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72

—Quería protegerte y te he matado.

—Por favor, no digas eso.

—Es la verdad...

—No, no lo es.

—No podemos salir de aquí, Jimin.

El menor caminó hacia él y lo abrazó con fuerza. Yoongi se quedó inmóvil, mirando los cadáveres de la gente que yacía congelada a un costado.

—Vamos a encontrar una manera— le dijo con confianza —Seguro que se nos ocurre algo.

Yoongi no le contestó. ¿De verdad había una manera de salir de ahí? No solía rendirse fácilmente pero ¿qué podían hacer? Las circunstancias pintaban muy mal para ambos y saber que él sería el responsable de la muerte de Jimin le tenía completamente abatido.

—Yoongi, mírame— el mayor tardó unos segundos en hacerlo pero al final le miró a los ojos —Vamos a salir de aquí. ¿De acuerdo?

Yoongi asintió levemente. Los ojos de Jimin estaban llenos de miedo pero también había esperanza.

—¿Y si intentamos derribar la puerta juntos? Podría funcionar, ¿no?

—Inténtemoslo.

Jimin sintió un poco de alivio al notar más confianza en su voz.

Los dos se alejaron de la puerta para coger impulso. Corrieron al mismo tiempo e intentaron tumbarla aplicando la máxima fuerza posible sobre la parte superior del cuerpo, pero la puerta no se movió.

Los chicos no se rindieron y volvieron a repetir la misma acción seis veces más, hasta que el dolor en el hombro les hizo parar. El dolor y el hecho de que, a pesar del esfuerzo, la puerta seguía intacta.

—Parece que es de acero inoxidable y encima está cerrada herméticamente— Yoongi señaló hacia la pared —No hay ventanas, solo tenemos una manera de salir de aquí.

—Pero la puerta no se mueve... ¿Cómo podemos hacer que se abra?

—No tiene picaporte ni cerradura que forzar— Yoongi le miró a los ojos. La esperanza que había visto en los ojos oscuros de Jimin se estaba desvaneciendo —¿A cuántos grados crees que estamos?

—Bajo cero, quizás, no lo sé.

Ambos se miraron angustiados. Si no encontraban una manera de salir de allí, terminarían igual que esa gente.

—Hay que encontrar un camino— Jimin se puso a mirar otra vez las paredes, buscando desesperadamente algo que se les pudiera haber pasado.

Yoongi solo se frotó los brazos, intentando entrar en calor.

—Tiene que haber una manera. Tiene que haber algo que estemos pasando por alto.

—Solo hay un camino, Jimin, y no podemos cruzarlo...

—No te rindas— suplicó.

—No quiero rendirme pero... Ya lo hemos revisado todo varias veces. No hay otra salida y no hay forma de abrir esa maldita puerta.

—Sí la hay, tiene que haberla solo que todavía no hemos dado con ella.

—No la hay...

—¡Me niego!— vociferó.

—Déjalo...

—¡No!— Jimin cogió la katana y golpeó la puerta con rabia.

Yoongi se quedó mirando cómo golpeaba la hoja del sable japonés una y otra vez contra el metal. El dolor que sintió en ese instante fue abrumador.

«Si solo hubiera cogido el otro camino... ¿Por qué no elegí el otro camino?»

Jimin insistió hasta que se quedó sin fuerzas y dejó caer la katana al suelo. El rubio no se movió, siguió de pie frente a la puerta sin decir nada. ¿Qué podía decir? Lo había intentado todo pero todo no era suficiente.

Yoongi dio dos pasos hacia él y se detuvo. Quiso acercarse más, quiso decirle algo pero no pudo. No sabía qué decir o qué hacer. Solo consiguió pronunciar un «Lo siento» en voz baja. Una disculpa que no servía de nada.

Jimin se dio la vuelta y le miró a los ojos.

—¿Qué?— Yoongi no le contestó —¿Qué has dicho?

—Lo siento...— repitió —Es culpa mía.

El menor caminó hacia él y se paró justo enfrente de Yoongi.

—Sí, es culpa tuya.

