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14

1 de Febrero

Zayn había acabado de alistarse en cuanto a su ropa, sin embargo su madre secaba con una toalla tamaño medio el cabello del menor quien se encontraba tranquilamente sentado sobre su cama. Sobre sus piernas se encontraba un grande libro que Trisha desconocía de que trataba, pero él estaba empeñado desde que pidió a Yasser comprarlo que él lo envolviese.

No conforme, Trish rebuscó entre la cajonera de su hijo en busca de un secador. Parecía que el cabello de Zayn era un caso perdido en cuanto a tratar de secarlo manualmente y acomodarlo, por ello segundo más tardes el aire tibio golpeó suavemente el perfil de Zayn.

Parecía ser su madre más nerviosa que su propio hijo. Pero estaba tan enfocada en que su pequeño luciera absolutamente guapo para la pequeña celebración que se llevaría a cabo en casa de Anne, de este modo Trish acomodó el suave y sedoso cabello de su chiquillo especial en un tupe con las partes de sus lados peinadas perfectamente hacia atrás, dándole de aquél modo un perfilado más marcado en las facciones de Zayn.

—¡He terminado! —Se irguió Trish, apagando el secador y dejando a un lado el peine que había utilizado. Desde su posición apreció su obra de arte en cuanto al cabello de Zayn, aunque ella estaba lo suficientemente segura de que con cualquier tipo de peinado su pequeño hijo seguiría siendo una digna obra de arte de la cual apreciar. Y no, no era sólo por ser su madre. — ¡Luces precioso, seguro que a Harry le encantará! —Exclamó ella entusiasta.

Zayn enrojeció con el simple hecho de la mención del nombre del rizado. Casi era costumbre aquella reacción de su parte desde que sus terapias con él habían aumentando al igual que las interacciones.

—¡Zayn! —Oyó un agudo gritillo desde la puerta donde se encontraba su pequeña hermana observándole con una amplia sonrisa. — Mira, he visto este papel de regalo en la tienda con Waliyha y pensé que a Harry podría gustarle —Una enternecida sonrisa apareció en los labios de Trish cuando vio a ambos de sus menores y silenciosamente salió del cuarto de su hijo cuando Safaa ya se encontraba frente a él.

En papel era de tono azul cielo y en él se encontraban una variada cantidad de aves, para Zayn fue simplemente perfecto. Muchas veces notó como Harry correteaba no solo mariposas sino también a las aves en los recesos luego de las terapias, por supuesto nunca llegó a preguntarle si le gustaban, pero él tenía una vaga idea de que así era.

Él revolvió dulcemente el largo cabello castaño de su hermana en una señala ya clara para ella; "gracias." — ¿Puedo ayudar a envolver el regalo? —El moreno asintió, caminando ambos hacia el pequeño escritorio acomodado en una esquina de su cuarto para extender el papel de regalo y dejando a un lado el libro. — ¡Oh, oh, aquí tengo cinta para envolver! —Se apresuró a decir Safaa, sacando del bolsillo de su rosado y holgado suéter un pequeño rollo de cinta adhesiva.

Les había tomado al menos cinco minutos envolver el libro, aparentemente trabajar en equipo cuando de ellos se trataba era un resultado excelente, Zayn se entendía tan bien con su pequeña hermana y mucho más que las dos mayores, era una extraña conexión que ambos tenían. A pesar de que él no hablase Safaa entendía todas sus reacciones y pequeñas señales de respuestas por su parte. Simplemente eran un gran equipo.


—¡Quedo muy lindo! —Brincó la menor junto a su hermano. —Pero le falta una cinta... —Está vez había sido ella quien rebuscó entre las pertenencias de su hermano, pero a pesar de que él tuviese una gran cantidad de papeles de colores y uno que otro para decorar no encontró alguno que sirviera como cinta para decorar. — Creo que Doniya debe tener... ¡Ven Zayn! —Exclamó justo en el instante que Zayn la vio desaparecer. Y sin más remedio la siguió con el libro ya envuelto aferrado en sus manos.

Y por supuesto, Doniya tenía una variedad de cintas que les ayudo a ambos a darles una forma para pegarla sobre el regalo para Harry. Los tres hermanos sabían que al menos les quedaban una hora para partir de una vez por todas con la familia del rizado y por ello, ambos menores se acomodaron junto a su hermana para poder seguirle el ritmo de la película que se apreciaba en la pantalla de la televisión justo en frente de la cama.


20 minutos más tarde.



—¡No, no, no! —Chilló Doniya, encogiendo sus piernas para abrazar sus rodillas contra su pecho. — Ella no puede tener cáncer, le romperá el corazón —Zayn la observó extrañado por uno segundos, notando como su hermana menor daba suaves palmaditas en el hombro a Doniya tratando de confortarla.

Si bien, en el tiempo que se quedo apreciando la película sintió como su pecho se oprimía en ciertas partes de esta. Y quizás, sólo quizás se proyecto a él y a Harry en los protagonistas, porque Annabel resultaba tan dulcemente extraña como lo era Harry en un comienzo para él y él se sentía de cierta forma identificado con Enoch.

Tan enfrascado en sus pensamientos estuvo que olvidó por completo a sus hermanas y a la película, recordaba cada momento vivido con Harry. Cómo aquella vez que entre sueños el menor le había dicho que le quería... aquél día su corazón saltó de alegría y no podía aguantar un solo día más sin Harry junto a él. Él sólo quería abrazarlo y no soltarle, enredar sus dedos entre sus rizos y quizás besarlo como Annabel había besado a Enoch.

Sin percatarse un rubor se esparció por sus mejillas de tan sólo pensar en besar a Harry, de pronto comenzó a preguntarse cómo sería poder tocar con sus labios los gruesos y tan rosados labios del chico que no parecía querer salir de sus pensamientos. ¿Besarlo sería la solución?

—¡Chicos, ya tenemos que irnos! —Gritó Yaser desde el inicio de las escaleras, haciendo retumbar su gruesa voz por el pasillo y sin duda, llegando sin problema alguno hasta la habitación donde el trío de chicos se encontraba.

—¡Noooo! —Gritaron ambas, siendo en aquél instante que Zayn se percato de los ojos cristalizados de sus hermanas.

—¡Sí, sí, sí! —Respondió inmediatamente, apareciendo justo debajo del marco de la puerta con sus brazos firmemente cruzados sobre su pecho — Vamos chicas, tomen sus abrigos, las estaré esperando abajo. — Ambas de sus hijas bufaron con desgano, levantándose con lentitud de la cama para obedecer a su padre.

Zayn observaba a su padre con curiosidad acompañándole de fondo los diálogos de la película que se oían por los parlantes de la televisión. Sin llegar a llamar la atención obtuvo la castaña mirada de su padre sobre sí mismo, regalándole una de aquellas sonrisas de las que Zayn estaba tan familiarizado.

— Vaya, que tu madre no mentía. Realmente te dejó más guapo —Él pequeño bajó su rostro sonrojado hacia sus pies. Estaba de más decir que no estaba acostumbrado a ese tipo de palabras ni mucho menos si se trataba de su familia.

— ¡Qué dices, papá, Zayn siempre es guapo! —Protestó Doniya, acabando de abotonar su chaqueta de un fuerte color rojo. — Imagina cuando le llegue la pubertad. Las chicas rogarán por tener su atención. —Las risitas de ambos llegaron a los oídos del moreno, no eran para nada molestas, pero Zayn estaba completamente avergonzado. Y en tratar de bloquear los halagos de su padre y hermana se concentró en la aún encendida televisión con la película aún reproduciéndose.


Pero no supo si había terminado con ser una buena idea o mala, pero sabía que aquello que había escuchado se quedaría en su cabeza por el resto del día... quizás por el resto de sus días porque aquellas palabras lo hicieron identificarse como en ninguna otra circunstancia. Nunca creyó en que podría tomarse tan en serio una película, pero sin duda la que había hecho casi llorar a sus hermanas había sido una de aquellas que se quedaban incrustadas en alguna parte del corazón de las personas.

Porque sí, aquella frase se había incrustado en lo más profundo de Zayn...

— Hay un tipo de pájaro cantor que cree morirse cada vez que cae el sol. En la mañana cuando sale el sol, se sorprende de seguir viviendo y canta una bellísima canción...he cantado todas las mañanas desde que te conocí

Porque él había comenzado a cantar desde que Harry llegó a su vida.



( . . . )



Luego de que los Malik's hubiesen llegado a donde se llevaría la celebración de cumpleaños de Harry había sido Anne quien los había recibido con los brazos abiertos conociendo por fin al tan "famoso" Yaser ya que desde que había comenzado a relacionarse con Trish ella no había dejado de hablar maravillas de aquél hombre... de ese tipo de hombre y de apoyo que necesitó Anne en su vida, pero que simplemente desapreció.


Anne los había guiado hacia la sala donde se encontraba una fantástica decoración rodeando por completa las paredes y cayendo desde el techo una que otra serpentina y algunos globos de colores regados por el suelo. Había unos pocos familiares de Anne compartiendo allí, quienes amablemente les dieron la bienvenida.

Pero Zayn se sentía fuera de lugar, ya había estado las suficientes veces en aquella casa para estar en calma y saber que no sucedería nada malo, pero ya no podía sentir la misma confianza con tantas personas desconocidas que le saludaban con tanta efusividad, podría salir corriendo en aquél mismo instante y Trish lo notó. Intentó más de una vez detener a las personas para que no fuese así con Zayn, que incluso sólo lo saludasen con un simple "hola", pero estas no parecían escuchar y no estaba en sus planes actuar impulsiva y descortés mente para que la oyesen.

Yaser al notar la situación que su esposa trataba de controlar silenciosamente, él decidió actuar, tomando a Zayn por los hombros para poder resguardarlo entre sus brazos y su pecho, fuera del contacto ajeno y desconocido para él. El pequeño moreno rápidamente trató de acurrucarse en el pecho de su padre, intentar esconderse lo más posible, pero no parecía tan simple.

El mayor de los Malik sintió como el corazón de su hijo latía con fuerza y fue en aquél instante que decidió retirarse de la sala, a donde sea posible salir de tanta gente. Y sin siquiera preguntar y/o pedir indicaciones caminó con el menor en dirección al pasillo que pudo apreciar al entrar y sin saber a dónde se dirigía abrió un par de puertas hasta que logró encontrar el baño, adentrándose ambos allí.


—Calma, campeón —Susurró, llevando al menor a sentarse sobre la tapa del inodoro, acuclillándose frente a él sin soltar sus hombros. — Respira conmigo, relájate y respira... — Con sus grandes manos tomó las laterales del rostro de Zayn para que lo mirase a los ojos y siguiese su respiración. Inhalando y exhalando con calma.

Se podía oír dentro del cuarto de baño la irregular respiración del más pequeño, pero una vez que consiguió el contacto visual con su padre comenzó a batallar contra sí mismo para seguir la respiración que se le imponía. Le había tomado un par de minutos regularizar, en un instante había llegado a sentir una desesperación devastadora en busca de aire, pero finalmente lo había logrado. El suspiro de alivio de Yaser pareció haber hecho eco dentro del cuarto.


— ¿Mejor? —Zayn asintió suavemente — ¿Quieres algo de agua? —



Mientras en el baño principal de la residencia los nervios habían logrado calmarse en la planta del segundo piso era totalmente un caos. Las voces de los invitados y la suave música opacaba los gritos que Gemma lanzaba al revoltoso Harry.

La chica había batallado mucho antes de que la gente comenzase a llegar contra la hiperactividad de su hermano, sin embargo este no parecía cooperar. Llevaba más de treinta minutos siguiendo a Harry por la segunda planta luego de que se le hubiese escapado de la ducha diaria.

—¡Harry por favor, juro comprarte lo que quieras hoy, pero déjame terminar de bañarte! —Gritó la castaña clara, abriendo la puerta del cuarto de su madre. Aparentemente Harry habría querido jugar a las escondidas y oh... que bien se escondía. Y a pesar de estar tratando de convencer a su pequeño hermano él no dio ningún tipo de respuesta.

Para Gemma era completamente distinto seguir ahora a Harrry desnudo por la casa. Porque a pesar de comprender a su hermano con su personalidad de un niño su cuerpo no era el de un niño y... era algo incómodo para ella.

—Bien... plan B —Susurró ella, tomando firmemente su cintura con sus manos. Una vez en el centro del pasillo gritó — ¡Cuando llegue Zayn le contaré las cosas que haces! — Uno, dos, tres contó mentalmente — ¡Le diré que huyes de los baños y que eres un sucio! — cuatro, cinco, seis —¡Y que te haces pis en la cama! — siete, ocho, nue...

—¡Mentira, mentirosa! —El ruido de objetos caer y estrellarse fuertemente contra el suelo no se hizo esperar, su verdosa mirada cayó en cada puerta esperando a su hermano emerger. Y vaya sorpresa se llevó cuando la puerta de su cuarto se abrió dejando ver a un Harry completamente desnudo, pero que gracias a Dios este cubría con sus manos su intimidad. — ¡Yo no me hago pis en la cama, te crecerá la nariz como Pinocho, Gemma! —

—¡Ajá, vete al baño revoltoso, oí a mamá decir que Zayn llegó! —Los grandes ojos de Harry se abrieron sorprendidos, incluso Gemma creyó verlo palidecer. — ¿No querrás verte mal, o sí, enano? —Él rápidamente negó, corriendo tan rápido como pudo hacía el baño. Fue en ese instante que Gemma alzó su rostro hacía el techo para no ver ninguna indecencia de Harry.

—¡Ya estoy en el baño! —

Un suspiro pesado emergió de Gemma cuando se encaminó al baño a terminar de bañar a Harry. Está vez sería ella quien arreglase a su hermano menor en su décimo sexto cumpleaños, definitivamente ella lo haría brillar a su estilo y gusto.

Tras un par de discusiones entre ambos para que Harry finalmente saliera de la tina ambos caminaron en dirección al cuarto del menor que se encontraba frente al baño. Allí fue él quien se dedicó a secar su cuerpo y a ponerse su ropa interior. Había sido la mayor quien se dedicó del resto pues días antes había comprado algún par de prendas en el centro comercial que creía ella se le verían fantásticas a Harry.

—Pero Gemma, estos pantalones me quedan muy apretados —Bufó el mejor, jalando suavemente la tela del pantalón negro que su hermana mayor le había ayudado a ponerse.

—Shh, Harry. Tus piernas lucen lindas —Entre quejidos del rizado tomó ella la camisa de cuadros rojos y negros acomodada a los pies de la cama para que el menor la dejase terminar de vestirlo. Agotadores suspiros por el pequeño oji verde acabó dejando que la mayor abotonara por fin la camisa que al parecer era una talla más grande de lo normal. — ¿Ves? Luces muy guapo —

Sin poder reprimirlo él enrojeció, finalmente Gemma acabó por ponerle un suéter gris oscuro de igualmente grande como la camisa a la par de sus Converse blancas. Una vez acabado su trabajo retrocedió un par de pasos pudiendo así apreciar lo guapísimo que lucía Harry. Lucía incluso mayor a la edad que este tenía, si no fuera por el problema que él poseía él luciría tan normal como aquél instante.

—Ven, enano. Sólo falta tu cabello —Quizás quince o más minutos estuvieron ambos discutiendo infantilmente por los rizos de Harry. Para esas alturas Harry era capaz de siempre recordar a Gemma, por eso ella era libremente de pasar más de los minutos esperados con Harry y que no la olvidase. Esperaba poder ver a Zayn y abrazarlo tan fuerte para agradecerle que su hermano por fin supiera quién era ella... aunque extrañaría como él solía llamar Gabi.

—¡No, Gem, no! —Las manos de Harry golpearon las de su hermana, alejándolas de su cabello. — ¡No me pongas flores, soy un niño no niña!

—¡Sólo queda está y ya podrás ver a Zayn! —Una flor de color blanca descansaba en la mano de Gemma, era la última que faltaba para poder completar el hermoso trabajo que ella había logrado. — ¿Por favor? —

Harry guardó silencio, aquella fue la señal para poder terminar. Gemma había creído que sería una gran idea decorar los bonitos rizos de su hermano con un par de flores que acabaron siendo más de seis. Pero finalmente, él lucía tan bien, pensó Gem.
Él lucía tan inocentemente guapo, por algún momento creyó buena idea en una corona de flores, pero luego consideró lo cliché que sería y sólo se conformó con algunas vagas flores por sus rizos.

—¡Bien, ya hemos terminado! Puedes bajar, enano —El rizado empujó juguetonamente a la chica antes de salir corriendo en dirección a la primera planta, donde claramente se podía oír la música y las voces de las personas. — ¡Ya verás, Harry! —Había oído en un grito justo en el instante que iba bajando las escaleras. Una gran carcajada estalló de lo más profundo de él cuando estuvo sobre el suelo del pasillo y sin más, caminó hacia la sala. Dónde se oían las voces.

Apenas había cruzado la puerta las miradas se posaron en él, de pronto las voces de los presentes se apagaron fijándose únicamente en él. De suerte pudo reconocer un par de rostro, no era mucha gente, sin embargo era como si una invasión de desconocidos estuviera dentro de su hogar. Ni un minuto pasó de más cuando las voces volvieron a hacerse presentes, pero con la diferencia de que cada uno saludaba y felicitaba a Harry por su cumpleaños, él sin saber muy bien de lo que estaba pasando sonreía y aceptaba los saludos, después de todo, los desconocidos sabían que era su cumpleaños.

Alguien lo había estrechado entre sus brazos, él solo apoyó su barbilla sobre el hombro de la mujer de elevada edad. Fue en ese momento que pudo divisar que en los sofás acomodados casi al rincón del salón estaba una mujer con tres chicas... Unas que les recordaba mucho a Zayn. Pero no hallaba al chico por ninguna parte... ¿Y si no ha venido? Se preguntó absolutamente decepcionado.

—Mamá, por favor, deja a Harry en paz —Por última vez, aquella mujer que le estaba abrazando lo apretó con mucha más fuerza para por fin soltarlo. Apenas estuvo fuera de "peligro" se lanzó a los brazos de Anne, escondiéndose lo que más pudo. — Oh, pequeño, no tengas miedo... —El reproche en la mirada de Anne en dirección a su madre no paso desapercibido. Había pedido insistentemente a sus familiares que no fueran efusivos con Harry y lamentablemente, fue lo primero que hicieron con él.

—¿Mami? —Inquirió en un susurro, escondido en el cuello de su madre. — ¿Dónde está Zaynee? —Anne sonrió, había pasado mucho tiempo sin que Harry le preguntase por él. Por instante había comenzado a temer.

—Oh, amor, él está en la cocina con su padre ¿quieres verlo? —Tan rápido como pudo soltó el agarre alrededor de su madre, yendo en dirección a donde se le fue mencionado. Entre escabullirse entre algunas personas se detuvo frente a la puerta que daba a dónde se encontraba Zayn... Los ojos de Harry brillaban de emoción y cariño. Tomando una profunda respiración ingresó, dejando que la puerta se cerrase por si sola detrás de él.


Allí en el centro de la cocina, donde se encontraba la mesa donde acostumbraba comer con su familia estaba Zayn con un hombre que él no alcanzaba a ver. Zayn parecía extraño, incluso algo más apagado que de costumbre. En su cabeza el moreno siempre es un chico callado, de pocas palabras, pero de gran corazón. Sin embargo, verlo allí, con su cabeza gacha y jugando con sus manos no era el Zayn que a él tanto le gustaba.

—Zayn, debemos volver con tus hermanas, seguro Harry ya ha llegado —El moreno no respondió, se mantuvo inmóvil, sin embargo Harry quien estaba oyendo observó con curiosidad la escena. Por un instante olvidó cómo llegó hasta allí, pero él solo hecho de reconocer a Zayn allí lo calmó.

Yaser quien ya no sabía cómo hacer volver en sí a su hijo observó alrededor de la cocina en busca de una respuesta, estaba realmente preocupado por Zayn y temía un poco que las terapias no estuviesen funcionando como él pensaba. Pero apenas detuvo su mirada en la puerta principal de la cocina notó a un chico de la edad de Zayn y muchas flores en sus rizos. Él observaba con atención a su hijo, pero Yasser no le reconocía.

No le tomó mucho tiempo hacer sinapsis cuando relacionó a ambos, de pronto había recordado todas aquellas veces que su esposa describió con tanto cariño a Harry... y allí estaba.

Lentamente, inclinándose hacia Zayn susurró cercanamente a su oído. — Mira, campeón, allí está Harry esperándote — Las cejas del nombrado se alzaron, está vez observando al hombre. No había logrado oír lo que sea que hubiese dicho, pero el hecho de que él se hubiese acercado tanto a Zayn fue suficiente para él, pero en el fondo agradecía que le hubiese dicho algo, ahora Zayn lo observaba únicamente a él.

—Hijo, te dejaré con Harry, recuerda que tienen que ir a la sala, ¿sí? No se queden aquí —Habló de modo que ambos les oyesen, pero que sólo uno procesaría correctamente las palabras. Regalándole una dulce sonrisa a ambos se retiró, confiando en su hijo y en que no sucedería nada preocupante allí.

De pronto, sólo ambos chicos se encontraban dentro de la cocina, observándose intensamente sin querer ninguno apartar la mirada del otro. Zayn comenzó a analizar la vestimenta de Harry, desde sus blancas Converse hasta sus rizos ordenas y con pequeñas flores entre ellos. Un jadeo de sorpresa y puro anhelo hacia él escapó de Zayn.

Harry lentamente caminó en dirección al moreno, rodeando la mesa hasta llegar allí, justo en el lugar que anteriormente se encontraba el gran hombre que había estado con Zayn. Desde su posición notó como Zayn tomaba entre sus manos un especie de regalo sobre sus piernas, el cumpleañero no pudo evitarlo, pero el envoltorio era precioso.


—H-Harry... —susurró

Las grandes gemas verdes lo observaron, pudo percatarse del tono carmesí en las mejillas del moreno. Quería tanto poder tocarlo, pero se contuvo.

—Zayn... —

—Te ves... h-hermoso —repitió él, aquellas palabras que había oído en la mitad de la película que había visto. Allí frente a él estaba su Annabel. Tan puro, dulce e inocente. Las mejillas de Harry se tornaron fuertemente en un tono rojizo, tratando segundos más tardes de ocultar su rostro de Zayn.

—Zaynee —susurró él en medio de la vergüenza que le embargó. Sus manos ocultaron su rostro, Zayn se sentía decepcionado por ser privado de tal maravilla—

—Siempre... eres h-hermoso —Sin poder notarlo por parte de Harry, el mayor se puso de pie, tomando el regalo entre sus manos para extenderlo hacia el británico. — Fe-Feliz cumpleaños... Harry —Sus manos que cubrían su rostro comenzaron a deslizarse lejos, despejando su vista. Sus ojos se abrieron, observando el lindo rostro de Zayn, sin embargo descendió su mirada hasta el regalo con el lindo envoltorio.

Antes de siquiera recibirlo se lanzó a los brazos del mayor, tomándolo por los hombros para atraerlo a su cuerpo sin importar que el regalo entre sus cuerpos le estuviera incomodando. Él sólo quería abrazar tan fuerte a Zayn, quería estar siempre con él y decirle lo mucho que lo quería.

—Te quiero, Zyn —susurró nuevamente, sin dejar de repetir aquella frase una y otra vez. Sus brazos firmemente aferrados alrededor del mayor. — Te quiero, te quiero...

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