Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

69

Jungkook suspiró decepcionado. La estación de servicios estaba completamente calcinada. El fuego había arrasado con todo, dejando un panorama desolador a su paso.

-Encontraremos otra- dijo Jimin intentando levantar el ánimo del grupo -Y si no encontramos otra gasolinera, siempre podemos cambiar de vehículo. Seguro que en el centro comercial hay un montón a nuestra disposición.

-¿Sabes hacer un puente, hyung?- le preguntó Jungkook un poco desmotivado.

-No...

-Entonces de nada nos sirve cambiar de coche- se cruzó de brazos -Dudo mucho que la gente se haya dejado las llaves puestas.

-Eso no lo sabes.

-No, no lo sé, pero la suerte no suele estar de nuestra parte.

-Podemos vaciar el deposito de un coche y llenar el nuestro- sugirió Yoongi mientras volvía a poner el vehículo en marcha -Ya lo he hecho varias veces.

-¿En serio?- Jungkook le miró con los ojos muy abiertos -¿Eso se puede hacer?

-Claro, solo hay que saber cómo hacerlo.

-Cariño, tienes talento para todo- le sonrió Jimin orgulloso.

-Bueno, se me da bien buscarme la vida- contestó con una sonrisa pícara.

-¿Qué quieres decir con eso?- Jungkook le miró con mucha curiosidad -¿Robabas gasolina?

-Solo digo que tengo talento para buscar soluciones en época de crisis- se encogió de hombros.

Jimin se rió y Yoongi se contagió con el sonido de su risa.

Era cierto que en más de una ocasión le había birlado la gasolina a algún rico en el barrio donde trabajaba. Lo dejó por miedo a ser pillado, pero en realidad se le daba francamente bien.

-¿Me enseñas?

El mayor miró a Jungkook a través del espejo retrovisor y asintió con la cabeza.

-A la vuelta te enseño.

Jungkook se echó satisfecho hacia atrás. Jimin se fijó en su hermano y luego en Yoongi; le encantaba ver lo bien que se llevaban.

A los diez minutos llegaron a su destino.

Yoongi paró el coche en lo alto de una cuesta, justo al lado de un roble. Lo primero que debían hacer era analizar la situación, ver cómo estaba el lugar, por dónde podían entrar y qué zonas tenían menos peligro.

Lo más inteligente era hacerlo desde una distancia prudente, por eso Jimin había elegido ese sitio.

Yoongi nunca había estado en esa zona del país por lo que no conocía el centro comercial a las afueras de Busan. Cuando lo vio ante él se quedó muy impresionado. Como la ciudad no era precisamente pequeña, esperaba ver una explanada amplia ante él, lo que no esperó fue encontrar un sitio tan moderno.

Había cinco edificios de siete plantas pegados los unos a los otros, en forma de parábola. Algunos de ellos tenían la fachada completamente acristalada, otros en cambio lucían un revestimiento de metal, lo que llamó mucho la atención del joven.

Varias ventanas estaban rotas, de algunas colgaban cortinas atadas las unas a las otras. La gente, presa del miedo y de la desesperación, debió intentar usarlas como cuerdas para huir del edificio. Por la altura era poco probable que hubieran sobrevivido a una caída.

Una hilera de árboles cubría el paseo de la entrada de forma horizontal, dibujando un bonito jardín de un lado a otro. Justo a la mitad se encontraba una fuente de piedra, con la figura de una sirena en el centro. Algunos infectados estaban dando vueltas dentro de la fuente.

El suelo de la explanada también llamó la atención de Yoongi. Había muchos objetos tirados por los alrededores que no podía reconocer desde la distancia, pero teniendo en cuenta que estaban en un centro comercial, no era difícil deducir de qué objetos se trataba; bolsas de la compra, chaquetas, carteras, bolsos, móviles y otras pertenecias que debió perder la gente al huir. Aunque los objetos materiales eran lo de menos. El suelo también estaba manchado de sangre.

A pesar de que el aparcamiento era subterráneo, se podían ver muchos vehículos por la zona. Unos cuantos de ellos estaban volcados, otros habían chocado con violencia. La mayoría de las puertas se encontraban abiertas. La gente, viendo que no podía avanzar en coche, debió salir de allí a pie.

