Cap 12: Laboratorio Del Terror
Natsu recuperando lentamente la conciencia. Sus sentidos estaban aturdidos, y un fuerte zumbido en sus oídos dificultaba concentrarse. Al abrir los ojos, se encontraba en un entorno completamente diferente: un laboratorio oscuro, frío y estéril. Las luces parpadeaban suavemente, y el sonido mecánico de maquinaria llenaba el aire. Estaba atado a una silla de metal, incapaz de mover ni un solo músculo.
Al intentar luchar contra las ataduras, una sensación de desesperación lo invadió. No podía liberar sus manos ni sus pies, que estaban firmemente sujetados. Miró a su alrededor, tratando de encontrar alguna pista de dónde estaba o qué le estaban haciendo.
Frente a él había mesas llenas de instrumentos médicos, frascos con líquidos de colores sospechosos, y una pantalla que mostraba su ritmo cardíaco y otros signos vitales. Sus pensamientos estaban enredados entre lo que acababa de vivir en la arena y lo que estaba ocurriendo ahora.
La puerta metálica del laboratorio se abrió de golpe, y una figura entró caminando con pasos decididos. Era Darkness, sin su armadura, mostrando una expresión de placer retorcido en su rostro.
-¿Cómo te sientes, Natsu? -preguntó Darkness con una voz calmada pero cargada de superioridad-. Creo que ya ha pasado suficiente tiempo desde nuestra "charla" en la arena. Ahora es momento de conocernos un poco más... íntimamente.
Natsu trató de resistirse, pero no podía hacer nada. La impotencia lo sofocaba, mientras Darkness se acercaba con una mirada predatoria, como si supiera que tenía el control absoluto sobre él.
Después de la entrada del hombre con aspecto científico, Darkness lo presentó con una sonrisa torcida:
-Este es el doctor Voidstorm -dijo Darkness-, mi científico más brillante y una de las mentes más peligrosas de mi ejército. Se encargará de ti... para asegurarse de que no haya ningún "virus" o anomalía de tu universo que pueda afectar mi reino.
Voidstorm asintió con un gesto calculado, su ojo cibernético brillando intensamente mientras examinaba a Natsu. Su mano robótica hizo un leve movimiento, activando una serie de paneles holográficos a su alrededor, llenos de información que solo él podía entender completamente. Natsu, aún incapaz de moverse, intentaba procesar lo que estaba ocurriendo mientras la presencia del doctor y su tecnología lo rodeaba.
Voidstorm se acercó a Natsu con pasos lentos y metódicos, ajustando sus guantes con precisión quirúrgica. Su tono de voz era frío, casi clínico:
-No te preocupes, no tomará mucho tiempo. Solo necesito realizar algunas pruebas. Después de todo, no podemos permitir que nada de tu mundo interfiera con el equilibrio perfecto que ha establecido nuestro amado rey.
Natsu intentó protestar, pero Voidstorm ya estaba operando una serie de dispositivos que se colocaron a su alrededor, empezando los análisis. Darkness observaba, deleitándose con la desesperación y confusión en los ojos de Natsu.
Voidstorm se inclinó lentamente hacia Natsu, sacando de su bolsillo un pequeño chip circular de aspecto metálico. Lo sostuvo en su mano robótica por un momento, como si estuviera admirando su precisión tecnológica. Sin pronunciar una palabra más, colocó el chip en la base del cuello de Natsu. Un suave clic resonó en la sala, seguido de una leve vibración mientras el chip se activaba.
En cuestión de segundos, varias pantallas holográficas rojas se desplegaron alrededor de Voidstorm, mostrando una gran cantidad de datos complejos. El código genético de Natsu se proyectaba frente a ellos, analizado y deconstruido en tiempo real. El doctor Voidstorm observaba los datos con calma, su ojo cibernético moviéndose rápidamente mientras revisaba cada detalle.
-Interesante... -murmuró para sí mismo-. Tu biología es más compleja de lo que imaginé, incluso con las... alteraciones que veo aquí. Sin embargo, parece que no representas una amenaza directa para nuestro ecosistema.
Sus manos se movían con una precisión quirúrgica, deslizando los datos de una pantalla a otra. La fría lógica con la que operaba era inquietante. Voidstorm no mostraba emoción alguna; su enfoque era puramente analítico, como si Natsu fuera simplemente otro experimento para él.
