
chapter two. opening ceremony
𝐄𝐕𝐄𝐑𝐌𝐎𝐑𝐄
⌇ ☾ ❪ chapter two ❫ ೋ
۫ ₊˚ opening ceremony ˚₊ ۫ ۫
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He pasado por una lucha interna de dolor cuando mi cuerpo completo fue depilado hace unos momentos. Han sido las dos horas más dolorosas de mi vida, pero sobreviví así como espero hacerlo en la arena.
La cosa más vergonzosa que debo haber pasado hoy fue haberme quedado sin prenda alguna luego de aquella brotesca depilada. Por suerte, Meridia y Raden, según conozco sus nombres, me dijeron que mi estilista sería una mujer, lo que parecía relajarme más si tuviera buenos gustos ya que no pensaba andar por ahí como Dios me trajo al mundo.
Cuando la puerta se abre, una mujer castaña, de nariz respingada y fina se adentra a la habitación con paredes blancas y muy limpias, al hacerlo me sorprende bastante verla vestido lo más normal posible: un vestido ligero con estampados de flores color dorado. Su cabello largo y en rizos, juro que cuando entró sentí un aroma a fresa.
-Hola- me sonríe antes que nada -Soy Kenna, seré tu estilista, debes ser Amanda, ¿Cierto?
La esperanza vuelve a mi.
-Sí, Amanda Evermore, distrito uno- me presento, aunque estoy segura de que ella ya debe saberlo.
-Bueno, Amanda del distrito uno, ¿Podrías colocarte en medio de la habitación? Solo quiero analizar el trabajo que haré- dice, con un tono de amabilidad.
Recién me doy cuenta que llevo todo el rato sentada sobre la mesa en espera de irme. Ella murmura un par de cosas, analizandome de pies a cabeza. Desde mi cabello castaños y lacio hasta mis talones, los cuales están algo rojizos debido a las heridas de todos los entrenamientos, así como algunos rasguños sobre mis manos y muslos.
Cuando ella me pide que la siga me coloco la bata de seda sobre mi cuerpo antes de salir, me invita a sentarme en uno de los sofás y se sienta en frente de mí.
-¿Ya desayunaste?- inquiere, apretando después un solo botón de la mesa.
Niego, no he comido nada desde nuestra llegada, ósea las siete de la mañana y ya estaba tan acostumbrada a mis tres comidas al día que mi tripa comenzó a gruñir.
-¿De qué hablaremos? ¿Mi traje? Según entiendo son dos vestuarios los que se utilizan; uno para presentarse junto a los demás tributos y otro para la entrevista- digo de inmediato.
Lo cual parece ser muy chistoso para ella, ya que sonríe de lado a lado mientras yo me encargo de comer todo lo que puedo.
-Te veo entusiasmada- admite -Los del distrito uno, dos y cuatro siempre son tan entusiastas.
Asiento -Bueno, si muero quiero ser recordada.
-Lo entiendo, la otra estilista está con tu compañero de distrito, pero no hablamos nada en realidad- responde, preparándose un té con azúcar -Quiero que brilles en la ceremonia de inauguración.
En la ceremonia debemos llevar lo que represente la principal industria del distrito y en mi caso, es el distrito uno el que se encarga de los artículos de lujo, joyas brillantes, etc.
-Intentaré hacer algo rosa, resalta con tus ojos, mientras que podrías llevar una tiara con joyas, ¿No te molestan los vestidos demasiado pesados, verdad?
Niego con la cabeza, manteniendo el pedazo de pan sobre mi mejilla.
-Vale, ¿Y qué hay de los guantes de tela? ¿Estas acostumbrada a todas esas cosas?
Mi distrito es uno de los más ricos, es obvio que estoy más que acostumbrada.
-Sí, lo estoy- aseguro.
No tengo una imagen clara de lo que hará conmigo, pero algo me da seguridad, algo me dice que sabe como vestirse.
