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VIII

Narra Junhyung

Me desperté sintiendo algo moverse entre mis brazos, abrí con pereza los ojos encontrándome con Yoseob, había olvidado que anoche se quedó en mi casa, me aparté de él cuidadosamente para no despertarlo, por alguna razón lo estaba abrazando, a él no parecía molestarle estar así, pero, aún así, es mejor que me aleje un poco. Me quedé observándolo; es realmente lindo, a pesar de ser un adulto, su rostro es el de un niño.

-Realmente me gustas-susurré pasando suavemente mi mano por su cabello; no lo he conocido más que un par de semanas, pero me fue suficiente para terminar de enamorarme de Seobie. Comencé a juguetear con su cabello por un rato, él empezó a removerse en la cama hasta que abrió los ojos y me miró adormilado-buenos días-dije mostrándole una pequeña sonrisa aún jugueteando con su cabello, él me miró por unos segundos.

-¿Q-qué haces?-se levantó de un salto, tenía un sonrojo bastante evidente en sus mejillas y su vista se había desviado de mi rostro.

-¿Te encuentras bien, Seobie?-me senté en el borde de la cama; no entiendo esa forma tan repentina de actuar.

-D-debo irme-sigue sin mirarme, ¿acaso hice algo que le molestara?

-Está bien-dije soltando un pequeño suspiro-¿vas a ducharte?-asintió-el baño está al final del pasillo-volvió a asentir para luego salir de mi habitación, solté un suspiro pesado; ¿le ha molestado que estuviera tan cerca de él o que haya estado jugueteando con su cabello? No entiendo que es lo que es lo que le pudo molestar. Decidí levantarme también, fui a la cocina y comencé a preparar el desayuno; no creo que Seobie se quede a desayunar, pero aún así voy a preparar algo para él también. Pasaron unos minutos hasta que Seobie salió de la ducha, mi hermano y yo ya nos encontrábamos desayunando cuando él pasó por el comedor.

-Quédate a desayunar, Yoseob, mi hermano preparó para ti también-dijo Junsung, Seobie nos miró titubeante pero finalmente se sentó a desayunar. Se mantuvo callado durante todo el desayuno, a pesar de que mi hermano lo llenaba de preguntas, él solo respondía asintiendo o negando con la cabeza. -Debo irme, Jun-dijo ni bien terminó de desayunar, lo miré para luego asentir.

-Te acompaño-me apresure para terminar mi desayuno.

-No es necesario-se levantó-gracias por dejarme pasar la noche y por el desayuno-nos saludó con la mano y se fue, solté un suspiro pesado sosteniendo mi cabeza con mi mano, Junsung me dedicó una pequeña sonrisa tratando de animarme.

Pasé la mañana dándole vueltas a la situación tratando de darme cuenta que fue lo hice o dije que molestara a Seobie. Mi cabeza comenzó a dolerme de tanto darle vueltas al tema. De repente sentí la mano de mi hermano en mi hombro, lo miré.

-Desde que Yoseob se fue has estado pensativo, ¿te sucede algo?-solté un suspiro pesado; aunque quisiera ocultarle que me pasa algo, él se daría cuenta de todos modos, me conoce más que yo mismo.

-Creo que he hecho algo, se fue demasiado rápido y no me miraba, Seobie no suele ser así conmigo-desvié la mirada de su rostro-¿y si se enojó conmigo?-sentí como apretaba un poco mi hombro.

-Si se hubiera enojado te hubiera mandado a la mierda y no se hubiera quedado a desayunar con nosotros. Además, parecía incomodarle estar acá, tal vez solo sea tímido y no le guste estar en casas ajenas-lo miré atónito; ¿como mierda hace esa deducción?-¿no habías pensado en eso?-negué con la cabeza.

-Sabía que eras inteligente, pero no sabía que tanto-soltó una pequeña risa.

-No es inteligencia, es sentido común, cualquier persona hubiera pensado eso-tiene razón, es una respuesta sencilla; que idiota suelo ser. Solté un suspiro pesado y le dediqué una pequeña sonrisa.