-Ahora, solo queda ver si tu conexión simbiótica afecta o no las propiedades dimensionales de este mundo. No queremos ninguna sorpresa desagradable... aunque siempre es interesante descubrir nuevas variables.
El tono de Voidstorm, frío y calculador, dejaba claro que Natsu no era más que un espécimen bajo su microscopio. La situación comenzaba a volverse más aterradora para Natsu, quien apenas podía moverse, mucho menos defenderse.
Voidstorm, con su rostro aún frío e impasible, activó el chip en el cuello de Natsu, enviando una corriente eléctrica suave pero efectiva a través de su cuerpo. Natsu, sin poder resistir, sintió cómo sus músculos y nervios respondían involuntariamente a las órdenes del chip. Su cuerpo se levantó lentamente de la silla, aunque su mente seguía intentando luchar contra la manipulación.
-Tranquilo... Esto es solo el principio, -dijo Voidstorm mientras observaba a Natsu con detenimiento. Con un simple gesto de su mano, una puerta oculta se deslizó hacia un lado, revelando un pasillo que llevaba al verdadero laboratorio del doctor.
El pasillo conducía a una inmensa sala con múltiples niveles. El laboratorio de Voidstorm era impresionante y perturbador en igual medida. Había secciones dedicadas a cada rama de la ciencia, pero las más destacadas eran las de mecánica avanzada, bioingeniería, y genética. El lugar estaba lleno de pantallas flotantes con planos y fórmulas complejas, mientras que diferentes dispositivos y herramientas avanzadas parecían ocupar cada centímetro del espacio disponible.
Algunos robots destrozados yacían en los rincones, desechados como experimentos fallidos. Sus piezas estaban desperdigadas por el suelo, algunos con los cables expuestos y otros con armaduras incompletas. Había prototipos de armas colgadas en las paredes, desde blasters de energía hasta enormes cañones que parecían capaces de destruir ciudades. En un lado del laboratorio, una serie de armaduras tecnológicas, probablemente diseñadas para soldados de Darkness, se encontraban en diferentes estados de desarrollo, conectadas a múltiples tubos y cables.
-Aquí es donde la verdadera ciencia tiene lugar, -anunció Voidstorm, llevándose las manos detrás de la espalda mientras guiaba a Natsu a una plataforma central-. Todos los avances que han permitido al Reino del Caos prosperar, nacen aquí. Desde mejoras genéticas hasta armamento de última generación. Este es el corazón de mi trabajo... y ahora, tú formarás parte de él.
Con otro movimiento de su mano, Voidstorm manipuló el chip en el cuello de Natsu, obligándolo a caminar hacia una camilla de metal situada en el centro de la sala. Mientras el cuerpo de Natsu era guiado involuntariamente, podía ver algunos planos holográficos que mostraban grotescos experimentos biológicos y diseños de armas capaces de alterar la realidad misma.
-Ahora veremos cómo tu naturaleza simbiótica se adapta a las nuevas variables que te rodean. No todos sobreviven mis procedimientos, pero quizás tú seas diferente, -agregó con una sonrisa fría.
Las luces del laboratorio se atenuaron mientras Voidstorm se preparaba para su siguiente experimento, una oscura nube de incertidumbre comenzando a rodear a Natsu.
Mientras Voidstorm ejecutaba sus pruebas, Natsu se estremecía por los impulsos dolorosos que el chip en su cuello enviaba a su sistema nervioso. Las máquinas emitían zumbidos agudos mientras las agujas se insertaban en su piel y múltiples sondas le extraían datos biológicos. Las pantallas holográficas mostraban una interminable secuencia de números y gráficos que el científico observaba detenidamente.
Voidstorm, con su calma habitual, ajustaba las configuraciones mientras murmuraba para sí mismo, su mente enfocada en un descubrimiento inesperado. Poco a poco, las pruebas empezaron a revelar algo que no encajaba con su comprensión original de Natsu. Sin embargo, este hallazgo no hizo que el científico mostrara sorpresa; su rostro permaneció inmutable.
-Esto... no es posible. -Voidstorm frunció el ceño mientras ajustaba uno de los monitores. Luego, con un gesto rápido, activó su comunicador y contactó a Darkness-. Señor, necesito que venga de inmediato al laboratorio. He hecho un descubrimiento inesperado.
Momentos después, Darkness apareció en el laboratorio, teleportándose con una presencia imponente, su capa ondeando levemente. Se acercó a Voidstorm, observando a Natsu en la camilla, que respiraba con dificultad mientras luchaba por soportar el dolor de los experimentos.
