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17

»No recordaba exactamente cuándo fue la última vez que sintió tanto pánico como aquél instante, se sentía tan perdido que no importaba a qué lugar caminara, no había salida. Parecía algún tipo de tenebroso laberinto donde en cada pasadizo se encontraban sus peores temores, gritaba tan fuertemente que sentía su garganta escocer, probablemente llegaría al punto de sangrar, pero necesitaba tan fuertemente salir de allí, correr a los brazos de alguien que lo hiciera sentir seguro.

Sus pasos eran tan veloces que no notó como había comenzado a correr por cada largo y oscuro pasillo, no importaba si había algo en el suelo que lastimase sus pies descalzos, él quería salir de alguna u otra forma, pero era como si no sirviera que camino tomase, la salida no estaba.

Oía como unos pesadas pisadas lo seguían y fue en aquél instante que su corazón comenzó a palpitar mucho más fuerte, su cuerpo sudaba y sus rebeldes cabellos se pegaban en su frente entorpeciendo su vista. Tanto fue el miedo que tropezó con sus propios pies al dar un mal paso, cayendo sin más duramente contra el suelo, provocando que su rostro revotase contra el pavimento.

Con fuerza cerró sus ojos, pero quizás había sido el peor error que pudo cometer.

—¿Tú eres Zayn? —Aquella voz burlesca resonó en cada rincón de su cabeza, retumbando en sus tímpanos de igual modo.

¿Qué era esto?... se preguntó.

—¡Sí! —Y ya no lo soportó un segundo más, quería gritar, golpear a lo que fuese que se le acercase porque sabía que estaba pasando.

Sabía y recordaba completamente cual era ese momento de su vida, era aquél día que se marcó en su vida por siempre, donde todo había comenzado y no sabía exactamente si había acabado.

Él sólo observaba y por mucho que intentase pelear no podía, todo pasaba como una película delante de sus ojos.

—¿Y por qué estás en el curso de los discapacitados? —Las carcajadas fueron como en coro, pero al muchacho castaño no pareció algo malo, le parecía divertido, pero no quiso reír. No se sentía a salvo.  


No, no, no, no.

Era lo que se repetía con fuerza Zayn para poder salir de aquél terrible recuerdo, sus manos fueron directamente hacia su rostro tratando de tapar su vista, pero podía oír como si de una insistente radio a todo volumen se encontrase contra su oído..., el diálogo más terrorífico de sus dieciséis años.


—No eres nada más que un maldito mentiroso, tú luces como alguien como nosotros — El grupo de cuatro adolescentes lo rodearon, la espalda del chico que los miraba desde abajo estaba contra el tronco de un árbol, completamente acorralado.


¡Corre, corre, sal de ahí! ¡Por favor!

De pronto, sus manos ya no cubrían su rostro, sentía su pulso aumentar en demasía, la desesperación estaba sobrepasando cualquiera de sus límites y el pánico no lo dejaba respirar con normalidad. 

Y él..., él ya sabía que estaba a punto de suceder consigo mismo, pero no podía detenerlo.

Sus dedos se enterraron con fuerza contra la carne de su rostro infringiéndose arañazos a sí mismo, las lágrimas bañaban sus mejillas y lo peor ya estaba pasando.


Aquél fue en el mismo instante que esos chicos lo golpearon por primera, pero no por última. Sabía que lo que sucedía frente a sus ojos pasaba como una horrible y espeluznante película, pero ahora había sido distinto, sentía los golpes contra su cuerpo.

Sus ojos se abrieron con fuerza, pero lamentablemente aún se encontraba en aquél laberinto, la única diferencia era que esas cuatro sombras estaban frente a él. Completamente negras siluetas comenzaron a golpearlo, no importaba que intentase cubrirse los puñetazos y patadas iban a donde parasen en su cuerpo.

