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Narra Junhyung
Me encontraba a menos de cinco centímetros del rostro de Seobie, se supone que tengo que bajar un poco la fiebre que tiene producto del resfrío que tiene, pero, muy por el contrario, pienso en besarlo. Tal vez me odie por hacer esto, después de todo no nos conocemos hace mucho. Seobie cerró los ojos cuando notó nuestra cercanía.
-No debo hacerlo-me aparté de su rostro aún pasando el paño que tenía en mi mano por sus mejillas, volví a mojar el paño en el recipiente con agua que había dejado en la mesa de luz, para luego ponerlo nuevamente en su frente.
-Seobie-lo llamé mientras acercaba el termómetro a su boca, él me miró para luego abrir la boca, coloque el termómetro en su boca. Cuando escuché el pitido le saqué el instrumento de la boca y lo miré-tienes treinta y ocho grados-deje el termómetro en la mesa de luz y volví a mirarlo-¿tienes algún medicamento para bajar la fiebre?-Seobie negó con la cabeza, pensé unos minutos; no quiero dejarlo solo mientras voy a la farmacia. Tomé mi celular y le envié un mensaje a mi hermano; a estas horas suele estar desocupado así que, seguramente, pueda comprar los medicamentos. Volví a enfocarme en Seobie, él estaba cada vez más sonrojado.
Pasaron unos minutos hasta que escuché unos golpes en la puerta, fui a abrirla, al hacerlo me encontré con mi hermano, él tenía una pequeña bolsa en la mano.
-¿Trajiste todo lo que te pedí?-asintió entregándome la bolsa.
-¿No querías dejarlo solo?-negué con la cabeza, él me mostró una pequeña sonrisa-aprovecha que vas a quedarte con él por unos días e intenta terminar de conquistarlo-dijo manteniendo su sonrisa, rápidamente hice un ademán con la mano para se callara, o al menos para que baje la voz, Junsung soltó una pequeña risa-bien, tengo que irme, suerte con él-me saludó con la mano para luego irse, cerré la puerta y volví con Seobie. Me senté al borde de la cama como antes, él parecía haberse quedado dormido, tomé el paño de su frente y posé mi mano en su lugar.
-Aún tiene fiebre-susurré, busqué en la bolsa que me había dado mi hermano hasta dar con una caja en específico-Seobie-lo llamé moviendolo un poco, él abrió los ojos y me miró-toma esto-le extendí la pastilla junto con un vaso de agua, él se sentó y tomó ambas cosas para luego ingerirlas, me devolvió el vaso, el cual puse en la mesa de luz, volvió a recostarse, lo arropé y me dispuse a salir del cuarto.
-Quédate conmigo, Jun-me detuve al escucharlo-quiero que te acuestes conmigo-me tomó por sorpresa aquello; no me esperaba que dijera algo como eso. Me acerqué a él y me acosté a su lado, Seobie me abrazó colocando su cabeza en mi pecho, acaricié su cabello, pronto se quedó dormido.
Pasaron alrededor de dos horas hasta que Seobie se despertó, parecía no molestarle que estuviera acostado con él; no me sorprendería nada si le molestara, ya que, en los últimos días estuvo evitándome por alguna razón, pero ahora, parece que se siente cómodo conmigo otra vez.
-Jun-me llamó Seobie con voz adormilada-¿te quedarás hasta que me recupere?-me dirigió una mirada.
-¿Quieres que me quede hasta entonces?-él desvió la mirada para luego asentir; realmente es lindo, realmente me encanta cuando actúa así. Seobie se cubrió el rostro con las manos y me dio la espalda, yo solo esbocé una sonrisa mientras jugueteaba con su cabello-oye, Seobie, son pasadas el mediodía, ¿tienes hambre?-pregunté sentándome.
-No es necesario que cocines-dijo aún dándome la espalda, lo miré arqueando una ceja.
-Tienes que comer, Seobie-escuché un suspiro de su parte-lo dices por qué soy un invitado, ¿cierto?-asintió-no te preocupes por eso, no estás en condiciones de atender a nadie, así que deja que yo me ocupe de todo, ¿sí?-él suspiró nuevamente para luego asentir, salí del cuarto, me dirigí a la cocina.
