I.
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Brittunculi
"Pequeños británicos miserables"
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El mundo de Kim Taehyung siempre ha sido pequeño. Reside en una pintoresca ciudad portuaria situada entre karst, bosque y una extensa costa. Taehyung conoce las calles adoquinadas, los vendedores ambulantes, las costas rocosas y la tranquilidad que lo abarca todo. Observa con satisfacción cómo pasan los perezosos veranos y los inviernos; año tras año, sin perder el amor por su hogar.
En sus cortos dieciocho años de vida, Taehyung nunca encontró que su pequeño rincón del mundo fuera demasiado pequeño, pero su hermano sí.
Kim Seokjin nunca podría sentarse cómodamente en un solo lugar. Desde que Taehyung tiene uso de razón, recuerda qué su hermano mayor buscaba constantemente una vida más amplia. Nada hacía más feliz a Seokjin que las aventuras de su familia en Venecia o Roma. Toda esa gente, todos esos lugares para visitar y todos los constantes movimientos eran lo que su hermano necesitaba, no la vida lenta y sencilla de Trieste.
Taehyung sabía que Seokjin estaba hecho para algo más que el pequeño rincón del mundo al que fueron obligados a permianecer de niños.
Cuando Seokjin recibió su carta de aceptación para la Universidad de Columbia en Estados Unidos, Taehyung se sintió genuinamente feliz por él. Estaba orgulloso. Pero la realidad le golpeó un poco más tarde, porque resultó que era su hermano huyendo a un nuevo país y Taehyun no se daría cuenta hasta que vio el avión de Seokjin desaparecer entre las nubes.
Esa noche, después de que Seokjin se fue, Taehyung lloró y lloró con una sensación de luto. Porque se había dado cuenta muy tarde. Porqué temía que después de experimentar todo lo que la ciudad de Nueva York tenía para ofrecer, su hermano nunca encontrará una razón para regresar, para volver a él. Después de todo, todo lo que Seokjin alguna vez necesitó no se encontró en Trieste.
Incluido Taehyung.
Pero entonces Seokjin le mostró que quizá, estaba equivocado. Lo visitó. Seokjin regresó a Italia para las vacaciones y con un nuevo aprecio por la pintoresca ciudad portuaria. Hablaba y hablaba de sus desventuras en Nueva York, pero también expresaba las cosas que extrañaba de su hogar.
Taehyung comenzó a darse cuenta de que tal vez el mundo de Seokjin solo se estaba haciendo más grande, y quizá, el suyo empezaba a hacerse más pequeño, pero todavía existían en el mismo mundo.
Entonces, cuando Seokjin se fue para su segundo semestre en Estados Unidos, Taehyung no lloró.
Es por eso que Taehyung se pregunta si llorará ahora que su hermano regresa durante el verano con sus amigos de la universidad. Supone que tendrá que esperar y ver.
Pero eso es en el futuro, ahora Pandora y Taehyung deambulan por la casa, gritando el nombre de su prima en cada habitación que cruzan. Ni siquiera habían podido cambiarse sus trajes de baño mojados antes de que Taehyung la arrastrara a su búsqueda de respuestas.
—¡Jisoo! —Taehyung llama a la villa, su voz rebota en las paredes y solo ella regresa a él. —¡Jisoo!
—Creo que está afuera—, dice Pandora detrás de él, con su marcado acento norteño. Ella no alberga nada de la molestia que él siente actualmente.
—¡Por el amor de Dios!— él gime por lo bajo, tomando su mano y empujándola por el resto del camino por la desvencijada escalera.
De la mano, Taehyung los lleva al patio, pasan junto a su tío y su ama de llaves, George, en la cocina y cruzan la puerta trasera que permanece abierta de par en par. Una vez afuera, Taehyung ve a su prima contenta descansando en la mesa del comedor exterior, y su esposo leyendo un libro luciendo igualmente contento.
Pandora se queda en la puerta abierta mientras Taehyung se para frente a la mesa del patio, mirando a su prima mayor al otro lado. Ella simplemente le lanza una mirada de reconocimiento.
—Mis cosas han sido sacadas de mi habitación—, señala Taehyung, presentando los hechos tal como él los ve.
