-------------------------------------------------------Alieth------------------------------------------------------------------

Cuando llegaron a su tienda, Alieth estaba furioso, llevaba a Ciara agarrada por el brazo, y la empujo contra la cama. No podía quitarse las palabras de su hermano de la cabeza ¿ella había ido a su tienda? ¿Por qué? ¿Cómo podía haberle hecho eso? Estaba fuera de si

 -¡Fuiste a su tienda!-no era una pregunta sino una afirmación - ¡¿Por qué?!

 -El...  el me dijo que podría regresar a Brenta a la aldea con su familia –Cuando oyó eso supo que su hermano la había manipulado para conseguir lo que deseaba, pero ella , ella no había dudado en acudir a su tienda –Me cito allí para . . .

 -¡Para acostarse con tigo! ¡O acaso pensabas que te citaba en su tienda para charlar! –no podía controlarse sentía como la furia le invadía, como había podido ella ser tan tonta, ¿o es que?, ¿acaso estaba dispuesta a entregarse a su hermano? - ¡Te ibas a acostar con el! ¡Estabas dispuesta a entregarte a el a cambio de que devolviera a la pequeña a tu aldea!

 - ¡No! Yo...  -Estaba demasiado furioso, se acerco a ella y la agarro por el brazo, sabia que le hacia daño, pero no podía evitarlo, ella no paraba de llorar, pero en estos momentos a el no le importaba .

 -¡Quizás me equivoque con tigo! ¡Debí haberte tratado como cualquier esclava ¿es eso?! – entonces sintió la bofetada que ella le dio, ¿se atrevió a golpearlo?

Para no golpearla a ella se volvió, y lanzo la silla hacia el otro lado de la tienda, no podía controlarse, no podía dejar de pensar que ella había estado a punto de entregarse a su hermano, por la pequeña.  Si estaba dispuesta ha hacer eso, el le daría lo que quería, se llevaría a la pequeña y la devolvería a la aldea, de esa forma vería si ella estaba dispuesta a cumplir con el, como pareció estarlo con su hermano.

 Se giro hacia Ciara que permanecía abrazando a Brenta, y se acerco a ellas, cogió a la pequeña por el brazo y esta comenzó a llorar

 -¡Que haces! ¿A dónde la llevas? –Ella se levanto se interpuso entre el y la puerta de la tienda, no podía negar que Ciara tenia valor

 -¡A su aldea! ¡No es eso lo que querías! –cogió a la pequeña en brazos y evitando a  Ciara se dirigió hacia la puerta – Y espero recibir mi pago a mi regreso

 Salio furioso con la niña en brazos, ordeno a algunos guerreros que le acompañaran y monto en su caballo junto a la pequeña, que no dejaba de llorar

 -No te preocupes Brenta, te voy a llevar a casa, con tu familia –se le partía el alma al verla llorar, el no pretendía hacerla sufrir ni a la pequeña ni a Ciara, pero este asunto se le había salido de las manos

 Cabalgo como si la vida se le fuera en ello, sin prestar atención si sus guerreros podían seguirle, se dirigía a la aldea de Ebrego cerca de Ithia, sabia perfectamente que los sobrevivientes de la aldea de Ferestes, se encontraban allí, incluyendo a el padre de Ciara.

Al acercarse la aldea, las campanas de la iglesia comenzaron a sonar, la gente agitada corrían hacia sus casas, por supuesto pensaban, que los Thiores venían a atacarles.

Alieth les ordeno a sus guerreros que permanecieran en la entrada de la aldea, y cruzo solo las puertas de esta.  En el centro de la aldea algunos de sus habitantes se disponían a iniciar la lucha, y quedaron extrañados al verlo solo a el junto a una niña pequeña en un caballo.

 -¡Busco a Orestes de la aldea de Ferestes!-pensó que lo mejor seria entregarle la niña al padre de Ciara, el se encargaría de devolverla a su familia

 -¡Soy yo! – era un hombre alto y fuerte, parecía respetado por todos los aldeanos - ¿en que puedo ayudaros?

Alieth bajo de su caballo junto con la pequeña, y se dirigió hacia Orestes, agarrando a Brenta de la mano

 -Esta es Brenta, de  vuestra aldea.  Confió en que vos la entreguéis a su familia

 -Por supuesto señor –Orestes parecía asombrado con ese gesto – Señor puedo preguntaros . . .

 -¿Por vuestra hija?- El hombre pareció asombrado ante el conocimiento de este de su hija y de el –Ciara, esta bien, esta en el campamento central de los Thiores

 -Señor, permitid que regrese con nosotros –había desesperación en la voz de ese hombre, pero por mucha lastima que le diera, no podía alejarse de ella

 -No, Ciara esta bien y permanecerá a salvo, no lo dudéis –al menos trataría de tranquilizar a ese buen hombre

 -No lo entendéis señor, ella no es una mujer mas –Alieth miro a los ojos de ese hombre que mostraban preocupación –vendrán malos tiempos señor, para ustedes y para nosotros, si os empeñáis en que ella permanezca en ese campamento

Alieth no comprendía las palabras de ese hombre, claro que para ningún padre su hija es una mujer mas, pero había algo mas, su mirada escondía algo.

Decidió ignorar las palabras de Orestes y regresar al campamento, ya había estado demasiado tiempo fuera y quería saber que había sido de Ciara.

-Confió en que os encarguéis de la niña –monto en su caballo y salio de la aldea rápidamente, uniéndose a sus guerreros que lo esperaban en las puertas