Como cabría esperar, había infectados caminando por todo el recinto. Yoongi, Jimin y Jungkook nunca habían visto tantos juntos, ni siquiera cuando salieron de Daegu vieron tantos muertos vivientes caminando por las calles.

-¡Joder!- Yoongi se pasó la mano por la nuca -¿Cómo vamos a entrar ahí?

Hubo un largo silencio entre ellos.

-Podemos dar un rodeo para llegar a la parte posterior del edificio- sugirió Jimin pensativo -El supermercado queda en la otra punta. Si entramos por la entrada principal tenemos que dar mucha vuelta y viendo cómo están los alrededores, estoy convencido de que el interior está igual o peor. Nos conviene ir por el camino más corto.

-¿Sabes cómo llegar hasta el supermercado?- le preguntó Yoongi.

-Sí.

-¿Y eso?- Jungkook frunció el ceño extrañado -¿Desde cuando vas a comprar al súper?

-¿Aquí? Nunca, pero está justo enfrente de la tienda de Gucci.

-¡Ah claro, algo era ello!- Jungkook puso los ojos en blanco -Tenía que ser por eso...

-¿Qué? Me gusta la ropa- se defendió al ver la mueca de su hermano.

-Te obsesiona la ropa- le corrigió con descaro -Tienes la mitad del armario sin estrenar.

-¿Y qué? Nunca sabes cuando puedes necesitar algo nuevo.

-Estás obsesionado con la moda- le criticó -Compras a todas horas, por eso te conoces estas galerías a fondo. No me sorprendería en absoluto que hubieras pasado alguna noche en una tienda de estas para poder seguir fundiendo la tarjeta de crédito a primera hora de la mañana.

-Lo dice el que se ha recorrido todos los restaurantes de Busan en busca del mejor Ramen de la ciudad- bufó -No tienes ningún derecho a decir que estoy obsesionado con la moda cuando tú estás claramente obsesionado con unos fideos.

-¡No son unos simples fideos, son un arte culinario! ¡Un arte culinario!

-Sí, un arte culinario que preparas con agua hirviendo porque eres demasiado vago para hacer un Ramen de verdad- se burló.

-¿Cómo te atreves?- dijo exaltado.

-¡Cómo te atreves tú!

Yoongi se rió y los Park le miraron indignados.

-Mi hermano ha sucumbido al capitalismo, no entiendo cómo puedes salir con él.

-Claro, porque tú nunca gastas dinero, ¿no?- contestó con ironía -La colección de cámaras antiguas que está cogiendo polvo en tu habitación la compraste con dinero del monopoly- Jimin miró a Yoongi molesto -¡Ni siquiera funcionan! ¡Eso sí es tirar el dinero!

-¡Qué cruel!- Jungkook golpeó a su hermano en el brazo -Métete conmigo no con mis cámaras.

-Has empezado tú- se encogió de hombros.

Yoongi se volvió a reír. El mayor estaba muy preocupado por lo que tenían enfrente pero la pequeña discusión entre los Park le despejó la mente.

-¿Qué te resulta tan gracioso?- preguntó su novio en un tono picajoso.

-Lo pijos que sois los dos- contestó entre risas -Y menos mal que lo sois- Yoongi le miró a los ojos -Gracias a tu pasión por la moda conoces este lugar mejor que ninguno de nosotros. Eso es una gran ventaja, Jimin, así no nos perderemos.

-No había caído en eso- Jungkook también miró a su hermano -Yoongi hyung tiene razón. Tu obsesión inútil no es tan inútil.

Jimin cogió la botella de agua que tenía a sus pies y bebió un trago. Había pasado muchas tardes en ese centro comercial. Cuando discutía con su padre, que era muy frecuente, solía ir allí a fundir la tarjeta de crédito en venganza. Era una manera muy superficial e inmadura de vengarse de él, pero era la única manera que conocía y que a la vez le daba un poco de consuelo.