Luego de cerciorarme de que Seobie almorzara, me dediqué a limpiar y a acomodar un poco su casa; no me tardaría mucho, ya que su casa estaba impecable, pero teniéndolo a él enfermo, lo mejor es que esté todo limpio así puede recuperarse pronto. Terminé alrededor de las cuatro de la tarde, Seobie estaba dormido de nuevo así que no tenía mucho que hacer así que decidí hablar un poco con Krys; le conté que me encontraba en la casa de Seobie cuidándolo, ella dijo lo mismo que mi hermano, "aprovecha que vas a quedarte con él por unos días".
-¿Acaso creen que voy a aprovechar de él cuando está enfermo?-susurré mirando la pantalla de mi celular-no soy así y lo saben perfectamente-volví a susurrar soltando un suspiro. De repente sentí mi celular vibrar en mi mano, al desbloquearlo vi un mensaje de Seobie; es gracioso que me tenga que hablar por celular estando a una habitación de distancia.
-"¿Puedes venir? Me siento solo"-sonreí ante su mensaje, me levanté del sillón en el que me encontraba y me dirigí a la habitación, Seobie se encontraba sentado en la cama, me acerqué a él para luego sentarme en el borde de su cama.
-¿Cómo te sientes?-le pregunté pasando mi mano suavemente por su mejilla.
-M-mejor-tartamudeó desviando la mirada; supongo que me estoy siendo demasiado cariñoso con él, al parecer no está acostumbrado aún a que sea así.
-Bien, entonces pronto podrás salir-le sonreí, él simplemente asintió.
Pasamos la tarde hablando, Seobie parecía estar mejor de lo que lo estaba esta mañana, cuando llegué. También parecía más animado que antes, con más ganas de hablar conmigo.
-Oye, Seobie-lo llamé, él me dirigió la mirada-¿por qué me has estado evitando este tiempo?-escuché un pequeño suspiro de su parte, seguido de un silencio.
-E-es que-dijo luego de unos segundos, bajó la mirada a sus manos-n-no importa, Jun-no quería esa respuesta, realmente quiero que me diga que fue lo que sucedió.
-¿Hice algo que te molestara?-negó con la cabeza-¿entonces?-estoy seguro que fue por mi culpa, seguramente Seobie no dirá que fue mi culpa para no hacerme sentir mal.
-N-no te preocupes, Jun-soltó un suspiro dirigiéndome nuevamente la mirada-estuve ocupado, eso es todo-soltó un nuevo suspiro-tuve mucho trabajo últimamente, he estado estresado y con mal humor, no quería tratarte mal, por eso no quería estar contigo-acaricié su cabello con una pequeña sonrisa en el rostro; nuevamente nos encontrábamos muy cerca, a este paso terminaría besándolo.
-Aunque me trates mal, quiero verte de todas maneras-bajé mi mano de su cabello a su mejilla, sus mejillas tomaron un leve color rojo, sonreí; Seobie se ve realmente tierno cuando se sonroja. Me acerqué un poco a su rostro. No debo hacerlo, lo sé, pero no puedo contenerme si se ve así. Seobie cerró los ojos tal como antes, yo solo esbocé una sonrisa más amplia de la que traía antes.
-Eres tan lindo-pensé acortando un poco más la corta distancia que había entre nosotros, aún no podía rozar sus labios, pero podía sentir su respiración chocar contra mi mejilla-me gustas demasiado-quisiera decirte lo que siento por ti, lo mucho que me gustas. Aparté su flequillo de su frente y le di un pequeño beso.
-¿P-por qué hiciste eso?-tartamudeó volviendo a mirarme.
-Es que...-dije pensando si decirle lo que siento por él de una vez o no-te veo como lo veo a mi hermano, pequeño e indefenso-opté por no decirle la verdad y decir lo primero que se me ocurrió.
Estuvimos un rato más hablando. En la cena, Seobie decidió levantarse y comer en la mesa, pero a mitad de la comida comenzó a sentirse mal nuevamente, su temperatura comenzó a subir. -Está dormido-susurré sentándose en el borde de su cama. Coloqué mi mano en su frente, ya no tenía fiebre, se veía mejor de qué estaba en la cena. Acaricié su cabello con delicadeza para no despertarlo, su rostro infantil realmente me gusta.
-¿Jun?-dijo casi en un susurro abriendo levemente los ojos.
-¿Te he despertado?-negó con la cabeza-vuelve a dormir, es tarde-acomodé un poco la manta que lo cubría y me dispuse a levantarme, pero él me detuvo tomándome de la mano-¿pasa algo?-pregunté volviéndome hacia él; tal vez se siente mal de nuevo.
-Q-quédate conmigo-su voz tembló un poco al hablar, sonreí y me senté nuevamente.