Pasé el día en casa, ahora más tranquilo gracias a mi hermano. Ya se estaba haciendo de noche y me encontraba sólo en la casa, ya que Junsung se había ido a estudiar con sus amigos. Estaba aburrido así que decidí entretenerme un poco con mi celular. De repente sonó por un mensaje que Krys me había mandado, como siempre me estaba preguntando cómo me iba con Seobie, le comenté un poco por encima de nuestras salidas y como nos estábamos llevando, seguramente mañana en el trabajo le cuente con más detalle y le pida algún consejo.

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Me apoyé en el mostrador aburrido; era temprano y casi no había clientes en la cafetería, tampoco había ido Seobie aún. Miré a Krys, ella se encontraba ordenando algunas cosas.

-Llámame si necesitas algo-le dije a mi amiga para luego irme al cuarto de empleados; tal vez podría dormir un poco hasta que llegara más gente. Crucé mis brazos sobre la mesa y recosté mi cabeza. No habían pasado ni diez minutos cuando escuché la puerta de la habitación.

-Llegó tu amigo,Jun-escuché la voz de Krys desde la puerta, me levanté, me acerqué a uno de los espejos y acomodé un poco mi cabello para luego salir del cuarto-está en la mesa de siempre-dijo Krys entregándome una bandeja con una taza de café, me dirigí a la mesa dónde se encontraba Seobie y puse la taza sobre la mesa.

-Buenos días-dijo mostrándome una pequeña sonrisa, le devolví la sonrisa-oye, lamento haberme ido tan de repente ayer, no me sentía muy bien-desvió la mirada un tanto avergonzado.

-No te preocupes, Seobie-volví a sonreirle-no importa-acerqué mi mano a su rostro para acariciar su mejilla, pero no lo hice, sé que Seobie no me tiene suficiente confianza para que yo me muestre muy cariñoso.

-¿A qué hora sales hoy del trabajo?-me tomó por sorpresa su pregunta;por lo general, si vamos a salir, el que pregunta soy yo.

-A la misma hora de siempre, hoy no trabajo de noche-asintió-¿tienes planes?-pregunté con una sonrisa ladina.

-Pensaba en ir a pasear, como siempre, si te parece bien, claro-hablaba de manera vergonzosa, haciéndolo ver realmente realmente lindo.

-Bien, entonces, ¿pasas por mi, en la tarde?-asintió. Luego de la pequeña conversación con Seobie seguí mi trabajo.

El día pasó bastante rápido, ya estaba en la puerta de la cafetería, con mi mochila en el hombro, hacían menos de cinco minutos que Seobie me había mandado un mensaje diciendo que acababa de salir del trabajo; no era muy lejos la escuela donde trabaja, seguramente en poco esté acá. Pasaron unos pocos minutos hasta que lo vi, él se acercó rápidamente a mi con una sonrisa en el rostro.

-Lamento llegar tarde, ¿has esperado mucho?-negué con la cabeza mostrándole una sonrisa.

-No te preocupes, no he esperado mucho-volví a sonreírle-¿nos vamos?-asintió, emprendimos camino hacia un parque que quedaba cerca de la cafetería.

Pasamos un tiempo allí, el sol ya estaba comenzando a bajar y, por la estación del año en el que estábamos, comenzaba a hacer algo de frío. Me giré para ver a Seobie, sus mejillas y su nariz estaban algo enrojecidas por el frío.

-¿Tienes frío?-pregunté notando como frotaba sus brazos, él asintió, me quité la campera que tenía y la puse sobre sus hombro-así vas a estar más abrigado-su cara se tornó más roja de lo que lo estaba antes.

-¿No tendrás frío?-negué con la cabeza-¿seguro? no quiero que termines enfermándote por darme tu abrigo-me puse frente a él e hice que se pusiera la campera, una vez que lo hizo, subí el cierre y le acomodé el cuello del abrigo.

-Estaré bien, no te preocupes-volví a ponerme a su lado-ahora vamos antes de que baje más la temperatura y el que termine enfermo seas tú-Seobie asintió.

Acompañe a Seobie hasta su casa, él insistió un poco para que me quedara, diciendo que no quería que vuelva a mi casa de noche, pero, aún así, no me quedé con él, le prometí que, en cuanto llegara a mi casa y eso hice, ni bien había llegado, tomé mi celular y le envié un mensaje, que hizo comenzar una conversación.

