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13.

                  

                  

Una semana había transcurrido, pero el momento vivido y presenciado no había sido olvidado. Las terapias entre ambos chicos aumentaron a un cien por ciento, de alguna forma sin el estimulo de Zayn en el entorno de Harry su memoria había aumentado cinco minutos más, pero en su presencia su tiempo se disparaba.

El logro más importante en la vida médica de Harry había sido el almacenamiento en su memoria de la existencia de Zayn en su vida, le tomaba al menos un par de minutos reconocer a Zayn y quién es en su vida. Zayn por su parte mantuvo su nivel de comunicación medio en cuanto a su entorno, con Louis solo eran cartas, Elizabeth había conseguido palabras de él y ella sin duda había estado completamente orgullosa.

Con sus padres no fue diferente, cada día Zayn se proponía una meta que lentamente cumplía, las palabras hacia sus padres ya no eran entrecortadas, pero sí inseguras. No había duda que los Malik's estaban volviendo a ser la familia alegre y feliz que había sido antes del accidente. Trish aún no podía creer lo que su bebé estaba logrando.

La esperanza en ambas familias era palpable, pero sin duda el momento más significativo dentro de la residencia de Anne Cox fue a unos de días antes del cumpleaños número dieciséis de Harry.




—¿Qué piensas hacer para la celebración de Harry? —Inquirió repentinamente Gemma, acomodándose a un lado de su madre mientras observaban una vieja película.¿Invitarás a la familia como cada año? Anne por supuesto que había pensado en ello, quizás debería cambiar aquella rutina impuesta.

No podía simplemente invitar a los amigos de Harry porque allí estaba el problema, él no recordaría tener amigos y todo sería un caos, sin embargo había alguien de quien sí se acordaba y del cual exigía su presencia cada día.

—De hecho, pensaba en invitar a Zayn y a su familia, sería lo más sensato considerando lo que ha pasado este último tiempo, ¿no crees? —Gemma asintió, tarareando en respuesta a su madre.

El silencio se hizo presente nuevamente entre ambas mujeres, la calma en casa no era algo precisamente normal, pero considerando que Harry tomaba una siesta luego de su largo día en la institución ambas optaron por ver alguna película en calma.

Pero minutos antes de esta concluir se oyeron los pasos apresurados de Harry desde el segundo piso, Anne lentamente ensanchó una sonrisa en sus labios al detectar tan fácilmente las emociones de su hijo aunque no lo estuviera observando, pero sus movimientos desde arriba eran suficiente para ella.

No fue mucha espera cuando el pequeño de la familia bajó rápidamente las escaleras en dirección a la sala, donde ambas se encontraban. Gemma sonrió divertida al detectar la emoción que irradiaba el rostro y la mirada del menor, probablemente lo vería dar brinquitos allí mismo si él no se estuviese reprimiendo desde la entrada de la sala.

—¡¿Sabes qué día es hoy?! —Exclamó entusiasta Harry, trotando hasta estar frente a Gemma. Sin darle oportunidad a la chica él se posicionó sobre su regazo, tomándola por los hombros para zarandearla sin mucha fuerza.

—¡No, ¿qué día es hoy?! —Gritó ella, riendo a carcajadas por la actitud de su hermano. Trató de librarse de las manos de Harry, sin embargo se le era imposible si cada vez que lo intentaba él arremetía contra ella con cosquillas. Su cabeza estaba echada hacía atrás apoyada en el respaldo del sofá sin dejar de reír.

—¡Es veintiocho de enero, faltan tres día para mi cumpleaños! —Las risitas de Harry se oían por toda la sala, logrando un suave eco dentro de ella. Anne quien se encontraba como espectadora sólo sonreía de felicidad por aquellos arrebatos de su bebé. — ¿Qué me regalarás, Gemma? — Repentinamente las carcajadas de la castaña perdieron fuerza, logrando un silencio de ella. Los grandes ojos verdes oscuros de la mayor estaban cristalizados y incrédulos observando desde abajo a su pequeño hermano que parecía no dar crédito a su felicidad.

—¿C-Cómo me has... llamado? —Su mentón temblaba, sintió el nudo en su garganta aprisionar fuertemente sin dejarle hablar correctamente.



Harry sonreía con gracia, observando desde arriba a su hermana. Sus manos suavemente soltaron los hombros de la chica dejándolos a cada lado de su cuerpo, sin embargo al notar el cambio de la castaña su sonrisa fue desapareciendo.