—Lo moví mientras estabas en la playa—, confirma Jisoo fácilmente. Sin necesitar coerción. Sin vergüenza.
—¿Por qué?
—Bueno, los invitados se quedarán allí—, responde simplemente. Todavía no hay vergüenza ni ningún deje de disculpa.
—Tenemos una habitación de invitados por una razón. Los huéspedes se alojan en la habitación de invitados, está en el nombre.— Taehyung lo intenta, aunque sabe que sus posibilidades de lograr que ella cambie de opinión son escasas.
Jisoo deja escapar una risa increíblemente divertida.—"Habitación de invitados" es una palabra demasiado bonita para ese armario de escobas que tenemos.
—¿No sólo me obligas a ceder mi propia habitación a extraños, sino que también me obligas a quedarme en el llamado "armario de las escobas"? ¿Cómo es eso justo? — Él discute infructuosamente.
—No lo es, pero es de buena educación—, dice mientras él se burla. —Estamos mostrando hospitalidad dándoles una habitación mejor. Además, la habitación de invitados es demasiado pequeña. En una cama individual no caben dos hombres adultos.
Taehyung mira fijamente a su prima, quien le devuelve la mirada con la misma determinación. Puede sentir a Pandora, así como al marido de Jisoo, Ted, observando con asombro la silenciosa discusión de la pareja.
Taehyung termina mirando hacia otro lado primero. —Sabes, al menos podrías haberme dicho esto antes del día en que se supone que llegarían.
Ella se encoge de hombros. —Te habrías enojado.
—¡No jodas! ¿Me habría enojado? ¡Jisoo! ¡Mi maldita habitación está siendo tomada sin mi consentimiento!
—¡Presta atención al idioma!— Su tío Namjoon regaña a través de la ventana abierta, mirando a través de ella con el único propósito de fruncir el ceño.
—¡Oh, tu presta atención a tu maldita pasta!— Taehyung responde, girándose para fruncir el ceño. Puede escuchar débilmente a George reprenderlos a todos por hacer demasiado ruido.
—¿Estás criticando mi cocina?— Demanda Namjoon, levantando una ceja acusatoria hacia su sobrino.
—¡No! ¡No soy! No estoy diciendo eso-
—¿Quieres cocinar? Puedo hacerte cocinar en mi lugar.
—¡Ay dios mío! — Taehyung gime fuertemente y echa la cabeza hacia atrás. —Olvídate de lo que dije. Olvídenlo. Los odio a todos.
Jisoo y Ted se ríen entre ellos, por lo que Taehyung les lanza otra mirada mientras regresa pisando fuerte a la casa, completa y absolutamente derrotado. Oficialmente perdió su dormitorio a manos de personas que nunca antes había conocido.
—A ti es a quien más te odio—, le dice Taehyung a su tío mientras pasan nuevamente por la cocina. Sin embargo, Namjoon no se lo toma en serio. Simplemente sacude la cabeza riendo y continúa cocinando con el ama de llaves.
Al no querer esconderse en el armario de las escobas al que llaman habitación, Taehyung se guía a sí mismo y a Pandora de regreso a su legítimo cuarto, y se deja caer en la cama con un profundo suspiro. Quiere saborear cada momento que le queda en su refugio seguro.
Escucha pasos y otros ruidos que le dan suficiente incentivo para volver a sentarse. Ve a Pandora mirando su colección de discos con lo que parece un motivo. Finalmente, saca un álbum de rock en blanco y negro con una clara mirada de intriga.
—¿The Clash?— Pandora lee con sólo una ligera mala pronunciación.
—Seokjin.— Taehyung rechaza la pregunta y observa cómo ella la guarda encogiéndose de hombros. Lo cambia por un álbum de Talking Heads, "Talking Heads '77".
Mientras coloca el disco en el reproductor, pregunta: —¿Estás emocionado de volver a ver a tu hermano?
—Sí—, responde Taehyung con tono apagado mientras "Tentative Decisions" comienza a sonar, —¿pero estoy emocionado por sus amigos? Para nada.
—¡Vamos!— Pandora se acerca para golpearle el brazo. —Dales una oportunidad. Tal vez termines haciéndote amigo de ellos también.
