cocinas muy rico, Rey! —halagó Mikey con una gran sonrisa, terminando de probar bocado de uno. Kenjiro se rio.

—Gracias. Mis padres tienen cocineros, pero como me odian casi nunca preparan comida para mí si no se los pido. Tuve que aprender por voluntad propia —contó con naturalidad. En cambio los presentes de habían quedado en silencio al escucharlo, ya que nadie más conocía de su situación familiar más que Takashi y solo sabían que venía de una familia con dinero.

—Puedes venir a comer a mi casa siempre, Rey, aunque nunca cocino.

—Gracias, Mikey, pero supongo que no puedo quejarme de mi situación —sonrió avergonzado de que quisieran encontrar una solución a su problema cuando él ya lo tenía muy consciente. Takashi lo miraba atento a sus acciones, poniéndolo nervioso. Algo de lo que una persona se percató.

—Deberías ser cocinero, Gemelo, supongo que no sería idea —aconsejó Draken. Ahora todos parecían querer halagarlo y era demasiado para sí mismo, lo ponía aún más nervioso.

—Eso es cierto, esto sabe delicioso para ser un simple onigiri —le siguió Hakkai.

—Yo... en realidad quisiera ser embajador de la paz en la ONU.

Se quedaron en silencio al oír eso. Cualquier persona tendría metas en la vida sencillas o al menos que fácilmente pudieran conseguir, sin embargo, nadie nunca había oído algo similar. Eso Kenjiro lo tenía muy presente. Para eso necesitaba estudiar algo como Relaciones internacionales, especializarse en Diplomacia y tomar diplomados para tal vez algún día poder conseguirlo. Pero en verdad lo anhelaba con ganas que sabía que algún día eso se cumpliría.

—¡Eso suena genial, Rey! —se emocionó Mikey alzando los brazos como loco. Draken había puesto los ojos en blanco por su reacción y lo sujetó para que no golpeara a nadie—. ¡Suéltame, Kenchin!

—No por ahora —le dejó saber y Mikey le sacó la lengua como respuesta. Kenjiro se rio de eso—. Gemelo, me agrada la idea. Seguro serás el mejor embajador que la ONU podría tener en toda su existencia, créeme.

—Tiene razón. Te apoyaremos, Kenjiro —le sonrió Hakkai.

—Ken logrará todo lo que se proponga porque es genial, confío en ti —dijo Takashi mirándolo con una gran sonrisa, una que incluso le llegó a los ojos.

Kenjiro se sentía intimidado por él. Ver a Takashi era un placer para sus ojos siempre porque le parecía muy hermoso, además que su personalidad era inexplicable junto a los sentimientos que comenzaban a nacer de él. Sabía perfectamente lo qué era y a dónde iba, porque eso había sido lo que había experimentado hace años y con eso se había dado cuenta de su sexualidad. Pero temía que eso fuera aumentando al recordar a su primer y único amor... aún le dolía.

—Muchas gracias por su apoyo, chicos, les juro que no les fallaré —sonrió, viendo como todos tenían rostros honestos. Nunca nadie le había dicho aquello y lo ponía en verdad sentimental, pero no lloraría frente a ellos por pena—. Podrán decir que fueron mis compañeros de peleas en mi adolescencia —se rio.

—¡Y no cualquiera, sino de la Tokyo Manji! —exclamó con emoción Mikey.

Tras haber comido todos y jugado vídeojuegos en turnos fue que decidieron hacer unas competencias de peleas en el Dojo para distraerse. Kenjiro no imaginó que ese tipo de cosas solían hacer para no aburrirse, así que, aunque se encontraba un poco recio ante el hecho de tener que luchar solo por diversión, aceptó a pedida de todos. Habían decidido elaborar un par de papeles para que cada quien tuviera dos combates, y Kenjiro no supo si había sido buena o mala suerte de que le tocará con Mikey y Draken.

—Me gustaría poder pelear contigo en otra ocasión para ganarte —bromeó Smiley llegando a su lado con su característica sonrisa—. Aunque bueno, lo de ganarte aún está en veremos. Necesito verte en acción hoy.

—No molestes a Kenjiro —lo reprendió Angry. Se había dado cuenta que a juzgar por sus apariencias los gemelos eran opuestos en personalidad y en sus rostros, pero ambos le caían muy bien.

—No pasa nada, Angry, todo bien —sonrió al chico.

—Baji, verás que te voy a ganar —intentó verse amenazante Chifuyu, al haber sido emparejados para la primera pelea, por lo que estaban en el centro del Dojo viéndose uno al otro.

—Ya veremos —se rio el chico, atándose su cabello largo en una coleta.

Ambos habían dado una buena pelea. Kenjiro no supo si Baji no quiso lastimar a su vice-capitan, pero no se habían hecho tanto daño uno al otro aunque si había durado bastante. Angry le había ofrecido palomitas y él gustoso había aceptado, mientras comían y veían la pelea juntos; del otro lado Mikey los juzgaba como si de su abuelo se tratará. Pah-chin gritaba y les decía que se golpearan de verdad, mientras Peyan le decía que se callara. Era muy entretenido de ver.