—¡Zayn, Zayn! —Oyó lejanamente— ¡Ayuda por favor! —

El alboroto de voces y gritos lo aturdieron, pero por suerte ya no sentía ningún tipo de golpe. Sus ojos se abrieron con pereza, todo estaba completamente oscuro, pero las voces seguían presentes allí, mareándolo.

Observó atentamente y con temor la oscuridad, pero sin poder detenerlo cayó a un macabro vacío.


—¡Zayn por favor detente! —Las pisadas a su alrededor retumbaban contra la madera del suelo de la habitación— ¡Hermano! —El desgarrador grito de Safaa retumbó entre las dos mujeres que trataban de asistir al moreno y fue Gemma quien tomó la decisión de tomar fuertemente a la menor de los Malik y sacarla del cuarto y llevarla junto a Harry.

Un asustado Harry que abrazaba sus piernas sobre su cama, sin embargo cuando vio entrar a su hermana junto al pequeño cuerpo de Safaa corrió hacia ambas, abriendo sus brazos hacia la menor que ella no dudó en correr  hacia los brazos del rizado y acurrucarse en su pecho, sin detener las doloridas lágrimas se deslizasen por su rostro.

Gemma rápidamente desapareció del cuarto de su hermano cerrando la puerta con seguro desde fuera, corriendo hacia el cuarto de huéspedes que se les había otorgado a los pequeños invitados.

La impresión en la chica fue tal que el shock no la dejó hacer un movimiento, desde el marco de la puerta vio como Zayn aún estaba sobre la cama, pero arrinconado infringiéndose golpes lo suficientemente fuertes para provocar un sangrado.

Su diestra estaba cerrada fuertemente en un puño y con ella misma se daba fuerte golpes en su rostro y cabeza, con su zurda se arañaba. Veía a su madre tratar de tomar las manos de Zayn, pero el muchacho parecía tener demasiada fuerza.

—¡Gemma! —Gritó Anne.

Sacudiendo sin cuidado su rostro volvió en sí y de pronto todo llegó de golpe hacia su persona, los gritos de Zayn llenaban por completo la habitación, los ruegos de su madre hacia el chico parecían susurros, incluso por cada golpe que daba Zayn un gran eco quedaba de ellos.

Sus piernas se movieron con velocidad hacia el delgado cuerpo del moreno, impulsivamente tomó ambas muñecas de Zayn alejándolas por completo del rostro magullado. Apretó contra la cama y demonios, aquél delgado y pequeño chico tenía tanta fuerza que Gemma debía poner demasiada fuerza para batallar con él.

—Zayn, bebé, calma —Susurraba Anne en su oído.

Los pesados jadeos del moreno provocaban que su pecho subiera y bajara con violencia, el sudor corría por su frente y sus cabellos estaban completamente pegados a su cuero cabelludo. Él con todas sus fuerzas trataba de zafarse, pero en ningún instante abría sus ojos y pareció ser en Gemma quien se encendió la lamparilla.

Con una rápida seña la chica pidió silencio hacia su madre y aún sujetando las muñecas de Zayn con su cuerpo medio extendido en la cama se acercó al rostro del menor.

—Hey pequeño, despierta... —Susurraba— Es sólo un sueño, ven aquí conmigo y con Harry —Con solo aquella mención dejó de pelear, pero sus ojos no se abrían y su respiración seguía siendo irregular, como si se estuviese ahogando. — Vamos Zayn, sigue mi voz, te necesitamos... por favor —

Anne notó como su hija mantenía la situación bajo control y con calma ella comenzó a alejarse de ambos jóvenes, sabiendo que podía dejar todo sobre las manos de su hija mayor. Sin hacerse notar salió del cuarto hacia el pasillo y una vez allí corrió hacia su cuarto, con desesperación buscaba su teléfono móvil para poder comunicarse con Trisha.

Mientras tanto Anne comunicaba del incidente, Gemma se mantuvo con Zayn, susurrando con amor hacia el chico que lentamente comenzó a volver a la normalidad. La respiración del moreno volvió a ser pausada y calmada, pero Gemma necesitaba que él abriese sus ojos..., ella necesitaba curar sus heridas.

—Zayn despierta, por favor —Zarandeó con suavidad su hombro luego de haber soltado de sus muñecas que a causa de la fuerza que ambos habían impuesto unas rojizas marcas quedaron en ellas... llenando de culpa a la chica.

—Vamos pequeñín —Continúo. Tomándole unos minutos logró que los ojos de Zayn se apretasen con fuerza hasta que lentamente se abrieron, dejando presenciar a Gemma una de las más impresionantes imágenes... allí fue cuando comprendió porqué su hermano estaba tan encantado con aquellos ojos mieles.


Una vez que Zayn abriese sus ojos trató de adaptarse, pero lo único que pudo notar es que aquella no era su habitación y esos grandes ojos verdes no eran los que tanto le gustaban, porque él podría reconocer ese ojos verdes donde fueran, pero estos eran completamente diferentes.

Esos ojos verdes eran más oscuros y mostraban preocupación y alivio, una mezcla extraña, pero que él no entendía, sin embargo a pesar de sus dudas se acomodó en la cama, comenzando a sentarse y para acomodarse completamente en la cama que se encontraba.

Y fue una mala idea, de pronto cuando se acomodó el dolor y el ardor en su rostro y en la totalidad de su cabeza estalló como una de las peores torturas. Trató de llevar su mano hacia los lugares que le dolían, pero una delicada mano femenina lo detuvo. Con temor alzó su vista desde la blanquecina mano con coloridas pulseras de hilo hasta el rostro femenino que no quitaba su mirada de él y se relajó... quiso suspirar cuando supo que sólo era Gemma, pero el ardor se mantuvo allí.

—Relájate, ¿sí? —Los dedos de Gemma acariciando la adversa, dándole apoyo de alguna forma— Te curaré esas heridas, ¿me ayudarás a que deje de doler? —Susurró con calma, temerosa de que lo que acababa de vivir minutos antes volviera a ocurrir, sin embargo Zayn solo asintió sin saber de lo que hablaba.

La chica antes de salir le regaló una amable sonrisa y antes de ambos perderse de vista corrió hacia el baño en busca del botiquín mientras Zayn sólo se mantuvo pensativo, recordando todo lo que había sucedido antes de despertar en aquél cuarto. No estaba seguro que había sucedido, pero había olvidado por completo lo había soñado.

Rápidamente flashbacks llegaron a él, recordando como consoló a Harry en el baño, como tiempo después se prepararon para dormir, pero antes de dejarse llevar por el sueño él calmadamente vio a su hermana y Harry jugar, pero casi a las once de la noche apareció Anne y Gemma diciéndoles que debían ya descansar. Harry se fue a su cuarto y él con su hermana quedaron en el cuarto de huéspedes, recordó como Safaa pidió dormir en la misma cama de él excusándose que tenía miedo y Zayn sin problema alguno aceptó... y desde allí no recuerda nada más.

¡Safaa!

Preocupado llevó su mirada junto a él y al no encontrar absolutamente nada observó la cama junto a él, sin embargo, no encontró a quién buscaba.

Poniéndose de pie fuera de la cama buscó a su pequeña hermana por todo el cuarto, pero no, no la encontró nada de ella aparte de su blanco y vaporoso vestido y sus sandalias rosas.

Dispuesto y seguro a salir de la habitación la puerta se abrió con violencia provocando que él diera unos pasos hacia atrás asustado, pero la calma y el alivió llenó su sistema nervioso cuando sus padres estaban bajo el marco de la puerta observándolos con miedo y culpa. Yaser fue el primero en pasar a Trish que aún se encontraba shockeada guardando cada imagen de lo herido que estaba el rostro de su bebé.

"¡No lo sé, Trish, por favor! ¡Creo que fue una crisis!" Recordaba a Anne gritar tras la otra línea.


