Eran las ocho de la mañana. Abrí los ojos mientras el sonido de la alarma penetraba en mis oídos. Me giré para apagarla y me percaté de que tenía un mensaje nuevo.

"Buenos días, preciosa. ¿Ya despertarse?"

Sonreí. Es ese tipo de mensajes que te alegran al despertar, por muy mal que hayas pasado la noche.

"Buenos días", le contesté.

Dejé el móvil en la mesita de noche, me levanté de la cama y me puse mi bata de seda egipcia, regalo de mi tía Nicolet, le gustan las baratijas.

-Buenos días, señorita McAllister -Dijo la Angelina, la sirvienta, mientras yo entraba en la cocina.

-Prepárame una ensalada de frutos del bosque. Recuerda, más frambuesas, menos fresas.

-Ahora mismo se lo preparo, señorita.

-Y no olvides que odio los arándanos... No quiero ver ni un arándano en mi plato, ¿entendido?

-Sí, señorita McAllister.

Angelina se puso a hacer el desayuno mientras yo respondía los mensajes de mi novio, Ryan.

Ryan: ¿Aceptarías si te invito a comer?

"Depende. ¿Qué tipo de comida?"

Ryan: La que tú quieras.

"Sushi"

Ryan: Me parece bien😊.

Dejé el móvil en la mesa de la cocina.

-Angelina, ¿dónde está el azúcar? -Dije mientras la buscaba para prepararme un café.

-No hay, señorita. Se acabó ayer al preparar los macarons.

-¿Me lo estás diciendo en serio?

-Sí, señorita.

-¿Y por qué no me lo dijiste ayer? Tu trabajo es mantener esta casa en orden, es para eso para lo que te pago.

-Pero señorita, yo...

-¡Tú nada! Quiero tomarme un puñetero café en condiciones y no puedo porque a ti no te dio la gana de hacer bien tu trabajo -Respiré hondo-. ¿Tienes idea de cuántas personas desean tener el trabajo que tú tienes?

-No, señorita.

-Muchas, Angelina, muchas. Y puedo reemplazarte en un santiamén. Así que más te vale cumplir con lo que debes cumplir, de lo contrario, ya sabes lo que sucederá...

-Sí, señorita McAllister.

-Ahora ve a la tienda y compra la dichosa azúcar.

-Pero su ensalada no está lis...

-¡A la tienda ya!

-Sí, señorita.

Angelina se apresuró a salir de la casa mientras yo me preparaba para darme un baño.

Ryan: Te recojo en El Edén a las 3, ¿te parece?

"Vale"

Ryan: Entonces, hasta ahora Eve :).

"Mi nombre es Evelyn, sabes que odio que me llames Eve."

Ryan: Pero es bonito, significa "Víspera".

"Igual la víspera de tu muerte ya pasó."

Ryan: Vale, lo pillo Evelyn.

"Me alegra que lo entiendas :)"

Después de llenar la bañera, cogí una de las bombas de baño de Lush y observé cómo se disolvía en el agua. Aunque cueste muy poco dinero para mi gusto, son de buena calidad.

No pude relajarme mucho tiempo porque tenía que irme a trabajar. Soy Directora Financiera en El Edén, la agencia de viajes más prestigiosa de todo Los Ángeles y de las más importantes del país.

Me vestí con un traje negro de americana y falda ejecutiva de Massimo Dutti, una camisa rosa de la misma marca, tacones negros de Carolina Herrera y por supuesto mi bolso Gucci favorito.

Salí de mi casa en mi Maserati y me dirigí a la empresa, no sin antes tomarme mi ensalada de frutas que bastante esperé por ella.

-Buenos días, Evelyn.

-Buenos días.

Entré en mi oficina.

-Señorita McAllister, ya está listo el papeleo, ¿se lo envío o se lo imprimo? -Preguntó mi asistente al verme entrar.

-Envíamelo, estoy harta de acumular papeles.

-Como ordene.

Me senté en el ordenador a revisar cuentas, correos, contestar llamadas y firmar permisos... Agotador.

-Señorita McAllister, el Señor Hilton quiere verla en su despacho -Dijo la asistente de mi jefe entrando a mi despacho.

-Ahora mismo voy.

Me dirigí a la oficina del Señor Hilton, toqué la puerta.

-Buenos días, Eve -Dijo al verme pasar.

-Mi nombre es Evelyn, Señor Hilton... Buenos días -Odio que me llamen así.

Me senté en una de las sillas que estaban enfrente de su escritorio.

-Bueno, Evelyn, te he citado aquí para darte una buena noticia.

Yo solo lo observaba espectante.

-¡Serás la nueva Gerente General de El Edén! -Dijo entusiasmado y con una sonrisa de victoria.

-¿Me está hablando en serio? -Dije sorprendida.

-Por supuesto, la Señora Mavis renunció y he estado mirando currículums e historiales en la empresa. Considero que el tuyo es el mejor, eres la más calificada para el puesto -Encendió un cigarrillo.

-Me alegra que por fin se haya dado cuenta.

-Debes instalarte cuanto antes en tu nueva oficina, ya tienes trabajo que hacer -Dio una calada.

-Entonces me retiro, Señor Hilton.

-Hasta luego.

Salí de ahí y fui directa al que ya no iba a ser mi despacho a partir de ahora.

-Mariam, saca todas mis cosas de aquí y llévalas a mi nueva oficina, ahora soy Gerente General.

-Pero Señorita McAllister, son muchas cosas, tardaré mucho.

-¿Acaso te he preguntado?

Mariam puso un gesto desanimado.

-Date prisa, lo necesito para ayer. Tengo trabajo que hacer -Dije mientras salía de ahí.