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Hoseok y Taehyung le miraron sobrecogidos. ¿Cómo podía decir algo así sin pestañear? El hermano de Yoongi lo agarró del brazo.

—¿Qué dices? No puedes estar hablando en serio.

—¿Te has vuelto loco?— Hoseok tampoco se quedó callado —¡Es una niña!

Jungkook miró a ambos sin cambiar de expresión, luego clavó la mirada en los dos desconocidos.

—Están actuando— pronunció con serenidad.

—¿Están?— Taehyung le miró todavía más desconcertado que antes —¿Cómo que están?

—Hyung, fíjate en la chica. Tiene varias cicatrices en el cuello, lo que muestra que no es la primera vez que le hacen cortes en esa zona. Además, está demasiado tranquila, como si siguiese un guion.

—Eso no muestra que estén compinchados— contestó Hoseok —Que esté tranquila puede deberse al shock. En situaciones de peligro no todo el mundo reacciona gritando o llorando, algunas personas se quedan quietas, esperando a que todo pase rápido.

—Cuando le ha cortado ni se ha inmutado. ¿Me quieres decir que ese es un comportamiento normal y corriente? No, no lo es. Solo tienes que fijarte en sus ojos para entender que esa chica está igual de trastornada que el hombre.

—No sé si te estoy siguiendo, ¿pero lo que estás sugiriendo es que es una psicópata?

—¿Crees que se ha perdido en el bosque y ha sobrevivido sola? No seas ridículo— le espetó —Está claro que está con ese chalado y actúan de esta manera para conseguir lo que se proponen.

Taehyung estaba tan impactado que no conseguía pronunciar palabra. Jungkook y Hoseok seguían en completo desacuerdo pero para el joven de Daegu las palabras del maknae empezaban a cobrar sentido. Sobre todo después de fijarse en la niña y ver cómo su sonrisa se tornaba escalofriante.

—Sigue siendo una cría— insistió Hoseok —No podemos dejarla con un adulto que la agrede y manipula.

—No somos una ONG— contestó Jungkook irritado —Pero si quieres adoptarla, tú mismo. Llévatela a la aldea de donde viniste.

—Nadie se la va a llevar de mi lado— el hombre desaliñado se cansó de ver cómo discutían y dejó a la muchacha en el suelo —Parece que en este grupo hay un tipo listo, Iseul— la chiquilla se tapó la boca ocultando una sonrisa traviesa —Pero no importa, los mataremos a todos y nos quedaremos con la casa.

—¿Y nos comeremos al perro?— preguntó Iseul con ilusión.

—Sí, amor, nos comeremos al perro.

—¿Y también a los humanos?— el hombre asintió —¡Qué bien!— dijo juntando las manos —¡Tengo mucha hambre!

—Lo sé, cariño, voy a hacerte un estofado riquísimo. Solo tienes que esperar un poquito más. ¿Puedes hacerlo por mí?

—Por ti haría cualquier cosa— lo abrazó.

Los chicos se quedaron en silencio, sobrecogidos y asqueados por lo que estaban presenciando. La parejita de psicópatas, porque no había otro calificativo más adecuado para ellos, estaba conversando sobre comer humanos con una tranquilidad pasmosa. La frialdad y la falta de empatía en esos dos sujetos era aterradora.

Taehyung tuvo que ahogar una arcada al imaginar el número de personas a las que habrían matado con esa clase de engaños. No quería ni pensar en lo que podría haber sucedido si no llega a ser por la perspicacia del maknae.

El hombre sacó un hacha del saco que colgaba de su espalda. Jungkook dejó a Mellie sobre los brazos de Taehyung y miró a Hoseok de reojo.

—Sé útil y protégelos— le ordenó sin un ápice de amabilidad.

«No necesito que nadie me proteja» fue lo primero que se le pasó a Taehyung por la mente, pero la expresión de Jungkook era tan dura que prefirió no exteriorizarlo y mantener la boca cerrada.

—¿Qué pretendes hacer?— preguntó Hoseok un poco confundido.

—¿No es evidente?— desenvainó la katana —Matarlo.

El pelirrojo frunció el ceño. El hombre que tenían enfrente media más de metro ochenta. Era delgado pero musculoso y la barba negra que cubría parte de su rostro le otorgaba un aspecto fiero.

Hoseok no comprendía cómo podía hablar de matarlo, y mucho menos con tanta tranquilidad.

—Deberíamos volver a la casa. Joonie y Yoongi hyung...

—No va a dejar que nos vayamos— advirtió el maknae sin quitar la mirada de su oponente —Nos lanzará el hacha si intentamos huir.

—¿Cómo sabes eso?— se sorprendió Taehyung.

—Es lo que haría yo.

Taehyung y Hoseok le miraron perplejos.

Jungkook iba a caminar hacia el tipo cuando el hermano de Yoongi lo agarró del brazo. No hizo falta que dijera nada, por la mirada que le echó supo al instante que estaba muy preocupado.

—Hyung...

—¿Por qué no buscamos otra manera?— le interrumpió —No quiero que vayas, no quiero que mueras.

—¿Tan poca confianza tienes en mí?— esbozó una media sonrisa —Moriré algún día pero ese día no es hoy, así que no te agobies.

—¿Lo prometes?— Taehyung no quería dejarlo ir, estaba aterrado.

—Lo juro— Jungkook le apretó el brazo antes de soltarse de su amigo.

El tipo estaba acariciando el hacha cuando el menor caminó en su dirección.

—¿Uno contra uno? ¿En serio?— soltó una carcajada —Entre los tres podríais tener alguna oportunidad pero de uno en uno... Vais a acabar en una olla.

—Como caldo, como caldo— canturreó la niña dando palmaditas con las manos.

Jungkook miró a la chica, estaba apoyada contra un árbol y no dejaba de sonreírle de forma siniestra.

—¿De qué manicomio os habéis escapado tú y tu hija?— preguntó Jungkook mirando al tipo.

—¡Soy su hija y esposa, pedazo de mierda!— gritó la niña como una energúmena.

Su reacción fue tan feroz que sobresaltó a Hoseok. El joven se quedó de piedra, murmurando un «Oh Dios mío» mientras Taehyung se tapaba la boca impactado y sobrecogido por las palabras de la extraña muchacha.

El maknae la miró asqueado, pero su repulsión no era hacia ella sino hacia el hombre que les sonreía con malicia.

—¿Qué puedo decir?— dijo con cinismo —La sangre es más espesa que el agua.

—Eres un puto enfermo— Jungkook apretó la empuñadura con fuerza. No disfrutaba matando humanos pero con este tipo iba a hacer una excepción.

Mellie empezó a ladrar cuando el hombre lanzó el primer ataque.

Jungkook consiguió esquivarlo echando el cuerpo hacia un costado. El maknae quiso atravesar el abdomen del pedófilo con el sable, pero sus movimientos con el hacha fueron tan rápidos que desistió. Retrocedió ágilmente y se protegió de un golpe mortal bloqueando el hacha con la katana. El tipo era fuerte, Jungkook tuvo que emplearse a fondo para evitar que el metal llegase a rozar su cabeza. Empujó el sable japonés con todas sus fuerzas, haciéndole retroceder, liberándose de una situación arriesgada.

Taehyung sintió una presión enorme en el pecho. Los nervios le comían vivo cada vez que el desconocido lanzaba un ataque. Tenía un miedo horrible por su amigo, un miedo que le costaba controlar.

Mellie seguía ladrando como una fiera y el joven estaba tan distraído por el enfrentamiento que estuvo a punto de soltarla. Hoseok agarró a la perrita rápidamente, evitando que esta saliese en defensa de Jungkook.

—Te voy a arrancar la piel lentamente y luego obligaré a tus amigos a comérsela— aseguró el hombre con una sonrisa perversa.