Jimin había pasado horas y horas recorriendo todas las tiendas mientras intentaba preocupar a su padre. Al principio lo hacía para hacerle sentir mal, para crearle remordimientos por su comportamiento, por cada discusión que tenían. Pero el patriarca de los Park no solía notar su ausencia, a pesar de que Jimin se tiraba mucho tiempo fuera de casa, su padre nunca le decía nada.

Por eso desistió en llamar su atención y se rindió.

El rubio colocó la botella en su sitio y se giró hacia Yoongi.

-Podemos entrar desde la cocina del restaurante chino. Creo que es el punto más cercano y más seguro.

-¿Dónde queda?

Jimin les explicó a ambos dónde se encontraba el restaurante y por dónde debían ir para llegar hasta el supermercado del centro comercial. Cuando todo quedó hablado, Yoongi puso el vehículo en marcha, bajó la cuesta y tomó el camino que le indicó su novio.

Por la parte posterior del centro comercial había menos infectados que por la entrada. Aun así el número de ellos no era pequeño, la amenaza estaba ahí y no debían subestimarla.

El mayor del grupo condujo a velocidad reducida por una calle estrecha. Giró hacia su izquierda, luego hacia la derecha y tres veces más hacia la izquierda hasta entrar por un callejón sin salida.

Algunos infectados fueron caminando detrás del coche, otros lo tocaron al pasar. El brazo de una mujer se desprendió al golpear la ventanilla de Jungkook, dejando una mancha en el cristal.

Yoongi detuvo el coche cerca de la puerta trasera del restaurante chino. Había varios contenedores al fondo de la calle y múltiples objetos tirados por el asfalto. El lugar era siniestro y el ambiente que se respiraba lo era incluso más.

-¿Qué es eso?- Yoongi señaló el edificio que tenían al lado -¿Es parte del centro comercial?

-No- contestó Jungkook -Es una pista de patinaje antigua. Quieren... Querían tirar el edificio para crear una sala de cines, ¿verdad?

El rubio asintió a las palabras de su hermano menor.

-Bueno, pues de ahí no necesitamos nada- Yoongi apagó el motor -Iremos Jimin y yo. Jungkook, sé que quieres venir pero es mejor que te quedes vigilando el coche y limpiando la zona.

-¿Limpiándola?- preguntó confundido.

-Si aparecen muchos infectados y nos bloquean la salida, va a ser difícil huir de aquí. No te arriesgues ni seas temerario, solo intenta mantener la salida libre.

-De acuerdo.

-Por cierto, ¿sabes conducir?

-Sí. Me saqué el carnet de conducir en el extranjero.

-Perfecto.

Los tres salieron del vehículo y ya tenían a varios infectados aproximándose hacia ellos. Yoongi y Jungkook, katanas en mano, caminaron juntos por la carretera para eliminarlos mientras Jimin vaciaba las mochilas en el maletero.

-¡No me lo puedo creer!- dijo sorprendido -¡Ha conseguido el tinte!- Jimin se dio la vuelta y vio cómo caían dos de los seis infectados sobre el asfalto. El rubio cogió otra mochila mientras observaba a Yoongi caminando hacia una mujer sin un brazo. Vació la mochila de los medicamentos y después metió la que había vaciado dentro de la que tenía en la mano.

«Llevaremos cuatro. No podemos hacer varios viajes, sería demasiado peligroso»

Jimin hizo lo mismo con las otras dos mochilas. Jungkook mató al último infectado que quedaba en pie. Después de dejar la calle libre de muertos vivientes, él y Yoongi regresaron al lado del rubio.

-¿Tienes todo?- preguntó el mayor.

-Sí- Jimin le miró fijamente a los ojos -He visto que has conseguido el tinte.

-Claro, soy un hombre de palabra- afirmó orgulloso.

-Y los preservativos y lubricantes son un extra, ¿no?- le sonrió divertido.

Yoongi los vio dispersos por el maletero. Lo cerró, se quedó en silencio durante unos segundos y luego le miró a los ojos.

-Eran gratis.

Jimin le dio un golpe en el brazo mientras se reía. Yoongi intentó mantenerse serio pero le fue imposible al escuchar la risa del menor.

Jungkook estaba apoyado contra la puerta del copiloto, mirando hacia la entrada del callejón por si aparecían más infectados. La risa de su hermano le distrajo un poco.

