Chocolate caliente
Varias horas después de lo sucedido en la morgue, Ariadna caminaba por las nocturnas calles de Londres, entre sus labios una paleta de cereza y sus manos dentro de su abrigo la mantenían caliente, las palabras de ese niño resonaban en su cabeza "De ese detective" ¿Por qué los espíritus no podían ser más exactos? El ser misteriosos no los devolverá a la vida. La castaña rodo los ojos con fastidio, hasta ahora sabía algunas cosas importantes; por ejemplo; El tío de Martín agredía a su hermana y el lo sabía, por eso su tío lo mato, sin embargo, Martín quería seguir protegiendo a su hermana de un supuesto detective que aún no es seguro que amenace su vida, primero tendría que encontrar a su hermana y después ya vería. Iba casi a dos cuadras de su departamento cuando se detuvo un momento para revisar su celular el cual resivio un WhatsApp.
Solo conocía a un hombre con las iniciales SH, la pregunta era ¿Como consiguió su número? Aún que tampoco se molestó mucho en contestarse, por algo era "el unico detective consultor del mundo", ese pensamiento hizo que rodará los ojos, sí que le sobraba ego a ese hombre pero no podía culparlo le sobraban motivos para ello, no solamente era extremadamente guapo, también era brillante y difícil de tratar, lo que toda adolescente promedio le gustaría de un novio.
Apago el celular y se dirigió a su departamento, no tenia ganas de ir a molestar al moreno, acababa de pasar por una situacion muy estresante y sabia con certeza que no podría soportar la actitud de "Soy el mejor del mundo".
Al llegar a su departamento simplemente se dejo caer en el sofá y soltó un bufido con cansancio, le dolia la cabeza, tener ese tipo de experiencias solia absorberle toda la energia, el niño estaba muy enojado, normalmente cuando un espiritu intentaba asustarte se fortalecia con tu debilidad pero ahora solo sentia dolor, nunca tubo que lidiar con niños, por eso no queria ser madre. Cerro los ojos por un momento intentando que la luz no entrara, al abrirlos todo estaba oscuro, tomo su celular y al encenderlo vio la hora, 5:57 am, ¿En que momento los cinco segundos que cerro los ojos se convirtieron en horas? No sentia haber descansado nada, de hecho no recordaba haberse quedado dormida; se levanto del sofa, se dirigió al baño, paso las manos por su rostro intentando despertar, giro la llave del grifo para dejar correr el agua caliente y se mojo la cara para quitarse el poco maquillaje que tenia, a penas era un poco de rimel y gloss para los labios, al levantar la mirada el espejo estaba empañado y en el empezó a dibujarse la frase "Origami", en cuanto la miro el espejo se estrello.
-Oh genial, escucha entiendo que seas un espíritu pero no tengo trabajo, no cuento con el dinero para comprar las cosas de este departamento, si quieres decirme algo solo dilo - Y como si fuese una muestra de rebeldia totalmente infantil se pudo escuchar algo en la sala romperse - Por supuesto.
Ariadna solo cerro la llave del agua para poder dirigirse de nuevo a la sala a recoger lo que sea que hubiese tirado.
Unas horas más tarde se dio una ducha, se cambió la ropa, se maquillo como habitualmente y se dirigió a la salida de su departamento, tomó de su perchero su gabardina color azul marino, una bufanda morada y de la mesa al lado de la puerta tomó sus llaves, cartera y celular para después salir de ahí en dirección a Baker Street, sin embargo, se dio cuenta de que hacía más frío de lo normal en la ciudad de Londres, así que se detuvo en un Starbucks para comprar un un chocolate caliente, pero antes de retirarse una idea llegó a su mente, regreso a la caja y pidió otro par de chocolates y dos muffins rojos rellenos de crema, no podía evitarlo, a veces lo que ella llamaba "Su gorda interior" salía a la luz, ese era su modo de demostrar cortesía, llevándole comida a la gente.
Después de caminar durante tres horas llegó a su destino alrededor de las 8 de la mañana, no sabía si el detective seguía durmiendo así como tampoco le importaba, tuvo que lidiar años obligando a su padre a levantarse y que le llevará a la escuela por lo que no sería un reto levantar a un hombre desempleado que "trabaja" cuando quiere y no acepta pagos... A veces se preguntaba si realmente era tan listo. Estando justo frente a la puerta del edificio y con las manos ocupadas por la charola de café y la bolsa de los muffins en su boca solo tuvo una opción, tocar el timbre con la punta de la nariz la cual estaba prácticamente congelada por el frío, la amable casera abrió la puerta regalándole una sonrisa.
-Hola ¿Qué tal? Eres Ariadna ¿Cierto?, No pudimos presentarnos ese día que John te invito, estaba muy entretenida en mi cocina - Dijo con una cálida sonrisa la señora, la primera impresión que Ariadna tuvo de ella fue una señora bonachona que todos necesitamos en casa.
-Ef un flacer feñora, ¿Le moleftaria afyudarme? - A penas pudo hablar con cuidado de no escupir al pronunciar las "s" pues la bolsa que cargaba con los dientes se lo impedia.