—Gemma... —Las manos de la chica temblaban, para aquél entonces ella se aferró a los costados de la ropa de su hermano menor, con aquellas impulsó el cuerpo del rizado hacia sí misma para abrazarlo. Para envolverlo entre sus brazos y hundir su nariz en aquellos rizos que tanto le ha gustado peinar desde que eran pequeños. — Gemma... yo no olvidaría tu nombre... —


La castaña aferraba sus brazos alrededor de él, su espalda se contraría en sollozos y Harry no pudo evitar envolverla a ella en sus brazos, queriendo detener las lágrimas que comenzó a sentir cuando estas traspasaron su camiseta.


—¿Por qué lloras? —Preguntó él, temeroso. Gemma rió entre su llanto, acariciando suavemente la espalda del menor hasta que sus dedos se envolvieron en los rizos del mismo para acariciar allí, calmando la preocupación de su pequeño y desastroso hermano.


— Porque cumplirás años muy pronto —Respondió rápidamente, medio mintiendo por la razón de su llanto. Después de todo, aquella era una de las razones que la gatillaron a llorar con fuerza, Harry estaba cerca de los dieciséis y aún no recuperaba a la memoria como ella siempre a querido para él. — Te amo tanto, enano... Tanto, tanto —Susurró en el hombro de Harry, quien correspondía a sus palabras de afecto en susurros.  




Ya a dos días del cumpleaños del ojiverde la familia de los Malik's había sido invitada, desde el integrante más pequeño hasta el más adulto y ellas aceptaron encantados, para aquella familia Harry había sido aquél rayo de luz esperanzador y estaban dispuesto a ayudar a Anne con lo que pidiese, aunque fuese lo más mínimo.

Por suerte, aquél día era precisamente fin de semana y Zayn estaba a un par de horas a llegar a la residencia de los Styles, una rutina ya habitual entre ambas familias para que ambos chicos tuviesen su tiempo de interactuar.

Y Harry en su espera, jugaba con un rompe cabezas que había encontrado dentro de una caja de juguetes bajo su cama, no sabía exactamente cuánto tiempo llevaba armando con calma la imagen de un paisaje, muchas veces se frustró cuando las piezas no cuadraban cuando él creía que así lo era.

Sin embargo, cuando los minutos correspondientes hicieron su trabajo él observó confundido las piezas regadas por el piso de su cuarto, no comprendió porqué estaban allí así que sin mucho esfuerzo se puso de pie en busca de hacer algo mucho más interesante en casa. Ya una vez habiendo bajado las escaleras caminando en dirección hacia la sala vio a Gemma durmiendo en el sofá grande frente a la televisión que se encontraba encendida, allí una "gran idea" surgió, definitivamente ver caricaturas sería mucho mejor.


Con pasos lentos caminó en dirección al sofá, tomando lugar al lado del cuerpo dormido de su hermana mayor, sin embargo cuando decidió buscar el mando de la televisión alrededor de la chica no dio con él. Bufando, se cruzó de brazos fastidiado, no habría más opción que ver la película que su hermana había dejado allí en la Tv. Así que sin más se acomodó.


Sin poder evitarlo se vio enfrascado en la trama más de lo que él creía, las dudas golpearon su cabeza a cada paso de la película y estaba a casi un impulso de despertar a la chica junto a él para saciar todas sus preguntas.

Le pareció simplemente increíble como aquél hombre, Henry, se encargaba de cada día hacer algo distinto por Lucy, aquella chica que él comprendió que perdió la memoria y que vivía el mismo día desde el accidente automovilístico que tuvo. Hubo ciertas partes que no comprendió del todo, pero sabía el problema que poseía Lucy y como Henry le ayudaba a recordar como una persona normal debería.

No sabía el porqué de su notable interés por la película, ni siquiera notó como una hora y media había transcurrido –y él seguía tan atento a la pantalla –... donde los minutos no hicieron de las suyas con su memoria. Donde él gracias a pura concentración se mantuvo por más de quince minutos  allí.

Sintió su pecho oprimirse cuando la chica corría por el muelle una vez que le contaron su realidad, pero aquella realidad era contada cada día en busca de recuperar su memoria, de que su vida fuese normal. Sin embargo, el mayor golpe se lo llevó cuando la familia de chica y ella fueron a un encuentro con el médico que la había atendido desde el accidente, mostrándole otras realidad... otros tipos de memorias selecticas... como aquél hombre que perdía su memoria en un segundo.

No sabía que sucedía consigo mismo, pero sentía que podría lanzarse a llorar allí mismo y de algún modo se encontraba molesto con Gemma por estar dormida y no poder reconfortarlo con un abrazo, como siempre ella solía hacerlo. Sonrió con una extraña nostalgia cuando el final de la película llegó y vio como ambos finalmente fueron felices y ella pudo recuperar su memoria afectada.


¿Esas cosas pasaban realmente?, se preguntó.



Sumergido en medio de sus propias dudas y preguntas que creía que jamás tendrían respuestas se oyó el timbre de la casa sonando insistentemente, sin embargo él no se inmutó. Parecía como si estuviese lejos de la realidad, en un mundo lo suficientemente lejano para desconocer lo que sucedía en su entorno, y había sido Gemma quien despertó sin caer en cuenta que Harry estaba a su lado para ir rápidamente a abrir la puerta principal.


¡Oh, no, te he despertado! Lo lamento mucho, Gem —Ella sólo negó con una suave sonrisa plasmada en sus labios, segundos más tarde luego de una largo saludo ella se hizo a un lado dándole a Trish el paso, quien iba con Zayn a su lado.

—¿Está Harry? —Preguntó Trish.

—¡Oh, sí, en un momento! —La chica rápidamente subió las escaleras en dirección al cuarto de su hermano, pero tal fue su sorpresa cuando vio el desastre dentro de ella y aquél rizado que buscaba no se encontró allí.

Confundida, salió de ahí pasando por cada cuarto, incluso por el suyo en busca del menor, pero no había rastro de él. Sin poder evitarlo el pánico inundó sus sentidos cuando no lo hallaba en el segundo piso, de aquél modo bajó tan rápido como pudo, pasando por alto al par de personas que se encontraban en el pasillo, yendo directamente a la cocina y no, no se encontraba.

Antes de comenzar a llorar del miedo de no encontrar a su hermano menor paso corriendo por la sala, pero sus pasos se detuvieron tan rápido como en el inicio, porque allí se encontraba su hermano, en posición indio sobre el sofá, con sus codos apoyados en sus muslos y su rostro escondido entre sus palmas. Antes de acercarse notó la televisión encendida, donde pasaban los créditos de alguna película y se reprendió por haberla dejado encendida mientras dormía.

Con pasos lentos se acercó a Harry, el no parecía detectar su presencia y para ella, era completamente extraño, Harry de alguna forma siempre estaba atento a lo que sucedía en su entorno, por lo que una vez posicionada frente a él extendió su mano en dirección a la cabeza de su hermano, tratando de llamar su atención, pero no la obtuvo.


Preocupada, zarandeó su hombro llamando su atención y fue allí cuando lo consiguió, Harry había alzado su rostro en dirección a la chica. Él le regaló una amistosa sonrisa antes de ponerse de pie.


—Enano, ¿estás bien? —Preguntó Gemma suavemente, temerosa a cualquier reacción ajena.

—¡Sí! —Exclamó— Y vi una película mientras dormías, era muy buena ¡pero triste!  —De pronto, Harry dio la media vuelta saliendo en dirección al pasillo y al poco tiempo oyó como la voz de Trish envolvía la planta baja saludando a Harry y él devolviéndole el saludo.

—¿Vio una película? —Susurró Gemma en medio de la confusión, más una vez que se volteó hacia la televisión notó como programaban la siguiente película no sin antes dar el nombre de la anterior.

—Acabas de ver, Como si fuera la primera vez, protagonizada por...—se oyó por los parlantes de la Tv, provocando que el ceño de la castaña se frunciera.

—¿Qué?... —Era imposible, las películas duraban mínimo una hora y media, era simplemente imposible que Harry recordara durante todo ese tiempo, además... — Esa película no es triste...



(...)



Trish había dejado a Zayn junto a Harry y Gemma, saliendo de la residencia para ir directamente a su trabajo, sabía de antemano que Gemma era de confianza y que su chico estaba en buenas manos.

Ambos menores se encontraban en el patio trasero, Zayn sentado en el centro del mismo con sus piernas cruzadas observando tranquilamente como Harry corría alegremente persiguiendo a una mariposa de llamativos colores. Para el mayor era extraño que mariposas revolotearan durante el invierno, pero a decir verdad el ambiente no estaba tan helado como debería. De alguna forma le gustaban los días fríos y Harry era una compañía perfecta.


Harry rodeó uno de los grandes árboles el patio correteando al insecto que tanto a él le fascinaba, sin embargo sin notarlo tropezó con la raíz elevada de la tierra proveniente del árbol cayendo tan rápido que ni siquiera logró amortiguar el golpe. No había pasado ni un segundo de haberse dado contra el suelo cuando unas manos se posaron sobre su espalda, para más tarde tomarlo de su brazo y jalarlo para que se sentara, pudiendo así apoyar su espalda contra el tronco.  

—¿H-Harry? —Las manos de Zayn limpiaron delicadamente el rostro de Harry, quitando todo rastro de pasto en él y un poco de tierra. Notó como su pómulo izquierdo había adoptado un color rojizo por el raspón que se dio al dar contra el suelo.



El menor hizo una mueca de dolor cuando sintió los dedos adversos rozar su piel, la sentía arder, pero sentir directamente el calor de Zayn era mucho mejor de lo que creyó. Pero sin poder evitarlo, sus grandes ojos se cristalizaron llamando así la atención del ojimiel.


—Me duele —susurró en un hilo de voz, Zayn quien le había tomado por los laterales de su rostro le dedicó una amable sonrisa sin saber cómo poder evitar que el dolor aumentase.

Para poder ayudarle a limpiar la herida tendría que entrar a casa y buscar el botiquín, o simplemente ir en ayuda con Gemma, pero él no quería arriesgarse a dejar solo a Harry y que volviera a perder la memoria. Apenas había visto a Harry en el pasillo le había dado al botón de su cronómetro y desde entonces Harry no la había perdido.

Tratando de idear alguna forma de ayudarlo o de recordar algún suceso donde no involucrase directamente parches retrocedió en el tiempo en sus memorias, pero sólo dando cuando aquella vez que Safaa estaba aprendiendo a andar en bicicleta y una vez que quitaron sus ruedas de apoyo ella cayó raspando su rodilla. Allí fue cuando vio a su padre correr y darle un pequeño beso en la rodilla, Safaa luego de aquél acto de su padre se había levantado como si nada volviendo a intentarlo. Quizás y sólo quizás, eso ayudaría.

Cuando observó directamente a Harry notó como los ojos verdes de él no habían dejado los suyos y sin muchos rodeos, luego de analizar el raspón de Harry se acercó al rostro de él perdiendo lentamente la distancia hasta que sus labios rozaron la piel del menor, humedeciendo sus labios dejó un casto, pero duradero beso inocente sobre la piel enrojecida.

Sintió como unas manos se aferraron a sus brazos y oyó claramente el siseo proveniente del rizado, por ello tan rápido como pudo se aparto de él llevando su mirada al raspón. Y como creía, seguía igual que al inicio, pero la presión en sus brazos no desapareció. Desviando su mirada a las manos posicionadas sobre sí mismo luego llevó de ella hasta los verdes adversos.

—¿Duele? —Murmuró, sus manos lentamente acariciaron la piel de Harry antes de quitarlas, pero había sido Harry quien tomó nuevamente de ellas y las llevó donde anteriormente estaban posicionadas.


El rostro de Harry estaba completamente rojo, algo que a Zayn le parecía maravilloso y muy lindo por parte de él, le gustaba cuando el pálido rostro de Harry adoptaba algún color y que él lo causara. Desde aquella vez que el menor lo había recordado él personalmente había comenzado a buscar respuestas del porqué sus reacciones con él y había sido en el cuarto de Doniya donde encontró todos aquellos libros y revistas que acabó leyendo cada tarde en casa.


Y ahora lo entendía todo.


—No... no duele —Sus expresivas esmeraldas parpadearon con lentitud sin perder rastro de las facciones de Zayn, recordando repentinamente la escena de aquella película donde Henry y Lucy se besaban en los labios. No supo porque, pero las ganas de esconder su rostro lejos de Zayn fueron más grandes que cualquier cosa.

—Gracias, Zayn —Las manos de Harry posicionadas en la cintura de Malik lo jalaron hacia su cuerpo, dejando que su rostro descansara tranquilamente en el pecho adverso, sintiendo el aroma que desprendía, ese aroma que tanto le gustaba.

Los brazos de Zayn rodearon los hombros el menor, correspondiendo con mucho gusto el abrazo. Le gustaba cuando Harry reaccionaba así con él, era un sentimiento único para él y sabía que si tuviera la oportunidad le gustaría vivir cada día así con el menor, pero se conformaba con lo que tenía, sabía que su mejor regalo era que Harry lo recordase.


—Te quiero —susurró suavemente Harry, Zayn había sentido su corazón palpitar rápidamente, sintió su rostro acalorado y queriendo escuchar nuevamente aquellas palabras bajó su rostro buscando las esmeraldas de Harry, pero no las halló. Él dormía contra su pecho, respirando calmadamente. —  Zaynee... —


El guardaría y atesoraría aquél momento mejor que nada. Absolutamente...




(*)


Momentos Zarry everywhere.
Okay, espero les haya gustado tanto como la nueva portada lol.

Hasta un próximo capítulo, gracias por leer. See ya! <3

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