La tristeza y el dolor que sintió al escuchar esas palabras no le permitieron sostener la mirada de Jimin. Yoongi sabía que era cierto pero escucharlo de su boca le hundió por completo.

—Es culpa tuya que no haya muerto en el salón de mi casa hace dos meses. Es culpa tuya que haya llegado hasta aquí, sí, es tu maldita culpa que siga vivo.

Los ojos de Yoongi se llenaron de lágrimas. Creía que estaba furioso con él, pero en la voz del rubio no había ni rastro de ira.

—Deja de culparte por todo. ¿Cómo ibas a saberlo? No me has matado, no seas estúpido— Jimin le apretó el brazo con fuerza —Lo sabíamos, ¿no? Sabíamos que no iba a ser fácil— hizo una pausa y contempló su rostro —Solo somos dos críos... Un ladrón de gasolina y un adicto a las compras— sonrió con tristeza —¿No crees que lo hemos hecho bastante bien? Para estar viviendo en un mundo tan jodido, yo creo que lo hemos hecho bastante bien.

Yoongi le abrazó, ya no pudo aguantar las lágrimas.

—Estoy orgulloso de ti. Estoy muy orgulloso de ti— los ojos de Jimin se humedecieron al escuchar el llanto de Yoongi —Me has enseñado muchas cosas. Gracias a ti he aprendido a ser más valiente, decidido y fuerte. Me has enseñado a quererme a mí mismo, a valorarme y a aceptarme tal y como soy.

Jimin se apartó de él para mirarle a los ojos pero Yoongi tenía la cabeza agachada.

—Mírame.

Yoongi le miró con amargura. Las lágrimas no paraban de deslizarse por sus mejillas.

—Te amo.

El mayor contempló la suave sonrisa de Jimin. Era la primera vez que se lo decía, era la primera vez que lo escuchaba de su boca.

—Siento no habértelo dicho mucho antes, estaba asustado... Estaba asustado por lo que pasó con Taemin... Y ahora me arrepiento... Me arrepiento por no habértelo dicho mucho antes. Odio no haber sido honesto contigo, cuando llevo queriéndote desde hace tiempo— Jimin se limpió las lágrimas con la mano —Odio decírtelo justo ahora... Justo cuando vamos a morir.

Yoongi lo apretó contra su cuerpo.

—No seas tonto, no necesito escuchar un te amo para saberlo. Me lo has demostrado a diario. No te arrepientas, conozco tus sentimientos mejor que nadie.

—Yoongi...

El mayor no lo soltó en ningún momento, se quedaron abrazados durante varios minutos.

Ambos eran conscientes de que no les quedaba mucho tiempo. Con el frío que hacía y con la ropa tan fina que vestían, probablemente morirían pronto.

¿Cuánto tardaba el ser humano en congelarse?

Ninguno de ellos lo sabía y tampoco importaba. Bajo esas circunstancias, la hipotermia terminaría llegando y con ella una muerte segura.

Jimin notó cómo Yoongi empezaba a temblar. El menor se separó de él y le miró a los ojos.

—Estás temblando.

—No se me da bien aguantar el frío. Soy una persona de verano.

Jimin se iba a quitar el jersey fino que llevaba para dárselo pero Yoongi lo detuvo de inmediato.

—¿Qué haces? ¿Pretendes morir antes que yo?

—A mí se me da bien aguantar el frío. Soy una persona de invierno— le sonrió.

—Si te quedas sin jersey no vas a aguantar mucho— Yoongi le volvió a abrazar —Estoy bien, podemos darnos calor mutuamente.

—Pero...

—Sin peros, Jimin, no me vas a dar tu ropa y punto.

Jimin no dijo nada más. Cerró los ojos y se mantuvo pegado a él.

Los minutos pasaron y los jóvenes se sentían muy cansados. Habían estado en gran tensión, corriendo de un lado a otro, luchando contra todos los infectados que aparecían y ahora el cansancio se hacía notar.

