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Final 2/2

(Editado)


Bradford.



Zayn a diferencia de su hermana y madre había despertado hace algunas horas atrás, no estaba seguro de qué horas eran, pero estaba lo suficientemente acostumbrado a despertar apenas el sol se asomaba en el horizonte.

Sentado y apoyando su espalda contra el respaldo de madera observó hacia el blanquecino techo, por entre las gruesas cortinas se colaban algunos hilos de luz que le comprobaban que era un día nuevo y en definitiva, como había dicho su madre habían ido a Bradford. Estaba en un cuarto completamente diferente y cuando él había despertado no había perdido tiempo corriendo un poco de las cortinas para poder observar desde los grandes ventanales que daban a un balcón más o menos espacioso, y desde allí, pudo reconocer su vieja ciudad.


Se sentía algo inquieto sabiendo en dónde se encontraba, no podía evitarlo. Había pasado los peores días, meses y años de su vida en su ciudad natal, pero luego de haber estado con Elizabeth, Louis, Liam, Niall y sobre todo Harry, sabía que podría superar esa etapa que lo atormentaba, debía ser fuerte... por su Nona.


—¡Bueeenos días, Zaaayn! —Canturreó Safaa desde su posición, desperezándose de entre las mantas.



El nombrado llevó su mirada hasta la menor, obsequiándole una dulce sonrisa porque en definitiva no había alguien más dulce que Safaa por las mañanas... porque claro, aún no presenciaba a Harry para cambiar de opinión.



—S-Safaa...—

—Tengo mucha hambre... —Un puchero se formó en los pequeños labios de la menor y ella sin dudarlo comenzó a mover a Trish hasta que logró que la mujer entreabriera sus ojos. — Maaaami, tengo hambre —Lloriqueó— Y Zayn también



El mayor alzó sus cejas con incredulidad. Lo cierto es que no tenía apetito, pero al parecer gracias a las palabras de Safaa su madre despertó por completo sonriéndoles a ambos muchachos.



—Entonces, pediré servicio a la habitación —Con aquellas animadas palabras ella se retiró de la cama y fue hacia el balcón, perdiéndose entre las espesas cortinas.



Creyó oír incesablemente la voz de su pequeña hermana, pero él se encontraba tan ensimismado, tan fuera de órbita, tan fuera de la realidad quizás, pero él no se encontraba realmente en paz como creía poder estar. Era casi como una especie de tortura no poder estar en aquél lugar del que tanto se había acostumbrado, con las personas que abrieron sus brazos a él y le acogieron, en el fondo de su corazón anhelaba con todas sus fuerzas poder voltear a sus costados y ver a un sonriente Louis contándole su día y en el otro costado, Harry acurrucándose entre sus piernas sin dejar de repetirle lo muy lindos que eran sus ojos.


Un repentino dolor invadió sus sentidos, por supuesto no uno físico, sino uno completamente emocional y devastador..., arrasando con todas las fuerzas que él creía fervientemente podía tener por su Nona.


Sin prestar atención a Safaa y al dúo de sus hermanas mayores que sin saber en qué momento se unieron, él se levantó y caminó a donde creía que era el baño. Una vez allí dentro cerró la puerta con calma, con una calma no natural de él que de alguna forma extraño al trío de chicas en el cuarto principal, sin saber que dentro del pequeño baño su hermano..., su único hermano estaba sufriendo por amor y no precisamente sólo por el amor que sentía por Harry, sino por el amor que logró sentir por cada persona que se adentró en su vida y que, aparentemente, no tenían planes de marcharse. 



"Vamos Zayn, sé fuerte por Nona... quizás no la vuelvas a ver" Trataba el pequeño moreno de alentarse, pero que de alguna forma no funcionaba.



Los golpes suaves en la puerta cerrada con seguro retumbaron en sus tímpanos haciéndolo saltar de su lugar y con sus ojos completamente abiertos y asustados, alzó su mirada encontrándose con el reflejo de su rostro... viéndose allí, llorando sin siquiera haberlo notado.



—Zayn amor..., el desayuno ya está aquí, por favor sal del baño —Habló Trish preocupada desde el otro lado, sin embargo Zayn sólo la ignoró.



El muchacho, sin ser capaz de apartar su mirada quitó con furia las lágrimas deslizándose por sus mejillas con las mangas de su pijama, no estaba seguro si estaba enojado consigo mismo o con lo que estaba sucediendo en su entorno, pero lo único que sabía con todas las verdades era que necesitaba a Harry cerca, sin él... oh, sin él, no era lo mismo. La seguridad ya no estaba. ¿Cómo Zayn podía ser fuerte cuando era Harry quien lo hacía fuerte?... ¿cómo?