-Oh claro ven pasa permíteme - La mujer tomó la charola con los chocolates de las manos de Ari dejándole la libertad de tomar la bolsa y poder articular mejor las palabras
-Muchas gracias en serio, he caminado durante tres horas con la bolsa entre los dientes, me duele la mandíbula
-Por dios, no deberías desgastarte los dientes de esa manera, cuando tengas mi edad tendrás que usar dentadura
-Hasta entonces aprovecharé al máximo mis dientes - Le guiño un ojo y la siguio hasta la cocina de la buena mujer - Supuse que hoy podría hablar un poco con usted así que pase a una cafetería y les traje un postre para que desayunen a usted y Sherlock- Dejo la bolsa en una de las encimeras con ambos muffins calientitos.
-Muchas gracias, no debiste molestarte, es bueno ver que alguien aquí piensa en ser considerado conmigo.
-¿Sherlock no procura por usted? -Le pregunto mientras por fin en toda la mañana tomaba un sorbo de su chocolate caliente.
-No para nada, soy una mujer independiente desde hace muchos años, Sherlock es un buen chico y muy profundo, pero en lo que respecta a tener muestras de afecto es muy.. - Se quedó un momento buscando las palabras adecuadas - Deficiente.
-Mm.. pues, si algún día precisa de algo solo tiene que pedirlo señora.. - Le sonrió con amabilidad, gesto que fue correspondido por ella.
-Hudson - Contesto sacando el muffin de la bolsa (de papel) y le dio una mordida poniendo una cara de disfrute tal que Ari no pudo evitar sonreír - ¡Mmm!
-Me alegra que le haya gustado, este.. ¿Le molesta si subo? Necesito hablar con Sherlock.
-Ay cariño, a estas horas debe seguir dormido, acaba de terminar su caso y está exahusto, te costará hacerlo despertar
-¿Ya terminó? - La miro sorprendida pues apenas ayer tenía un mar de líos en la cabeza por no tener más información, hasta tuvo que ayudarle a verlo de otra manera.
-Por supuesto, ayer en la noche salió diciendo que tenía el juego ganado y no sé que otras cosas, es indecente mirarlo tan alegre.
-Entonces, quiero saber cómo lo hizo, con permiso - Tomó de la charola el vaso que ponía "Krøller" y subió las escaleras bajo la atenta mirada de la mujer quien se olía la posibilidad de que hubiese algo más allí.
Al entrar a la sala se dio cuenta de lo buena que era la señora Hudson para limpiar, parecía que nunca hubo un mar de papeles en el suelo, incluso se planteó el contratarla, sin embargo, dejo el café en la mesa y se dirigió al cuarto del detective, sin ninguna delicadeza abrio la puerta de golpe haciendo un estruendo.
-¡Bueno días! ¡Buenos días! ¡Qué ya salió el sol! - Canturreo lo más fuerte que pudo antes de dar pequeños saltitos dentro de la recámara, abrió las cortinas dejando entrar toda la luz de la mañana directo en la cara de Sherlock quien sólo se quejó con repudio y cubrió su rostro con las sábanas- ¡Buenos días! ¡Buenos días! A ti, a ti - Saludo a varios vecinos que le veían cual loca y se giró para mirar al bulto entre las cobijas al cual solo salto directo a la cama para empezar a saltar haciéndolo rebotar - ¡Y a ti!
-¡Lárgate! - Le escupió sin ningún problema y la tumbó de la cama
-¡Auch! - Se quejó Ari al caer en el suelo, al levantarse lo vio de nuevo hecho una bola y solo se cruzó de brazos para luego ir hasta los pies de la cama, sutilmente tomar las cobijas y contando mentalmente hasta tres tiro de ellas por completo dejándolo al descubierto, lo que la chica no esperaba era que aquel moreno detective con ojos heterocromos solía.. dormir desnudo, por lo que la primera reacción de este fue solo bajar la almohada de su cabeza hasta sus genitales para cubrirse.
-¡¿Qué mierda pasa contigo?! - En un intento de alcanzar la sábana, el detective termino en el suelo
-Vamos que hay que ser productivo, tienes diez minutos, te levantarás, lavaras, cepillarse dientes, harás la cama y saldrás a desayunar antes de enseñarme la información que dijiste - Con voz autoritaria cual madre militar le dio instrucciones y se acercó a la puerta - Y no te preocupes, soy doctora, he visto muchas anatomias - Le sonrió antes de cerrar la puerta, aún que, al estar separados por la pared que dividía la habitación del pasillo ambos solo pudieron emitir un "¿Qué demonios?" Sherlock de forma molesta y Ari de forma burlona.
Habiendo pasado un rato Sherlock salió de la habitación vestido y fresco cual lechuga, se acerco donde la chica quien revisaba su celular en su sofá y esta vez decidió no exaltarse como cuando la conoció, solo le arrebató el aparato de las manos y lo arrojó a la pared que pegaba con el tercer sofá de la sala.