—¡No quiero más empates o les haré pelear de verdad! —se quejó Mikey con expresión infantil, dándoles un golpe en la cabeza tanto a Baji como Chifuyu. Ambos se quejaron y se fueron a sentar con ellos, quitándole las palomitas Baji a Kenjiro.

—¡Baji! —le gritó fingiendo estar molesto. Pero él solo sonrió dejando ver sus colmillos y siguió comiendo sus palomitas—. Te voy a demandar, no puedes hacerme eso. Son mis palomitas.

—En realidad son mías —murmuró con vergüenza Angry. Kenjiro lo miró mal, aunque en realidad no podía enojarse con él—. Pero te las traje a ti, Kenjiro.

—¿Ves? —le sacó la lengua a Baji, quitándole sus palomitas. El de cabello largo fingió estar ofendido y en lugar de seguir peleando siguió agarrando aunque estas se encontraban en las manos de Kenjiro. Ahí no diría nada y se dedicaron en comer ambos.

Las peleas continuaron. Mikey había estado molesto porque ninguno se lo había tomado en serio y por ende no solía haber ganadores. Pah-Chin y Mucho habían tenido una de las más reñidas al ambos querer ganar, lamentablemente Kenjiro fue al baño mientras tanto y al regresar ya había concluido; nadie quiso decirle quién había ganado.

—¡Es hora de mi enfrentamiento con Kenjiro! —anunció Mikey emocionado y saltando de un lado al otro. Se rio de su actitud tan positiva y supo que sería una pelea muy difícil, porque aunque era bueno Mikey era completamente superior, él si esperaba que por fin hubiera una en serio.

—Solo sé amable conmigo, ¿sí? —jugueteó con Mikey dándole un ligero golpe en el brazo. Él sonrió. Kenjiro se sintió consternado—. Chicos, preparen mi funeral. Me gustan los tulipanes.

—¡No seas pesimista, Kenjiro! —gritó Smiley desde su lugar y alzando su puño—. Te apoyo. Si ganas te daré todas las palomitas de mi hermano.

—¡Pero...!

—Eso me motiva más —se burló en voz baja. Cuando Kenjiro se dispuso a quitarse su chaqueta y dejarla en el suelo se acercó Takashi, dejándolo mudo.

—Tu puedes. ¡Suerte!—deseó con una linda sonrisa.

Ahora no podía perder.

—¡Vamos, Rey! ¡Estoy ansioso!

—¡Voy!

Se acercó al centro del Dojo, viendo como Mikey se colocaba en posición. Kenjiro soltó un largo suspiro, acomodándose mejor. Todos los miraban expectantes, esperando con ansias la pelea; sabían de primera mano que aunque Kenjiro era muy bueno como Mikey nadie podía ganarle a su líder. De esto estaba seguro él, así que solo trataría de hacer lo posible por darle una buena pelea o se enojaría.

Pah-chin gritó indicando que debían comenzar. Kenjiro se quedó quieto en su lugar a sabiendas que Mikey no tardaría en ir a por él, de lo cual no se equivocó. Rápidamente el rubio saltó por los aires como solía hacer y lanzó una patada directo a su rostro, pero Kenjiro sabía que lo haría y se agachó. De nuevo volvió a levantarse viendo cuando Mikey caía perfectamente de pies. Era gracioso porque ambos tenían un estilo de pelea similar al preferir lanzar patadas, pero Kenjiro sabía que en eso le superaba mil veces su contrincante debido a su baja estatura, lo cual lo ponía en desventaja.

Kenjiro se volvió para atrás con pequeños pasos alzando los puños, ya que aprovecharía que Mikey evitaba ese tipo de enfrentamientos. Podía escuchar como todos estaban en silencio observándolos a ambos, aunque Pah parecía querer que pelearán ya de verdad porque se quejaba, y además soltó una pequeña carcajada al oír como Peyan nuevamente lo reprendió. Lanzó un puñetazo a Mikey en el estómago, pero él había visto ese movimiento antes y saltó dándole con el pie en la cabeza. Si le alcanzó a golpear un poco, solo porque Kenjiro se movió levemente; emitió un gruñido por el dolor y volvió su mirada a Mikey, viendo como parecía dispuesto a seguir sin problema. Suspiró.

Otra patada le llegó del lado contrario de la anterior y volvió a golpearlo, provocando que ahora cayera directo al suelo. Su cabeza dolió por lo que tuvo que tocarse para asegurar que no hubiera sangre, al confirmar que todo estaba bien supo que debía continuar. Todos emitieron ruiditos al verlo, pero Kenjiro no dejaría que la pelea terminará tan pronto, se levantó al instante aprovechando que Mikey estaba un poco preocupado por su golpe y le lanzó una patada que sí le dio. No pudo evitar hacer una mueca porque era su líder y amigo y esa sí lo había derribado, pero el lado bueno era que se había levantado rápido y tuvo tiempo de asimilar.

