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83

Yoongi miró el plato de arroz frito con verduras, huevos y pan. El estómago le rugió al ver lo que tenía enfrente.

—Me llamo Kim Namjoon. ¿Y tú?

—Min Yoongi— contestó antes de llevarse un poco de arroz a la boca —Soy del 93.

—Vaya, creí que eras más joven que yo— Namjoon arqueó una ceja —94.

—Las apariencias engañan— contestó con la boca llena.

Namjoon esbozó una leve sonrisa.

—Cierto— le miró a los ojos —¿Eres de Busan?

—Sigues sin decirme por qué me has ayudado.

—Te he salvado la vida, ¿no deberías al menos contestar a mis preguntas?

Yoongi lo meditó unos segundos.

—Soy de Daegu— mordió el pan.

—Ah... Daegu— bajó la mirada.

—¿Y tú?

—Seúl.

—¿Qué haces tan lejos de casa?

Namjoon se quedó en silencio, mirando cómo comía. A Yoongi le dio tiempo a acabarse el pan antes de que el menor continuase con la conversación.

—Mi padre era militar— comenzó a decir de forma pausada —Cuando el virus empezó a propagarse en Seúl, huimos de allí para refugiarnos en Busan.

—Aquí no parece que estemos mucho mejor.

—No, pero hay un sitio donde podríamos estarlo.

—¿Qué sitio?— preguntó extrañado.

—Mi padre me dio la fotografía de una base militar secreta, un refugio preparado para sobrevivir al virus y a los infectados.

—Espera un segundo— Yoongi dejó los palillos sobre el plato —¡¿Me estás diciendo que existe una base militar secreta preparada para sobrevivir a un virus que apareció de repente?!— vio cómo asentía con la cabeza —¿Entonces los militares lo sabían?

—No solo lo sabían, el gobierno de Corea del Sur creó el virus.

—¿Qué?— le miró atónito.

—El gobierno pretendía soltar el virus en Corea del Norte y eliminar la amenaza que supone para nosotros y para el resto del mundo. Los soldados que estaban a cargo de la misión cometieron un error y se propagó dentro de nuestras fronteras.

—¿Tu padre era parte de ese grupo de soldados?

—No. Un amigo íntimo de mi padre era parte del grupo. Se lo contó todo antes de perder la vida.

Yoongi no pudo disimular su asombro. Estaba convencido de que algún gobierno estaría detrás de todo pero una cosa era creerlo y otra cosa muy diferente oírlo de primera mano. Encima no se trataba de algún gobierno cualquiera sino del gobierno de su propio país.

El mayor no conocía a Namjoon pero no le dio la sensación de que estuviera mintiendo. Su mirada era demasiado firme y transparente, no le creía capaz de inventarse semejante historia.

—Su amigo fue quien le dio la fotografía. Fuimos varias familias las que salimos de Seúl, pero...— Namjoon bajó la mirada —Solo tres personas conseguimos llegar hasta Busan.

—¿Tu padre...?

—Murió en el camino— alzó la vista.

—Lo siento.

Namjoon asintió sin mirarle a los ojos. Agradecía las palabras de Yoongi pero la muerte de su padre era algo de lo que no le gustaba hablar, por lo que cambió de tema.

—Llevamos más de un mes estancados en esta aldea, intentando dar con alguna persona que nos diga dónde encontrar la base militar pero nadie parece conocerla— dijo un poco frustrado —Creí que tú sabrías algo pero si no eres de Busan...

—¿Por eso nos salvaste?

—No. Lo que pasó en el centro comercial fue otra cosa.

—Te escucho— siguió comiendo.

—Vivimos varias personas en esta aldea. Es vieja y pequeña y está bastante apartada de la ciudad, resguardada entre las montañas— hizo una pausa —Hace unos días apareció un grupo de gente buscando ayuda para entrar en el centro comercial.

Aquí no tenemos muchos víveres pero gracias a la granja, a sus cosechas y a saquear establecimientos de pueblos pequeños podemos salir adelante.

Por eso no tenía intención de ir con ellos pero el tío que llevaba la voz cantante, un tal Park Bogum reconoció la base militar de la foto. Me dijo que si le ayudaba me diría dónde encontrarla.