Yaser por su parte arrulló al menor entre sus brazos con toda la delicadeza posible, tenía tanto miedo de poder dañarlo con apenas un abrazo, pero debía comprobar que estuviese bien, que aún lo tenía entre sus brazos, que estaba allí con él y que la crisis no se salió de control.

De pie junto a Trish reapareció Gemma con el botiquín y cedió su ayuda a la madre del moreno, al fin y al cabo sabía que la confianza estaba entre su familia a comparación de su persona, por ello sólo dejó que Trish se hiciera cargo del botiquín y ingresara al cuarto a curar a su hijo. Gemma había tomado la decisión de cerrar la puerta y darles privacidad.

No muy lejos de aquella habitación donde Yaser, Trish y Zayn se encontraban estaba Harry en la suya, con la diferencia de que Safaa descansaba entre sus brazos. Ambos extendidos en la cama del rizado en la espera de alguna noticia, al menos él ya que entre sollozos y palabras lastimeras, Safaa cayó rendida bajo los efectos del sueño. Sus mejillas aún se encontraban sonrojadas y sus ojos y labios completamente hinchados y por alguna razón algunas salpicaduras de sangre se encontraban en los pómulos y parte de la frente de la pequeña.

Harry con extrañeza luego de apreciarla llevó su pulgar a aquella zona, acariciando con cuidado, pero aquellas manchas parecían pegadas a su piel y pudo notar que no eran de ella... al menos él no notaba alguna herida en su rostro.

La confusión era demasiado en ese entonces, tenía más de una pregunta que soltar, pero no estaba seguro si le responderían. Todo había sucedido demasiado rápido cuando el grito desgarrador y repleto de agonía provino de alguna parte del pasillo, por supuesto que había despertado, pero asustado, sin embargo fueron los gritos de ayuda de Safaa quien lo hizo ponerse alerta.

Había corrido por el pasillo hasta la habitación para poder saber qué ocurría, pero su madre tan rápido como pudo lo había quitado de la puerta antes de que llegase y finalmente lo encerrase en su cuarto, no importó cuantas veces gritó que abriesen la puerta o las incontables que pateó y golpeó la madera, nadie le abrió.

Había caminado por su habitación como un animal enjaulado para minutos más tarde la puerta se abriera y antes de salir impulsivamente vio el pequeño cuerpo de Safaa revolviéndose entre los brazos de Gemma. No lo pensó dos veces cuando abrió sus brazos cuando la pequeña tocó el suelo y ella sin más corrió a sus brazos terminando por acurrucarse en su pecho, no supo cuanto tiempo estuvo meciendo a la morena en sus brazos hasta que cayó dormida, pero lo que sí supo fue cuando los gritos cesaron y la calma volvió.

No sabía por qué no podía ver a Zayn, ni mucho menos porque Safaa temblaba en sus brazos repitiendo el nombre del moreno que se ganaba todos sus pensamientos.  Estaba tan asustado...

Nuevamente se vio sumergido en la pequeña niña dormida entre sus brazos, observó el rostro angelical de la niña hasta que deslizó sus esmeralda hasta los brazos desnudos de ella y allí fue que sus sentidos se alarmaron. ¿Cómo era que no lo había notado? En su brazo derecho se encontraban unos grandes rasguños, dudaba que ella se los hubiera hecho, sus manos eran demasiado pequeñas para algo así.

—¿Harry? —Habló alguien desde algún punto de la habitación.

El nombrado alzó su mirada en la dirección de donde provenía la voz y vio a su hermana bajo el marco de la puerta, una dulce sonrisa estaba surcada en sus labios, pero sus ojos no sonreían. Se veían cansados...

—¿Cómo está Zayn? —Fue lo primero que escapó de sus labios.

—Huh, él ahora está bien —Las palabras de Gemma parecían ser dichas con cuidado, como si buscase en su cabeza las mejores respuestas para no alarmarlo.

—¿Por qué gritaba? —Preguntó rápidamente— ¿Por qué Safaa está herida? ¿Por qué tiene sangre?

El labio inferior de Harry tembló, sus grandes ojos estaban aguados y como una señal su hermana se acercó rápidamente. Ella por supuesto no tenía ni la más mínima idea de lo que tenía la pequeña morena y al oírlo no pudo evitar reaccionar de tal modo, además no había algo que le doliese más que ver a su hermano a punto de llorar. Ella haría todo lo posible para que él volviese a sonreír.

—¿Estás seguro que ella está herida? —Dijo una vez estuvo junto a la cama, observando a la pequeña aferrada a la cadera de su hermano.

—Si... sus brazos —Preocupada, Gemma llevó su mirada hasta los delgados y bronceados brazos de la menor notando que allí sí habían heridas, unos grandes rasguños enrojecidos. Cuatro gruesas líneas desde su codo hasta un poco antes de su muñeca.

—Mantiene la calma, ¿sí? Todo está bien ahora, pero Safaa y Zayn deben irse a su casa —Las cejas de Harry se alzaron rápidamente, envolviendo completamente sus brazos alrededor de la pequeña cintura de la niña.

—No, no, no, no. Ustedes me prometieron que pasarían la noche con nosotros —Harry observaba con recelo a Gemma por querer llevarse a Safaa y por sobre todo a Zayn.

—Oh... así que lo recuerdas —Lentamente Gemma se acuclilló junto a la cama y desde allí alzó la mirada hasta toparse con la adversa. — Me alegro mucho deque lo recuerdes por cierto, pero Zayn realmente debe irse...

—¡¿Por qué?! —

—Huh, shhh Harry, no querrás despertarla ¿verdad? —Negando con su cabeza la chica prosiguió— Verás pequeño...  Zayn tuvo una pesadilla, ¿sí? Y a veces cuandolas pesadillas son muy feas las personas necesitan a sus padres... ¿Qué haces tú cuando tienes una pesadilla?

—Oh... corro al cuarto de mamá... —La castaña sonrió enternecida, pero rápidamente volvió al ritmo de lo que le estaba explicando.

—Bueno, Zayn no tenía a sus padres aquí y ellos son los únicos que pueden calmarlo, ni siquiera nosotros... —Mordiendo su labio, ladeó su rostro sin dejarde observar a Harry. — Y llamamos a sus padres así que se lo llevarán

Con tristeza Harry cortó el contacto con su hermana, bajando su mirada hasta el castaño y oscuro cabello de Safaa acariciándolo y enredando sus dedos entre ellos. Reprimió sus ganas de llorar y un jadeó escapó sin su permiso.

—N-No se lo lleven... —Susurró en un hilo de voz— E-Él siempre me... hace sentir bien, Gem —Dejando de lado las caricias en el cabello de la menor aferro sus manos en puños contra las sábanas. Sollozó, pero sin derramar alguna lágrima, él aún las retenía.

—Oh, bebé... pero él necesita a sus padres... —El pecho de Gemma se oprimió, ella sabía que Zayn era importante para Harry, pero no de aquél modo— ¿Qué dices si mañana haces un pastel para Zayn y vamos a visitarlo a su casa?

Fue un sentimiento esperanzador que abrazó por completo el cuerpo de Harry, el nudo en su garganta desapareció y sus ojos volvieron a adquirir nuevamente el habitual brillo. El rizado asintió entusiasta, ¡Por supuesto que le haría elmejor pastel que haya probado!

—Entonces, tienes que descansar ¿bueno? Yo me llevaré a Safaa y mañana cuando despertemos haremos el mejor pastel que Zayn haya probado —Con efusividad asintió, comenzando con cuidado a destapar el pequeño cuerpo entre sus brazos.

Con suma delicadeza a causa de los arañazos en el brazo de Safaa, Gemma la tomó entre sus brazos tratando de que esta nos despertara, pero apenas la acomodó entre sus brazos la pequeña rodeó su cuello aferrándose.