—¡Fue un buen golpe, Rey! —exclamó emocionado. Kenjiro se ruborizó al ver como los demás asientían a eso y sobre todo Takashi levantaba sus pulgares en forma de apoyo. Tal vez nunca se acostumbraría a eso.

Cuando Mikey le volvió a lanzar una patada Kenjiro con su brazo la detuvo, sosteniendo su pierna y lanzándolo al suelo. Solo que al hacerlo el rubio aprovechó (en el aire aún) para tomar sus piernas y también derribarlo. Ambos cayeron al suelo, y ahí Mikey sorprendentemente comenzó a lanzar puñetazos, unos que aunque intentó evitar no pudo hacerlo con todos al haberlo agarrado desprevenido; lo único que pudo hacer fue poner sus brazos frente a su cara y trató de regresarle un par sin éxito.

Logró darle un golpe en el estómago sacándole el aire y a pesar de que en sus planes estaba derribarlo por completo para ganar, Mikey nuevamente le ganó en inteligencia y le sostuvo ambos brazos hacia atrás tirándolo al suelo y ganando oficialmente.

—Perdí —murmuró con una carcajada Kenjiro, sintiendo como Mikey lo soltaba. Se terminó de recostar en el suelo con los brazos y piernas abiertas—. Esa fue una buena pelea, Mikey.

—¡Rey, siento haber hecho que te golpearas en la cabeza! ¡Lo siento! —se inclinó varias veces frente suyo, ocasionándole vergüenza. Había sido una pelea y en realidad nunca acordaron que aquello no se valía, podía entender su preocupación, pero estaba bien y no quería que se sintiera mal.

—Tranquilo, estoy bien —sonrió mientras se levantaba y le acariciaba la cabeza—. Sabía que me ganarías, eres superior.

—¡Por un momento creí que podías ganar! —exclamó Chifuyu sorprendido comiendo palomitas—. Y qué bueno que no me tocó contigo, Kenjiro. Seguro me harías papilla.

—Mejor regrésame mis palomitas —le arrebató la bolsa al chico. Chifuyu se indignó y le reclamó, provocando que Baji lo amenazara con lanzarle su gato al rostro para que lo arañara. Kenjiro solo pudo pensar que eran muy raros, pero le caían bien.

Tras un par de peleas ninguna se igualaba a la suya con Mikey (según palabras de Smiley) y estuvo comiendo más palomitas con Angry, aunque todos querían robárselas, sobre todo Baji y Chifuyu. Claro que en todo momento Kenjiro trataba de tener la atención de Takashi con pequeños detalles como ofrecerle palomitas o refresco, por suerte él si lo aceptaba siempre con una sonrisa que lo derretía completamente.

Llegó el momento de la última pelea, que de disputaría entre él y Draken. Ambos sentían que no debían pelear en serio, pero también estaban conscientes de que si lo hacían jugando Mikey se enojaría, así que con miradas se pusieron de acuerdo en que tratarían de hacerlo un combate real. Kenjiro estaba nervioso y no lo iba a negar, solo esperaba que resultará bien y que después de eso pudiera comer algo más que palomitas; ya empezaba a tener mucha hambre sobre todo después de dos peleas.

—¿Los gemelos van a luchar? —bromeó Takashi en voz baja cuando Kenjiro pasó a su lado, entonces él se detuvo y lo miró con curiosidad.

—Recuerda que somos trillizos —también dijo en broma. Takashi se rio mientras asentía.

—Vamos, tu puedes. Ambos son igual de fuertes, así que esta pelea la veo muy difícil.

—¿Eso quiere decir que la de Mikey sabías que la perdería? —trató de curiosear, dándole un ligero golpe en el hombro. Pudo ver como se ponía un poco nervioso y evitó mirarlo.

—No es eso...

—Era broma, Takashi —sonrió avergonzado de que se lo hubiera tomado en serio, ya que incluso él mismo sabía con anterioridad que no iba a ganar esa pelea—. Pero unas palabras de aliento no me vendrían mal ahora...

—Oh, bueno. Mucha suerte, Ken —le deseó con una linda sonrisa. Justo cuando creyó que era el mejor gesto, sintió como tomaba su mano con delicadeza por detrás de su cuerpo (en donde nadie podía ver) y le dio un apretón de manos.

Kenjiro se sintió mucho más calmado y pensó en que nunca nadie lo había hecho sentir de esa forma. Sin duda alguna, Takashi Mitsuya era especial.


LO PROMETIDO ES DEUDA AUNQUE AQUÍ YA CASI SEA MARTES JAJAJA capitulo por el cumpleaños de nuestro bebé takashi mitsuya atrasado checkkkk <3  espero les haya gustado, no olviden decírmelo en comentarios y dejar un VOTO nada les cuesta!!

pd; comenzaré a usar este gif he hecho por mi chica preciosa debs como banner para el fondo jiji gracias teamo

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