—Y accediste a ir con ellos.

—Quiero que las dos personas que vinieron conmigo desde Seúl estén a salvo. Necesito encontrar ese sitio, por eso acepté, a pesar de que tenía un mal presentimiento.

Yoongi no dijo nada pero entendía esa responsabilidad mejor que nadie.

—Algunos jóvenes de la aldea se unieron por la comida. No todos se conforman con arroz y verduras.

—¿Cuántos fuisteis en total?

—Ocho sin contar a Jackson que se quedó en el coche. Los de su grupo eran diez— contestó mirándole a los ojos —Entramos en el centro comercial y estuvimos dando vueltas hasta que os vimos a ti y a tu amigo corriendo por los pasillos. Os seguimos desde una distancia prudente y cuando llegamos al supermercado nos encontramos con una escena bastante fea.

Cogimos todas las botellas de aceite que encontramos para librarnos de esos bichos. Luego cargamos las mochilas de comida y antes de irnos inspeccionamos el almacén. Me percaté de que la luz del congelador estaba encendida y como no os vi por allí, deduje que habíais entrado a resguardaros de los infectados.

La mujer con la que estaba me dijo que no debía sacaros de allí, que os conocía y que erais malas personas pero había algo en ella que no me gustó, por eso os dejé la puerta abierta.

Yoongi sintió un escalofrío. Si no llega a ser por el instinto de Namjoon habrían muerto.

—Salimos de allí por el mismo camino pero cuando llegamos a la segunda planta...— apretó los puños con fuerza —Esos hijos de puta mataron a cuatro de nuestro grupo. Los ejecutaron allí mismo y les quitaron las provisiones— expresó con rabia —Los que iban conmigo se libraron porque estábamos algo más alejados de ellos y conseguimos reaccionar a tiempo.

Tuvimos que huir de allí no solo por culpa de esos desgraciados sino también por los infectados que se nos echaron encima. Nos escondimos en una tienda durante unas horas, luego conseguimos dar con el camino y encontrarnos contigo.

—Así que fue una coincidencia— dijo mirándole a los ojos.

—Lo fue. Estábamos intentando salir de allí cuando te vi en apuros.

—¿Y la chica y el chico que perdieron la vida? ¿Eran tus amigos?

—No. Jackson los encontró hace unos días en la carretera. No teníamos mucha relación— se pasó la mano por la frente —Al huir de los infectados perdieron sus mochilas y cometieron la gran imprudencia de intentar coger las tuyas.

—No es culpa tuya, Namjoon.

—Es culpa de Park Bogum. No debimos fiarnos de él.

Yoongi miró el vaso de agua. Definitivamente los humanos eran peores que los infectados.

—¿También fuisteis vosotros los que cerrasteis las puertas de las tiendas?

—Sí, las cerramos antes de llegar al supermercado para tener menos problemas al volver.

—¿Y el infectado en silla de ruedas? ¿Fue obra vuestra?

—No. Lo del infectado es otra historia.

—Cuéntamela.

—Cuando vi a ese infectado me quedé impresionado así que le pregunté a Park Bogum si sabía algo. Me contó que ya intentó acceder al supermercado en otra ocasión y que su grupo de doce personas fue cayendo por el camino, hasta quedar reducido a cinco.

Tuvieron que resguardarse durante dos días en el almacén de la tienda de zapatos que está cerca del supermercado por la cantidad de infectados que había.

La desesperación creció entre ellos y uno de los tíos atacó a la única mujer del grupo. Intentó violarla delante de los demás y otro de los hombres se unió para forzarla.

Park Bogum se quedó sentado sin hacer nada pero el otro tipo que estaba con ellos no se limitó a mirar. Usó la fuerza para sacar a ambos del almacén. A uno de ellos lo empujó contra los infectados de la tienda y mientras lo devoraban, cogió al que empezó todo por el cuello y se lo acercó a otro infectado para que lo mordiera.

El tipo se cargó a todos los seres y esperó a que el violador se convirtiera en uno de ellos. Después de transformarse le rompió las piernas, lo sentó en una silla de ruedas que encontró tirada en la tienda y le abrió el cráneo delante de ellos.

Yoongi le miró perplejo.

—La escena les causó tanto terror que ambos salieron de allí corriendo.

—¿Y qué pasó con ese tipo?

—No podría decirte qué fue de él— negó con la cabeza —Lo encontraron en un pueblo, no les dijo su nombre y no solía hablar mucho.

—Así que es un misterio...

—Sí, aunque le honra lo que hizo— la mirada de Namjoon se endureció —Los violadores deberían correr todos con la misma suerte.

—No te lo discuto pero el hecho de que se pusiera a abrir un cráneo en mitad de un nido de infectados... ¿Qué clase de persona hace eso?— Yoongi bebió un poco de agua —No sé pero no me gustaría cruzarme con ese tipo.

—Lo más probable es que esté muerto.

Yoongi se quedó en silencio, le estaba dando vueltas a todo lo que le había contado.

—¿Y tu amigo también es de Daegu?

—¿Quién?— preguntó un poco distraído.

—El chico que estaba contigo. Rubio, metro setenta...

Yoongi meditó durante unos segundos si podía confiar en él y decidió que sí lo haría. Namjoon parecía buena gente y además le había salvado la vida varias veces. No había razón para desconfiar de él.

—No, Jimin es de Busan.

—¿En serio?— Namjoon le miró muy interesado —¿Crees que podría enseñarle la fotografía?

—Sí, puede que él y Jungkook sepan algo.

—¿Jungkook?

—Es el hermano de Jimin, los tres estábamos en el centro comercial. Jungkook se quedó en el coche mientras Jimin y yo intentábamos conseguir alimentos. La cosa no fue demasiado bien y si no llega a ser por ti...— le miró a los ojos —Gracias.

—Si me llevas con ellos estamos en paz.

—Por mí podemos salir ahora mismo— miró la bandeja —Mi familia debe creer que he muerto, deben de estar devastados.

—¿Tu familia?— Namjoon le quitó la bandeja de encima y la colocó sobre el escritorio —¿Estás con más gente?

—Solo somos mi hermano, mi novio, Jungkook y yo. También tenemos una perrita. Son lo único que tengo y debo volver con ellos lo antes posible.

Namjoon se le quedó mirando. Yoongi no supo interpretar la mirada que le echó, era demasiado enigmática.

—Lo siento pero tendrás que quedarte un poco más.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Como te he dicho, somos varias personas las que vivimos en esta aldea y cada semana salimos a buscar provisiones. El grupo que va a salir mañana a por alimentos necesita todos los vehículos disponibles.

—No importa, puedo ir caminando.

—Entiendo que tengas muchas ganas de volver con ellos pero no estás en condiciones. Has tenido fiebre y por tu aspecto juraría que todavía tienes un poco. Además— señaló hacia la ventana —Ya está oscureciendo y no voy a poner a los míos en peligro.

—¿Los tuyos?

—El chico que ha cuidado de ti es mi mejor amigo. Le he prometido que no volvería a dejarle atrás así que estoy obligado a llevarlo conmigo. A Eunha no puedo dejarla sola, no me fío de la gente y mucho menos de los hombres— Namjoon se volvió a sentar en la silla —Solo te pido que esperes treinta y dos horas más.

Yoongi estaba preocupado por cómo se estarían tomando su presunta muerte. Necesitaba verlos a todos, necesitaba comprobar que estaban bien pero lo que le pedía Namjoon era razonable. Ni siquiera podía levantarse de la cama y encima pretendía caminar hasta la casa de la montaña. Tampoco sabía dónde estaba la aldea en la que se encontraba ni cuánto tiempo le llevaría regresar con su familia.

—Joder— maldijo dejándose caer sobre la almohada —Treinta y dos horas, ni una más.

—Bien. Saldremos por la mañana.

—No tenemos muchos alimentos, Namjoon— le miró a los ojos —Si vas a venir con gente necesito que lleves algo.

—Podré reunir algunas cosas.

La puerta se abrió en ese momento y Hoseok entró con una taza en la mano.

—Oh, has comido todo— dijo al ver el plato vacío —Así te recuperarás enseguida— le acercó la taza.

Yoongi se volvió a sentar con dificultad antes de tomarla con la mano.

—Es un té de hierbas— dijo el pelirrojo sonriendo —¿Cómo te encuentras?

—Un poco cansado pero mejor que hace un rato. Gracias.

—Ya tienes mejor cara y hasta has recuperado la buena educación— contestó con entusiasmo.

Namjoon se levantó de la silla y miró a Yoongi de reojo. 

—Te dejo descansar.

Hoseok se quedó de pie al lado de la cama, como si esperase establecer alguna clase de conversación con Yoongi, pero su amigo le tocó el brazo e hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera.

—Oh, yo también te dejo descansar. Volveré en un rato para ver cómo sigues.

Ambos salieron del dormitorio y caminaron hacia la cocina, donde se encontraba Eunha jugando a las cartas. La habitación era pequeña y vieja, con los muebles de color marrón, algunos de ellos estaban tan usados que parecían caerse a trozos.

—¿Cómo está?— preguntó la muchacha al verles.

—Bien— el mayor dejó la bandeja sobre la superficie de la cocina —Ya ha pasado lo peor, solo necesita descansar.

—Qué bien— se alegró Eunha.

—¿Dónde están Jackson y Jihoon?— Hoseok tomó asiento al lado de su amiga.

—Se han ido hace un rato.

—Necesito que consigáis algunas cosas por mí— Namjoon se sentó en una de las sillas —Vamos a llevar a Min Yoongi a su casa.

—¿De verdad?— Hoseok abrió la boca de forma exagerada —¿Entonces nos llevas contigo?

—Sí— Namjoon observó cómo sus amigos chocaban los cinco y sonreían —Necesito que reunáis provisiones. Ellos no tienen muchos alimentos y no sabemos cuánto tiempo estaremos allí.

—Así que el chico misterioso es de Busan.

—No lo es, Hobi, pero dos de sus compañeros sí lo son.

—¿Qué hay de Jihoon y de Jackson oppa? ¿Ellos también van a venir?

—Les preguntaré si quieren acompañarnos pero ya conocéis la opinión de ambos.

—Esos dos idiotas siguen pensando que es un cuento— Hoseok se cruzó de brazos —Yo creo en tu padre, Joonie. Da igual lo que digan los demás, él tenía razón y vamos a demostrarlo.

Namjoon sonrió. Siempre podía contar con su mejor amigo y eso le daba mucha fuerza para seguir adelante.

—Necesitamos comida para ocho personas, diez si se unen los demás.

—Tendré que ser muy ingenioso para conseguir alimentos— bufó el pelirrojo.

—Sé que puedes, Hobi, tú tienes mucha labia. Seguro que la Señora Bae te da unas verduras de más— sonrió divertido.

—Esa lo que quiere es llevarme al huerto que no es lo mismo— suspiró.

—A veces hay que sacrificarse por los demás, amigo.

—¡Tiene 60 años! ¡Sacrifícate tú, no te jode!— soltó indignado.

Namjoon y Eunha no pudieron contener la risa.

—Tener amigos para esto— se quejó molesto.

—¿Cuándo nos vamos?— preguntó la chica.

—Salimos el jueves por la mañana.

—¿Crees que ellos sabrán algo?

—Eso espero, Eunha. Esta aldea ya no es segura. Los tipos que nos traicionaron podrían volver en cualquier momento para apoderarse de los animales y de la cosecha. Vi cómo miraron la granja...— entrelazó los dedos de las manos pensativo —El tiempo se nos agota. Recemos para que sepan algo porque si no, estamos perdidos.

Namjoon viene cargado con mucha información. En un momento ha desvelado detalles sobre el origen del virus, ha explicado qué pasó en el centro comercial y ha compartido algo que podría cambiarlo todo para su grupo y el de Yoongi. ¿De verdad existe esa base militar secreta? ¿Sabrán Jimin y Jungkook algo al respecto? El tiempo lo dirá...

Gracias por leer el capítulo. Nos vemos el lunes. ❤️

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