Entre despedidas de buenas noches y buenos deseos por parte de la mayor hacia su hermano apagó la luz de la habitación con mucho esfuerzo al tener a la morena en sus brazos y posterior a ello salió hacia el pasillo cerrando cuidadosamente la puerta.

Tras un largo suspiro bajó las escaleras hasta la primera planta, yendo en dirección hasta la sala donde estaba su madre y los Malik. Zayn dormía entre los brazos de Yaser y Trish tomaba una taza de té, había sido ella quien curó cada herida y el rostro del moreno se veía mucho mejor.

Su madre estaba apoyando a Trish, acariciándole el brazo y dándole palabras acogedoras. Gemma no sabía muy bien que habían estado hablando antes de que llegaran, pero apenas puso un pie en la sala todo llevaron la mirada hasta ella y fue Trish quien se puso rápidamente de pie y se acercó hacia Gemma, quien le entregó a Safaa cuidadosamente.

—Tengan cuidado... tiene unos arañazos en el brazo... —Aviso la castaña, acercándose hasta su madre.

De pie se mantuvo Trisha cerciorándose que así era, unos grandes arañazos..., pero estaba tan feliz de que sus bebés estuvieran bien, sólo esperaba que Safaa despertara bien y no hubiese algún tipo de cambio en su personalidad... lo único que sabía perfectamente es que esta noche ella dormiría con su pequeña princesa y Yaser con Zayn, no estaba preparada a dejar a que pasasen esta noche solos.

—Lamento lo que ha pasado hoy —Habló el hombre mayor, rompiendo el silencio— Me Imagino que ustedes no están acostumbradas, pero ya habían pasado años desde la última vez que sucedió algo similar... —Anne estando a punto de interrumpir pero, fue el moreno quien la detuvo alzando su mano— Les agradezco por acoger a mi hijo en su familia tan unida —La sonrisa de las ojiverdes se instaló con dulzura— Y bueno, nosotros ya debemos irnos, dejamos a nuestras hijas solas en casa y seguramente deben estar muy preocupadas.

—Lamentamos las molestias—Habló detrás de la voz de Yaser Trish

—¡Oh, no, no! No se preocupen, estas cosas pasan y yo siempre les ayudaré —Poniéndose los tres faltantes de pie comenzaron a despedirse.

Ambas mujeres llevaron a la pareja hacia la puerta principal, pero Gemma se adelantó hacia la calle junto al auto de la familia Malik para abrir la puerta trasera y así rápidamente los menores dormidos ingresaran a los asientos traseros por la ayuda de sus padres y no caer bajo la helada noche.

Entre buenos deseos y despedidas amables la familia Malik ya acomodada vio por última vez a las mujeres despidiéndose desde la puerta y fue por Yaser quien condujo el auto que Trish las perdió de vista.

El viaje fue completamente silencioso, Trish observaba por la ventana las calles de la ciudad nocturna, no podía evitar pensar en lo que sucedió y apenas podía procesar del todo lo que había pasado con Zayn, había pasado mucho tiempo desde que una crisis como aquella se presentara, las últimas solo se basabanen problemas para poder respirar y las dos últimas crisis más importantes fueron convulsiones, pero tanto ella como Yaser sabían que las autolesiones ean las peores.

El viaje había sido corto, o al menos así ambos lo sintieron. Antes de que la pareja comenzara descender del vehículo, Yaser apretó sus manos fuertemente contra el manubrio, inclinándose hasta que su mentón se apoyó en el mismo.

Un pesado suspiro escapó del hombre hasta que habló

—Trish... no estoy seguro de ir a Bradford —Con solo la mención de su antigua ciudad su esposa sintió un escalofrío recorrer completamente su cuerpo— Sé que será solo por una visita y que mi madre está muy enferma y... bueno, ya sabes...  

Trish no estaba segura de hablar, sentía que ya no tenía voz y que incluso no podría hablar porque su boca estaba completamente seca, lo único que podía hacer en respuesta era mirar atentamente a su esposo.

—Si esta no es una señal de no volver... no sé que es...—

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