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Ashlynn Ella

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El sol comenzaba a esconderse tras las colinas del Bosque Encantado, pintando el cielo con tonos dorados y anaranjados. Ashlynn Ella caminaba entre los árboles, sus pasos ligeros como el susurro del viento sobre las hojas. Llevaba un vestido sencillo de tonos verdes y marrones, perfecto para mezclarse con la naturaleza, y unas botas cómodas que habían sido un regalo especial de T/N, su novia.

Sus dedos se hundían en la tierra fresca mientras recogía una pequeña flor silvestre. Ashlynn adoraba estos momentos en el bosque, donde podía sentirse conectada con el mundo natural. Cerró los ojos y respiró profundamente, disfrutando del aroma de la madera y las hojas.

—Siempre te encuentro aquí, entre las flores —Dijo una voz cálida detrás de ella.

Ashlynn giró la cabeza con una sonrisa que se ensanchó al ver a T/N acercándose por el sendero. T/N llevaba un vestido azul celeste que reflejaba la luz del atardecer, y su cabello caía en suaves ondas, adornado con pequeñas estrellas que parecían haber sido tejidas en sus mechones. Había algo mágico en cada paso que daba, una gracia que solo alguien con sangre de hada podría tener.

—Y siempre apareces en el momento justo —Respondió Ashlynn, levantándose para saludarla. Tomó las manos de T/N, cálidas y delicadas, entre las suyas—¿Cómo me encontraste esta vez?

—Los pájaros me lo dijeron —Respondió T/N con una sonrisa traviesa, señalando a un par de gorriones que piaban alegremente desde una rama cercana—Me dijeron que la princesa del bosque estaba recogiendo flores y hablando con las ardillas otra vez.

Ashlynn rió, sus mejillas sonrojándose—Ya sabes cómo soy. No puedo evitarlo. Este lugar es mi refugio.

T/N la miró con ternura, como si quisiera memorizar cada detalle de ese momento—Eso es lo que más me gusta de ti, Ashlynn. Nunca dejas de ser tú misma, incluso cuando el mundo espera que seas otra cosa.

Ashlynn bajó la mirada, conmovida por las palabras de T/N. La forma en que T/N siempre la entendía, la valoraba por quién era realmente, era algo que Ashlynn nunca daba por sentado.

—¿Sabes? —Dijo T/N, tomando a Ashlynn por sorpresa cuando sacó algo de su bolsillo—Quería darte esto.

Ashlynn observó mientras T/N le ofrecía un pequeño collar con un colgante en forma de zapatilla de cristal, delicadamente tallado y brillante como la primera estrella de la noche.

—Es hermoso... —Susurró Ashlynn, sus ojos verdes llenándose de emoción mientras lo tomaba con cuidado—¿Lo hiciste tú?

T/N asintió, un leve rubor en sus mejillas—Sí. Quería que tuvieras algo que te recordara que siempre hay magia en tu vida, incluso en los días más difíciles.

Ashlynn no pudo contenerse. Se lanzó hacia T/N, abrazándola con fuerza mientras reía suavemente—Eres increíble ¿Lo sabes?

—Solo trato de estar a la altura de mi princesa del bosque —Respondió T/N con una risa baja, envolviendo a Ashlynn en un abrazo cálido.

Después de un momento, Ashlynn se apartó ligeramente, sosteniendo el collar contra su corazón—¿Me ayudas a ponérmelo?

T/N asintió, moviéndose detrás de ella y colocando el collar con cuidado alrededor de su cuello. Sus dedos rozaron la piel de Ashlynn mientras cerraba el broche, enviándole un escalofrío agradable. Cuando terminó, Ashlynn se dio la vuelta y sonrió, sus ojos brillando con gratitud.

—Gracias, T/N. No solo por esto, sino por todo. Por entenderme, por apoyarme, por estar conmigo.

—Siempre, Ashlynn. Siempre estaré contigo.

El momento fue interrumpido por un suave ruido a su alrededor. Los animales del bosque, que habían estado observando discretamente, comenzaron a acercarse, como si quisieran ser parte de la magia del momento. Una ardilla se subió a una rama cercana, mientras un par de conejos se sentaron cerca de sus pies.

—Parece que tenemos compañía —Dijo T/N, riendo.

Ashlynn se arrodilló, extendiendo una mano hacia los conejos—Ellos también sienten el amor en el aire.

T/N se unió a ella, acariciando suavemente a uno de los conejos mientras el sol desaparecía completamente, dejando un cielo estrellado. Las luces parpadeantes de las luciérnagas comenzaron a bailar a su alrededor, iluminando el bosque con su brillo suave.

—Creo que este es mi lugar favorito en el mundo —Dijo Ashlynn, mirando a T/N con ojos llenos de amor—No solo porque estoy rodeada de naturaleza, sino porque estás aquí conmigo.

T/N tomó su mano de nuevo, entrelazando sus dedos—Entonces prometo que siempre estaré aquí, a tu lado, para que este lugar siga siendo especial.

El bosque se había transformado por completo bajo el manto de la noche. Las estrellas brillaban con una intensidad casi mágica, y las luciérnagas seguían iluminando el sendero como pequeñas hadas guardianas. Ashlynn, aún con el collar brillando delicadamente sobre su cuello, tomó la mano de T/N y la guió hacia un claro que conocía bien.

—Quiero mostrarte algo —Dijo con una sonrisa cómplice, sus ojos verdes destellando de emoción.

T/N la siguió con confianza, sintiendo la calidez de la mano de Ashlynn en la suya. El claro estaba rodeado por altos árboles que formaban un círculo natural, y en el centro, un pequeño lago reflejaba las estrellas como un espejo perfecto.

—Este lugar es... increíble —Susurró T/N, mirando alrededor con admiración—Es como si todo aquí estuviera vivo, como si el bosque mismo nos diera la bienvenida.

Ashlynn asintió, soltando la mano de T/N para caminar hacia el borde del lago. Sus pies se detuvieron justo donde la tierra se encontraba con el agua, y miró hacia atrás, invitándola con un gesto.

—Ven. Quiero compartir este momento contigo.

T/N no lo dudó. Caminó hacia Ashlynn y, juntas, se arrodillaron junto al lago. El agua era cristalina, y pequeños peces plateados nadaban cerca de la orilla, moviéndose como si bailaran al ritmo de una melodía secreta. Ashlynn cerró los ojos por un momento, sus manos descansando sobre el agua, y cuando los abrió, una suave luz comenzó a surgir de su interior. Era un destello pequeño, pero lleno de vida.

—¿Qué es eso? —Preguntó T/N, sorprendida y fascinada.

—Es algo que descubrí hace tiempo —Respondió Ashlynn, con una sonrisa misteriosa—Cuando estoy en el bosque, siento que todo está conectado. Las plantas, los animales... incluso el agua. Y si me concentro lo suficiente, puedo hacer esto.

Con un suave movimiento de sus manos, la luz se extendió por el lago, iluminando su superficie como si estuviera bañada por una aurora. Los peces nadaron hacia el brillo, y las luciérnagas, atraídas por la magia, formaron un anillo alrededor de ellas.

T/N miró a Ashlynn con asombro—Eres increíble, Ashlynn. No solo puedes comunicarte con los animales, sino que puedes traer luz al mundo.

Ashlynn se sonrojó ligeramente, apartando la mirada con modestia—No sé si es para tanto... Pero sí sé que quiero compartir esta luz contigo. Porque tú traes luz a mi vida todos los días.

T/N no pudo evitar sonreír, tocada por las palabras de Ashlynn. Se inclinó ligeramente hacia ella, acercándose lo suficiente como para sentir su calidez.

—Y tú haces que todo en mi mundo se sienta mágico —Respondió T/N, su voz apenas un susurro.

Ashlynn levantó la mirada, sus ojos verdes encontrándose con los de T/N, y en ese instante, el tiempo pareció detenerse. El bosque quedó en completo silencio, como si estuviera esperando ese momento. Lentamente, Ashlynn cerró la distancia entre ellas y rozó sus labios con los de T/N en un beso suave, lleno de ternura y promesas no dichas.

Cuando se separaron, ambas estaban sonriendo, sus mejillas teñidas de un suave color rosado.

—Creo que el bosque acaba de bendecirnos —Dijo T/N, mirando a su alrededor mientras el lago aún brillaba.

Ashlynn rió suavemente, tomando las manos de T/N de nuevo—Entonces debemos hacerle honor a esa bendición. Vamos a celebrar este momento, aquí y ahora.

Con esa idea, Ashlynn comenzó a bailar descalza en el claro, girando bajo la luz de las estrellas mientras la magia del lago parecía seguirla. T/N se unió a ella, riendo y dejando que la alegría del momento las envolviera. Bailaron juntas, olvidándose de todo lo demás, entregándose por completo a la magia de la noche. Mientras el tiempo avanzaba, Ashlynn se detuvo un momento para mirarla, con una expresión serena y amorosa. 

—Prométeme algo, T/N.

—¿Qué cosa? —Preguntó T/N, tomando su mano nuevamente.

—Prométeme que siempre encontraremos momentos como este, sin importar lo que pase.

T/N asintió con determinación, entrelazando sus dedos con los de Ashlynn—Te lo prometo. Siempre buscaremos nuestra propia magia.

Y con esa promesa sellada bajo las estrellas, continuaron bailando, dejando que el bosque y el amor eterno que compartían las rodeara con su infinita magia.