Capitulo 33
Estaba furioso, se había besado con ese imbécil, yo trataba de todas las formas posibles que todo volviera a ser como antes, pero era imposible.
Cuando me lo dijo, me deje llevar y la llame puta, quizás esa bofetada me la mereciera, ella no era eso. Me dirigí al despacho, sabia perfectamente que allí podría desahogarme a solas y beber sin que nadie me observara. Mi padre me vio entrar en el pero sin embargo no me siguió, supongo que sabría que necesitaba estar solo.
-¡Maldita sea! –bebí un largo sorbo de la botella de vino que cocí de la cocina
Entonces hoy voces agitadas en el salón, ¿Qué diablos estaría pasando? Y entonces hoy a Westbord, llamaba a un medico, ¿un medico? Ciara, ¿le habría pasado algo? Salí corriendo del despacho y entonces vi a Westbord que cargaba a Ciara en sus brazos, todos atravesaban corriendo el salón en dirección a las habitaciones.
-¡Ciara! ¡Ciara! ¡¿Qué pasa?! –entonces la oí quejarse con una mano en su vientre y se desmayo
Llegamos a la habitación de ella, Westbord la apoyo en la cama y con un bote de sales trataba de despertarla pero no reaccionaba. Pronto llego Orestes con el medico y nos pidió a todos que saliéramos. Mi padre me obligo a salir con el de la habitación, yo quería estar ahí con ella.
-¡Westbord se ha quedado dentro! -¿Por qué yo tuve que salir y el no? Era mi hijo
-Ya basta Alieth todos estamos preocupados –mi padre tambien parecía nervioso
Entonces se abrió la puerta y salio Westbord, su ropa estaba manchada de sangre, ¡sangre! ¡sangre de Ciara!
-¿Qué ha pasado? Dime que esta pasando Westbord –el me miraba con precaución
-No se, yo solo he visto que ha despertado y le seguía doliendo el vientre, el doctor va a reconocerla -¿pero y la sangre? Yo miraba sus manos y el siguió mi mirada –estaba sangrando cuando la recogí en el patio
-¿en el patio? –fue mi culpa, yo discutí con ella era culpa mía, apoye la cabeza entre mis manos
-Hijo ¿estas bien? Ven vamos –mi padre me toco el hombro y me indico con la mano que le siguiera, una vez nos alejamos de los demás se giro y me miro a los ojos -¿Qué a pasado? vi como seguías a Ciara hacia el patio y después volviste enfurecido y te encerraste solo en el despacho.
-Discutimos padre, yo no quería que pasara esto –las lagrimas descendieron de mis ojos
-Hijo, tranquilo, estoy seguro de que todo estará bien –me puso la mano en el hombro –es una chica fuerte
Regresamos con los demás, a esperar que el doctor saliera de la habitación, pero el tiempo pasaba, y nadie salía, me estaba volviendo loco necesitaba saber algo
-¡Agh! –un grito se escucho desde dentro de la habitación, era ella, Ciara, estaba sufriendo y yo no podía estar con ella .
Mi padre me agarro cuando me dirigí hacia la puerta.
-Hijo no –necesitaba entrar, no podía seguir sin saber nada
Entonces la puerta se abrió y Claere salio de la habitación, pero apenas nos miro, llamo a unas de las sirvientas y les pidió que hirvieran agua y que hicieran una tisana con una bolsita que les entregaba. Después nos miro.
-Será mejor que os retiréis a vuestras habitaciones –parecía buscar las palabras correctas – esto nos llevara toda la noche
-¿pero que es lo que esta pasando? –la agarre del brazo antes de que volviera a entrar en la habitación, pero ella solo me miro y se soltó de mi agarre para entrar
-Claere, por favor –esta vez era Louis el que la agarraba –Sabes que la quiero como a una hermana, no me pidas que me marche a la cama sin saber nada de ella.
-Esta grabe, tiene fuertes dolores en el vientre y ha sangrado –Claere me miro a los ojos y en ellos vi preocupación –el doctor ha parado la hemorragia pero, hay que vigilarla hasta que pase el peligro. Si el dolor no ha cesado al pasar la noche, habrá que sedarla y esperar. . . a que todo acabe
Entonces entro en la habitación.
¿Esperar a que todo acabe? Se refería a esperar a que Ciara perdiera a mi hijo, dios, esto no podía estar pasando.
A pesar de lo que Claere nos dijo, ninguno nos fuimos a nuestras habitaciones, pasamos toda la noche en la sala contigua a la habitación de ella. Las sirvientas nos traían café constantemente y nosotros preguntábamos cada vez que venían si sabían algo.
Al fin amaneció, eran las seis de la mañana y Claere entro en la sala, todos corrimos hacia ella para saber que era lo que había pasado.
-Esta bien. El dolor ceso hace aproximadamente unas tres horas, aun así esta sedada para que descanse. Debe permanecer en reposo el peligro aun no ha pasado del todo –pero Claere parecía aliviada
-¿Podemos pasar a verla? –mi padre parecía impaciente por entrar a ver a Ciara
-No, el doctor dijo que nada de visitas, así que en los próximos días solo y tendré acceso a la habitación
Cada uno marcho a su recamara, necesitábamos descansar, pero yo no dejaba de pensar en Ciara, había estado a punto de perder a mi hijo y a la mujer que amaba.
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