Yoongi y Jimin sabían que debían moverse, mantenerse activos, pero ¿para qué? Jungkook no iba a ir a por ellos. El maknae había prometido seguir la voluntad de su hermano y Taehyung estaba a kilómetros de allí, sin saber absolutamente nada de lo que ocurría.

No tenía ningún sentido albergar esperanzas.

Al cabo de un rato decidieron sentarse en el suelo, justo al lado de la puerta. Jimin tenía a Yoongi entre sus brazos. El mayor no dejaba de temblar, a pesar de que su novio se esforzaba en frotarle las manos y los brazos para darle calor.

—La primera noche que pasé en tu casa...

—Nuestra casa— le corrigió —Tú nunca aprendes, ¿no?

—La primera noche que pasé en nuestra casa— rectificó sonriendo —Soñé con Jin.

—Lo sé.

—¿Cómo lo sabes?

—Me desperté sobresaltado porque me tenías abrazado por la espalda.

—¿En serio? ¿Eso hice?— preguntó sorprendido —¿Por qué no me lo dijiste?

—¿Y cómo te lo iba a decir? Te pegaste a mí, no me soltabas y me hiciste sentir muchas cosas... Me dijiste "No te vayas, te necesito" pero en realidad se lo decías a Seokjin hyung. Fue muy vergonzoso. Hasta creí que tenías algo con él...

—¿Qué? ¿Jin y yo? ¿Me tomas el pelo?

—No te rías— Jimin infló los mofletes —¿Qué iba a saber yo? Estaba celoso.

—¿Estabas celoso?— se volvió a sorprender.

—Sí. En ese momento no me di cuenta pero echando la vista atrás, sí, estaba celoso de Seokjin hyung.

—Que tonto eres— soltó una carcajada.

—¿Has terminado de reírte de mí?— Jimin torció la boca y Yoongi se apretó un poco más contra él —¿Qué querías contarme?

—Esa noche tuve un sueño, solo fue un sueño pero pareció muy real— explicó con melancolía —Jin me dijo que debía cuidar de Tae, dejar de culparme por lo que había pasado e intentar algo contigo.

—Fuiste rápido, lo intentaste esa misma noche.

—Ya ves, y de eso me entero hoy.

Jimin sonrió mientras frotaba las manos de Yoongi.

—Recuerdo que me dijo; "No quiero volver a verte hasta que seas muy viejo y feo y hayas tenido una vida plena y feliz."

—Le pega decir algo así.

—No sé por qué he pensado en ese sueño— Yoongi miró hacia los cadáveres —Quizás porque pronto lo volveremos a ver y le he fallado.

—Cariño, no le has fallado. Siempre has cuidado de tu hermano, has dejado de culparte por lo que sucedió y estás saliendo conmigo. Has hecho todo lo que te pidió.

—Pero no seré viejo— le miró a los ojos —Quería tener una vida plena y feliz contigo... Pero moriré a los 24 años.

Jimin sintió un profundo dolor en su corazón.

—Aunque solo haya sido un sueño, me hubiera gustado cumplir su deseo— dijo con pesar.

—Vas a cumplir lo que me prometiste a mí.

—¿Qué?

—Dijiste que nunca me dejarías solo y no lo has hecho— Jimin le sonrió —Estoy convencido de que Seokjin hyung también está orgulloso de ti, a pesar de que no te has vuelto viejo.

—Y feo.

—Tú nunca serás feo.

Yoongi le sonrió suavemente y acarició la mejilla de Jimin. Luego le agarró de la nuca para inclinar su cabeza hacia la suya con la intención de besarle.

—Yoongi...

—Ya ha terminado todo para nosotros. Déjame besarte.

Jimin cerró los ojos. Su novio tenía razón. Aunque en el fondo todavía albergaba una leve esperanza, la realidad era distinta. La realidad era cruel y los milagros no existían.

Los labios del rubio estaban fríos, igual que los suyos pero a Yoongi no le importó. Le besó con ternura y Jimin correspondió a sus caricias con el mismo cariño.

—Espero que Tae tenga razón— dijo al separarse de su boca.

—¿Sobre qué?— preguntó Jimin.

—Sobre la muerte— contempló sus ojos oscuros —Quiero estar contigo para siempre.

—Lo estaremos.

Ambos se volvieron a fundir en un profundo beso.

El tiempo pasó y el frío se hacía cada vez más insoportable. Yoongi no dejaba de tiritar con violencia y aunque Jimin le estaba abrazando con su cuerpo, cubriéndole como podía, su temperatura corporal también estaba descendiendo por lo que no conseguía darle el calor que necesitaba.

Ninguno de los dos sabía con certeza cuanto tiempo llevaban en ese congelador. Jimin se percató de que Yoongi había cerrado los ojos.

—Cielo...— pronunció con voz temblorosa —Yoongi...

El mayor abrió los ojos lentamente pero no dijo nada.

—Quédate conmigo. Sé que tienes frío y estás cansado pero... Quédate conmigo.

—Te quiero...

La voz de Yoongi sonaba débil. Las lágrimas volvieron a apoderarse de los ojos del menor.

—Y yo a ti. Te quiero muchísimo.

Yoongi sonrió y volvió a cerrar los ojos. Jimin pegó su mejilla contra la suya e intentó darle calor frotando su cuerpo con intensidad, como había estado haciendo hasta ahora.

—Ojalá pudiera escucharte tocar el piano...— murmuró con tristeza —Me gustaría escucharte... Una última vez...

Jimin empezó a tararear la melodía favorita de Yoongi en voz baja. Poco a poco fue subiendo el tono para hacerse oír pero a los pocos segundos tuvo que parar. Las lágrimas no le permitieron continuar.

Bajó la cabeza para mirar a Yoongi a la cara; parecía dormir plácidamente. Tenía una expresión suave en el rostro, una sonrisa llena de paz. Jimin le besó en los labios y en la frente, luego apoyó la cabeza contra la suya.

—Espérame...

Jimin cerró los ojos y pensó en Jungkook y en Taehyung. Pensó en Mellie, en su mejor amiga Yongsun, en Byulyi, en su madre y hasta en su padre. Pensó en Seokjin, al que pronto iba a ver otra vez y también en la gente de la academia.

Recordó la primera vez que vio a Yoongi en Daegu y la primera vez que fue amable con él. Recordó el puñetazo que le dio en el bosque, la noche que pasaron en la cueva, cómo le salvó de morir estrangulado y cómo compartió cama con él cuando solo eran amigos.

Recordó la primera vez que le vio tocar el piano, su primer beso y la primera vez que hicieron el amor.

Pensó en la sonrisa de Yoongi cada vez que deslizaba sus manos por las teclas del piano y en lo feliz que había sido los últimos meses con él.

Jimin imaginó cómo hubiera sido conocerle en otras circunstancias.

Imaginó a Yoongi como un estudiante de música, un estudiante que visitaba su casa de Busan tres veces por semana para tomar clases particulares con su madre. Imaginó cómo hubiera sido enamorarse de él en esas condiciones, ir con Yoongi al cine, ir a comer, tener citas normales, conversaciones normales, momentos normales.

Imaginó cómo hubiera sido casarse con él y por qué no, hasta tener hijos.

Jimin apretó la mano de Yoongi con suavidad. Su mano estaba fría y el joven no le devolvió el apretón.

¿Ya se había ido? ¿Ya no estaba con él?

Jimin dejó de pensar, dejó de luchar, solo quería terminar con todo; quería descansar.

Pero un ruido le devolvió a la realidad. Un ruido le despertó y le devolvió al presente. Jimin miró hacia la puerta. ¿Estaba soñando o ya había muerto?

—Yoon... Yoongi... La... La puerta... La puerta está abierta. 

Ufff. Ha estado cerca... Pero no, no podía acabar con Yoonmin de esta manera; no habría tenido sentido darles un final así.
Me gustaría saber cómo lo habéis vivido. ¿Pensabais que iban a morir o creíais que se salvarían?

Tenemos otro misterio. ¿Quién ha abierto la puerta? ¿Quién los ha salvado de una muerte segura? ¿Qué pensáis? 🤔

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