Cuando los golpes se volvieron insistentes rápidamente mojó su rostro con agua helada y secó su piel con una pequeña toalla que el hotel otorgaba. Una y otra vez inhalando y exhalando, alentándose a sí mismo cuando trató de ocultar la hinchazón de sus ojos, él salió por la puerta que lo traía de vuelta a la dolorosa realidad con su familia. Y por supuesto que él amaba intensamente a las cuatro maravillosas mujeres del cuarto principal, pero ninguna de aquellas era capaz de poder calmarlo, de poder hacerlo sentir amado y especial sentimentalmente, como una personas en particular sí podía allí en Londres.


—Oh Zayn, comenzaba a considerar tirar la puerta para entrar —Bromeó Waliyha provocando risas entre las presentes— ¡Oh, ven aquí, toma desayuno conmigo para visitar a Nona!



En aquél instante pudo haber Zayn salido corriendo en dirección a los pasillos o con las mantas de su cama taparse por completo haciéndose un ovillo, porque habían muchas cosas extrañas en su vida y fuera de lo normal, pero el inexplicable entusiasmo de Waliyha era de temer. Sí, había días en que estaba de buen humor, pero siempre se caracterizaba por ser una chica calmada... sin embargo, la efusividad provocaba un extraño rechazo al ser él quien no conoce esa faceta.


Con duda y cierta desconfianza a la actitud de su hermana tomó desayuno en familia, en completo silencio y a pesar de que su madre y hermanas mantenían una animada conversación, con insistentes intensiones de introducirlo al menos en la conversación él se negaba y sólo se dedicaba a comer lo que se le había proporcionado.



—Zayn, cielo, debes tomar una ducha —Él aún con la pijama y acabado de desayunar, se dejó hacer por su madre sin quejarse.



Pero lo cierto es que no había algo que Zayn detestase más que ser ayudado a ducharse, él sabía que ya era un adolescente y que estaba en medio de un proceso de desarrollo, pero tener a su madre bañándolo realmente lo ponía incómodo y nervioso, le gustaría poder ser él quien lo pudiese hacer por sí sólo, en la propia comodidad de su privacidad, pero no era tan fácil como él creía.

Había intentado más de una vez en el pasado poder hacerlo por sí solo, pero no, simplemente no podía. Algo lo bloqueaba y no podía seguir, o simplemente terminaba siendo un desastre en medio de lo que debía ser un simple baño.


Ya ni siquiera se sentía capaz de negar algo..., porque simplemente no podía, no tenía fuerzas... 




Horas más tarde. 



—Mamá... —habló Safaa cuando los cinco habían sido dejados por un taxi en la entradadel hospital. Trish tomado con precaución la mano de su pequeña hija, mientrasque Doniya abrazaba por los hombros a Zayn para no perderlo de vista.
Y con su dulce voz logró llamar la atención de todos— Mamá, ¿dónde está papá? —


Sin poder reprimirse, un escalofrío recorrió su cuerpo por completo, el siseode entre sus dientes por suerte fue lo suficientemente opacado por la acústicadel entorno para que sus hijos no oyeran.


—É-Él... nos está-á esperando con la abuela, mi amor —La ojiverde sin comprenderni notar el comportamiento asintió satisfecha y sin más, con la incomodidad yla tensión causada por Trish ingresaron a la recepción del hospital.



Desde allí el silencio fue por poco mortal, la mayor de los cinco habíasolicitado el número de la habitación y en grupo movilizarse hasta dichonúmero. En realidad, Doniya no estaba tan segura de lo que sucedía, Waliyhamucho menos e incluso, Zayn se preguntaba cómo era posible que su padre nohubiese aparecido en tantas horas. Comprendía que podría estar quizás con suabuela, pero... él nunca faltaba a darles las buenas noches.


Recordaba cómo su padre cuando era pequeño hacia largos viajes de trabajodejándolo en Bradford con el resto de las chicas y su madre, a la hora dedormir por la noche siempre estaba la llamada de su padre deseándole las buenasnoches, en algunas ocasiones cantándole canciones de cuna y en otras, leyéndolealgún cuento memorizado y/o inventado en el momento.


Ahora ya nada parecía cuadrar en la vida de Zayn.

Y de alguna forma, sin que nadie pudiese notarlo..., todo estaba desmoronándosefrente a sus narices sin poder recuperar lo que estaba cayendo en pedazos.



(...)




