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03.

Los días fueron tranquilos y confusos para Zayn. Él no lograba entender porque Harry no volvió a hablarle, había contado los días desde la primera vez que se conocieron.

Tres exactamente. No obstante, no perdía la esperanza de que Harry volviese a hablarle. Él no se atrevía a moverse de la banqueta que había "declarado" como suya en su primer día. Aún siquiera era capaz de responderle con palabras o gestos a Elizabeth, quien para él era su maestra aunque aquél no era precisamente su posición profesional en cuanto a Zayn.

La "Fundación L.B.C" se encargaba de atender todo tipo de discapacidades tanto en niños como adolescentes. Daba la imagen de ser solo una escuela con cuidados y enseñanzas especiales, pero era más que ello.
El pequeño proyecto del fundador comenzó solo como un centro de ayuda lo suficientemente accesible para que público con pocos recursos, el cual poco a poco fue ganando "popularidad" en su ámbito. A los pocos años era lo suficientemente sofisticada para contar con salas interactivas tanto como de enseñanzas como de recuperación en sentidos generales.

Este llegó a contar con fisioterapeutas, neurólogos, psicólogos, profesores especializados y demás profesionales totalmente capacitados que iban en ayuda, proporcionando a la fundación un 'pequeño grano de arena' en el desarrollo de cada niño que llegaba allí.


Y Elizabeth Facelli, una francesa con grandes logros en su carrera era la neuróloga de Zayn.
Ella había leído su caso antes de que el muchacho ingresara a la fundación y era quizás el caso más difícil y complejo que hubiese llegado a sus manos.

Sabía por los padres de Zayn lo difícil que era cuidarlo en la que era su vieja escuela. Esta se trataba de una escuela común y corriente, pero que poseía un curso muy particular y por supuesto, con maestros totalmente diferentes al resto que impartían clases allí, pero... Todos los alumnos compartían los mismos sectores de recesos a las mismas horas.

Zayn no era un grave caso de autismo para ese entonces, pero su pequeño mundo de felicidad y Linterna Verde no pareció durar más que trece años.
La peor cara de uno de los grupos estudiantiles se dio a conocer. Era quizás la caída más baja de tales inadaptados, pero jamás volverían a sentir tanto poder como intimidar al extraño moreno que descansaba bajo la sombra que proporcionaba el gran árbol de la parte más escondida del patio de la escuela.

Primero habían sido los insultos y fuertes ataques verbales, siguiéndolo con intimidación física hasta el grave caso de los golpes hacia el pequeño más vulnerable e inocente de todo Bradford.
Cuántas veces Zayn no había visto su adorada figura de acción en manos de sus agresores siendo destruidas parte por parte, viendo como aquellas caían junto a él directamente al suelo acompañado por aterradoras carcajadas.

Aquél primer ataque de intimidación donde se fue arrebatado y destrozado su pequeño mundo se presentó el primer ataque siendo el más grave de todo el historial médico del moreno, en donde presentó un pequeño tramo de amnesia. Pero una vez su memoria fue recuperando sus últimos recuerdos Zayn no volvió a hablar, perdiéndose en las lágrimas y en el pánico.


Porque ya no era su pequeño mundo feliz. Era mucho peor que un cuento de terror.

Las noches eran aterradoras y los monstruos de sus sueños aparecieron por primera vez para quedarse.

Pero nunca nada sería peor como los monstruos que lo esperaban en la escuela..., no.


Tras los meses él no dio indicios de presentar problemas en su escuela, pero algo era notable. Aquél dulce e inocente ángel de los Malik ya no se encontraba con ellos y cada intento por hacerlo volver a lo que era antes fracasaba, sin obtener una mínima respuesta.
Había retrocedido en la escuela, como si nunca hubiese recibido algún tipo de aprendizaje. Solo se mantenía ausente, sin hacer algún movimiento manteniendo su cabeza baja.

El estimulo que su familia se esforzaba por darle quedaba en nada y Trisha -su madre-, sospechaba de los ataques que él recibía cada día en la escuela, pero sin imaginarse que nivel de gravedad de estos, sin embargo no podía simplemente retirarlo de aquella escuela, después de todo era la única en Bradford que brindaba su ayuda a el trastorno de Zayn y durante el día la residencia de los Malik estaba completamente vacía hasta después del almuerzo.