-¿Quieres que me quede hasta que te duermas?-asintió acomodándose, lo arropé nuevamente y comencé a acariciar su cabello-¿te sientes mejor?-él asintió nuevamente.
Pasaron los minutos, Seobie se había quedado dormido nuevamente, yo solo lo observaba en silencio, aún acariciando su cabello; realmente es lindo, su cara tan infantil lo hace ver tan lindo.
-Será mejor que lo deje dormir-era lo mejor,Se disculpó un par de veces por tener que acostarse y no poder terminar de cenar conmigo. Cuando terminé de lavar los platos que habíamos utilizado, me dirigí al cuarto de Seobie para ver cómo estaba.
si seguía molestando así, seguramente se despertaría, me levanté y me dirigí a la sala.
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Desperté escuchando un ruido en la cocina, me levanté de un salto y me dirigí rápidamente hacia allí, suspiré aliviado al encontrarme a Seobie preparando café, él me miró con una sonrisa en el rostro.
-¿Quieres café?-preguntó; su voz aún sonaba ronca y congestionada, aún se notaba enfermo.
-¿Por qué te levantas? Aún estás enfermo, debes guardar reposo-tomé las tazas que tenía él en las manos-yo termino esto, ¿sí?-Seobie frunció el ceño e infló un poco sus mejillas; ahora se veía realmente como un niño-tendré que cargarte hasta tu cuarto si no me haces caso-él se cruzó de brazos frunciendo un poco más el ceño-tú lo quisiste-dejé las tazas en la mesada y lo tomé en brazos, para luego dirigirme a la habitación.
-D-déjame, Jun-comenzó a forcejear-¡J-Jun!-llegué a su habitación tropezando cada dos por tres, dado que Seobie forcejeaba para que lo baje. Lo acosté en su cama y lo arropé.
-Quédate aquí, ¿sí?-él soltó un suspiro para luego asentir-si necesitas algo llámame-volvió a asentir-pronto vas a poder levantarte a hacer lo que quieras-me sentía como si le hablara a un niño.
-Jun, ya me siento mejor, no es necesario que me quede acostado-dijo haciendo un puchero casi.
-Solo por hoy, ¿si?-acaricié su mejilla-mañana seguramente estarás mejor y no tendrás que aguantar mis regaños para que no te levantes-esperaba a que sonriera con aquello, pero no lo hizo, en su lugar, apareció una mueca de... ¿tristeza?-¿te sucede algo, Seobie?-apartó la morada de mi rostro y negó con la cabeza soltando un pequeño suspiro.
-Me gustaría que te quedarás un tiempo más-lo miré sin saber que responder ante eso; no me esperaba que dijera eso-¿no te molesta quedarte un tiempo más conmigo?-negué con la cabeza mostrándole una sonrisa.
-Nunca me molestaría pasar más tiempo contigo-le sonreí; lo último que quiero es tener que volver a mi casa, cuanto más tiempo pueda pasar con él será mejor para mí.
Luego de hablar sobre cuanto tiempo quería que me quede con él, me dirigí a la cocina para terminar de preparar el desayuno que había comenzado a hacer Seobie. Cuando terminé, volví con Seobie para que desayunáramos juntos. Seobie se veía mejor que antes, no estaba tan pálido como lo estuvo este tiempo.
El día pasó demasiado rápido, ambos nos encontrábamos en la sala viendo una película. Me encargué de que Seobie estuviera bien abrigado para que no vuelva a desmejorar. Ya había pasado la mitad de la película, cuando sentí un peso en mi hombro, me volví encontrándome con Seobie dormido, sonreí. Lo he dicho mucho, pero realmente es lindo. Me levanté con cuidado, lo tomé en brazos y lo llevé hasta su habitación, lo acosté y lo arropé, me senté al borde de su cama, para luego comenzar a acariciar su cabello. Me acerqué a su rostro con la intención de besar su frente, pero por mi mente pasó la idea de probar sus labios; ¿qué pasaría si lo beso y se despierta? ¿Me odiaría luego de eso? Tal vez ni siquiera me sienta, pero no lo sabré hasta hacerlo. Respiré profundo y me acerqué más a su rostro, estaba rozando sus labios ya, me acerqué un poco más, acortando el último centímetro que nos separaba, dándole un corto beso, apenas pude rozar un poco sus labios, pero para mi era suficiente; ya lo había, ya había podido probar sus labios por primera vez.
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