—Sí, quizás. Veremos—, murmura Taehyung. Está a punto de volver a acostarse cuando escucha el sonido de la puerta de un auto abriéndose y cerrándose.
Taehyung se levanta de su cama y se acerca a su ventana, abriendo las contraventanas para ver su patio delantero. Ve a Ted abajo mientras se sube al pequeño auto amarillo de su tío y se aleja, las ruedas crean nubes de tierra a su paso.
—Se fue a recoger a los turistas.— refunfuña en voz baja, sentado en el alféizar de la ventana mientras el coche amarillo desaparece entre los árboles y los sinuosos caminos de tierra.
El tiempo se desdibuja por un momento, los minutos se derriten en el calor del verano. Además de la música new wave que suena suavemente, la villa está en silencio mientras Taehyung y Pandora holgazanean en su dormitorio.
Tienen escasas conversaciones, pero ninguna permanece. Suena canción tras canción, y poco a poco su cabello mojado comienza a secarse y rizarse. Taehyung permanece sentado en la ventana abierta, mientras Pandora está tumbada en su cama, sosteniendo una revista de moda sobre su cara y mostrándole los conjuntos que le gustan. Hace todo lo posible para opinar al respecto, a pesar de no estar tan versado en moda como Pandora.
Taehyung rompe su obsesiva vigilancia sobre su jardín delantero para mirarla. Su cabello largo y rubio se ha secado desde que estuvieron antes en el océano, pero aún no se ha quitado el traje de baño, aunque al menos se ha puesto los pantalones cortos de mezclilla nuevamente. No se han cambiado en absoluto, pero hace suficiente calor y el incentivo simplemente no está ahí.
—¿Cómo crees que son?—Pregunta de repente Pandora, rompiendo el hechizo en el que estaban inactivos.
—Probablemente como Seokjin: molestos—, bromea ligeramente, ganándose una risa de Pandora y una sonrisa de él mismo. —En realidad sólo me ha hablado de su novio.
Pandora se apoya sobre los codos con una sonrisa enérgica. —¿Qué dijo de él? ¿Es inteligente? ¿Misterioso? ¿Es tierno?
—Aparentemente lo es todo—, se ríe Taehyung, cruzando los brazos sobre su pecho desnudo. —'Yoongi lo sabe todo". "El cabello de Yoongi es perfecto". "Yoongi es hermoso". "Yoongi es muy gracioso." Realmente es repugnante cómo mi hermano habla de él.
—Creo que es adorable—, suspira Pandora, sus ojos verde claro se pierden en la plétora de ensoñaciones que deambula por su mente tranquila.
—Bueno, no lo es.— Él pone los ojos en blanco.
—¿Sabes lo que pienso?— Ella no le da tiempo para responder antes de que la verdad salga a la luz: —Creo que envidias a Seokjin por estar enamorado.
—Eso es una locura. Es total y completamente falso.
Pandora se levanta de la cama y se para junto a la ventana, apoyada contra el marco. —¿Nunca has querido estar enamorado de alguien?
Una leve sonrisa pinta sus labios. —Te amo.
—Cállate.— Ella pone los ojos en blanco. —Sabes que ese no es el tipo de amor del que estoy hablando.
Taehyung suspira, sus ojos bajando a los crujientes pisos de madera. Los pisos que no han sido reemplazados en generaciones. Los muros que lo han visto crecer hasta convertirse en el joven que es. La casa que lo crió, en una ciudad que le enseñó todo lo que necesitaba saber. No necesita una persona.
—No estoy en contra del amor. No soy un incredulo—, finalmente confiesa Taehyung, levantando la mirada hacia su amigo y encogiéndose de hombros, —pero personalmente no siento la necesidad de hacerlo. No necesito más de lo que ya tengo.
—¿Pero no hay nada que quieras? — Pandora pregunta, con una punzada de simpatía en su tono que lo incomoda profundamente.
Antes de que Taehyung pueda siquiera pensar en una respuesta, el sonido de los neumáticos girando sobre la grava capta toda su atención. Vuelve a mirar por la ventana y ve el Fiat 500 amarillo de 1970 de su tío acercándose a la casa, con cuatro personas apiñadas dentro y maletas atadas al techo.