Trisha nunca supo cómo enfrentarse a los problemas de su bebé, su familia no era precisamente una acomodada por lo que ambos padres trabajaban.

Al segundo año y medio de las agresiones de Zayn, Trisha y Yaser lo descubrieron absolutamente todo. Ambos aquella semana habían decidido almorzar junto a su hijo como una pequeña terapia para estimular el autismo avanzado del muchacho, se trataba de una sorpresa pero..., una vez la pareja se adentró a el área de Zayn notaron el tumulto de gente bajo el gran árbol del patio.

Todo había ocurrido demasiado rápido, los gritos, los sollozos y el arranque de ira de Yaser arremetiendo sobre el monstruo que había estado acosando a su ángel por tanto tiempo.

Yaser sabía que había cometido un delito, después de todo había golpeado a un menor de edad, pero nada resultó peor que el segundo ataque epiléptico de Zayn.

Los problemas legales habían dado con la familia un mes más tarde del ataque.
Tanto la escuela como la familia del muchacho que había atacado a Zayn habían obtenido una demanda que acabó favoreciendo a los Malik con altas cantidades de dinero y un ingreso gratuito en L.B.C en la ciudad de Londres.

Solo bastó una multa a pagar por Yaser ya que el juzgado había deliberado su ataque como defensa a un menor "desvalido."

Inexplicablemente, la ira y la tristeza recorrieron cada célula de Elizabeth al haber repasado mentalmente la historia de Zayn. Sabía que solo habían transcurrido tres días de la llegada del menor, pero se había jurado a sí misma que ayudaría a que el moreno volviera a ser quien solía ser a pesar de su autismo.

Y allí, la muchacha de veintiocho años estaba apoyada bajo el marco de las puertas corredizas que daban al patio trasero, donde se llevaba a cabo el receso improvisado tras una urgente reunión entre kinesiólogos con el dueño de la fundación.

Sus azules vagaban por el lugar, pasando por cada niño, por cada juego y dejándose cautivar por las dulces risas de cada niño, pero en ese entonces su objetivo era uno solo. Que aparentemente era bastante bueno escondiéndose o simplemente ella era muy despistada para notarlo.


Pero Zayn solo se encontraba ya acomodado en la banqueta alejada del grupo, observando al pálido chico de rizos alocados jugando en los columpios, quien no dejaba de observar hacia el cielo. Sus grandes ojos mieles no podían quitarse de encima de la silueta de Harry y tan solo necesito oírlo reír a un par de metros de él para experimentar por primera vez un sentimiento nuevo. Aquél que oprimía su estómago y lo hacía sentir frustrado.


¿Por qué simplemente no podía ser como él?

Él solo quería ser normal... que las personas lo quisiesen.

Que él pudiera hablar con otros niños, tanto como lo hacía Harry.

¿Por qué Zaynee y no otro?


Sus mieles se cerraron fuertemente tratando de evitar las lágrimas, donde a su par podía sentir su estómago oprimido, su garganta seca y su rostro completamente ardiendo. No, él no quería llorar.

Él temía que llorando provocase a los monstruos que no había logrado olvidar en su anterior hogar.

— ¿Estás bien? —Oyó suavemente frente a él y con temor se dispuso a abrir sus ojos los cuales lentamente iban distinguiendo un par de medianas siluetas femeninas frente a él. Ambas con una resplandeciente sonrisa, moviéndose de un lado a otro aún manteniéndose en su mismo lugar.

Zayn bajó su mirada, tomando su figura de acción para concentrarse sólo en él y en nada más. Ni siquiera en el muchacho que había logrado llamar su atención.
Él se sentía un poco intimidado en ese instante...

— ¡Hola, yo soy Angelica! —

— ¡Y yo Zoey! —Chillaron ambas con una alegría desbordante justo en frente de Zayn, sin siquiera medir su tono de voz. El cual comenzaba a provocar nervios en él.

— ¡Dios, te hemos estado observando desde ayer! Y, y, y... —

— ¡Eres precioso! —Gritaron en coro ambas en un tono tan agudo que los ojos mieles del moreno se cerraron por el tono tan molesto. Pero él no alzó su mirada.

Las chicas parloteaban como locas frente a él, ambas muchachas de tan solo catorce años, las cuales creían estar absolutamente enamoradas de Zayn solo por haber estado observándolo hace un día atrás.
Pero lo que resultó agobiante para quien utilizaba la banqueta era el rápido cambio de tema que tenían entre ellas, el cual no dejaban de involucrarlo y él no entendía porque ellas gritaban tan fuerte cuando estaban a tan solo un paso de distancia.

Los masculinos y largos dedos de Zayn se movían por la figura de Linterna verde, moviendo sus brazos de plásticos gracias a las "articulaciones" del mismo. Absorto a las chicas de ahí.

— ¡Hey, tú no nos estás escuchando! —Gritó Angelica en regaño hacia el chico, lo suficientemente cerca de él para hacerlo saltar en su propio lugar asustado, pero simplemente se encogió en su lugar en medio de todos los violentos recuerdos que comenzaban a arremolinarse en su cabeza por la actitud de las rubias.

— ¡Y todo por esto! —Señaló la rubia más baja en dirección a su figura de acción aferrada a su diestra, temblando levemente. Sus mieles se movieron a todas direcciones en busca de ayuda. Pero todo paso en cámara lenta para él cuando la chica que le había gritado tomó fuertemente de linterna verde y lo jaló de las manos de Zayn, lanzándolo al suelo manteniendo su ceño fruncido.

— N-No... —Balbuceo con su mirada cristalizada en un susurro, tratado de esconderse de las miradas azules sobre él.

Su respiración se había vuelto irregular y su mirada perdida, aún oyendo los chillidos femeninos frente a él. Nuevamente estaba sintiendo los exasperantes síntomas de hace unos meses atrás, cuando vivía en Bradford.
Una solitaria lágrima se deslizó por su mejilla en temblorosos movimientos a causa de su cuerpo bajo el pánico que estaba sintiendo.

— ¡Hey, déjenlo en paz, lo están asustando! —Gritó una masculina voz a unos pasos de ellos, oyendo suavemente desde su posición como los pesados pasos del dueño de aquella gruesa voz se acercaba cada vez más a ellos. — ¡Váyanse de aquí! —Dijo el extraño por última vez, provocando que el par de chicas corrieran lejos de Zayn.

Solo un par de minutos bastó para que el dueño de la mirada oscura alzara de ella en dirección a quien le había ayudado, pero antes de alzar su mirada solo pudo notar unas embarradas Converse blancas y una vez siguiendo el camino de su mirada notó como su figura de acción era extendida hacia a él.
Estaba atónito, sus ojos abiertos con sorpresa dieron a parar en el pálido rostro con el par de verdes ojos frente a él, los hipnotizantes ojos verdes para Zayn.

— Esto es tuyo —Pero él no estaba preparado para reaccionar a las palabras del muchacho que había estado esperando por tres días. Ni siquiera sabía si era el miedo o la sorpresa que no lo dejaba coger de las manos adversas su súper héroe en figura de plástico.

Harry esperó a que él tomase el juguete que estaba extendido hacia su persona, Harry solo estaba siendo amistoso y tratando de hacerlo entender que él nunca le haría daño. Pero Zayn no reaccionaba y el ceño fruncido del rizado se hizo notorio.

Las manos del moreno se movieron nerviosamente cuando su diestra comenzó a alzarse en dirección a su figura, pero antes de obtener una distancia considerable las facciones de quien lo había ayudado cambiaron drásticamente, desviando su verdosa mirada el juguete entre sus manos y luego hasta el moreno.
Confundido frunció sus labios en quién diría un puchero, pero antes de que Zayn pudiese tomar la figura Harry había aferrado su mano a la figura, dándose media vuelta para marcharse del lugar dejando al mayor confundido...

— Pe... P-Pero... —Susurró débilmente viendo como la ancha espalda del chico rizado se alejaba cada vez más de él, volviendo a cristalizarse sus marrones ojos.



*

Aclaración (?):

Las chicas de este capítulo también padecen de un trastorno aunque luzcan "normales" lol.
Ambas tienen asperger y cierto grado de hiperactividad.

Bueeeno, me ha tocado compartir con un niño con ese síndrome y es un reto porque hablan mucho y cambian rápido de tema.
Al menos el niño que estuvo conmigo se enojo cuando no lo tomaba en cuenta cuando él quería (?).

Así que creo que aquí me inspire en él hahahaha. Y si, probablemente el asperger es más común en hombres, but okay.

¡Gracias!

Actualizaré en cuanto pueda <3.

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