Poco después me encuentro junto a los caballos blancos como la nieve, que sostienen del carruaje en el que saldremos en unos minutos.
Kenna tenía razón respecto a que quería que brillará, pues fabricó un hermoso vestido rosa con corset y escote en forma de lineal, pegado hasta la cintura y desde ahí suelto en una cola de sirena hasta mis pies. Es de color rosa tal como dijo, tengo una tiara en forma de alas sobre mis rizos castaños de color plata y guantes hechos de tela en figuras delgadas a flores.
Los tacones no están tan altos y es fácil caminar. Mi compañero de distrito a comparación de mi, llevaba una túnica con joyas plateadas y rosas, un traje de seda no tan transparente de color rosa también, rociado en su rostro con pintura plateada tal como el mío.
-Vale, ustedes serán los primeros- informa Kenna, en cuanto camina hacia nosotros.
Abro mis ojos tanto como pude -¿Qué?
-Son el distrito uno, se van ordenados conforme eso- responde ella.
Tomo aire tanto como puedo, miles de preguntas se pasan por mi cabeza con tanta rapidez que me asombra no haberme desmayado en este momento.
-Amanda- llama Kenna nuevamente y levanto la mirada -¿Puedes con esto?
Asiento -Sí.
Marvel extiende su mano hacia mi, ayudándome a subir y sin decir palabra alguna.
Con ayuda de Kenna acomodo el vestido sobre el carro y ella se encarga de que todo esté en orden.
Ella nos mira a ambos con una sonrisa de lado a lado, con orgullo de su creación, sin embargo, mi mirada se desvía hasta el último carruaje a unos metros de nosotros, el chico del distrito doce mira hacía acá, tanto a Marvel como a mi, específicamente a mi y al hermoso vestido que cargo, él lleva su rostro con un moretón lo cual me hizo confundir.
Al parecer no fui la única en notar su mirada, pues Marvel miró hacia esa dirección, haciendo una expresión de disgusto hacia el rubio que nos observa.
-Él es el chico que se peleó con otro tributo antes de bajar del tren- menciono a Marvel, sin despegar la mirada de él.
Él asiente -Entonces la historia es real.
Habían sido solo rumores pero con esto me daba cuenta que es real.
-¿Con quién crees que habrá sido?
-Con ninguno de los profesionales, es obvio, nadie se atreve a tocarnos.
Su arrogancia se me contagia unos segundos, los cuales me hizo darme cuenta que tiene razón, después de todo mi instinto de chismosa me obliga a saber con quién habrá sido.
-Al menos somos los únicos que no se ven tan patéticos- se burla él, sacándome de aquel transe.
Asiento sin pensar, no diciendo nada más, pues el tiempo se me viene encima cuando el carruaje comienza a avanzar y tengo que sostenerme para no caerme.
En cuanto entramos se forma un bullicio entre las personas, casi siempre somos los favoritos, lo recuerdo porque en cuanto entramos comienzan a lanzar rosas rojas y a gritar nuestros nombres.
Hay demasiadas personas, tantas para contarlas a todas, mirándonos con gran admiración que por un segundo todo eso se me sube a la cabeza y me hace sentir segura. Mi vestido brilla tal como un diamante, uno muy colorido.
Levanto mi mano, saludando al público tal como todos lo hacen, el aire vuela mi cabello y a decir verdad toda inseguridad se va en este momento. Sólo puedo mover mi mano de un lado a otro mientras sonrío de lado a lado, con flores cayendo a mi alrededor y frente a mi.
Los doce carros llenan el circuito del gran Círculo de la Ciudad, para ser más exactos, hasta la mansión del presidente Snow. La música se termina y el presidente nos da la bienvenida.
Bueno, no fue tan difícil.
-Creí que me caería unas cinco veces- menciono, llevándome un asentimiento por parte del chico.
-Bienvenidos, bienvenidos tributos- el presidente Snow nos mira a todos -Celebramos su coraje y su sacrificio, y les deseamos Felices Juegos del Hambre y que la suerte esté siempre de su lado.
Después de dicho aquello, el carruaje se mueve otra vez, luego de hacer sonar el himno de Panem. La cámara nos enfoca a Marvel y a mi, nuestros trajes siguen brillando pero en especial la tiara sobre mi cabeza.
Cuando desaparecemos a la multitud suelto una gran bocanada de aire.
Cuando vamos al Centro de Entrenamiento me quito los tacones de inmediato, caminando ahora junto a Sage y Kenna.
-Cada uno tiene su propio piso, supongo que ya saben cual será el suyo- supone mi hermano, mirándonos unos segundos a ambos.
-El uno- respondemos en unisonido, tanto Marvel como yo.
-Vaya, que inteligentes me salieron- felicita él, con sarcasmo.
Niego con la cabeza, -¿Qué más puedes decirnos del edificio?- inquiere Marvel.
-Será su hogar hasta que empiecen los Juegos, les aconsejo alimentarse bien.
Eso no será un problema.
Cada distrito tiene su propio piso en el Centro de Entrenamiento, este sería nuestro preciado hogar hasta que los Juegos comiencen, por lo que Sage presiona el botón uno sobre la barra y rápidamente llegamos.
Como todo es de esperarse, hay una enorme sala, comedor y tres habitaciones diferentes junto a un enorme balcón esperándonos. Al principio me asombro ante lo que tengo frente a mis ojos, mientras Sage no se asombra para nada e inmediatamente corre al comedor para tomar algo de comida.
-No te vayas a atragantar- me burlo, mirando todo el banquete que nos han dejado.
Sage me da una mala mirada, -¿Por qué no se limpian el maquillaje antes de cenar?
-Te tomo la palabra- le respondo.
Casi corro hasta la habitación que parece tener una etiqueta con mi nombre en la puerta, la cual abro y cierro detrás de mi.
En mi habitación nueva lo primero que noto es lo lujosa que es, mucho más grande que mi habitación en el distrito y con muchas más cosas, por supuesto.
Las paredes son de un color crema, café de diferentes tonos y una gran ventana que da a la ciudad, hay una cama en medio muy bien tendida y un baño propio con una ducha y muchos botones.
Cuando me doy una buena ducha que realmente me relajo, me dirijo hasta el comedor, donde solamente encuentro a Sage comiendo junto a mi estilista.
Ellos parecen estar muy juntos, lo cual me hace hacerme muchas ideas locas en mi cabeza.
Me siento junto a Kenna, sirviéndome lo primero que encuentro sobre la mesa.
-¿Qué habrá mañana?- menciono con curiosidad, puesto a que ninguno dice nada.
Sage aclara su garganta, mientras Kenna me mira agradecida. Entrecierro mis ojos, mirando a ambos con sospecha.
-¿Me perdí de algo? Porque yo puedo cenar en mi habitación, hay una gigantesca ventana para mirar- añado cuando mi hermano niega.
-No es necesario...-
Kenna asiente -Sí, yo, uh, bueno ya tengo que retirarme si quiero preparar tu traje para tu entrevista.
La mujer se levanta, despidiéndose de mi con un ademán para luego desaparecer por la puerta.
-Me siento peor de perdida que la vez que me perdí en la plaza cuando tenía cinco años- miro a mi hermano.
Él niega, sin darle mucha importancia -Mañana será su primer entrenamiento.
-Cambias de tema, entiendo- encogí mis hombros -Es con los demás tributos, ¿Cierto?
-Sí, mañana...- bebe de su vaso antes de seguir hablando -Mañana les daré consejos y les hablaré más sobre eso.
-Yupi, más estrés- festejo irónica.
La idea de ver a mi competencia o, a los demás tributos, me revuelve el estómago.
Cuando me sirvo del delicioso pastel de fresa, el collar que Lucien me había dado la última vez sale de mi cuello, llamando mi atención al recordarlo.
¿Qué estaría haciendo ahora mismo? Dios, no podía imaginarmelo cenando sólo ahora mismo, deseo que Laney este con él ahora mismo apoyándolo, quizá también algunos de sus amigos en el distrito, quien sea pero que no esté sólo.
-¿Eso es de quién creo que es?- inquiere mi otro hermano.
-Sí, me lo dio antes de despedirnos.
Nosotros estamos aquí cenando en este lujoso hotel, mientras él está sólo.
-Espero que este bien- formo una mueca, de pronto el apetito se me va.
-Estoy casi seguro de que está bien- asegura mi hermano -Él sabe estar sólo y ese es su amuleto de la buena suerte, que bueno que te lo dio.
-¿Es su amuleto de la buena suerte? Creí que su amuleto para la buena suerte era esa roca que se encontró cuando tenía ocho- recuerdo y él niega.
-Esa roca se perdió hace años.
-Uh, eso tiene sentido.
-Me sorprende que te lo diera, es lo último que nuestros padres...- se queda callado.
Ninguno de nosotros ha superado lo que les había pasado. Una muerte muy sospechosa y sin muchos detalles.
-Que nuestros padres le dieron- completo por él -Lo sé.
Bajo la mirada, hay demasiadas cosas pasando por mi cabeza ahora mismo que apenas puedo procesar algunas. Tal vez debía cerrar los ojos y esperar lo mejor... o lo peor.
-Me iré a dormir- me levanto de pronto.
Sage no dice nada más, pues el ambiente cambió a uno muy deprimente que prefiero evitar.
Incluso después de unos años sigo recordándolos.
Al día siguiente, como es de esperarse y como Sage me había dicho, es momento de nuestro primer entrenamiento durante esos últimos días, por lo que me doy una rápida ducha y salgo corriendo al comedor está misma mañana, sentándome junto a Marvel y frente a Sage.
-¿Que el entrenamiento qué?- inquiero, tomando un pedazo de pan y llenándolo de mermelada.
-Hablaba del entrenamiento, Amanda, gracias por aparecer.
Detengo mis movimientos -Me quedé dormida, esas almohadas son muy cómodas.
-Cómo sea- él niega -Decía que, en el entrenamiento deben preparar lo mejor para el final, ¿Vale? Por ahora solo practiquen un poco en lo que son buenos, lo que me lleva a la siguiente pregunta, ¿En qué son buenos?
-Tiro con la lanza- se apresura a responder Marvel -Tengo buena puntería y puedo correr rápido.
Mi hermano asiente -Úsalo a tu favor, especialmente correr.
Está vez se gira a mi, lo que me lleva a responder: -También tengo buena puntería y sé utilizar los cuchillos a mi favor.
-¿Saben cazar?
Miro a Marvel y el a mi, dándonos cuenta que ninguno sabe.
-¿Escalar árboles, los muros?
Ninguno dice nada.
En la academia es lo principal que te enseñan a hacer, pero debido a nuestra buena alimentación, nos resulta más difícil hacerlo por nuestro peso. En cambio, no todos somos buenos cazando una buena presa a menos que sea una persona de lo que hablamos.
-Aprovechen esté entrenamiento para practicar eso, también a hacer otras cosas que no sepan.
Asiento -¿Cómo qué?
-Hacer una fogata, hacer nudos o cargar cosas pesadas, trepar muros también serviría.
Bebo del jugo de naranja, la idea de tener que practicar todo eso en tan poco tiempo se me hace demasiado complicada pero, sé que puedo.
Con un poco de suerte y ganaré los juegos.
-Entiendo, pueden entrenar juntos o separados, ¿Qué dicen?
Miro al chico y el a mi, no hay tanta confianza entre nosotros y deseo que no la haya pues en cualquier momento tendremos que matarnos el uno al otro así que, le dejo la decisión a él pero parece no saber tampoco.
-¿Qué hay de los otros profesionales?- recuerdo y él asiente.
-Sí, ¿Podemos entrenar con ellos?
Mi hermano piensa un segundo, asintiendo luego con la cabeza -Sí, también pueden, tener alianzas les ayudará a sobrevivir más tiempo.
Si alianzas significa utilizarlos a mi beneficio entonces sí.
Solo uno de nosotros viviría, solo uno, por lo que debo comenzar a pensar en mi y no en los demás.
Más tarde, ambos bajamos hasta el sótano o algo así, pues las salas de entrenamiento están por debajo del edificio. En cuestión de segundos el ascensor se abre y entró junto a Marvel, la sala está algo llena apesar de que faltan como cinco minutos para que se de hora del entrenamiento, por lo que me doy el tiempo de analizar la habitación llena de armas y pistas de obstáculos.
-Ahí están los tributos del distrito dos- escucho susurrar a mi compañero.
Camino y él me sigue el paso al círculo de la sala, todos llevamos un trozo de tela prendido a la camisa con el número de nuestro distrito por lo que fue fácil localizar a cada uno.
Me quedo quieta en mi lugar, observando a los demás tributos, en lo que aquella mujer con nombre Atala da un pequeño discurso.
-No peleen con los demás tributos- ella dice -Tendrán mucho tiempo para eso en la arena, hay cuatro ejercicios obligatorios, el resto será individual, mi consejo es... no ignoren la supervivencia.
La mayoría caeríamos por infección o deshidratacion, eso nos lo dejó claro al terminar y luego dejarnos explorar un poco el lugar.
Sigo las indicaciones de mi hermano al pie de la letra, muchos de los profesionales muestran todas sus habilidades aquí, como Clove, quien parece ser demasiado buena con los cuchillos, demasiado letal y de inmediato entendí que puede causarme problemas si no aprendo otra cosa.
Cato, en cambio, no tiene tan buena puntería como aparenta, su única habilidad es el lograr acuchillar a alguien a larga distancia lo cual no se si es bueno o malo. Marvel, tal como había dicho, sí tiene buena puntería, sabe manejar la lanza de una manera impresionante que cuando termina su turno me pongo algo insegura con lo que sé hacer.
Es así como en esta ocasión tomo el arco y el carcaj con flechas, quizá mi puntería ayude mucho. Apunto y lanzo, dando unos centímetros en el centro de aquel simulador.
-Eso fue bueno- escucho una voz femenina que me hizo girar.
Una chica castaña de trenza llama mi atención, en su uniforme leo el número doce, dandome a entender que es del distrito doce.
-No le di al centro- señalo.
Encogió sus hombros -Si es tu primera vez lanzando una flecha supongo que está bien.
Tomo una flecha más.
-Intenta relajar tu cuerpo- aconseja.
-Pueden estar tensos por la competencia- aseguro y ella asiente.
¿Por qué me ayuda? Creí que los demás tributos odian a muerte a los profesionales, pero en cambio, la chica parece intentar hablar con alguien que no sea su compañero de distrito.
No le doy importancia, en cambio de eso hago lo que me aconseja. Relajo mi cuerpo, tarde más tiempo en concentrarme que antes y cuando disparo... doy en el centro, justo donde lo quería.
-Gracias- le agradezco a la chica y entonces la reconozco.
Es muy tarde para cuando me doy cuenta de quien se trata, del distrito doce: Katniss, quien se ofreció como tributo en lugar de su hermana.
Durante la comida y cena nos obligan a hacerlo dentro de la misma sala, en el pequeño comedor, por lo que me formó en la fila con un plato grande para tomar comida junto a los demás profesionales, quienes observaban a su alrededor con superioridad en busca de alguien para reclutar.
Entre más mejor, creo.
-Deberíamos reclutar a ese chico del once- mencionó Clove en voz baja.
-¿Quién?
-Thresh- respondí a Marvel, llevándome miradas de los demás.
Soy buena aprendiendome los nombres.
-Podríamos- acepto Cato -No quiero débiles rodeandonos.
-Yo propongo a la chica del doce Katniss- hablé -Parece fuerte.
-Solo porque te dio un consejo no significa que sea fuerte- contradijo el rubio -Los del doce sufren de hambre, dudo que pueda con una rama.
Mi ceño se fruncio, formando una terrible mueca. No me agradaba que me contradijeran y aún así, yo decía la verdad, si de alguien quería ser aliada no era en ellos.
-¿La has visto practicar con un arma?- inquirí incrédula.
Él negó -No.
-Entonces no lo sabes.
-Volviendo al tema, es mejor que todos votemos- interfirio Clove, haciéndonos callar a ambos.
No dije nada más durante el resto del entrenamiento y comida, decidí dejarle aquella decisión a ellos, y meterme en mis propios asuntos.
-¿Cómo estuvo el entrenamiento?- la voz de mi hermano llamó mi atención.
Asentí con la cabeza,venía totalmente estresada y con mi cuerpo doliendo por tratar de escalar un muro en el resto del entrenamiento.
-Bien, supongo- me deje caer sobre el sofá.
No había dejado de pensar en todo ese tema de los aliados. En definitiva no confiaba en el resto de los profesionales, su superioridad les cegaba totalmente al verdadero objetivo y comenzaba a creer que solo se utilizaban unos a otros.
-¿Puedo hablar contigo sobre las alianzas?- inquirí.
Mi hermano alejo el cuaderno de su vista, así como el lápiz que utilizaba.
-Soy tu mentor, sabes que sí- él asintió.
-Es sobre los demás profesionales- solté, era como si un gran peso se liberará de mis hombros -No confío en ellos.
-¿Sus estrategias están en matarse el uno al otro?
Fruncí mi ceño -No, pero están reclutando a más distritos y se que de eso se trata pero... ¿Cómo te explico? Hay algo que no me da confianza.
Quien mejor para entenderme que él, esperaba un consejo que me ayudase en este dilema que tenía comiéndome los sesos pero en lugar de eso, él se rió, se río en mi cara como si acabará de decir un chiste.
-¿Amanecí con cara de payaso?- inquirí confusa.
Sage negó con la cabeza -No, no es eso, es que me recuerdas tanto a mi cuando entré a esto.
-Perfecto, dime, ¿Qué hiciste? Porque realmente quisiera dormir hoy.
-Tarde en descubrirlo pero, no confies ni en tu propia sombra, Amanda.
-¿Quieres decir qué...?
-Que sigueles el juego- encogió sus hombros -Así creerán que estas de su lado, que los apoyaras, deja que se maten unos a otros y cuando solo quede uno encárgate de el.
Sádico, justo lo que pensé.
Muy sádico, pero de eso se trata estos juegos.
-¿Eso hiciste tu?- inquirí con curiosidad, fingiendo que no lo había pensado ya.
Realmente no me asombro cuando asintió -Es más difícil que decirlo, pero me ayudo a salir con vida.
-Mataste a más- recordé.
-No dije que fuera fácil, un movimiento en falso y todo sale mal- se inclinó para servirse un vaso de tequila -Es lo que ellos hacen, se alían unos a otros pero cuando llega el momento no dudan en matarte, al menos, si les sigues el juego, puede que sobrevivas más tiempo.
Sobrevivir más tiempo, todo el que pueda es lo único que quiero.
Siento que literalmente estoy yendo a los juegos con la bendición de quien sea que esté arriba.
No me sentía segura, preparada absolutamente sí.
-Supongo que la seguridad será lo único que me ayude- añado.
Debo estar preparada, aunque sea mentalmente.
━━━━ ⋆ AUTHOR'S NOTE: ok, pero no odien a Amanda, ella solo quiere ser ella misma 😔
Donde le tiren hate lloro.
Btw, decidí cambiar el vestuario de los tributos del 1 como pueden leer. Le añadí un par de cosas a como se describe en el libro y la vrd me gustó más pero en fin, recuerden votar y comentar, chauu 🤸♀️
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