-¿Qué descubriste? -preguntó Darkness, cruzando los brazos y mirando de reojo a su subordinado.
Voidstorm se volvió hacia él, mostrando un gráfico complejo en una de las pantallas holográficas. En él se veían células de Natsu analizadas y comparadas con múltiples espectros de espacio-tiempo.
-Mis investigaciones han revelado algo fascinante, -empezó Voidstorm con su tono frío y calculador-. He estado trabajando en una teoría sobre las células a través de diferentes líneas de espacio-tiempo. Los resultados de las pruebas en Natsu sugieren que no proviene de un universo alterno como pensábamos originalmente... sino de una línea temporal diferente.
Darkness alzó una ceja, intrigado pero también ligeramente irritado.
-¿Qué estás insinuando? -preguntó, su tono bajo pero amenazante.
Voidstorm señaló el gráfico.
-Mire, las células de Natsu han sido alteradas en un nivel subatómico, pero no muestran las típicas fluctuaciones dimensionales que indicaría un viaje interdimensional. Más bien, hay una clara huella temporal. Es decir, él es una versión de ti mismo... de otra línea temporal, una que sigue un curso diferente al nuestro.
Darkness se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Sus ojos se estrecharon mientras miraba a Natsu, quien empezaba a recobrar ligeramente la consciencia, aunque aún estaba atrapado en la maquinaria de Voidstorm.
-Entonces, ¿es una versión de mí que... no siguió mi camino? -murmuró Darkness, su tono profundo lleno de desdén.
Voidstorm asintió.
-Exactamente. Parece que en su línea temporal, las circunstancias fueron diferentes. Quizás tomó decisiones opuestas a las tuyas, pero eso solo hace que su existencia aquí sea más peligrosa.
Darkness observó a Natsu detenidamente, la ira mezclada con curiosidad en su mirada.
Darkness, con su presencia imponente, cruzó los brazos y observó fríamente a Natsu, quien permanecía atrapado en la maquinaria de Voidstorm. Su expresión era impenetrable, pero había un destello de interés oscuro en sus ojos.
-Voidstorm, quiero ver sus recuerdos. Necesito saber exactamente qué clase de vida ha llevado en su línea temporal. -ordenó Darkness sin desviar la mirada de Natsu.
Voidstorm, con su precisión calculada, activó un panel en su mesa de control. Varios cables y sensores comenzaron a rodear la cabeza de Natsu, conectándose a su mente mientras el chip en su cuello enviaba pulsos eléctricos que extraían fragmentos de sus recuerdos. Pronto, una serie de imágenes empezaron a proyectarse en el aire frente a ambos.
La primera escena mostraba a Natsu enfrentándose a una gigantesca manticora en un bosque encantado. Darkness observaba con un brillo de interés en sus ojos. Natsu luchaba con determinación, su expresión concentrada mientras esquivaba las garras de la bestia y contraatacaba con agilidad. A pesar de la intensidad de la batalla, había un sentido de honor y deber en su mirada.
-Interesante... parece que la fuerza no es lo único que lo mueve. Tiene un código, algo que lo mantiene atado a una causa. -murmuró Darkness con una mezcla de desdén y admiración.
La escena cambió, mostrando un momento mucho más suave. Era una cita con Melody, donde ambos estaban en una pradera bajo un cielo estrellado. Risas y miradas de afecto llenaban el aire. Natsu la tomaba de la mano, hablando en voz baja sobre su futuro y sus sueños. Darkness apretó los puños ligeramente, sus labios se torcieron en una mueca de asco.
-Patético. -escupió Darkness-. El amor.... Qué debilidad tan banal.
Sin embargo, no podía apartar la mirada. El brillo de felicidad en los ojos de Natsu parecía casi provocador para él, como si le recordara algo que había enterrado hacía mucho tiempo. Algo que ya no estaba en su alcance.
La siguiente imagen fue más oscura. Era el momento en que Carnage, la otra personalidad de Natsu, había tomado control de su cuerpo. Se veía a Natsu perderse en la furia, destrozando a sus enemigos con salvajismo descontrolado, su risa maniaca resonando en el aire. Darkness observó esta escena con más interés, su sonrisa torciéndose ligeramente.
-Aquí está... el verdadero poder. -murmuró-. Esconde una oscuridad dentro de él, una que no ha aprendido a controlar completamente. Si tan solo pudiera guiarlo....