-Quitate de mi lugar o el siguiente será tu café - Le dijo en respuesta a su mirada de sorpresa, Ari solo se levantó mirándolo fijamente con la misma expresión incrédula y fue directo a revisar su celular.
-Eres un salvaje, si dañaste mi celular prometo hacerte la vida aún más fastidiosa - Revisaba el aparato mientras mentalmente se arrepentía de llevarle un chocolate caliente - Yo que solo he sido buena contigo, hasta te traje algo para el frío y ¿Así me lo pagas? Pero un día no he de estar a ver qué vas ha hacer sin mi - Dramatizo mientras se volvía a sentar en el sofá más largo de la habitación.
-Deja de ser tan infantil, ¿Cómo puedes ser tan irritante?
-Practica - Hizo memoria un momento - Mucha práctica - Y más recuerdos le llegaron - Bastante práctica - Y más - Llevo toda mi vida practicando
-Se nota, bueno aqui tienes la información que me pediste, es extraño, una chica como tú no se interesa en este tipo de cosas - Se acercó la laptop a su regazo y comenzó a buscar todo lo que había recolectado.
-¿Una chica como yo? Y cuéntame ¿Cómo son las chicas como yo? Ah por cierto, te traje un chocolate caliente, Londres es más frío en las mañanas
-Ya estoy acostumbrado, en realidad me parece estupido que pienses lo contrario y te hayas mudado aquí - Le acerco la computadora y le dejo leer - Martín Robert Freeman vivía en una familia problemática donde sufría constantes abusos físicos, en ese tiempo se acostumbraba a golpear a los hijos por cualquier cosa, su padre estuvo en la guerra y su madre era rusa, su unico tio lo cuidaba a él y a su hermana Lidya Reachel Freeman, segun su familia era un niño educado en toda regla y moral de esos tiempos, tres dias despues de su muerte, su hermana fue arrestada por asesinar a su tio, se le inculpo de la muerte de Martin y se le dieron nueve años de carcel con libertad condicional a los siete años.
-¿Que paso con sus padres? - Pregunto Ari con un semblante de incomodidad, a veces llegaba a odiar su don por todo lo que tenía que ver.
-Se suicidaron hace tres años después de que su hija fuese encerrada, ¿La excusa? "Estaban malditos por el alma de su hijo" - Sherlock marco las comillas con los dedos con burla.
-¡Ja! -Solto Ariadna disimulando un poco pues la situacion en la que estaba no la entendería.
-Lo curioso aquí es que Lidya Reachel Feeman.. es la asesina del origami - En cuanto Sherlock termino aquella frase Ari pudo sentir como sus ojos se volvieron intensos y fijos en ella, nunca había sentido una mirada tan pesada. Al no resivir ni siquiera la mirada de la chica, Holmes siguió hablando - Entonces mi pregunta aquí es ¿Por qué me pides la información de un niño muerto que resulta ser él hermano de una mujer asesina a la cual estaba buscando? Qué por cierto, tú me diste la clave para atraparla.
-Es suficiente, tengo que irme - La castaña se levantó rápidamente queriendo huir del lugar, pero Sherlock fue más rápido y se puso frente a la puerta - Quítate de en medio Holmes - Le ordenó la chica tratando de rodearlo
-Obligame - Le reto con firmeza mientras tomaba su pequeño cuerpo por los antebrazos, la acerco a su rostro de forma amenazante y lejos de ser una escena romántica parecía querer atravezarle la cabeza con la mirada - Te advierto que voy a investigarte, daré con todo tú pasado, sabre quien eres, no importa cuanto tarde o cuanta gente deba contactar, entraste como si nada a nuestras vidas, sabes sobre Mary y te entrometes en mi caso, juro que si significas algun peligro para John y su hija te hare sufrir la peor de las tragedias, ¡Te lo juro!
La ira en el rostro de Ariadna era tan visible como en la de Sherlock, tanto que no se contuvo, se solto de su agarre y le propino un puñetazo que lo lanzo de regreso al sofa con la nariz sangrante, tomo su abrigo y se lo puso mientras le gritaba con fuerza.
-¡Escúchame bien maldito sociopata! Eres tan malditamente insoportable, no permites que alguien se acerque sin que lo ahuyentes con todos tus ¡Estúpidos! ¡Estúpidos! comentarios, que bien sabes, son muy hirientes, pero ¿Que crees? Cuando una mujer trata de ser amable y comprensiva lo mínimo que debes hacer es decir "¡Gracias!", Si quieres saber de mi solo debiste preguntar pedazo de ¡subnormal!, nací en Nueva Jersey, Iba a casarme, mi prometido falleció a unos días de comprometernos, mi padre es el mejor diagnosta de todos, estudie un doctorado en neurocirugía y vine a Londres para rehacer mi vida, ahora si no te molesta señor "Si no se nada de ti tengo que averiguarlo a como de lugar y para nada te daré privacidad" ¡ME VOY! buen dia - Ariadna le dio la espalda y salio del lugar dando un portazo dejando a un sangrante y confuso Sherlock atras.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro