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97

Jungkook estudió el rostro de su hermano. Acababan de compartir lo que había sucedido aquella noche de octubre, pero todavía tenían muchas cosas que aclarar.

—Dices que tu amigo acusó a papá de destrozarle la vida— Jimin le miró dubitativo —No comprendo por qué haría algo tan horrible.

—¿Te acuerdas de la cámara de vídeo que hice para Sungjae hyung?— el menor apoyó la espalda contra la pared.

—Me acuerdo. Era de madera, ¿verdad?

—Sí. Cuando cumplió los catorce años se la di— explicó inquieto —Pasé mucho tiempo esperando ese día, trabajé durante dos meses en su regalo. Sungjae hyung y yo soñábamos con recorrer el mundo; él como camarógrafo y yo como fotógrafo.

Jimin lo recordaba. Recordaba lo entusiasmado que estaba Jungkook por aquella época, hablando constantemente de las fotografías que tomaría en la selva amazónica y en el desierto del Sahara.

—Queríamos captar la belleza de la naturaleza y hacer vídeos impresionantes, por eso pensé que le gustaría ese regalo. Era mi manera de prometerle que algún día haríamos nuestro sueño realidad— Jungkook paró de hablar para tomar un poco del chocolate que le había traído su hermano —Le encantó. Cuando fui a su casa y abrió el regalo, le encantó de verdad.

Jimin contempló la expresión de Jungkook. Por unos segundos mostró una leve sonrisa. 

—Desde que le conocí en un parque cuando tenía seis años, Sungjae hyung se convirtió en alguien muy especial para mí. Le tenía tanto cariño que ese día cometí una estupidez— el maknae respiró profundamente —No fue él, le besé yo— confesó bajando la mirada.

El rubio no se sorprendió del todo, era una de las opciones que se le habían pasado por la mente.

—¿Por qué lo hiciste?— Jimin quería conocer sus sentimientos pero no pretendía incomodar a su hermano más de la cuenta, por lo que preguntó con mucha serenidad.

—No lo sé— dijo nervioso —Tenía doce años, hyung. Era mi mejor amigo y le quería mucho... No sé qué me llevó a hacerlo.

Jimin se pasó la mano por el cabello. Aunque Jungkook no parecía dispuesto a admitirlo, para él estaba bastante claro; Sungjae debió de ser el primer amor de su hermano.

—Su tía nos vio. No nos dijo nada pero se lo contó al Señor Yook. Por la noche el padre de Sungjae hyung fue a hablar con papá. Les vi entrar de mala manera en el despacho. Me pareció extraño así que me acerqué a escuchar— Jungkook dejó la taza sobre la cómoda, el nudo en la boca del estómago le impedía seguir bebiendo —El Señor Yook le dijo que había besado a su hijo y que no quería que me acercase a él. Usó palabras muy denigrantes— se sentó al lado de su hermano —Creo que te las puedes imaginar...

—Sí— Jimin había escuchado prácticamente todo tipo de insultos de la boca de su padre. No le resultaba difícil imaginar lo que podría haber salido del hocico de ese ignorante —¿Qué pasó después?

—Papá me llamó cuando el Señor Yook se fue. Me preguntó si había besado a Sungjae hyung y yo le mentí; le dije que me besó él.

—¿Por qué lo hiciste?— el rubio observó cómo cerraba el puño —¿Tenías miedo de su reacción?

—Papá le dijo al Señor Yook que yo nunca haría algo así porque ningún hijo suyo era maricón y si lo fuese, lo mataría a golpes.

Jimin se levantó inmediatamente de la cama. A él le había soltado burradas como esas en más de una ocasión pero tenía diecisiete años y sabía que solo eran palabras vacías. Jungkook en cambio era un crío de doce, un chico impresionable e inocente que se asustaba y lloraba con mucha facilidad.

—¡Es un puto gilipollas!— soltó enfadado —¿Cómo pudo decir algo así? ¡Maldito imbécil!— Jimin no pudo contenerse. Podía vivir siendo la diana de su padre pero saber que su hermano había sido alcanzado indirectamente por esas amenazas, le dolió profundamente.

—Me asusté, hyung— prosiguió Jungkook. Tenía la necesidad de soltarlo todo, ya no podía parar de hablar ni de ocultar sus sentimientos —Papá me daba mucho miedo, por eso mentí. No fui capaz de admitir que había sido yo.

Jimin le miró dolido. Estaba convencido de que se culpaba de lo sucedido con Yook Sungjae.

—Me dijo que los chicos no podían estar con otros chicos y que Sungjae hyung se había desviado del camino— se pasó la mano por el cuello, intentando aplacar los nervios —Intenté contactar con él durante varios días. Le busqué en su escuela pero había dejado de ir, fui a su casa pero el Señor Yook me echó de allí a patadas y luego habló con papá. Me prohibió acercarme a la casa de los Yook y días después supe que se habían mudado a Hong Kong.

—Eso te dijo, ¿no?

—Sí. Eso fue lo que me dijo papá— Jungkook recordó lo abandonado que se sintió al saber la noticia. Su mejor amigo se había ido sin despedirse de él y eso le causó mucho daño —Durante años no volví a saber nada de él, no hasta que me lo encontré en aquel restaurante.

—¿Y qué pasó con papá?— Jimin metió ambas manos en los bolsillos del pantalón —¿Te enfrentaste a él?

—Quise hacerlo en más de una ocasión pero yo no soy como tú, hyung— se lamentó —Tú siempre has sido directo con él pero yo... Al principio estaba muy enfadado. Pretendía exigirle la verdad, quería saber si le había arruinado la vida a los Yook... Pero no pude.

—Tienes que admitir que es extraño que la familia de Sungjae desapareciese de esa manera.

Jungkook guardó silencio. En el fondo de su corazón creía en las palabras de su amigo, sin embargo nunca encontró el valor necesario para afrontarlo. Temía que su familia se viniese abajo, sobre todo conociendo la mala relación que ya existía entre su padre y Jimin. No quería causarle problemas a su madre, no quería ser el causante de una ruptura familiar.

—¿Es por Sungjae?— Jungkook alzó la vista ante aquella pregunta —¿Por eso no quieres darle una oportunidad a TaeTae?

—Es un hombre, hyung— señaló con cierto pesar.

—Igual que Sungjae y aun así le besaste.

—Era un niño y estaba confundido.

—Eras un niño y estabas empezando a conocer tu orientación sexual.

—No es cierto— negó cansado —En todos estos años jamás me he sentido atraído por un hombre.

—¿De verdad?— le miró detenidamente —¿Nunca?— al no recibir una respuesta continuó —¿Y por una mujer? Porque en todos estos años que he pasado contigo, jamás te he visto mirar a una mujer— el silencio se prolongó —¿Crees que no me he dado cuenta? Hermano, siempre he tenido la leve sospecha de que eras...

—¡Hyung!— el maknae no le dejó terminar la frase —No.

Jimin se pasó la mano por la nuca, gesto que solía hacer Yoongi cuando estaba nervioso. Su padre de verdad había logrado confundir y manipular a un chaval de doce años, haciéndole creer que su única opción era ser heterosexual.

El rubio sintió cómo se le revolvía el estómago al imaginar las charlas a las que lo habría sometido durante años. Si pudiese viajar en el tiempo no le dejaría arruinarle la vida. Si pudiese viajar en el tiempo nunca le permitiría herir y manejar así a su hermano.

—Jungkook, a mí me apoyaste— apuntó con firmeza —Cuando supiste que era bisexual me apoyaste. Nunca, ni una sola vez me rechazaste por ello.

—No lo entendí de inmediato— confesó —Al principio creía que papá tenía razón y que solo estabas confundido. No entendía por qué gustándote las mujeres habías elegido el camino más complicado, pero te veía tan feliz... Pensaba que algo que te hacía así de feliz no podía estar mal...

—No está mal, Jungkook, ni para ti ni para mí.

—Somos diferentes, hyung.

—¿Eso es lo que te hizo creer papá?— se alteró un poco.

Jungkook cerró los ojos. No se lo había hecho creer; él sabía que era así. Llevaba años ocultándole algo muy importante a Jimin y a día de hoy todavía se veía incapaz de compartirlo con él.

—Jungkook— el rubio se acercó a la ventana —¿Qué ves?

El menor se posicionó a su lado y observó el exterior. El cielo estaba despejado, no había ni una sola nube en el horizonte. La leve brisa de la mañana movía las hojas de los árboles a su antojo, dibujando un panorama cotidiano y tranquilo.

Si no fuese por el infectado que seguía dando vueltas alrededor del cobertizo, las vistas habrían sido muy agradables.

—Un infectado.

—Y dime, ¿crees que a ese infectado le importa que seas gay?

Jungkook fue incapaz de apartar la vista del hombre. Era la primera vez que lo escuchaba en voz alta, la primera vez que se lo decían a la cara porque de algo estaba seguro; su hermano le estaba taladrando con la mirada.

—A nadie le importa una mierda que seas gay. Papá está en Inglaterra, es imposible que podamos llegar hasta allí. No le vamos a volver a ver así que dime, ¿de qué tienes tanto miedo?

El maknae seguía en silencio, pensando en cada una de las palabras que le estaba dedicando su hermano con tanta intensidad.

—¿Le tienes miedo a papá? ¿Tienes miedo de qué dirá si lo sabe?

Jungkook se atrevió a mirarle a los ojos pero se mantuvo callado.

—Le quieres, ¿verdad?— dijo en un tono más suave —Y tienes miedo de que te lo quite.

—No soy valiente, hyung— contestó casi en un susurro.

—Sigues diciendo eso una y otra vez— el rubio lo agarró de los brazos —¡No es verdad! ¡Eres muy valiente, Jungkook! ¡Eres la persona más valiente que conozco!— afirmó con total sinceridad —Papá te metió muchas cosas en la cabeza y aun así no has dejado que eso arruine tu opinión sobre mí. Nunca me has dado de lado, nunca me has tratado mal. Lo fácil habría sido odiarme, tenías muchas razones para hacerlo— Jungkook negó con la cabeza —¡Claro que las tenías! Yo me dediqué a realizar mi sueño mientras que a ti te obligaron a dejar el tuyo. Yo salí con un chico, tú en cambio tuviste que reprimir tu naturaleza para adaptarte a los deseos de papá. No vuelvas a decir que no eres valiente— el menor bajó la cabeza pero Jimin le obligó a levantarla —Eres muy valiente y tienes un gran corazón.

—Hyung...

—Lo siento mucho, Jungkookie. Siento que hayas pasado por todo esto tú solo.

—No... Siempre has estado conmigo.

—Pero debí verlo— se lamentó profundamente —Debí ver lo que te estaba haciendo. Debí darme cuenta de todo lo que te estaba quitando.

—Estabas ocupado con tu propia lucha, hyung— le sonrió con tristeza —No podía hacerte cargar con más cosas...

—Estúpido— soltó con dolor —Soy tu hermano mayor. Tu lucha también es la mía.

A Jungkook se le humedecieron los ojos. Sonrió en un desesperado intento de evitar las lágrimas pero fue en vano, brotaron contra su voluntad ante la mirada de Jimin.

—No sé qué hacer, hyung— sollozó —Estoy muy asustado.

Jimin lo abrazó estrechamente. Durante unos minutos dejó que su hermano se desahogase entre sus brazos. Jungkook se había guardado demasiado dolor y ahora necesitaba expulsarlo.

—"¿No crees que ya va siendo hora de que te des una oportunidad a ti mismo?"— Jungkook se apartó al reconocer esas palabras —Eso me dijiste en la azotea, cuando estaba muerto de miedo por mis sentimientos por Yoongi.

—Lo recuerdo— se limpió las lágrimas con la mano —Lo recuerdo muy bien.

—¿Por qué no sigues tu propio consejo?— le pellizcó la mejilla —No hace falta que te diga lo genial que es TaeTae, ¿verdad? Tú lo sabes mejor que nadie.

—Él es muy especial— contestó algo más calmado.

—Jungkook, tenías doce años. Lo que le pasó a Sungjae no es culpa tuya. Lo que hizo papá y lo que decidió hacer el Señor Yook, no es culpa tuya— concluyó en un tono calmado pero firme —Sin embargo, lo que estás haciendo ahora mismo con TaeTae sí es culpa tuya— el maknae le miró un poco desconcertado —Papá te quitó a Sungjae y tú estás apartando a TaeTae de tu lado porque crees que le vas a arruinar la vida y no es así. Te estás haciendo daño a ti mismo y se lo estás haciendo a él. Si sigues así lo único que vas a conseguir es que acabe en los brazos de Hoseok hyung y eso te va a destrozar. Mírate ahora, Jungkook, no puedes controlar los celos y todavía no has visto nada. ¿Cómo te vas a sentir si los ves besándose?

Jungkook no contestó pero la expresión de su rostro lo delató; la simple idea le disgustaba.

—Hoseok hyung es una buena persona, de verdad que lo es, pero el que debe estar con TaeTae eres tú. Así que deja de lamentarte por algo que no tiene remedio y espabila de una vez— le dio un pequeño golpe en el hombro.

El menor parpadeó varias veces. Estaba tan molesto por lo bien que congeniaban ambos que ni siquiera se había parado a pensar lo que estaba provocando con su actitud.

—Sé honesto con él. Dile todo lo que llevas dentro. Necesitas abrirte o jamás te entenderá.

—Se me da mal hablar sobre mis sentimientos— murmuró.

—No, qué va— Jimin sonrió —Lo acabas de hacer muy bien. Solo tienes que dejarte llevar y así podrá comprenderte.

—Gracias, hyung— Jungkook abrazó a su hermano con ímpetu. Necesitaba calmarse un poco y decidir cómo afrontar la conversación con Taehyung pero de una cosa estaba seguro —Hablaré con él. Seré valiente. 

Jungkook ha conseguido abrirse y contarle toda la historia relacionada con Yook Sungjae a su hermano. El maknae todavía se guarda algunas cosas de su pasado, pero gracias a la tenacidad y comprensión de Jimin, ha logrado dar el paso de aceptar lo que siente por Tae. Jungkook está decidido; ya no retrocederá, ya no oprimirá sus sentimientos. Hablará con Taehyung.  ❤️ 

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