La última serie de recuerdos mostraba a Natsu en momentos de paz con sus amigos y con Melody. Celebraciones, pequeñas charlas, momentos llenos de afecto y alegría. Darkness miraba estos recuerdos con una mezcla de disgusto y envidia. Sus ojos, que al principio estaban fríos y calculadores, ahora revelaban algo más profundo, algo que llevaba enterrado en lo más profundo de su ser.
-Así que... en otra vida, podría haber sido diferente. -susurró Darkness, aunque la idea le parecía nauseabunda.
Voidstorm, siempre el observador imparcial, simplemente esperaba las órdenes de su rey, mientras Darkness mantenía su mirada fija en los recuerdos proyectados.
-Apágalo. -ordenó Darkness abruptamente, desviando la vista de las imágenes-. No quiero ver más de su... vida patética. Pero no cabe duda de que esta versión de mí es peligrosa.
Voidstorm obedeció, apagando las proyecciones mientras Darkness se quedaba en silencio, contemplando el próximo movimiento que haría con Natsu, ahora sabiendo que no solo era un invasor de otro tiempo, sino una versión de sí mismo que había tomado un camino muy diferente.
Voidstorm, siempre meticuloso, observaba los registros mientras Darkness se mantenía inmerso en sus pensamientos, su rostro rígido tras haber presenciado los recuerdos. Sin embargo, Voidstorm no podía dejar pasar el hecho de que lo que acababan de ver no era una representación precisa.
-Mi señor, -comenzó Voidstorm con tono neutral-, debo señalar que lo que hemos visto no son recuerdos como tal. Estos son eventos que sí ocurrieron, pero están distorsionados. Son recreaciones desde la perspectiva de lo que Natsu deseaba que sucediera, no una representación objetiva de los hechos.
Darkness, con el ceño fruncido, se giró lentamente hacia su científico más confiable, pero no mostró ningún interés en lo que acababa de decir.
-¿Y qué importa eso? -respondió Darkness, desestimando la advertencia con un gesto desdeñoso de su mano-. Lo que vi fue suficiente. Él es una amenaza, y esos rebeldes lo serán también si no los destruimos.
Voidstorm, aunque algo sorprendido por la falta de atención de su rey hacia la precisión científica, se mantuvo firme en su lógica.
-Sin embargo, estos datos inexactos podrían afectar nuestros planes futuros. Necesitamos información más concreta antes de proceder con...
Darkness, impaciente y con una mirada llena de determinación oscura, interrumpió de inmediato.
-No me importa la exactitud ahora, Voidstorm. -su voz fue un susurro bajo, cargado de intensidad-. Ya no me importa si los experimentos son peligrosos. Lo único que importa es que esos rebeldes sean eliminados, cueste lo que cueste.
Voidstorm levantó una ceja, claramente intrigado por el cambio de actitud de su rey, pero entendió que no había lugar para discutir. El deseo de Darkness de erradicar cualquier amenaza era ahora su prioridad absoluta.
-Como desees, mi señor. -respondió Voidstorm, con una ligera inclinación de cabeza-. Buscaré más sujetos de prueba para continuar con los experimentos. Los más... peligrosos.
Darkness asintió lentamente, una sonrisa fría cruzando su rostro mientras se giraba, alejándose de Voidstorm y del cuerpo debilitado de Natsu.
-Haz lo que debas hacer, Voidstorm. Pero hazlo rápido. El tiempo se agota, y estos insurgentes no se doblegarán solos.
Mientras Darkness salía de la sala, Voidstorm volvió su atención a Natsu, analizando la información y preparando los próximos pasos. Con un simple toque en el panel de control, comenzó a activar más de sus dispositivos, sabiendo que los experimentos que vendrían serían aún más extremos, y que la voluntad de Darkness se ejecutaría sin importar las consecuencias.
Cambio de Escena
Natsu se despertó lentamente, su cabeza doliendo mientras luchaba por enfocarse. Estaba de nuevo atado a una silla, con las manos y piernas aseguradas, imposibilitado de moverse. Al levantar la vista, vio a Voidstorm trabajando incansablemente en el área genética del laboratorio. El científico, con su mirada fría y calculada, estaba manipulando varias muestras y frascos con líquidos de colores opacos y oxidados.
-¿Qué... qué estás haciendo ahora? -preguntó Natsu, su voz quebrada por el dolor y el cansancio.
