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Destino inentendible


Muchos años habían pasado, Ari termino su especialidad en neurocirugía, a este punto ya era reconocida por sus extraordinarias asañas como poder hacer con éxito la separación de dos mellizas que, por desgracia, estaban unidas por la cabeza y compartiendo un mismo cerebro, obviamente esto representaba un grave problema para la supervivencia de las niñas, sin embargo, ambas lograron salvarse con una hemisferectomia perfecta, claro que después de esa cirugía la directora del hospital Lisa Cuddy estuvo apunto de echarla pues rompió todas las normas al hacer una operación no autorizada y de alto riesgo, sin embargo, Ariadna había aprendido por su padre que el fin justifica los medios, aún que no lo hacía con los mismos motivos que el diagnosta Gregory House, ella no buscaba resolver un misterio, ella quería ayudar y por lo tanto no trabajaba con su padre, no soportaría el romper las reglas por su entretenimiento.

Ahora mismo se encontraba caminando por los pasillos del Princeton Plainsboro junto a su colega Jim Morrison en una linda y cálida charla.

-¿Vez eso? Todos piensan que eres un paciente ¿Por qué no usas tú bata? - Comento con curiosidad Jim mientras le sonreía divertido, entre ambos existía un feeling perfecto que se sentía con solo verlos pasar.

-Por que hoy es mi día libre ¿Qué tiene de malo? ¿A caso no me veo bien sin la bata? - Con una sonrisa y un poco de ironía Ari utilizo sus dotes de actriz fingiendo la mejor cara de indignación posible.

-No, por supuesto que no, es totalmente lo contrario, te ves muy bien, maravillosamente bien.. yo diría que te ves alucinante - El médico pediatra rápidamente se corrige antes de provocar algún disgusto en su compañera aún que la lengua se le había ido un poco hasta el punto de robarle una sonrisa a la castaña - es precisamente lo que me preocupa un poco, te ves tan hermosa siempre que.. a veces me parece que todos te miran demasiado, es decir, yo sé que tú puedes defenderte sola pero.. está bien ya me calló - El doctor Jim Morrison podía ser tan dulce y tierno como quería que solo el más frío y descorazonado del mundo se enojaría con el.

-Tranquilo Jim gracias por preocuparte por mí, tal vez tengas razón pero no voy a dejar de vestirme como me gusta solo por unos cuantos idiotas que no saben respetar a una mujer - Ari coloco sus manos en el pecho de Jim mirándolo fijamente con una sonrisa, él en respuesta la sujeto de la cintura con suavidad acercándola más a su cuerpo - A menos que quieras que use ropa cerrada o un hábito de monja de ahora en adelante.. ¿Debo recordarle que tenemos una cita esta noche Dr. Morrison?.

-Claro que no, ya tengo todo preparado, un buen vino, queso, una rica cena sin carbohidratos y terminaremos con una sorpresa que tengo para ti... - Murmuró con picardía escondiendo su rostro en el estilizado cuello de Ariadna y rozando su piel con la punta de la nariz provocando una sensación de cosquillas en ella - ¿Aún no le has dicho nada a tu padre?

-No, aún no es un buen momento, no he encontrado la manera de decirle - Jim todo los ojos y siguió a su camino ignorando a la chica - Espera por favor, entiendeme, como te sentirías tu si tu hija llegará a decirte "Fíjate que mi compañero de trabajo y yo hemos mantenido relaciones por dos años y ahora estamos comprometidos, por cierto, ni siquiera lo conoces"

-Ari entiendo tu punto pero no puedes seguir viviendo bajo el permiso de tu padre, ¿Qué tal si tu papá no lo aprueba? ¿Entonces así va a ser? ¿Si papá no da permiso la niña no sale a jugar? Tengo un paciente al que ver, tú deberías hablar con House, pide permiso para nuestra cita.

Y sin más se fue dejando a una Ariadna en medio del pasillo con un agrio sabor en la boca,si bien era cierto que la mayoría de veces su papá se enteraba de todas las cosas que ella hacía ya sea por otras personas o por ella misma, eso no significaba que fuese hija de papi y tendría que demostrárselo, iría a la oficina de su papá en el departamento de diagnóstico.

-Genial, vaya carácter, no quisiera ser su esposa o seguro que no soportaría ni un mes de casados - Una mujer de ropa elegante y cabello rubio se reía divertida ante la actitud de el médico pediatra.

-Escucha se que estás molesta pero ya te dije que aún que grites, llores y patalees yo amó a Jim, eso no vas a poder cambiarlo, lamento mucho lo que te pasó, debes cruzar, ser feliz y dejar que él también lo sea - Ari hizo lo posible por ignorar a la rubia y seguir su camino al departamento de diagnóstico, sin embargo, por dónde pasaba la chica rubia aparecía causando desastres.

-Oh por favor, él seguramente no es tu tipo, se le olvidan las fechas importantes, nunca recoje la ropa del suelo a pesar de que el sesto este al lado y lo peor de todo - La rubia freno de golpe a Ari apareciendo frente a ella levantando el meñique con una mirada pícara

-Oye lo entiendo ¿si? Entiendo que estés en desacuerdo y que estés herida, solo dejanos en paz de una vez, déjanos amarnos, déjanos ser felices, ya basta ¿Quieres? Él ya no podrá ser tu esposo déjalo que este conmigo - ¿Alguna vez se han sentido muy seguros de sus palabras hasta el momento en que salen de sus bocas? Esa sensación que se asemeja a un fosforo explotando en firmeza, alumbrando en inseguridad y se va extinguiendo en decepción, dejando únicamente las cenizas del arrepentimiento, pues eso mismo sintió Ariadna al ver el rostro de la rubia ensombrecerse en rabia y dolor - Espera.. Rachel yo.. No quise decirte eso es solo que..

-¡Cállate! - Después de ese gritó proviniente del más allá; un gritó de ultratumba; los vidrios de todo el departamento de Oncología se rompieron en mil pedazos obligando a todos los presentes a tirarse al suelo y cubrir sus rostros en un ovillo.

La chica rubio desapareció del lugar alertando a Ariadna quien se levantó rápidamente en busca de lo que, ella sabía, le provocaría más daño pues nadie puede estar prevenido ante lo que un espíritu enfurecido y despechado es capaz de hacer, con rapidez entró abruptamente a la oficina con el rótulo "Dr Gregory House. Diagnóstico médico".

-¡Rachel ya basta! - Aquellas palabras llamaron la atención de todos los presentes quienes voltearon a verla con curiosidad - Ejem.. es decir.. ¿Está todo bien aquí? - Arreglo como pudo su cabello y aclaró su garganta antes de entrar por completo a la oficina.

-Gente les presento a la solución de nuestras vidas, ella es la magnífica "cerebrum Vicipaedia" - Cojeando y con una sonrisa sarcástica paso el brazo por los hombros de su propia hija feliz de poder mostrarle a sus empleados lo estúpidos que son en comparación a ella - Muy bien cerebrito gánate el aplauso y probablemente una estrellita en la frente.

Ariadna miro fijamente la información contenida en el pizarrón blanco y como si todo se volviese gris comenzó a pensar, pensar rápido y profundo, a unos 15km/h si lo comparamos con un automóvil. Pensó y pensó hasta que todo se esfumó, las palabras se movían frente a sus ojos como si de una pantalla del tipo ciencia ficción se tratase.

"Anomalías cutáneas, Convulsiones, Problemas de conducta, Problemas renales, Problemas cardíacos, Problemas pulmonares, Anomalías en los ojos"

"Esclerosis tuberosa"

"No realmente no sería tan fácil si mi padre me pidió ayuda...Los síntomas de la VHL dependen del tamaño y la ubicación de los tumores pero..."

"Dolores de cabeza, Problemas con el equilibrio y caminata, Debilidad de las extremidades, Problemas de visión, Presion arterial, entonces.."

-Síndrome de von Hippel-Lindau - Concluyó Ariadna con una sonrisa que desconcertó a todos, ya que lamentablemente esa enfermedad no tiene cura y el tiempo estimado de vida era menos de 41 años, que se dice pronto, pero no eran buenas noticias.

-¡Ding ding ding ding! Tenemos una ganadora, ¿ya están contentos niños? Denle su trofeo a la reina de este hospital y tratemos al paciente - El equipo de diagnóstico se levantó de la mesa con los expedientes en mano, una vez que los dejaron solos Ari se acercó a su papá con la intención de cerrar por fin aquello que tanto le molestaba.

-Papá tengo que hablar contigo - Se recargo en el marco de una de las ventanas mirando al estacionamiento del hospital.

-Bueno ya lo estás haciendo, ¿Quieres oír lo que aprendí? Esto será bueno - Conecto su guitarra al amplificador y dejó su bastón a un lado antes de empezar a tocar.

-No creo, mejor despues, esto es importante - La castaña desconecto la bocina llevándose una mirada de reproche por parte de su padre

-¿En qué oscuro y retorcido universo en el que vives, aprender Psyco-Killer en dos días no es importante mujer? - Dijo con sarcasmo antes de volver a conectar su guitarra y seguir tocando - Y ¿Qué quieres contarme? Debe ser realmente necesario decírmelo para llegar irrumpiendo en mi oficina gritándole a una tal "Rachel"

-Tengo pareja, llevamos dos años saliendo, es de pediatría, es el Dr Morrison y me gustaría que lo conozcas para.. que te pida mi mano - Ariadna cerró los ojos al escuchar una de las cuerdas romperse, sabía que no reaccionaria muy bien a esa bomba.

-¿Morrison? ¿De pediatría? ¿En serio? ¿Tienes algún tipo de fetiche que no quiero conocer con respecto a los estúpidos? - House la miro con ironía mientras dejaba la guitarra en su lugar y se acercaba a ella.

-No es un estupido papá, él es... Tierno y.. romántico - Sonrió cual loca enamorada soltando un muy cursi suspiro.

-¿Por qué lo amas? - Pregunto serio después de rodar los ojos, captando por completo la atención de la castaña quien solo lo miro con confusión - No me mires así, responde ¿Por qué lo amas?

-¿Tiene que haber una razón? - Le devolvió la pregunta ocultando su molestia tras una forzada sonrisa

-Por supuesto que tiene que haberla es como medirte un par de zapatos antes de comprarlos, para eso se tiene sexo antes de casarse, no usarías unos zapatos que no te queden ¿Qué tal si no te gusta el sexo con el?-

-Jim y yo no necesitamos motivos para estar juntos, solo nos amamos y eso es suficiente.. - Intento alegar en contra de él pero le fue imposible pues fue descaradamente interrumpida por él.

-Oh por favor linda, no caigas tan fácil en los coqueteos y palabras dulces de cualquier neandertal, tu eres muy mujer para el - Beso su frente mientras le acariciaba el cabello, sin notar la rabia en la mirada de su hija, ya no quería seguir siendo la niña bien portada de papá.

-Lo que no sabes papá es que no vine a pedirte permiso - Lo empujó con todas sus fuerzas y empezó a caminar en dirección al estacionamiento siendo seguida de su padre que a duras penas podía alcanzarla, al llegar al lobby del hospital le llegó un mensaje "Te estoy esperando en el estacionamiento me acercare más a la entrada para podernos ir", ella le respondió con un simple "😘👍♡" y salió del hospital, sin embargo, se detuvo en seco al ver a Rachel a mitad del estacionamiento.

-Si no es mío, tampoco tuyo - Sentencio antes de darse la vuelta, el auto de Jim estaba en camino a la entrada y en dirección recta a Rachel, quien levanto la mano, inmediatamente los frenos del auto se rompieron y el acelerador dio a todo lo posible, antes de que nadie pudiera hacer algo al respecto el automóvil quedó totalmente destrozado y dejando al Dr. Jim Morrison entre un compacto de metales.

Lo último que Ariadna pudo hacer fue dejar caer el teléfono al suelo por el shock y ver a los ojos como la vida de su prometidose extinguia lentamente, sin embargo, el tanque de gasolina en el auto provocó una explosión de tal magnitud que tumbó a Ari haciéndola reaccionar

-¡JIM!-

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