—¡Hola Trish, muchos meses sin verte querida! —



La familia se encontraba reunida en la sala de espera, aún sin ningún rastro deYaser por el hospital. Trish lentamente comenzaba a perder la pequeña esperanzaque permanecía en ella.


Las chicas revolotearon en torno a la mujer que se encontraba frente a ellos,preguntas, saludos se oía de cada chica, mientras Zayn y Trish solo observabansin mucho interés.


—Hey, cuñada —Trish sonrió a Emel que muy a pesar de su entusiasmo no logróel efecto alegre que esperaba de la morena.

—Hola Emel —Ambas mujeres se abrazaron, pero en el intento de Trish dequerer separarse falló completamente ante los brazos de su cuñada quien notenía pensado aún soltarla.

—No lo puedes negar, pero sé que estás así por Yaser —Susurró provocando unaprofunda inhalación de la mayor quien sin poder seguir reprimirlo apretófuertemente contra sus brazos el pequeño cuerpo de la chica. —Él está en lahabitación de mi madre, no te preocupes... ha pasado toda la noche aquí —



El alivio en el sistema de Trish fue increíblemente abrazador, también hastacierto punto aterrorizador porque a pesar de querer confiar en su esposopequeñas inseguridades rondaban por su cabeza, sin embargo, Emel se encargóde la parte más temerosa que ella tenía.



—Tú y él deberían hablar... —Con ello la mujer deshizo el abrazo para tomar aTrish por los hombros y darle una larga mirada alentadora, ambas sonriéndosecon pesar se soltaron y con ello, dejando a Emel libre para ir contra Zayn ysaludarlo con dulzura.



Sentados ahora los seis se mantuvieron en la sala de espera, Doniya y Waliyhaen medio de una típica conversación de moda, mientras que Emel, Safaa y Zaynjugaban, Emel batallando para poder integrar a Zayn sin ahuyentarlo.


Las horas pasaban tortuosamente para Trish, el dolor en su cabeza eraintensamente doloroso, de pronto había comenzado oír cada sonido en su entornocada vez más fuerte e incluso, aquellos sonidos insignificantes que no podríaoír con facilidad retumbaban en aquél instante en sus tímpanos.



Una,


Dos horas...



Cuando finalmente vio la figura masculina que tanto había añorado la nocheanterior, aquella que había deseador observar como tantas veces en lasmañanas. Ambas miradas castañas seencontraron con intensidad, pero había sido Trish quien se refugió en cualquierpunto que no tuviese que ver con su esposo.


—¡Papá! —Exclamó Safaa corriendo a abrazarse a las piernas de su padre.

—Hey, pequeña —Con una dulce sonrisa él se inclinó hacia ella para tomarlaentre sus brazos.


Junto a Emel unos grandes ojos mieles lo observaban con adoración, concariño y alivio, él quería poder ser arropado entre los fuertes brazos de supadre y tales deseos fueron cumplidos cuando los pies de Safaa encontraronnuevamente el suelo de cerámica blanca del hospital y rápidamente, Yaser seacercó a Zayn abrazándolo una vez sentado junto a él.


No podía creer lo mucho que había esperado por aquél contacto físico, por otrolado Yaser tampoco podía creer lo mucho que había extrañado a sus hijas, aZayn... Demonios, sobre todo a Trish, pero sí, él había notado el dolor en lamirada de su esposa y él estaba empeñado en hablar con ella mucho más tarde, enla privacidad de ambos.



—¿Quién es mi hijo favorito?, ¿quién es mi campeón número uno? —Los brazosalrededor de los hombros de Zayn atrajeron del pequeño cuerpo más hacia a él,ambos sonriendo y las grandes pestañas de Zayn revoloteando ante cada pestañeocomo respuesta. — ¿Quieres ver a Nona? —



Él pequeño chico asintió con calma, de a un segundo a otro había perdido lacalma y la alegría que había sentido por su padre, ahora todo aquello habíasido reemplazado por el dolor de saber que su abuela estaba allí... en unaspuertas no muy lejos de él en quizás que estado.



—Ven aquí—Murmuró tranquilamente una vez ambos puesto de pie. Con la mano deZayn aferrada a la de su padre ambos se dirigieron a la sala donde seencontraba Aida.



No muy lejos de la sala de espera, en un pasillo claramente poco concurridojusto en el pasillo del sentido izquierdo se encontraban múltiples puertas de tonosblancos contrastando entre el color cielo de las paredes.


Zayn, aferrándose al agarre de su padre siguió los pasos de él notando comoiban y venían mujeres y algunos hombres vestidos de blanco, algunos contapabocas y otros con extraños instrumentos colgando de sus cuellos. Dentro deél un inexplicable miedo reapareció, recordando las variadas veces que éldespertaba en el hospital o en alguna parte poco conocida de su vieja escuela.


—Hey, Zayn —Habló suavemente Yaser, logrando volver en sí a su hijo.


El muchacho, aún aferrado a su padre pestañó rápidamente cuando alzó la vista ala oscura mirada del mayor apenas percatándose que se habían detenido frente auna puerta con el número 216 en tonos negros sobre el marco. Con lentitud sumirada paso de su padre a la puerta, estudiando por completo lo que teníafrente suyo desviándose a la mano de Yaser tomando el picaporte hasta abrir ydarle un suave empujón a la madera, dándole por completo el pase a Zayn deentrar.


—¿Quieres que entre contigo o... irás tú solo? —De pronto, morderse las uñasparecían ser una buena opción, ciertamente no sabía qué hacer, pero sabía dealguna forma que debía entrar allí y asumir que parte de una de las personasimportantes en su vida tendría un pronto fin.

—S-Solo... —susurró— yo...


Yaser por su parte no estaba precisamente seguro si sería buena idea dejarloentrar solo, después de todo Zayn no estaba familiarizado con la imagen quetendría de su abuela allí dentro.


El menor de ambos hombres notó la duda reflejada en la mirada y las faccionesadversas, y con un suave apretón en la mano del mayor obtuvo la atención quebuscaba y moviendo sus labios formó un "por favor."


Con delicadeza comenzó a quitar su mano del ahora agarre de su padre, quienparecía ser él quien se aferraba a Zayn no queriendo dejarlo entrar, pero entreruegos por el menor Yaser apretó sus labios en una línea fuertemente, dejandoir por completo a Zayn al cuarto donde Aida Malik se encontraba en sus últimosdías de vida.

Quedándose con la última imagen de la espalda de su hijo entrando y seguido dela puerta cerrarse frente a él bajó sus hombros de derrota al conjunto de sumirada.



Los temores de Zayn se desvanecieron por completo cuando se encontró frente afrente con aquella persona que lo hizo sentir como una persona normal, que nohizo diferencias con él. Que lo hizo feliz desde el momento que tuvo memoria yque lo hacía sentir en casa sin importar que no estuviera precisamente en suhogar. No importaba que muchas máquinas la rodeasen o que extrañas manguerasestuvieran puestas en sus brazos con lo que él creía eran agujas.


Unos grandes ojos mieles –muy parecidos a los suyos– lo observaban desde lacamilla con adoración, con cariño y amor. Aquella mirada que después de muchotiempo había olvidado, pero que por fin, luego de muchos meses la encontrófrente a él y aunque no era en las mejores circunstancias él no podía sentirsemás feliz.


—¡Zayn, dulzura! —Exclamó la mujer de elevada edad, abriendo sus brazos enbusca del abrazo del menor.


Él por supuesto, con la costumbre que ambos tenían se acercó cuidadosamente ala mujer abrazándola por la cintura con temor de pasar a llevar cualquier tipode manguera, pero por suerte no fue así cuando ella lo arropó con sus desnudosbrazos a causa de la bata de mangas cortas.


—Mira que grande estás, pequeño. Cada vez más guapo —Los delicados y arrugadosdedos de la mujer acariciaron los oscuros cabellos de Zayn en un tranquilizadorcontacto. — No le digas a tu padre, pero ni él fue tan guapo como tú —susurrócomo quién temía de ser escuchada por un tercero y entre risas discretas deambos se separaron.



Entre risas y tranquilizadoras conversaciones ambos se mantuvieron aquellatarde y entre conversaciones claves y algunas verdades descubiertas por Aidaella pudo descubrir que alguien muy especial había ganado el corazón de su máspreciado nieto en Londres. Por supuesto que la sorpresa de la mujer mayor no sehizo a esperar al saber que no se trataba de una dulce niña, sino de un chico.


Ella, a pesar de los comentarios que en algún pasado tuvo de tales relacionesse mantuvo en silencio y feliz porque su bebé, al fin en mucho tiempo erafeliz. No importaba si era con una chica o un chico, ella sería feliz en elmundo de los vivos y en el otro por su nieto, porque al fin aquella almainocente y preciosa estaba enamorada de una similar a la de él.



Sabía que parte de su última misión en la tierra estaba siendo cumplida conZayn, sabía que finalmente podría descansar en paz, sólo debía esperar unosdías más y quizás... podría ella dormir sin marcha atrás. 


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