Una sonrisa se forma en el rostro de Taehyung mientras el auto frena hasta detenerse, su primo político, su hermano y los tres invitados, todos saliendo del pequeño vehículo. Con la sonrisa intacta, Taehyung mira a Pandora a los ojos.
—Brittunculi (pequeños británicos miserables)—, le susurra. Inmediatamente, ella frunce el ceño ante el antiguo término latino.
—¿Qué cosa?— Ella pregunta, pero él toma una camisa de su armario casi vacío y se la arroja.
Sin decir palabra, se pone la camisa azul claro mientras Taehyung saca una camisa al azar de una percha para usarla él mismo. Antes incluso de que termine de abotonarse la camisa, Taehyung toma su mano una vez más y prácticamente la arrastra fuera de su habitación.
Bajan corriendo las escaleras, la madera cruje bajo sus rápidos pasos, y Taehyung irrumpe por la puerta principal ya abierta.
Primero, ve que Jisoo y su marido, a quienes ya los están saludando afuera, intercambiando bromas con los nuevos invitados. En segundo lugar, la vista de Taehyung recae sobre su hermano mayor. La pesadez de su conversación pasada se desvanece para dar paso a un repentino estallido de alegría.
Seokjin luce igual que siempre. Cabello largo y oscuro meticulosamente desordenado, tatuajes de retales que se asoman desde su camisa ondulada y que Taehyung no reconoce. Se da cuenta de que tiene algunos piercings nuevos en las orejas, pero aparte de eso, es el mismo hombre que vio en el invierno.
El agarre de Taehyung en la mano de Pandora se desliza mientras corre hacia su hermano y lo abraza con fuerza. Escucha la alegre risa de Seokjin y siente cómo le da unas palmaditas en la espalda, y todo se siente bien otra vez. Nunca se da cuenta de cuánto extraña la presencia de Seokjin hasta que vuelve a estar allí.
—¿Cómo estuvo tu vuelo?" Pregunta Taehyung una vez que su largo y sincero abrazo llega a su fin.
—Todo estuvo bien—, responde Sirius, con una mano apoyada en el hombro de su hermano pequeño. — ¿Te hiciste más alto? Pareces más alto.
—Quizás tu te hicisye aún más pequeño—, bromea con una sonrisa de complicidad.
—Besa mi culo—, lo maldice Seokjin, su tono sólo juguetón mientras revuelve el cabello de Taehyung y procede a atraerlo para darle otro abrazo.
Por encima del hombro de Seokjin, se encuentra con la mirada de uno de los invitados. Sus ojos marrones están cubiertos por gafas. Es alto, con piel algo bronceada y tiene un físico aparentemente en forma: no demasiado delgado, pero tampoco demasiado musculoso. Su cabello oscuro está despeinado, aunque no como el de Seokjin, porque lo está de una manera genuinamente desordenada. Lleva una camisa con finas líneas blancas y rojas. Líneas tan finas que parecen rosadas desde lejos. Taehyung es el primero en obligarse a mirar hacia otro lado.
Seokjin mantiene un brazo alrededor de su hombro mientras los gira para mirar a los nuevos invitados. —TaeTae, estos son mis amigos, Hoseok, Jungkook y Yoongi—, le dice, sonriendo más ante la mención de su novio.
—Sí, amigos . Cierto—, bromea Taehyung mientras se separa del brazo de Seokjin y extiende una mano hacia Yoongi primero. —Soy Taehyung.
—Y yo soy Yoongi. Buongiorno.— Responde con un acento extraño, estrechando la mano de Taehyung de una manera que le dice que no lo hace a menudo. Recuerda distantemente que Seokjin le dijo que Yoongi es de Gales.
Taehyung se ríe de la formalidad. —Ciao, Mi hermano habla mucho de ti.
—¡Cállate!— Seokjin sisea, golpeando su brazo, a pesar de que Yoongi apenas puede comprender sus palabras.
Por las horas y horas de conversaciones telefónicas sobre Yoongi, Taehyung cree que Seokjin lo describió bien. Alto y delgado, de piel pálida y cabello castaño claro, aunque Taehyung jura que ve algo de rojo si el sol da justo. Seokjin se propuso advertirle que no mirara fijamente las finas cicatrices en el rostro de Yoongi, y Taehyung cumple con eso.
Taehyung luego se vuelve hacia la siguiente persona, un hombre un poco más bajo y delgado, de cabello rubio con un rostro que no muestra nada más que amabilidad y entusiasmo desenfrenado. Con solo estrecharle la mano y decir un simple —Hola— con su marcado acento norteño, puede darse cuenta de que Hoseok está muy emocionado de estar en Italia, por lo que Taehyung supone es su primera vez.
Y luego llega a Jungkook. —Ciao.
—Ciao—, Taehyung aprecia su intento de poner acento italiano y le estrecha la mano. Su agarre es firme y confiado antes de que desaparezca.
Taehyung mira por encima del hombro a Pandora. Ella se queda atrás y espera pacientemente, sin estar segura de cuándo es mejor intervenir en la conversación. Taehyung se acerca y pone su mano en la parte baja de su espalda para guiarla hacia adelante.
—Esta es mi amiga Pandora—, les dice, señalando vagamente a la rubia que está a su lado. Ignora la mirada engreída que Seokjin le lanza.
—Ciao.— Pandora saluda con una pequeña pero cálida sonrisa. —¿Quieres ayuda con las bolsas?
Y eso es todo los saludos. Pandora ayuda a Yoongi y Seokjin a llevar su equipaje a la casa, dejando a Taehyung ofrecer una mano a los últimos invitados que quedan. Taehyung termina quitándole el bolso a Jungkook, a pesar de que Jungkook insiste en que no es necesario. Les da un recorrido rápido por la casa.
—La sala de estar está justo al otro lado de esto. — Taehyung señala la puerta al lado de la escalera. Se detiene en la entrada. —La cocina está al final de ese pasillo y el comedor está a la izquierda de la cocina, pero también se puede llegar al comedor a través de la sala de estar. Aunque no comemos allí a menudo.
—¿Dónde suelen comer entonces?— Hoseok pregunta, curioso. Mira alrededor de la villa como si fuera un museo.
—Afuera, en la terraza, la mayor parte del tiempo—, responde mientras comienza a subir las escaleras. Sólo sube dos escalones antes de detenerse para mirarlos. —Por cierto, el almuerzo y la cena son algo familiar. Todos tratamos de comer esas comidas juntos. Si no puede asistir, infórmeselo a George con anticipación. Se molesta cuando no se presentan.
Taehyung comienza a subir las escaleras nuevamente, pero no llega muy lejos cuando Hoseok vuelve a decir: —¿Qué pasa con el desayuno?
—Lo comemos juntos sobre las ocho en el patio, pero no te estreses si no quieres o no puedes venir. No es tan importante.
—¿Y el almuerzo y la cena lo son?— Jungkook es quien debe preguntar ahora.
—Más o menos. Vamos.— Taehyung acelera el paso mientras sube las escaleras, sin querer nada más que dejar la incomodidad y las sutilezas.
Cuando finalmente llegan al segundo piso, Taehyung les señala todas las habitaciones. "La habitación de Namjoon está ahí, la habitación de Rose está aquí: todas las cosas aburridas que necesitan saber". Cuando llegan a la habitación de Taehyung, le duele decirles a los extraños que ahora les pertenece.
—Y aquí está tu habitación.— Taehyung suspira, abre la puerta y deja que los dos chicos se aventuren primero en el nuevo territorio. —Perdón por algunas de las cosas que dejé atrás. Lo limpiaré.
—¿Esta es tu habitación?— Pregunta Jungkook, recorriendo con la mirada cada superficie del dormitorio. Permanecen en los carteles de la banda que decoran las paredes.
—No mientras ustedes estén aquí—, dice, dejando la maleta a los pies de la cama. —Compartimos un baño. Me quedaré en la habitación de al lado, así que ya sabes dónde encontrarme.
Taehyung se guarda para sí cualquier palabra colorida sobre el arreglo y silenciosamente reúne las cosas que Jisoo había dejado atrás. Agarra lo último de su ropa que cuelga en el armario, hace malabares con sus vinilos y su tocadiscos en sus brazos y sale rápidamente de la habitación.
Hoseok se queda adentro y husmea en su escritorio, mirando el arte que Taehyung tiene colgado en la pared encima de él. En lugar de explorar el nuevo entorno, Jungkook sigue a Taehyung fuera de la habitación.