Voidstorm ni siquiera levantó la vista, completamente centrado en su trabajo.
-Es un arma biológica. -respondió con calma mientras sostenía una de las jeringas con el extraño líquido-. Darkness me pidió personalmente que la creara. Algo que pueda desintegrar cualquier cosa, a nivel celular.
El científico, queriendo ilustrar su explicación, tomó una de las jeringas cargadas con el líquido oxidado y la inyectó en un filete que yacía sobre una bandeja metálica. En cuestión de segundos, el filete comenzó a descomponerse. Se desintegró ante los ojos de Natsu, que observaba horrorizado cómo la carne se volvía polvo en cuestión de instantes.
-Este suero, -continuó Voidstorm con una serenidad escalofriante-, rompe los enlaces moleculares de las células vivas. Destruye la estructura misma de lo que toca, acelerando la degradación hasta que no quede nada. Es imparable, y se propagará como una plaga si es necesario.
Natsu tragó saliva con dificultad, sintiendo un nudo en el estómago al imaginar lo que Voidstorm podría hacer con esa arma.
-¿Y planeas usarlo contra los rebeldes? -preguntó, tratando de mantener la calma, aunque su mente buscaba frenéticamente una salida.
Voidstorm finalmente levantó la vista, con una mirada fría y calculadora en sus ojos cibernéticos.
-Eso depende de Darkness, -dijo el científico mientras se acercaba a Natsu con la jeringa-. Yo solo soy el instrumento de su voluntad. Pero debo admitir que es fascinante ver cómo una simple mezcla puede borrar la existencia de algo con tal facilidad.
Natsu tensó los músculos, sintiendo la amenaza en el aire. Sabía que estaba en un lugar donde la vida no tenía valor, y cualquier movimiento en falso podría significar su fin.
-Dime, Natsu... -continuó Voidstorm mientras jugaba con la jeringa entre sus dedos metálicos-. ¿Alguna vez te has preguntado cuán frágil es realmente la vida? Con la herramienta adecuada, hasta los seres más poderosos pueden ser reducidos a polvo.
Natsu, desesperado por encontrar una forma de escapar, decidió que la única manera de ganar tiempo era distraer a Voidstorm, apelando a su orgullo como científico.
-Tu trabajo es impresionante, -dijo Natsu, su voz temblando ligeramente-. Debe haber otras cosas que has creado, ¿no? Debes tener algunos proyectos incluso más sorprendentes que esa arma biológica.
Voidstorm detuvo sus preparativos, girando su cabeza hacia Natsu con una leve expresión de orgullo. El brillo en sus ojos robóticos se intensificó.
-Por supuesto, -respondió, claramente intrigado por el cambio de actitud de Natsu-. Mis invenciones son las más avanzadas en este reino... y más allá. He dedicado mi vida a perfeccionar la tecnología para el reino de Darkness.
Natsu asintió, fingiendo interés genuino mientras su mente trabajaba rápidamente en un plan de escape.
-¿Cómo qué? -presionó-. Debe haber algo más, algo más letal que lo que me acabas de mostrar.
Voidstorm, visiblemente satisfecho de tener la oportunidad de hablar de sus logros, comenzó a caminar por el laboratorio, mostrando algunas de sus creaciones con un gesto de sus manos mecánicas.
-Un arma de plasma nuclear, -dijo mientras señalaba una enorme arma montada en un pedestal-, capaz de incinerar todo a su paso con un rayo concentrado de energía nuclear. Una pequeña dosis de su energía puede destruir ejércitos enteros.
Caminó un poco más y señaló una pequeña esfera metálica.
-Esta es una granada antigravedad, -explicó con una sonrisa casi imperceptible-. Cuando se activa, desestabiliza el campo gravitatorio en su entorno, levantando y desorientando todo a su alrededor. Perfecta para crear caos entre las filas enemigas.
Voidstorm se detuvo frente a un panel con varios discos pequeños y plateados.
-Discos teledirigidos, -dijo con evidente orgullo-. Se lanzan como un simple proyectil, pero al llegar a su objetivo, explotan con una precisión mortal.
Mientras Voidstorm seguía hablando con fascinación por su trabajo, Natsu sintió algo cambiar dentro de él. A medida que escuchaba al científico describir cada invención, sus poderes simbióticos comenzaron a activarse de una forma que jamás había experimentado antes. Carnage estaba ahí, presente, pero esta vez Natsu tenía control total sin ceder su personalidad.
Aprovechando la distracción de Voidstorm, Natsu comenzó a derretir lentamente su cuerpo, sus piernas primero, luego sus brazos. Sentía cómo su carne se disolvía en una masa líquida, pasando por las ataduras sin hacer ruido. Voidstorm seguía hablando, ajeno a lo que estaba ocurriendo a su espalda.
Natsu se derritió completamente de la silla y cayó al suelo en forma líquida, sin emitir un sonido. Carnage y él eran uno, sincronizados como nunca antes. Y con la misma rapidez con la que se había deshecho, su cuerpo comenzó a reconstruirse, tomando su forma habitual.
Cuando Voidstorm giró la cabeza de nuevo, Natsu ya estaba libre, listo para lo que viniera a continuación.
Natsu, sintiendo una ola de furia y adrenalina al controlar los poderes de Carnage como nunca antes, transformó su brazo izquierdo en un mazo masivo y lo alzó con toda su fuerza. En un movimiento rápido, lo bajó con fuerza aplastante contra Voidstorm, quien no pudo reaccionar a tiempo. El impacto lanzó al doctor cibernético contra una pared del laboratorio, estrellándose con tal violencia que su ojo cibernético quedó destrozado, chispeando mientras Voidstorm se tambaleaba.
Aprovechando la confusión, Natsu se lanzó hacia la salida, sabiendo que su tiempo era limitado. Corrió a través de los pasillos oscuros del laboratorio, mientras que las luces rojas de emergencia comenzaron a iluminar su camino, activadas por la conmoción.
Voidstorm, aún en el suelo, con un brazo tembloroso levantó su mano hacia un panel en la pared y presionó un botón. Con su ojo cibernético chispeando y parcialmente destruido, emitió una orden fría.
-Activar robots de seguridad. Traigan al prisionero.
A lo largo de los pasillos, las puertas de compartimientos secretos comenzaron a abrirse, liberando a los robots de seguridad, que se desplegaron inmediatamente en busca de Natsu. Los robots, construidos con armaduras pesadas y equipados con armas de alta tecnología, comenzaron a perseguirlo a toda velocidad, preparándose para detenerlo a cualquier costo.
Natsu, aún corriendo y buscando desesperadamente una salida, sabía que tendría que ser más rápido y más astuto para escapar del laboratorio antes de que lo atraparan.
Natsu, sintiendo el peligro acercarse rápidamente, decidió que ya no podía contenerse más. Mientras corría, permitió que los poderes de Carnage tomaran control, pero esta vez sin perder su propia conciencia. Su cuerpo comenzó a cambiar, volviéndose más musculoso y cubriéndose con una capa negra y roja brillante, mientras sus ojos adquirían un brillo feroz. En cuestión de segundos, Natsu adoptó su forma bestial, la versión simbionte de Carnage.
Sus brazos se alargaron y de ellos emergieron garras gigantescas, afiladas como cuchillas. Con un rugido, Natsu atravesó uno de los muros del laboratorio con sus garras, destruyendo paneles y cables, y encontrando un túnel detrás de la estructura. Se dio cuenta rápidamente de que estaba bajo tierra, muy lejos de la superficie.
-Perfecto..., -murmuró para sí mismo mientras comenzaba a cavar furiosamente, utilizando su forma simbionte para abrirse paso a través de la roca y el metal. Mientras lo hacía, los robots de seguridad lo perdieron de vista, incapaces de seguirlo a través del túnel improvisado que había creado. Su única opción era seguir buscando en los pasillos del laboratorio.
Darkness, en ese momento, salía del elevador en el nivel inferior. Caminaba lentamente, observando los sistemas de seguridad activados y los destrozos causados por Natsu. Los robots, al recibir señales confusas de los sensores, lo vieron y, creyendo que era Natsu en su forma simbionte, se lanzaron hacia él con todas sus fuerzas, dispuestos a neutralizarlo.
Darkness, con una expresión de desdén en su rostro, no necesitó hacer mucho. Con un movimiento rápido y brutal, sus manos desintegraron a los robots uno por uno, aplastándolos con su fuerza sobrehumana. Fragmentos metálicos volaron en todas direcciones mientras los robots explotaban, incapaces de resistir el poder de su rey. En cuestión de segundos, Darkness había destruido a todos los robots que lo atacaban.
-Inútiles... -susurró con desprecio, sacudiendo las manos para deshacerse de los fragmentos de metal, mientras se volvía hacia los pasillos, buscando el rastro de Natsu. Sabía que esto no era más que un pequeño obstáculo, y no permitiría que el prisionero escapara de sus dominios.
En la escena, Darkness entra furioso a la sala principal de experimentos de Voidstorm, observando al doctor mientras este repara su ojo biónico dañado tras el enfrentamiento con Natsu. El aura oscura de Darkness se intensifica, y en su furia desata su propia forma bestial.
La forma bestial de Darkness tiene una estructura robusta y musculosa, con una piel rojiza oscura que está cubierta por líneas negras, creando un aspecto de simbiosis líquida o una armadura orgánica. Su torso está definido por músculos prominentes, y de su cuerpo sobresalen múltiples picos y filamentos afilados, lo que refuerza su apariencia amenazante y depredadora. Su cabeza está adornada con puntas y crestas que emergen hacia atrás, dándole un perfil casi demoníaco.
Sus ojos son completamente blancos, sin pupilas visibles, lo que le otorga una mirada aterradora y sobrenatural, y su boca está llena de colmillos afilados y puntiagudos que se extienden hacia afuera en una sonrisa malévola. La simbiosis parece estar viva, con partes de su piel que parecen moverse o brotar de manera líquida, añadiendo una sensación de constante transformación o fluidez.
Con un rugido lleno de ira, Darkness agarra uno de los robots de seguridad cercanos, lo levanta fácilmente y, con una sola acción, lo parte a la mitad como si fuera de papel. Fragmentos de metal y circuitos caen al suelo mientras Voidstorm observa con un temor apenas disimulado.
-¡Voidstorm! -gruñe Darkness con una voz que resuena en todo el laboratorio-. ¿Cómo pudiste dejar escapar a ese prisionero? ¡Es inaceptable! Tus "experimentos" están fuera de control, y ahora Natsu está suelto en el laboratorio!
Voidstorm, con el ojo biónico parpadeando mientras realiza las reparaciones, apenas se atreve a responder.
-M-mi rey, lo entiendo... pero los experimentos son inestables. El prisionero... es más fuerte de lo que calculé...
-¡No quiero excusas! -interrumpe Darkness mientras lanza los restos del robot destrozado al suelo-. Encuéntralo, o destruiré este lugar y te aseguro que tú serás el siguiente.
Cambio De Escena
La escena comienza con Natsu emergiendo lentamente de un agujero en la tierra, su cuerpo agotado tras haber cavado varios metros para escapar del laboratorio subterráneo. Su respiración es pesada, y con cada paso, su forma simbionte, la bestial manifestación de Carnage, se disuelve lentamente, regresando a su forma humana.
Cubierto de tierra y sudor, Natsu se detiene unos segundos para recuperar el aliento, observando el paisaje desolado a su alrededor. Está en un terreno baldío, con árboles secos y pocas señales de vida. Apenas se mantiene de pie, con sus piernas temblando por el esfuerzo. Mientras contempla su entorno, el sonido de un motor se escucha en la distancia.
Un camión blindado se acerca rápidamente, levantando una nube de polvo a su paso. Natsu frunce el ceño, preparándose para cualquier eventualidad, hasta que el camión se detiene abruptamente frente a él. Las puertas se abren con un sonido metálico, y para su sorpresa, Aria baja del vehículo, con su expresión seria pero preocupada.
-¡Natsu! -grita Aria, corriendo hacia él-. ¡Sube, rápido!
Sin hacer preguntas, Natsu, agotado, asiente y camina tambaleándose hacia el camión. Aria lo ayuda a subir mientras mira hacia atrás, claramente preocupada por posibles enemigos que podrían estar persiguiéndolos.
-¿Cómo me encontraste? -pregunta Natsu, todavía jadeando, mientras se acomoda en el asiento del camión.
-No fue fácil, pero sabía que estarías en problemas, -responde Aria con un tono urgente-. No tenemos mucho tiempo, Darkness podría estar siguiéndonos. Debemos salir de aquí cuanto antes.
El camión blindado acelera de nuevo, alejándose a toda velocidad del lugar mientras Aria toma el volante, concentrada en su misión de escapar. Natsu se recuesta en el asiento, sintiendo el cansancio apoderarse de su cuerpo, pero al mismo tiempo aliviado por haber encontrado un respiro, aunque temporal, de la amenaza que lo perseguía.
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Continuará
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