Hemos pasado horas hablando, son casi las tres de la mañana, Seobie me ha dicho que, tanto él como yo, tenemos que ir a trabajar mañana, pero no quiero dejar de hablar con él. Seguimos hablando un poco más hasta que accedí a dejar que se fuera a dormir; el pobre estará cansado mañana por mi culpa.

Desperté gracias a Junsung, llegaría tarde a la cafetería, me levanté de un salto, me duché, me alisté y salí. Como era de esperarse, llegué tarde al trabajo, Krys se encontraba dando vueltas de un lado al otro junto con uno de los camareros que trabaja por la noche en el bar.

-Ahí estás, Jun-dijo Krys en tono de regaño dándome una bandeja-tuve que encargarme de servir además de ocuparme de la caja-asentí yendo a dónde me había indicado que llevara los pedidos; hoy había más gente de lo normal en la cafetería, por eso se encontraba así de alterada.

-Jun-escuché una voz familiar al pasar por al lado de una de las mesas, me giré encontrándome con Seobie, él no estaba en la misma mesa de siempre.

-Hola, Seobie-le sonreí para luego mirar mi reloj-ya te vas, ¿verdad?-asintió para luego soltar un suspiro-supongo que nos veremos más tarde-dijo en un tono desanimado, yo solo asentí-bien, es hora de que me vaya-se levantó tomando sus cosas, me saludó con la mano y se fue, solté un suspiro volviendo a lo que estaba haciendo.

A medida de que el día transcurrió, la cafetería comenzó a vaciarse, luego del mediodía casi no había gente, por ende, Krys y yo teníamos más tiempo libre que pedidos. Decidí salir un momento para tomar aire fresco, me recosté contra la pared mirando mi celular; no falta mucho para que termine mi turno y poder ver a Seobie. Exhalé con fuerza para luego volver con Krys. ella se encontraba limpiando y acomodando algunas cosas del mostrador, ya que pronto cerraríamos, me dediqué a ayudarla. Una vez que terminamos, tomamos nuestras cosas y salimos.

-Creí que hoy me dejarías con todo el trabajo-dijo Krys mirándome con el ceño levemente fruncido-como vuelvas a hacer verás lo que te pasa-me dio un pequeño golpe en el hombro para luego soltar una risa.

-Que ruda te pones cuando te enojas-bromeé rodéandole los hombros con mi brazo, ella sonrió para luego desviar la mirada.

-Hola-me giré rápidamente encontrándome con Seobie frente a mí, él hizo un pequeño ademán con la mano saludándola-bien, creo que me voy-Krys apartó mi brazo de sus hombros-nos vemos mañana-nos saludó a ambos, para luego retirarse.

-Es linda-miré a Seobie arqueando una ceja sin entender a qué venía aquel comentario, él bajó la mirada; ¿acaso está desanimado o algo así? Tal vez tuvo un mal día en el trabajo, eso explicaría su ánimo ahora, tan distinto al que siempre tiene.

-Supongo-me encogí de hombros-¿vamos al parque?-dije cambiando de tema, él asintió con la cabeza sin mirarme.

El ambiente estaba tenso, Seobie estaba serio y no hacía caso a las bromas que le hacía. Comencé a creer que estaba enojado conmigo, pero ¿por qué?, no recuerdo haber hecho nada que le molestase.

-¿Te sucede algo?-me animé a preguntar-estás demasiado serio-Seobie soltó un suspiro.

-Estoy bien, sólo tuve un mal día en el trabajo-no le creo, siempre que tiene un mal día no se comporta así, siempre trata de olvidarse conmigo de lo que le ha sucedido-Jun, quiero ir a mi casa-dijo con tono aún más desanimado, yo solo asentí para luego acompañarlo hasta su casa. El camino fue callado, sentía el ambiente más tenso que antes; me preocupa haber hecho algo que lo molestara y, por consecuencia, él esté enojado conmigo.

Llegué a mi casa tan o más desanimado que Seobie, lo único que se me ocurrió hacer fue encerrarme en mi cuarto; lo más seguro es que mi hermano se de cuenta que algo me está sucediendo, seguramente me pregunté qué es lo que pasa y termine diciéndome "no te preocupes, mañana, tanto él como tú, estarán bien". Esta vez no me reconforta eso de "mañana estarán bien", el panorama no deja ver que eso pasará.  

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