—¿Oye, Taetae?— le llama a Taehyung antes de que pueda entrar a la habitación de invitados.
Suspirando, mira a Jungkook en la puerta. —Es Taehyung.
— Taehyung —, corrige Jungkook con una sonrisa traviesa que le dice que realmente no va a respetar eso y volverá a llamarlo de otra forma. —Gracias por permitirnos quedarnos en tu habitación y todo eso.
—No es que tuviera otra opción—, responde Taehyung. —El almuerzo estará listo al mediodía. No sientas que necesitas estar allí. Lo entenderemos si quieres recuperar el sueño.
—Está bien.— Jungkook asiente. —Y gracias de nuevo. Por todo.
—Nuevamente, no fue por elección.
Taehyung se retira al que será su nuevo dormitorio durante las siguientes tres semanas, y sólo después de que se cierra su propia puerta, Jungkook finalmente cierra la suya.
Taehyung deja sus cosas en su nueva cama, justo al lado de donde Pandora está descansando en el colchón. Abre la única ventana pequeña, dejando que la brisa elimine parte de la congestión del aire interior.
—El de las gafas es lindo, ¿No?— Pandora habla.
Taehyung se ríe. —Muy.
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Los tonos oscuros sangraban en la calidez del atardecer, el día se desvanecía en la noche. Para entonces, Pandora ya se había ido a cenar con su propia familia, dejando a Taehyung soportando encontrarse con los extraños solo. Supone que pronto tendrá que aprender a sobrevivir por su cuenta.
Los tres recién llegados, junto con el nativo Seokjin, pasaron la mayor parte de la tarde recuperando el sueño. Cuando George tocó el timbre de la cena, Taehyung solo despertó a Seokjin, quien estaba acurrucado en su cama con su novio (Taehyung no quería molestar a personas que aún no conocía) Seokjin, sin embargo, los molestó. Se aseguró de que Hoseok y Jungkook estuvieran despiertos para tener algo de alimento en sus sistemas.
Las velas en la mesa del patio ahuyentan las sombras de la noche. Taehyung se encuentra aplastado entre Sirius y su sobrina de seis años, Rose. Por suerte, Jisoo está cerca para cortarle la comida a su hija y mantenerla entretenida. Taehyung ama a Rosie y no le importa ayudar, pero su paciencia podría necesitar un poco de trabajo.
Taehyung le da otro bocado a su pastel tzimmes y asiente mientras Namjoon habla sobre sus técnicas de pintura con Hoseok, quien aparentemente está muy involucrado en el tema, a pesar de ser un artista horrendo según Seokjin. Interiormente, Taehyung se alegra de que su tío tenga a alguien más a quien torturar con el debate sobre si las pinturas al óleo o acrílicas son mejores para usar.
La vista de Taehyung instintivamente parpadea hacia el asiento directamente frente a él, sintiendo la mirada prolongada que Jungkook había dirigido a él. Los ojos grises se encuentran con los marrones, pero Taehyung rápidamente se ocupa con un generoso sorbo de su vino de postre.
—Taetae—, llama Seokjin de repente, ofreciendo otra gran distracción que Taehyung acepta con gratitud, —Jungkook estaba mencionando que quería aprender más sobre Trieste.
Taehyung levanta las cejas. —¿Lo hizo?
—Así es—, apoya Jungkook. Taehyung le lanza una breve mirada antes de mirar a su hermano nuevamente.
—Tal vez tú y yo podríamos darles un recorrido por el lugar—, sugiere Seokjin, acunando su copa de vino medio vacía.
—¿Y necesitas mi ayuda para eso?— pregunta dubitativo.
—Explicas las cosas mejor que yo—, Taehyung tiene que darle la razón a eso, —como la cosa que ese rey hizo...
—El rey Ricardo I, y él lo hizo.
Seokjin le hace un gesto flojo. —Has demostrado exactamente por qué te necesito conmigo.
Taehyung reprime una sonrisa y mira su copa de vino, moviendo el tallo entre sus dedos mientras finge pensarlo.
—Está bien, te ayudaré—, finalmente concluye Taehyung, pero antes de que Seokjin pueda celebrarlo agrega, —pero pagarás mi almuerzo mañana.
—Siempre tiene que haber un pago, ¿no?— su hermano lo desafía.
—¿Por qué tipo de persona me tomas? Por supuesto que tiene que haber un pago—, responde simplemente Taehyung. Seokjin pone los ojos en blanco, pero aún así murmura un acuerdo sobre sus términos. Seokjin luego se da vuelta para hablar con Yoongi.
Taehyung hace todo lo posible por sofocar la sonrisa que intenta aparecer en su rostro, pero aún siente que las comisuras de sus labios se contraen a pesar de sus esfuerzos.
Levanta la mirada para encontrarse con la de Jungkook con curiosidad morbosa, sólo para descubrir que Jungkook está sonriendo para sí mismo, claramente divertido. Algo se rompe dentro de Taehyung. Quizás sea su compostura.
—Entonces, Jungkook—, comienza Taehyung, inclinándose hacia adelante en su silla para mantener aún más el contacto visual, —¿qué te hizo interesarte por Trieste?
—Bueno, me gustaría conocer el lugar donde pasaré el verano—, responde Jungkook con frialdad, enderezándose. No se ondea ninguna bandera blanca, la guerra continúa.
Taehyung tararea. —¿Entonces no fue nada en particular?
—Supongo que también me gustaría aprender más sobre Seokjin. Ver de dónde viene una persona te dice mucho sobre ella, ¿no crees?— menciona a Seokjin, pero Jungkook no quita los ojos de Taehyung.
—Creo que sí—, duda en estar de acuerdo. —¿De dónde eres, Jungkook?
—Bueno, nací en la India, pero vivo en Inglaterra. ¿Siempre has vivido en Italia?— Jungkook pregunta de vuelta, un movimiento que Taehyung interpreta como una desviación. Él entrecierra los ojos.
—No, nací y crecí en Neuilly, Francia; Seokjin también. Nos mudamos aquí para vivir con Namjoon cuando yo tenía nueve años y Seokjin diez—, responde Taehyung. —¿En qué lugar de Inglaterra vives cuando no estás en Estados Unidos para asistir a la universidad?
—Leicester.
—Eso está cerca de Londres, ¿no?
Jungkook se encoge de hombros. —Un poco. ¿Has ido?
—He estado en Londres, no en Leicester. Aunque no lo recuerdo muy bien—, dice Taehyung antes de navegar sobre hielo fino, ocultando su aprensión detrás de su fachada indiferente. —¿Dónde naciste específicamente? Si no te importa que te lo pregunte, claro.
—No me importa—, le asegura Jungkook. —Goa. Mi familia me visita a veces, sobre todo durante las vacaciones.
—¿Estás acostumbrado a viajar, entonces?— Pregunta Taehyung, apoyando su barbilla en su brazo levantado.
Jungkook abre la boca para responder, pero Seokjin se le adelanta. —Dale un respiro, ¿no? ¿Que es estas intentando?— regaña deliberadamente a su hermano.
—Sólo estoy tratando de conocer a tus amigos—, dice Taehyung, despreciando tener que apartar sus ojos de Jungkook. —Se quedará en mi habitación, así que diría que sabe más sobre mí que yo sobre él.
Una risa se escapa de Jungkook y Taehyung está interesado en mirarlo de nuevo. —Tienes buen gusto musical, Taehyung.
—Precisamente mi punto—, dice Taehyung, mirando a Jungkook de arriba abajo y mirando a su hermano nuevamente. —¿Qué hay de malo en hacer algunas preguntas?
—Ninguno, si dejas de preguntarles como si estuviera en un interrogatorio—, responde Seokjin.
—Jin, está bien—, interviene Jungkook antes de que pueda gestarse otra guerra. Sus ojos están pegados a Taehyung mientras habla. —Responderé cualquier pregunta que tenga para mí. Soy un libro abierto.
—Desafortunadamente, eso es cierto. — Seokjin murmura.
Cuando Taehyung mira sus cálidos ojos marrones y ve el brillo de travesura brillando en ellos, tiene la certeza de que solo ha arañado la superficie de quién es Jeon Jungkook.
Al menos tiene tres semanas para resolverlo.
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