—¿Se te fue la olla antes o después del apocalipsis zombie?

—¿Apocalipsis zombie?— soltó otra carcajada —¿Así lo llamas? Yo lo llamo "La era de la libertad".

—Déjame adivinar— Jungkook no dejó de moverse de un lado hacia otro, igual que hacía su oponente —Eras un tipo con un empleo mediocre y un sueldo mediocre, al que su jefe jodía a diario. Tu mujer se casó contigo creyendo que tendría una buena vida pero resultaste ser, igual que para tus padres, una tremenda decepción. Te dejó por otro, ¿no es así? Seguramente por alguien mucho más exitoso que tú. Decidiste secuestrar a su hija para castigarla por dejarte. Viendo lo trastornada que está la muchacha diría que la tuviste cautiva durante muchos años, criándola y moldeándola a tu gusto, ¿me equivoco?

La sonrisa del tipo desapareció.

—Te ocultaste en algún sitio solitario para no ser atrapado por la policía y cuando sucedió todo esto, saliste de tu escondite para cometer las atrocidades que siempre rondaron por tu mente enfermiza— Jungkook hizo una breve pausa y continuó —Sigues siendo el mismo fracasado, el mismo tipo mediocre al que nadie quería y al que nadie recordará— le sonrió con una aplastante seguridad.

—¡Te voy a matar!— gritó enervado.

—¡Inténtalo!— se chuleó.

Taehyung ahogó un grito al ver con la brutalidad que atacó a su amigo.

Esa reacción era justo la que buscaba el menor. El hombre agitó el hacha en todas las direcciones, cortando ramas y arbustos, tratando de alcanzar al maknae con el filo.

Jungkook sabía que podía perder la vida si llegaba a ser alcanzado por aquel arma, sin embargo no se dejó dominar por el miedo.

Su templanza era impresionante a ojos de Hoseok, quien seguía sin poder apartar la mirada de ellos.

—Eres un psicópata, un pedófilo y un caníbal pero dime, ¿también te follas a cadáveres? Solo falta la necrofilia en tu informe psiquiátrico.

—¡No soy un enfermo!— escupió con odio. El hombre sentía que Jungkook lo estaba juzgando y despreciando desde un pedestal y esa sensación le producía una gran ira.

—No, claro, no eres un enfermo. ¿Cómo he pensado eso?— contestó con sarcasmo.

Taehyung se mordió el pulgar. ¿Por qué le estaba provocando? No lograba comprender qué pretendía el maknae.

Jungkook retrocedió entre provocación y provocación. Quería llevar al tipo hacia un lugar concreto, sin embargo no contó con la niña. Iseul apareció de repente por su espalda y le hizo un corte vertical en la pantorrilla.

Jungkook soltó un grito que dejó helados a Taehyung y Hoseok.

La muchacha quiso apuñalarle con el cuchillo pero el joven consiguió empujarla lejos antes de caer al suelo.

—¡No te acerques, hyung!— gritó.

Taehyung estuvo a punto de salir corriendo pero se detuvo ante sus palabras.

Jungkook rodó por el suelo, evitando el hacha del tipo y alejándose de él y de su esposa psicópata. Cuando se alzó vio al hombre acariciando la cabeza de la muchacha en un gesto de aprobación.

—¡Que pocos huevos tienes!— soltó Jungkook —Dejar que una niña te ayude... ¡Qué vergüenza!

El criminal se volvió a mosquear.

Jungkook aguantó el dolor del corte como pudo. No sabía si era leve o profundo, nunca había sufrido una herida como esa pero dolía a rabiar.

El maknae desvió la vista un segundo hacia Taehyung. Su amigo parecía muerto de miedo.

—Iseul, cariño, no te vuelvas a meter.

La niña desapareció entre los árboles y el hombre corrió hacia Jungkook.

El menor sabía que no podía hacerle frente con una herida en la pierna. Si quería sobrevivir tenía que acabar con él en ese mismo instante.

