27
Yoongi quitó las mantas de la cama y Jungkook dejó a Taehyung con cuidado sobre el colchón.
-¿Te he hecho daño? ¿Estás bien?- preguntó preocupado.
-Estoy bien- mintió. Le dolía todo el cuerpo.
-Voy a por el botiquín- dijo el maknae antes de salir corriendo de la habitación.
Yoongi dejó el cuchillo sobra la mesilla de noche y se sentó en la cama junto a su hermano. Con la mano le apartó el flequillo de la cara. El rostro de Taehyung estaba hinchado y maltratado. Al mayor le entró muchísima rabia al verlo tan magullado.
Si llegan a tardar un poco más, su hermano habría muerto. Yoongi se mordió el labio inferior. Taehyung era la única familia que le quedaba.
-¿Y tu amigo?
-¿Jimin?- Yoongi se dio la vuelta. Le sorprendió no verlo en la habitación -Pensaba que estaba aquí con nosotros.
-Hyung, vete a buscarlo- le apretó el brazo con afecto -Y trae a Jin hyung. Quiero verle.
El cuerpo de Yoongi se tensó al escuchar el nombre de su mejor amigo.
-No te preocupes, Jungkook se quedará conmigo.
Yoongi siguió sin reaccionar. La mención de Seokjin le había dejado de piedra.
-Sé que no quieres separarte de mí pero de verdad, estaré bien. Quiero ver a Jin hyung, por favor.
El mayor de los Min se obligó a reaccionar. Se levantó de la cama y miró a su hermano con la mayor calma que pudo.
-Descansa. Ahora vuelvo.
Justo en ese momento entró Jungkook por la puerta.
-¿A dónde vas?- le preguntó el maknae sorprendido.
-A por tu hermano. Cuida de Tae.
Jungkook asintió y el mayor salió de la habitación.
Yoongi se quedó parado en el pasillo. ¿Cómo iba a contarle a su hermano sobre la muerte de Seokjin? Estaba preocupado y también tenía miedo de la reacción del menor.
Caminó pensativo hacia la escalera. La muerte de sus padres había sido muy difícil para ambos, sobre todo para su hermano pequeño. Saber que Seokjin había muerto iba a suponer un golpe muy duro para Taehyung. El mayor entendía que debía contarle la verdad pero no sabía cómo hacerlo. Le aterraba hablarle de su muerte.
Al llegar a la escalera se encontró con una escena que le heló la sangre. El tipo que creían muerto estaba estrangulando a Jimin.
Saltó los escalones de tres en tres y corrió hacia ellos.
El mayor de los Min no vaciló ni un segundo. Con todas sus fuerzas le dio una patada en la parte posterior de la rodilla, obligando a Meephuk a postrarse. El ladrón soltó a Jimin y Yoongi agarró al criminal por la ropa. Tiró de él para apartarlo lo más lejos posible de su amigo.
Sin pensárselo dos veces empezó a golpearle el rostro. Soltó un puñetazo tras otro con toda su furia. El extranjero aguantó los golpes como pudo. Intentó defenderse cargando el codo contra las costillas del joven. El impacto fue tan doloroso que hizo retroceder a Yoongi.
Meephuk aprovechó el momento para abalanzarse sobre su atacante. El chico de Daegu cayó de espaldas y el tailandés se sentó encima de él.
Intentó agarrarle del cuello para estrangularlo como había hecho con Jimin pero Yoongi fue más rápido. Bloqueó sus manos con los brazos y a continuación le metió el pulgar en el ojo derecho.
Meephuk gritó de dolor. El hermano de Taehyung apretó con ferocidad. La sangre le corría por la mejilla. Con la otra mano lo agarró del pelo, tiró con fuerza y lo empujó hacia un costado. En el proceso le arrancó algunos mechones del cabello.
Ahora era Yoongi el que estaba sentado sobre el delincuente. Ahora era Yoongi el que controlaba la situación.
Y el mayor no titubeó. Le rodeó el cuello con las manos y apretó con firmeza. Meephuk pateó, gimió, le agarró de los brazos arañando su piel intentando liberarse de alguna manera pero Yoongi no cedió. Apretó con todas sus fuerzas hasta que dejó de moverse.
Solo cuando tuvo la certeza de que el hombre estaba muerto dejó de estrangularlo. Se levantó agitado y corrió hacia su amigo.
-¡Jimin!
El chico estaba tirado en el suelo y se veía muy pálido. Comprobó si tenía pulso. Yoongi se asustó al notar que no tenía.
A pesar de la fuerte impresión que le causó, no se dejó llevar por el miedo. Yoongi comenzó la reanimación cardiopulmonar aplicándole hasta 30 compresiones. Las hizo rápidas y fuertes sin apartar la mirada de su rostro.
Le pellizcó la nariz con los dedos y tiró del mentón hacia atrás. Respiró profundamente y colocó sus labios sobre los del menor. Sopló poco a poco el aire en su interior. Despegó su boca de la suya y lo miró con impaciencia.
-¡Vamos, Jimin! ¡Despierta!
Esperó una reacción de su amigo pero no se la dio. Yoongi repitió el mismo procedimiento.
-¡No te rindas! ¡Vuelve!
No hubo reacción. Yoongi no se dio por vencido. Volvió a hacerle el boca a boca y en esta ocasión sí obtuvo lo que buscaba.
Jimin despertó.
El chico respiró con fuerza y el alivio que sintió Yoongi al escuchar cómo respiraba y tosía, fue indescriptible.
Acarició la espalda del rubio y le dio pequeñas palmaditas mientras recuperaba el aliento.
-Estoy contigo- dijo para tranquilizarle -Ya pasó.
-Yo...
-Tranquilo.
Yoongi le seguía acariciando la espalda. El menor le agarró de la camiseta y apoyó la frente contra su hombro. Su cuerpo no dejaba de temblar.
-Pensé que iba a morir...
La voz de Jimin sonaba muy apagada. El mayor notó cómo se humedecía su camiseta. El chico no pudo aguantar las lágrimas.
Yoongi le siguió acariciando la espalda de la misma manera que había hecho Jimin el día anterior en la cueva. Sabía que estaba conmocionado. Habían pasado demasiadas cosas en muy poco tiempo y verse a las puertas de la muerte había sido la gota que colmó el vaso.
-Ya estás a salvo- le dijo con suavidad.
El menor necesitaba recuperar la calma y Yoongi le dio todo el tiempo del mundo.
Cuando levantó la cara y vio sus ojos llorosos, sacó un pañuelo del bolsillo y le limpió las lágrimas. Jimin no dijo nada. Siguió mirándole mientras le limpiaba la cara.
-Creí que no te volvería a ver- dijo el rubio en un susurro.
Yoongi sintió la necesidad de darle un abrazo muy fuerte pero no lo hizo. Jimin estaba recuperándose y necesitaba espacio para respirar. Además, se veía muy frágil. Optó por acariciar su brazo con afecto.
-Siento no haber llegado antes.
-Has llegado justo a tiempo. Gracias a ti sigo aquí.
El menor vio que había algo detrás de Yoongi. Quiso mirar pero el chico de Daegu le sujetó la cara con ambas manos. Solo logró ver la parte inferior de un cuerpo.
-¡No! ¡No quiero que mires!
-¿Es...?- Jimin tragó saliva.
-¿El hijo de puta que intentó matarte? ¡Sí! ¡Es él!
-¿Está...?
-¿Muerto? ¡Sí! ¡Y te aseguro que no se va a volver a levantar!- Yoongi lo dijo con frialdad.
El menor se estremeció un poco.
-Lo siento... Por mi culpa has tenido que matar a...- su voz se quebró.
-¡Ni se te ocurra sentir remordimientos!- Yoongi le miró fijamente a los ojos -¡Ninguno de estos tres son seres humanos! ¡Lo que han hecho es imperdonable!
-Hyung...- musitó.
-¡Volvería a hacerlo sin dudar!
La mirada de Yoongi era firme y penetrante. Su voz no tembló. Lo afirmó con seguridad.
A Jimin se le llenaron los ojos de lágrimas. Estaba angustiado y conmocionado por todo lo que había sucedido pero al mismo tiempo también sentía alivio. Seguía vivo.
-Gracias. Gracias por salvarme.
Al mayor se le encogió el corazón. Si llega a tardar un poco más lo habría perdido.
Jimin cerró los ojos. Se había mareado un poco. Yoongi todavía le sujetaba la cara con ambas manos. Contempló su rostro pálido. Poco a poco estaba recuperando el color en las mejillas.
Bajó la mirada hacia los labios gruesos del menor y le miró durante unos segundos. Yoongi sintió un impulso en su interior, un impulso que le pedía abrazarle y besarle, sin embargo soltó a Jimin y se apartó de él.
-Quiero que vayas con Tae y Jungkook.
-¿Qué?- Jimin abrió los ojos y le miró sorprendido -¿Es que no vienes conmigo?
-No. Voy a ocuparme de los cadáveres.
-Pero deberías estar con tu hermano.
-Y lo estaré pero no puedo dejar esto así.
-Entonces te ayudaré.
-Ni hablar- Yoongi fue tajante -Quiero que te quedes con Tae y que descanses.
-Pero...
-Me siento más tranquilo si eres tú el que está con él.
Jimin no replicó. Asintió disconforme. Nunca en su vida había sentido tanta fragilidad. No quería separarse de Yoongi.
-No voy a tardar- dijo con calma -Ven, te llevaré con ellos.
El mayor ayudó a Jimin a levantarse. El rubio no miró a Meephuk. Evitó cruzar su mirada con el cuerpo sin vida del criminal.
El joven de cabello negro lo sujetó por la cintura y le acompañó hasta el segundo piso. No quería arriesgarse. Si le daba un mareo y se caía por las escaleras podría abrirse la cabeza.
-En el mueble de la entrada están las llaves. Hay un cobertizo detrás de la casa. Allí tenemos herramientas, palas y ese tipo de cosas. Si necesitas algo puedes cogerlo.
-De acuerdo.
-¿No quieres que te ayude?- insistió -Estoy bien.
-No lo estás, no mientas- le dijo mientras subían los escalones -Solo quiero que te acuestes en la cama y que descanses.
Jimin se paró delante de la habitación de Jungkook.
-Vas a volver, ¿verdad?- preguntó con un poco de ansiedad. Era incapaz de disimular la preocupación que sentía.
-Sí- afirmó con rotundidad -Confía en mí.
Jimin le miró a la cara y se dio la vuelta para entrar en el cuarto de su hermano. Iba a abrir la puerta cuando de repente se giró y le dio un abrazo a Yoongi. El menor estaba asustado. Yoongi lo percibió al instante. Le rodeó el cuerpo con los brazos y le correspondió al abrazo con efusividad.
-Estaré bien- le intentó tranquilizar -Te lo prometo.
Yoongi no quería soltarle. Nunca había visto a Jimin tan atemorizado. El tiempo pasó despacio y ambos se quedaron en silencio hasta que el rubio se separó.
-Te estaré esperando.
Yoongi sintió una fuerte presión en el pecho al ver cómo entraba en la habitación. La pérdida de su mejor amigo había sido reciente y si no llega a ser por un milagro, ahora también estaría llorando la muerte de Jimin.
Se dio la vuelta y bajó por las escaleras. La rabia, la impotencia y el dolor que sentía le estaban comiendo por dentro.
Observó los tres cadáveres que yacían en el suelo. Se habían centrado en los infectados porque parecían ser el problema principal pero estaban equivocados.
En un país sin ley, los humanos eran los verdaderos monstruos.
«Ahora estamos juntos en esto. Tenemos que trabajar en equipo y hacer todo lo posible para protegernos los unos a los otros»
Esas habían sido las palabras de Seokjin en el mirador.
Yoongi se prometió una cosa a sí mismo. Los protegería a todos. No le importaba volverse un asesino despiadado. No le importaba perder el alma si era necesario. Mantendría a todos a salvo. El precio le daba igual. Aunque le costara la vida, los protegería a todos.
Que mal lo han pasado. Gracias a Yoongi, Jimin sigue con nosotros y está a salvo. El Yoonmin sigue creciendo. ❤️
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