Palacio mental
A la mañana siguiente, Sherlock despertó primero que la castaña, sorprendiéndose al sentir el cálido cuerpo de Ari sobre de él, la miro fijamente, tenia el maquillaje en mal estado, cabello desaliñado, lagañas en los parpados y con la boca ligeramente abierta, amenazando con empezar a babear, y sin embargo, a los ojos de el detective ella se veía preciosa, tan natural como ella sola y tan imperfecta que contrastaba con su personalidad y conducta diaria, solo tenia una idea en mente, antes de que tan solo pudiera analizarlo, su mano se dirigió a la cabellera color chocolate de su compañera y lo aparto de su rostro.
-Eres hermosa - Murmuro en tonos que solo él mismo podría haber escuchado - Eres una distracción tan adictiva...
-Wo hoo - La voz alegre de la casera sobresalto al rizado quien volteo a ver a la mujer, llevaba consigo una bandeja con el desayuno, cosa que Krøller inmediatamente dedujo que era para ellos - Buenos dias dormilon, ¿Pasaron Buena noche?
-No es lo que su infantil mente piensa - Se apresuro a decir con suma tranquilidad, pues negar que habian dormido juntos en el sillon era ridiculo, sobre todo por el hecho de que estaba atrapado entre el sillon y el cuerpo de la castaña - Llego cansada de su evento y nos quedamos platicando hasta muy noche
-Yo no iba a sugerir nada mas Sherlock, por eso mismo les traje el desayuno, no se si Ari haya cenado y tu podrias hacerle compañia mientras desayuna - Sonrio dulcemente a el castaño antes de dejarles la bandeja en la mesa de la cocina - Yo los dejo, Finge que no estoy en el departamento de abajo.
Sin más, la mujer se retiró, Sherlock tuvo el impulso de despertar a la castaña pues si tenía hambre y la bandeja estaba muy lejos, pero no, a lo largo del tiempo en que ella había estado presente, había logrado tener cierto afecto por ella, un afecto que le permitía respetar su dormir, a él no le gustaría en lo absoluto que alguien lo despertara cuando estaba tan cansado como ella la noche anterior, así que simplemente se quedó ahí, esperando a que ella se despertará, sin embargo, cuando la circulación en su brazo comenzó a faltar dando paso a un irritante hormigueo que comenzó a cansarle fue cuando tomo la decisión de despertarla.
-Ari, Ari despierta - La movió suavemente mientras murmuraba su nombre - Ari... Ariadna
-Mmm~ - Poco a poco, la joven despertó de su sueño para así toparse con los heterocromaticos ojos del detective - Buenos días - Dijo cubriendo su boca al momento de bostezar pues no quería que su aliento mañanero perturbara a su amigo - ¿Qué hora es?
-Calculo que pasadas las 11 - Menciono con alivio al poder liberar su brazo del peso de ella.
-Que rico - Se estiró un poco y se levantó permitiéndole a ambos sentarse correctamente en el sillón - Debo estar hecha un asco, voy a bañarme.
-Hooders trajo eso hace un rato - Menciono señalando la bandeja con el desayuno.
-Ay, no se hubiera molestado... Yo prepararé la comida en la tarde como agradecimiento - Se estiró un poco antes de levantarse y tomar su teléfono para checar la hora - Es algo tarde, voy a cambiarme e iré a ver si Molly necesita mi ayuda - La castaña se dirigió hacia la bandeja para darle un sorbo al jugo de naranja y dirigirse hacia las escaleras.
-¿No vas a desayunar? - ¿De dónde salió aquella pregunta? Y ¿Por qué le preocupaba que desayunara? No sabía, pero tampoco importaba.
-No, come tu, yo tal vez lleve a Molly y a Taylor a comer a algún lugar, gracias, supongo que estarás ocupado con un caso hoy, así que te dejare estar solo para pensar, nos vemos Krøller - Ella se acercó a él y revolvió sus rizos con suavidad en forma de despedida para así salir de nuevo hacia su departamento.
Sherlock la siguió con la mirada más confundido que hace varios días, sentía que algo en su interior mantuviera sus sentidos atados a ella como un imán.
-¿Que miras? - La voz del médico diagnosta llamo la atención de Sherlock, quién volteo a verlo fijamente - Te vez muy interesado en ella.
-No me interesa de esa manera - Se respondió a si mismo algo que sabía no era cierto, representar la ironía en su mente con la imagen del diagnosta fue algo sorpresivo pero entendible en subconsciente, pues admiraba el trabajo del hombre, pero por alguna razón lo veía más como una figura en el espejo.
-Si, si lo haces, te interesa mi hija, por eso eres tan dócil, por eso tienes la necesidad de ir ahora mismo con ella y acompañarla en su día a día, no ganas nada engañandote.
-¡Ya me voy! - Interrumpió la castaña, quién, ya arreglada y bañada salía por la puerta principal del edificio haciendo que la figura de su padre desapareciera - ¡Vuelvo en la tarde!
Horas más tarde, calculando unas dos o tres, después del desayuno Sherlock intentaba aclarar su mente sobre todo lo que representaba a Ari para él y lo que debería hacer de ahora en adelante frente a ella, sin embargo tenía una pequeña espina que no lo dejaba pensar con claridad ¿Realmente quería entrar a ese territorio tamaño humano y erróneo que causaba tantos problemas?
-¿En serio es tan complicado? - la figura del doctor volvió aparecer frente a él pero esta vez al no haber nadie alrededor Sherlock podía hablarle con total tranquilidad - sabes lo que quieres sólo hazlo, te comportas como un idiota y lo único que logras es que ella se aleje.
-Al parecer me conoce mejor de lo que yo a usted - Sherlock se acomodo mejor en su lugar listo para poder hablar consigo mismo dentro de su palacio mental.
-Se de cogear, se de un dedo anular vacío, de esa obsesiva naturaleza tuya que es un gran secreto para muchos, no arriesgarias ir a prision y tu carrera para salvar a quién no quiere ser salvado, a menos, sólo que tenga algo, lo que sea, una cosa - Empezó a esclarecer el hombre como si barajeara un juego de cartas españolas - La razón de que la gente normal tiene esposa, hijos, es por qué ellos no tienen eso, yo tengo la medicina, tu tienes los crimenes, la cosa en qué piensas todo el tiempo, la cosa que nos mantiene lejos de lo normal a nosotros, nos... Hace geniales y especiales - Se detuvo un momento mirando al detective fijamente como esperando alguna reacción - Nos hace los mejores, y por ello perdimos la oportunidad de tener lo otro, sin mujer esperando después del trabajo en casa con un beso y un trago, eso no nos pasa... Por eso dios hizo el microondas.
-Pero cuando termina... Termina - Respondió Sherlock antes de levantarse y dirigirse a la cocina para prepararse un té.
¿Sería verdad? ¿Sería mentira? él siempre supo que después de esto no había nada por eso quería aprovechar al máximo y dejar su huella en el aquí y en el ahora, sin embargo, ¿Realmente eso era lo que quería? ¿Que fuera todo? ¿Que no hubiera nada más? Porque si se terminaba todo ya no habría un motivo y sin un motivo ¿Por que seguir? ¿Hacer siempre lo mismo? ¿Esperar a que algo mejor suceda? ¿Con qué objetivo?
-Estas evadiendo - La figura de John Watson lo sorprendió apareciendo a su lado como un espejismo - No quieres escuchar la respuesta... Siempre es mejor saber que ignorarlo
-No necesito saber, son solo tonterías de niños - Respondió dándole una pequeña mirada antes de replantear sus palabras - Estoy bien como estoy...
-No estás bien - Contra atacó sin dudarlo y velozmente - Estás solo Sherlock, ni siquiera te agradas a ti mismo.
-Eso es estupido, no puedo no agradarme, créeme, no soy presumido pero me sobran motivos para serlo - Sonrió antes de quitar la cafetera de la estufa y servirse el agua caliente en la taza con el té.
-Te detestas... Pero te admiras a ti mismo, es todo lo que tienes y te aferras a eso - Sherlock fijo su vista en su mejor amigo sin saber que responderle - Tienes tanto miedo a que si cambias perderás lo que te hace especial... Ser miserable no te hace mejor que nadie más Sherlock, solo te hace miserable.
-No soy miserable, y no estoy solo, te tengo a ti, tengo a Lestrade, a la señora Hudson, a Molly... - Comenzó a enumerar mientras movía lentamente la cuchara en el verde líquido dentro de su taza, hasta que una voz femenina lo llamo.
-Tienes a Ari - Al voltear se topo con la pequeña doctora Molly Coper, quién recargada en el marco de la puerta le sonreía - Ella te escucha, te apoya... Esta ahí, dispuesta a ayudarte, no teme en poner las manos al fuego por ti, te hace reír, está determinada a llevarse bien contigo, le interesas de una manera que nadie a mostrado después de Víctor Trevor ¿No?... Realmente se esfuerza...
-Si - Respondió sin poder evitar una sonrisa - Es una gran persona.
-Inteligente, independiente, fuerte... Con un gran sentido del humor, hermosa... Toda una mujer...
Cada palabra que la pequeña pronunciaba, le provocaba más sensaciones en el estómago al detective que no podía borrar aquella sonrisa de su rostro. Tomó su taza de té y la llevó con el de regreso a la sala donde esta vez, en vez de tomar asiento en su ya acostumbrado lugar se asomó por la ventana a ver a todas aquellas personas con sus comunes vidas.
-¿Y qué importa eso? Aún cuando ella sea excepcional y única en su tipo, jamás se fijaría en alguien como nosotros, hermanito mío - La voz de su hermano resonó en sus oídos recordándole lo fastidiosa que podría llegar a ser - Somos un desastre en las relaciones interpersonales, no supiste que tenía novia hasta que estuve al borde de la muerte - Se burlo con sorna mientras acomodaba su saco - Nacimos de los mismos padres, yo te eduque ¿Qué te hace pensar que serás diferente a mí? Ni siquiera Estás seguro de lo que pasó en esa noche y sí fue real o no.
-¿A qué te refieres? - Preguntó muy molesto pues realmente sabía muy en su interior que su hermano tenía razón o el mismo tenía razón.
-No la mereces - Simplificó antes de que ambos quedarán en un silencio sepulcral - Son precisamente todas las cualidades que ella tiene las que hacen que no estés a su altura y lo más que puedes aspirar a tener entre ustedes no será más que... Una amistad más en su vida.
Amargo, ese era el sabor que el té había dejado en la boca de Sherlock, había olvidado ponerle azúcar, o tal vez eran las palabras de su hermano las que lo provocaron, daba igual, dejo la taza a un lado y revolvió sus rizos con frustración, seguía con la misma ropa de la noche anterior, se sentía incómodo, también algo sucio, así que tomo la decisión de darse una ducha. Fue a su alcoba, se desnudo, se dirigió al baño, abrió la llave del agua fria y caliente para templarla y dejo que está cayera, el sonido del agua aturdida sus oídos y sus músculos se destenzaban con el agua caliente.
-¿Le importaría a alguien que el mundo perdiera tu ingenio? - La voz de House rompió la relajación de Sherlock quién soltó un suspiro frustrado al no poder callar su mente.
-Estoy ocupado - Se dijo a si mismo tratando de calmar sus pensamientos.
-No te preocupes, no tienes que decir nada, hablas con tu inconsciente - Sonrió con ironía antes de empezar a darle vueltas a su bastón - Crees que la única verdad que importa es la que puede medirse, las buenas intenciones no cuentan, los sentimientos no cuentan, preocuparse no cuenta... pero la vida de un hombre puede medirse con cuántas lágrimas se derraman el día en que muere, el hecho de que no puedan medirlas sólo porque no quiere medirlas... No significa que no sea real.
Sherlock cerro los ojos recargandose con ambas manos en los azulejos del baño sintiéndose muy débil mentalmente, la cabeza le dolía, no quería seguir pensando.
-Es que esto no puede tener sentido - Abrió los ojos mirando sus pies en el agua que caía de la regadera, aquellos que se sentían flotar cuando la castaña le sonreía.
-Incluso si estoy equivocado seguirás siendo miserable... - Lo miraba fijamente cómo penetrando su cuerpo con solo los ojos - ¿En verdad crees que el objetivo de tu vida era sacrificarte a ti mismo y no recibir nada a cambio? Nah, tu crees que nada tiene un propósito real, incluso a la gente que ayudas las descartas... Das la vuelta a lo único decente en tu vida y lo corrompes despojandolo de todo significado... Eres miserable en vano, no se por que quieres vivir...
Sin poder escuchar más, Sherlock cerró las llaves de la regadera y se envolvió en una toalla para salir de ahí lo más rápido posible, sintiendo ya como el vapor del agua caliente comenzaba a asfixiarlo.
Una vez en su habitación se cambió a algo más cómodo, necesitaba algo para que su mente dejara de hablarle, si no, pronto caería en la locura.
-La verdad considero que tiene merito - Comento John desde la espalda de Sherlock - Desvalorate tanto y admirarte a la vez debería ser algo que la psicología tendría que conocer
-Por dios - Rodó los ojos antes de voltear a ver a su amigo - No me desvalorizo, solo veo la realidad, si intento algo con ella se hará la falsa ilusión de que cambiare, pero en realidad no cambiare, así que ella se decepcionara y terminara odiándome por que aun tiene marcada la imagen de su prometido perfecto.
-¿No lo harás? - Sonrió con diversión antes de plantarse frente él - ¿No serias capaz de cambiar para poder estar bien con alguien como Ariadna House?
¿No lo haria? Claro que lo haria, o por lo menos lo intentaria, aun que las espectativas por lograrlo serian casi nulas, incluso diria que las probabilidades de que pueda ser minimamente el hombre que deberia estar al lado de alguien como ella son por lo menos insignificantes.
-¿Y eso que? ¿De verdad crees que ella se ha esforzado tanto para que tu cambies? - De pronto Molly estaba ahi de nuevo.
-No importa si ella lo ha hecho con ese motivo o no, los hechos son simples, Ariadna merce algo mejor - Mycroft con sarna comenzó a discutir con ella.
-Oh el mundo sabe lo que merece, en el siglo XVII se sabia que las brujas merecian ser quemadas, entre 1941 y 1945 los judios merecian ser jabones... ¿Que sera lo que merece Ari en una pareja? - El doctor House volvió a aparecer, está vez entablando conversación con todos juntos.
-Obviamente no a un Holmes - Contesto Mycroft.
-¿Y por qué no? Ariadna es una mujer fuera de serie, ¿Creen que ella querría la familia con un hijo, el marido, el perro y la hipoteca? - Se interpuso el médico militar.
-¿Nosotros sabemos lo que ella quiere? - Pregunto Molly al ver qué todos asumían sobre Ari.
Y así comenzó, voces, argumentos, ideas, todos a la vez, todos hablando, todos opinando, todos con una idea diferente y un punto de vista contradictorio al otro, que en conjunto causaban ruido, ruido que mareaba, fastidiaba y angustiaba a Sherlock, la habitación le empezó a dar vueltas, todo en su mente parecía gritarle contradicción tras contradicción con las diferentes imágenes que él le había dado, hasta que ya no pudo más.
-¡Paren ya! ¡Callense! ¡No hablen! - Grito desesperado antes de caer sentado en la cama sujetando su cabeza sintiendo que está explotaria si hubiera una sola idea más, de pronto, el silencio, maravilloso y glorioso silencio, solo estaba él en su habitación, suspiro antes de frotar su frente con la mano y izquierda sintiendo el sudor que perla a está - Maldita sea... - Murmuró ya más tranquilo antes de abrir los ojos, fue entonces cuando vio los tacones bajos de la castaña frente a él, esos que la hacían verse estilizada, elegante y femenina, y sin embargo, eran con los que más cómoda se sentía. La mirada de Sherlock subió recorriendo la silueta de ella preguntándose si era verdad que su mente no recordara haber estado con ella y aún así tener su figura bien memorizada, al llegar a el rostro de aquella imagen de Ari que su mente guardaba se dio cuenta de aquella amplia, dulce y tierna sonrisa que le regalaba - ¿Que voy a hacer contigo?
Ella se encogió de hombros mientras se sentaba a su lado de forma tranquila y apacible.
-Sinceramente no tengo idea... - Le sonrió antes de recargar su cabeza en su hombro - ¿Que quieres hacer?...
-¿Cómo se supone que eso me ayude? - Se separó un poco para mirarla sin llegar a quitar su cabeza en su hombro.
-Bueno... - Hizo una mueca antes de mirarlo desde abajo directamente a los ojos - Si algo haz aprendido de mi es que situaciones desesperadas requieren medidas inmediatas... Lo mejor es seguir los instintos... Olvida los obstáculos, los posibles escenarios que vendrán... Estás demasiado centrado en eso, primero decide lo que quieres...
Lo que quería, ¿Que es lo que él quería?, Una pregunta que nunca se había planteado, ni siquiera cuando sentía la ausencia de ella se preguntaba si quería seguirla, simplemente dejaba que las cosas sucedieran, estuvo centrado tanto tiempo en el "y si..." Que no vio el "Yo quiero", aún que tal vez centrarse en ello era demasiado egoísta.
-No le des demasiadas vueltas - Fue una voz sensual y dulce la que hablo está vez, una voz que le causó escalofríos al detective, antes de que él se lo esperara, La Mujer estaba abrazándolo por la espalda, arrodillada en la cama y completamente desnuda - Déjese llevar por el deseo señor Holmes - Murmuró cerca de su oído - ¿Que es lo que quiere? - De forma algo brusca tomo el rostro del detective y lo fijo en la castaña quien ahora usaba un conjunto de lenceria negro a juego con las medias de seda que cubrían sus piernas y la camisa morada que tanto le gustaba sobre sus hombros.
-Quiero... Más - Se dijo a si mismo al ver aquella imagen sin siquiera pensárselo está vez.
-¿Más que? - La voz de Irene termino de resbalarse como dulce miel hasta el fondo del deseo que Sherlock tenía hacia ella.
-Mas de ella... - Respondió automáticamente sin apartar la mirada de Ariadna.
-¡¡Sherlock!! - De golpe la voz de la susodicha despertó del trance al rizado quien parpadeo varias veces antes de salir del cuarto dejándolo completamente vacío y topandose con una emocionada Ariadna House quien al verlo salir se colgó de él como koala y a quien a penas pudo atrapar para que no cayera - ¡¡¡Me mandó correo la asistente de Johnny Deep!!! ¡¡¡Quieren que haga casting para el comercial que lanzarán!!!
-Eso... ¿Es bueno? - Confundido y abrumado por la muestra de afecto tan efusivo de la castaña solo hizo lo posible para mantenerse en estabilidad y equilibrio antes de bajarla.
-¿¡Bromeas!? ¡Si me aceptan saldré en un comercial con mi actor favorito! - Emocionada como una niña, solo lo miraba con una alegría que él nunca había visto reflejada en sus ojos - ¿Crees que me acepten?
¿Era una banalidad? Si, ¿Una perdida de tiempo? Si, pero él no era nada capaz de quitar aquella imagen de su cabeza en dónde ella ocupaba la siguiente meta en su vida y si iba a cambiar, debía empezar desde ese momento.
-¿Que si te aceptarán? Serían unos idiotas si no lo hacen...
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