Jungkook se agachó en el último suspiro evitando la hoja del hacha. El metal se empotró con violencia contra el tronco de un árbol. Solo fueron unos pocos segundos los que tardó el tipo en recuperar el arma, pero esos pocos segundos le bastaron al hermano de Jimin para atravesarle el pecho con la katana.

—La gente como tú no debería existir— le dijo con desprecio, antes de sacar el filo de su interior.

Taehyung sintió un alivio enorme al ver cómo caía al suelo, al igual que Hoseok, que por fin volvió a recuperar la respiración.

Iseul estalló en llanto. La chica estaba a punto de correr hacia su progenitor cuando un infectado hincó los dientes en su hombro. El grito que dio estremeció a todos.

Varios infectados habían sido atraídos hacia el lugar por los ladridos de Mellie.

El adolescente destrozó el cuerpo de la niña, arrancándole el intestino de cuajo. Los gritos desesperados del hombre que se desangraba en el suelo hicieron que los otros dos infectados que venían por el bosque se echaran sobre él.

La muchacha no tardó en morir, el hombre sin embargo siguió gritando y gimiendo de dolor durante un rato. Los infectados se dieron un festín con su carne y Jungkook no movió un solo dedo por él. Dejó que se alimentasen y cuando vio que había muerto, los eliminó a los dos.

Taehyung mató al infectado que estaba con los restos de Iseul. Después de asegurarse que no había más muertos vivientes, corrió hacia Jungkook y le abrazó con tanta fuerza que por unos segundos creyó hacerle daño.

El maknae se dejó abrazar con gusto y hundió el rostro en su cuello.

—¿Estás bien? ¿Te duele mucho? ¿Es muy profundo? ¿Dónde te ha cortado?— las preguntas se amontonaron unas encima de otras —¿Por qué no dices nada?

—Porque no me dejas— contestó apartándose de él —Respira hondo, hyung.

Taehyung respiró profundamente, respiró hasta tres veces. Jungkook sonrió a pesar del dolor que estaba sintiendo. Ver a su amigo tan preocupado por él le hizo feliz.

Taehyung se quitó la camisa verde que vestía y se agachó para vendarle la herida. Jungkook apretó los dientes pero no emitió ningún sonido de dolor.

—Hobi hyung es enfermero, debería echarte un vistazo cuando lleguemos a casa— se levantó y le miró a los ojos. Aunque estaba aliviado por verle bien, seguía teniendo una enorme tensión en el cuerpo.

Jungkook no apartó la mirada en ningún momento; Taehyung sintió que hacía tiempo que no se sostenían la mirada tan seguido.

Mellie fue la que cortó ese momento entre ellos. La perrita estaba saltando contra la pierna del maknae, intentando llamar su atención.

—Eh, pequeña, ¿qué haces aquí?— la cogió en brazos —¿No deberías estar con...?

Jungkook y Taehyung se sorprendieron mucho al ver la expresión en el rostro de Hoseok. Estaba pálido, con la mirada perdida, moviendo los labios y murmurando algo que ninguno de ellos pudo entender.

—¿Qué le sucede?— Jungkook se apoyó en el hombro de Taehyung para acercarse al joven.

Hoseok parecía completamente ido, como en trance.

—Hyung, ¿qué te pasa?— preguntó Taehyung asustado.

Pero Hoseok no contestó, ni siquiera parecía consciente de que estaban justo a su lado. Lo único que hizo fue repetir «Lo siento, es culpa mía, lo siento, es culpa mía» con voz temblorosa, una y otra vez. 

Puede que a Jungkook los temas amorosos no se le den precisamente bien, pero cuando se trata de plantarle cara al peligro, no tiene rival. Esta situación ha conseguido suavizar las cosas entre Taekook.

¿Pero qué sucede con Hoseok?
¿De verdad creíais que el chico de la eterna sonrisa no ocultaba nada? 👀

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