Le habría gustado ir con ellos pero sabía y entendía que alguien debía quedarse atrás. Jimin conocía el camino, su presencia era fundamental y Yoongi quería ir con él. Era lógico, era normal y el maknae lo respetaba. Aun así se sentía intranquilo. No le gustaba la idea de tener que quedarse al margen.

-No seas insensato, imprudente y descuidado.

Jungkook sonrió al escuchar las palabras de su hermano y le entregó la katana.

-Eso mismo me dijiste antes de salir por primera vez de caza con Yoongi hyung.

-Sí, y te entró por un oído y te salió por el otro. Todavía recuerdo como apareciste con esas dos cabezas, sonriendo como un estúpido- soltó indignado.

-Ese día casi te llevas una patada en los huevos- dijo Yoongi recordando el tremendo cabreo que pilló Jimin.

-Sí, aunque me llevé una colleja- comentó Jungkook entre risas.

-¿Te llevaste una colleja?

El maknae señaló a Yoongi y el mayor asintió con la cabeza. Jimin se quedó muy sorprendido. Desconocía esa parte de la historia.

-Siento haber sido insensato, imprudente y descuidado. Te prometo que no volverá a pasar. No os preocupéis por mí, yo estaré bien. Sois vosotros los que debéis tener cuidado.

-Lo tendremos- Yoongi le dio un abrazo -Cuidaré de tu hermano, te lo prometo.

-Sé que lo harás.

Cuando Jungkook soltó a Yoongi, se fijó en que la expresión de su hermano había cambiado completamente. Estaba serio, no quedaba ni rastro de la sonrisa que había mostrado segundos atrás.

-Si no volvemos antes de las siete de la tarde, quiero que vuelvas a casa.

-¿Qué?- Jungkook le miró atónito -Hyung...

-Escúchame- le interrumpió -Todos queremos salir de aquí con vida. Todos queremos regresar... Pero hay que ser realistas. Si no volvemos antes de las siete, quiero que te vayas de aquí. No entres. Vuelve con TaeTae y busca otra manera de sobrevivir.

-Pero...

-Prométemelo- le cortó.

-Hyung...

-Prométemelo- insistió.

-Te lo prometo- contestó con amargura -No me gusta... Pero te haré caso.

Jungkook abrazó a su hermano con ímpetu y Jimin le correspondió al abrazo con la misma intensidad. El rubio no pensaba morir, iba a luchar para regresar con los víveres que necesitaban. Solo quería asegurarse de que, en el caso de que algo saliera mal, Jungkook estaría a salvo.

Necesitaba saber que su hermano menor sobreviviría a ese infierno.

-Tenemos que irnos- Yoongi tocó el brazo de su novio.

Jimin miró otra vez a su hermano, le sonrió con pesar y luego caminó hacia la puerta del restaurante. Sabía perfectamente a lo que se exponían y precisamente porque lo sabía, no conseguía calmarse.

-Todo saldrá bien.

Jimin se detuvo enfrente de la entrada y miró a Yoongi.

-¿Seguro?

-Hemos pasado por muchas cosas, también podemos con esto- Yoongi le sonrió con confianza -Te lo prometo.

-Espero que tengas razón. Tengo un mal presentimiento...

-Solo son los nervios- le cogió de la mano y la apretó con fuerza para darle seguridad -Intenta tranquilizarte. Tienes que estar centrado.

Jimin respiró profundamente. Jungkook les observó desde el coche. No podía oír lo que decían pero por las muecas que ponía su hermano, parecía algo tenso.

-Todo irá bien, hyung- dijo para sí mismo. El maknae no les quitó la vista de encima hasta que entraron por la puerta. Justo cuando Jimin la iba a cerrar, el rubio le miró y le sonrió.

Jungkook sintió un escalofrío. Algo en su interior le decía que no debía dejarles ir solos.

Los Park y sus discusiones. Yoongi ya está tan habituado que ni se inmuta. 😆 Este capítulo ha sido menos tenso, ¿no? Espero que lo haya sido porque a partir de ahora la cosa se volverá mucho más intensa...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro