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Blondie Lockes

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Era una mañana soleada en Ever After High. Las hojas de los árboles crujían suavemente bajo el viento, y el aire fresco traía consigo la promesa de un nuevo día lleno de aventuras y secretos por descubrir. En el jardín de la escuela, Blondie Lockes estaba sentada bajo la sombra de un gran árbol, completamente concentrada en su EspejitoPad. Sus ojos brillaban con emoción mientras tocaba la pantalla, ideando una nueva entrada para su blog, El Blog del Espejito. Sabía que las historias que escribía siempre llamaban la atención de sus compañeros, y se sentía completamente feliz con el bullicio de la vida escolar a su alrededor.

Con su cabello rubio rizado perfectamente peinado y un vestido amarillo claro con detalles en azul, Blondie no pasaba desapercibida. Ella siempre estaba rodeada de gente, ya fuera por su personalidad burbujeante o por su capacidad para hacer que todo pareciera divertido y emocionante. Pero en ese momento, su concentración en el EspejitoPad era tal que ni siquiera notó a T/N acercándose.

T/N, la hija menor de Blancanieves y hermana menor de Apple White, caminaba tranquilamente hacia donde estaba Blondie. Con su cabello negro como la noche y ojos oscuros como la medianoche, T/N siempre parecía ser un contraste sereno a la vivacidad de Blondie. Su piel pálida con tonos rosados reflejaba una calma que llamaba la atención de todos los que la conocían, pero pocos entendían la profundidad de su tranquilidad. A diferencia de Blondie, que tendía a ser indecisa y algo quisquillosa por los pequeños detalles, T/N siempre parecía tener una paz interior que la hacía brillar de una manera distinta.

Al acercarse, T/N se sentó suavemente al lado de Blondie, observando cómo la rubia tecleaba rápidamente en su dispositivo, sus ojos brillando con entusiasmo. Blondie, al notar su presencia, levantó la vista y sonrió ampliamente.

—¡Hola T/N! —Exclamó Blondie, dejando de lado su EspejitoPad y poniendo su atención completamente en ella—¿Sabías que mi madre, Ricitos de Oro, es la reina de un reino lejano? ¡Estoy tan emocionada! Me imagino que cuando llegue el momento, seré la princesa heredera de todo ese reino.

T/N la miró con una pequeña sonrisa de comprensión, pero también con algo de escepticismo. Aunque sabía que Blondie tenía una forma única de ver el mundo, las historias que contaba a veces no eran del todo verídicas, aunque siempre se las relatara con tanta pasión.

—¿De verdad? —Respondió T/N, su voz suave y tranquila, con un toque de gentileza en sus palabras—Nunca había escuchado nada sobre eso.

Blondie, completamente ajena a la duda en la voz de T/N, continuó su relato con la misma convicción de siempre.

—¡Es verdad! —Dijo, con un brillo en los ojos—¡Lo sé porque me lo dijo mi madre! Y, por supuesto, yo soy la heredera, la futura reina de ese reino maravilloso ¡Mi príncipe azul aparecerá en cualquier momento, lo sé! Es solo cuestión de tiempo, T/N. Seré la princesa más fabulosa de todo el reino ¡Estoy tan emocionada!

T/N la observó en silencio por un momento, dejando que las palabras de Blondie se asentarán. Su expresión permaneció calmada, como si todo eso fuera parte de la historia habitual de Blondie. Pero en su interior, sabía que las cosas no funcionaban así. No era que no apreciara a su amiga, sino que comprendía que los destinos de cada uno eran diferentes.

—Blondie, te conozco bien —Dijo T/N con suavidad, sus ojos brillando con una serenidad que solo ella poseía—Y sé que te encanta soñar con un futuro lleno de príncipes azules y reinos lejanos. Pero creo que... quizás tu príncipe azul no va a llegar tan fácilmente como lo imaginas.

Blondie la miró con una mezcla de sorpresa y desconcierto, como si no pudiera comprender cómo alguien pudiera decir algo tan improbable.

—¡¿Qué?! —Exclamó, su expresión de incredulidad era tan grande que sus rizos rubios parecían moverse de forma más animada con el aire—¿Cómo puedes decir eso? ¡Es mi destino! ¡Todo está escrito! Soy una princesa, y mi príncipe azul vendrá a buscarme ¡Lo siento, T/N, pero yo sí lo creo!

T/N la miró con calma, sin mostrar la menor señal de molestia. Su voz era suave, pero firme en su creencia.

—No es que no me guste que sueñes con un príncipe azul, Blondie —Respondió T/N, sonriendo con dulzura—pero todos tenemos un destino diferente. Mi historia no es la misma que la tuya, y eso está bien. Tú tienes tus sueños y tus aspiraciones, y eso es hermoso. Pero no te olvides de que hay muchos tipos de felicidad. A veces, los príncipes azules no son el final de la historia, sino solo el comienzo de algo mucho más grande.

Blondie la miró fijamente, sorprendida por la serenidad de T/N. Aunque las palabras de su amiga sonaban sabias, Blondie no estaba dispuesta a abandonar tan fácilmente su creencia en el príncipe azul. No podía, simplemente no podía imaginarse su vida sin esa fantasía que siempre había tenido.

—Pero... ¿Qué quieres decir con eso? —Preguntó Blondie, un poco más tranquila, aunque aún llena de dudas.

T/N sonrió, una sonrisa que era al mismo tiempo cálida y decidida.

—Solo quiero que entiendas que tu destino no tiene que depender de un príncipe azul. Tal vez, Blondie, tu verdadera historia sea más sobre lo que tú puedes lograr por ti misma. Mi historia, por ejemplo... mi príncipe llegará cuando mi destino lo decida. Y sé que, cuando llegue, lo reconoceré. Pero no todo en la vida es sobre esperar. Es importante saber que, aunque el príncipe no aparezca de inmediato, eso no significa que no haya algo más grandioso esperándote.

Blondie quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de T/N. Aunque no podía dejar de soñar con el príncipe azul que siempre había imaginado, algo en las palabras de su amiga la hizo sentir un leve cambio en su perspectiva ¿Y si el príncipe azul no era la única forma de ser feliz? ¿Y si su vida podía ser aún más grandiosa de lo que había planeado?

—Tal vez... —Dijo Blondie, reflexionando mientras miraba el cielo claro—Tal vez... mi historia aún no está escrita de la forma que creo. Pero mi príncipe azul tiene que estar cerca ¡Lo sé!

T/N rió suavemente, y la risa de ella era como una melodía tranquila, algo que siempre calmaba a Blondie.

—Claro, Blondie. Soñar es bueno. Solo no te frustres si tu príncipe azul no llega como tú lo imaginas. Recuerda que, en el fondo, lo más importante es ser feliz con lo que eres y lo que haces.

Blondie sonrió, aunque con una chispa de travesura en sus ojos.

—Está bien, T/N, está bien. Pero de alguna manera, siempre me encontrarás buscando a mi príncipe azul ¡No puedo evitarlo!

T/N asintió con una sonrisa tranquila, sabiendo que Blondie seguiría soñando con ese príncipe, pero al menos ahora podía entender que el verdadero camino hacia la felicidad no dependía únicamente de ese príncipe azul.

Y así, las dos amigas pasaron el resto del día juntas. Mientras T/N encontraba la paz en su destino y en su historia única, Blondie continuó soñando con su príncipe azul, con la esperanza de que algún día, todo se alineara como ella lo deseaba. Pero lo que realmente había cambiado era que ambas entendieron que los destinos no siempre eran lo que uno imaginaba, y que, al final, lo que realmente importaba era el viaje, no el final de la historia.