19
Yoongi no sabía cuanto tiempo había pasado desde que estaba entre los brazos de Jimin. Seguía con la mirada perdida, ajeno a todo lo que les rodeaba.
El menor no habló en ningún momento. Se limitó a abrazar a su amigo, acariciar su espalda y darle aliento.
Pasaron los minutos y ambos chicos seguían igual, hasta que Yoongi decidió sentarse a su lado.
A Jimin le pareció escuchar un gracias pero fue tan bajito que no tenía claro si había salido de la boca de Yoongi, o solo era fruto de su imaginación.
El mayor recogió la foto del suelo y la miró otra vez. Tenía los ojos hinchados de llorar y la mirada llena de desconsuelo.
-Mis padres murieron en un accidente cuando tenía 15 años.
Jimin le miró sorprendido. Había dado por hecho que a sus padres les había ocurrido algo, pero no se esperaba mantener esa conversación en ese preciso instante. A pesar de la sorpresa inicial, le escuchó con atención.
-Tae y yo nos fuimos a vivir con nuestros abuelos. No habíamos tenido mucho contacto con ellos y nos acogieron por obligación.
Mi abuelo era una persona muy estricta y tradicional. En cuanto nos mudamos con ellos, nos exigió dejar los estudios para trabajar y ganar dinero.
Lo único que le interesaba a ese viejo era la pasta. Esa era su única preocupación. Por suerte conseguí convencerle para que al menos Tae pudiera seguir estudiando, aunque ¿qué crees que me pidió a cambio?- Yoongi no esperaba una respuesta de Jimin, siguió hablando de forma pausada -Cuando se trataba de dinero el viejo solía ceder, por lo que me exigió mi sueldo íntegro.
Tae podía seguir estudiando si yo le daba todo mi sueldo. Esa era su condición.
Pero claro, ellos solo nos daban techo y comida, así que tuve que buscarme otro empleo para poder disponer de dinero. Tae necesitaba ropa y material escolar y mis abuelos no estaban dispuestos a invertir en él. Ni en mí.
Mientras recibían dinero todo iba bien. Nos trataban de forma cordial y no se metían en nuestra vida, pero nunca nos mostraron apoyo o afecto.
Fueron unos años muy duros en los que solo nos teníamos el uno al otro.
Jimin torció el gesto. ¿Qué clase de abuelos eran esos? Lo que le estaba contando Yoongi le estaba poniendo enfermo.
-Mi abuelo falleció un mes antes de mi decimoctavo cumpleaños. Su muerte no cambió gran cosa, seguimos viviendo con mi abuela y yo seguía trabajando en todo lo que encontraba.
Con esa edad ya era más fácil conseguir otros empleos, pero por desgracia la mayoría no me duraban demasiado.
Durante el verano me había quedado sin trabajo así que me dediqué a buscar curro por todos los restaurantes de la ciudad.
Y así es como conocí a Jin. Empecé a trabajar en el mismo restaurante que él.
Al principio le ignoraba. Yo estaba allí para fregar platos y él era un pinche de cocina que no dejaba de hablarme y de contarme su vida. No estaba allí para hacer amigos quería ganar dinero, pero Jin no sé lo que vio en mí que siguió intentando crear una relación.
Mis abuelos solo querían mi dinero y la gente con la que había tratado en otros trabajos tampoco eran diferentes. Además, mis amigos me dieron de lado al morir mis padres.
Por todo eso supuse que las personas que se me acercaban solo lo hacían por interés. Tardé mucho en entender que lo único que pretendía, era ser mi amigo.
Jimin apretó el puño con fuerza. ¿Qué clase de experiencias tuvo que vivir a partir de la muerte de sus padres para no querer relacionarse con nadie? Se le encogía el corazón escuchando su historia.
-Cuando tenía un poco de tiempo libre quedábamos en su apartamento. Ni él ni yo teníamos mucho dinero así que solíamos ver películas o dar vueltas por la ciudad.
Era agradable volver a tener un amigo.
Más adelante le presenté a Tae y ambos conectaron enseguida. Se llevaban tan bien que a veces era difícil quedar con Jin a solas.
Yoongi hizo una breve pausa. Por un segundo se sumergió en un antiguo recuerdo.
Jimin le observó en silencio. Nunca habría imaginado que ese chico cargaba con tanto peso.
-Cuando tenía 19 años- siguió- Murió mi abuela. Su casa era de alquiler así que nos quedamos sin un lugar donde vivir.
Jin fue quien nos acogió en su apartamento. Vivimos con él hasta que ahorré lo suficiente para poder pagar un piso en la ciudad.
Es curioso. Mi familia siempre nos exigía dinero pero Jin no nos cobró ni un Won durante todo el tiempo que estuvimos en su casa. Cuando pasábamos por dificultades nos daba alimentos, ropa y hasta cocinaba para nosotros. Fue un gran apoyo.
Jimin se sentía conmocionado por todo lo que le estaba contando Yoongi. Le escuchaba con atención y no quería interrumpirle, pero estaba siendo difícil no hacerlo.
-Jin se mudó a Daegu porque quería abrir su propio restaurante. Quería ser cocinero desde pequeño y aunque su familia no le apoyaba, sabía que con constancia y trabajo duro podría alcanzar su meta- Yoongi acarició la fotografía -Creo que por eso nos entendimos tan bien. Los dos estábamos solos.
Guardó la fotografía con cuidado en el bolsillo de su pantalón. Jimin le apretó el hombro con suavidad.
-Siento mucho por todo lo que has tenido que pasar. Tu hermano es afortunado de tenerte y Seokjin hyung también. Luchas por las personas que quieres y no te rindes a pesar de las dificultades. Estoy seguro de que ambos están muy orgullosos de ti.
Yoongi giró la cabeza y le miró durante unos segundos. Sus rostros estaban muy cerca.
-Si no llega a ser por ti, hoy me habría rendido.
Jimin se quedó en blanco. No supo qué contestar. Aguantó la mirada triste pero profunda de Yoongi y no dijo nada.
Fue un trueno el que terminó con ese intenso momento entre ambos.
-¡Dios!- el rubio se había vuelto a asustar. Estaba hasta las narices de la tormenta.
-Creo que nos va a tocar pasar aquí la noche- comentó el mayor -Sigue lloviendo a cántaros y está empezando a oscurecer. Si ya es difícil encontrar el camino de día, no te digo de noche.
Jimin suspiró. Quería llegar cuanto antes a la casa de la montaña pero Yoongi tenía razón. Salir con esa tormenta era una locura. Y salir de noche una locura todavía mayor.
-Es mejor que alguien se quede despierto por si aparecen infectados. Intenta dormir, yo haré el primer turno.
-¿No prefieres dormir tú primero?- le preguntó Jimin.
-Ahora mismo no puedo. Prefiero estar despierto. Intenta dormir un poco, luego me echaré un rato. Lo mejor es salir justo al amanecer.
-De acuerdo- Jimin no tenía sueño pero se encontraba muy cansado.
El joven se tumbó en el suelo y probó varias posiciones. Algunas piedras se le clavaban en la espalda. Como no sabía cómo ponerse, decidió dormir sentado.
Se sentó en el suelo y apoyó la espalda contra la pared. También era incómodo pero decidió probar un rato más.
Yoongi miró hacia afuera. La lluvia no cesaba. Su ánimo estaba igual que ese cielo gris oscuro. Bajó la vista y vio a un infectado. Se encontraba bastante lejos y pasó de largo, siguiendo su propio camino.
Yoongi volvió a coger la foto. La miró durante un largo rato y después la volvió a dejar en su sitio.
Jimin se había quedado dormido. Tenía la cabeza ladeada hacia un costado. Yoongi se fijó en su posición. Si seguía durmiendo así despertaría con dolor de cuello.
Se sentó a su lado y apoyó la cabeza del joven contra su hombro.
Se quedaron así durante veinte minutos, hasta que Jimin se movió bruscamente y su cabeza cayó sobre los muslos de Yoongi.
El chico de cabello oscuro se asustó. Tenía la vista clavada en el exterior y no le estaba prestando atención al menor.
Yoongi no sabía si acomodar su cabeza o dejarla así. Para su sorpresa fue Jimin el que se puso cómodo. Se tumbó boca arriba y siguió durmiendo profundamente.
Yoongi se fijó en su cara. Parecía agotado.
Miró los labios gruesos del muchacho. Se notaba claramente el pequeño corte que le había hecho en el labio inferior. Tocó la herida con el dedo y Jimin abrió un poco la boca, dibujando una mueca de dolor en su rostro.
-Lo siento- susurró - De verdad, lo siento.
Miró su cuello, bajó la mirada por el torso y observó su abdomen. Ahí le había dado un codazo horas atrás.
No se había portado bien con él pero eso iba a cambiar a partir de ahora. Yoongi le debía mucho a ese chico.
La primera impresión que tuvo de Jimin fue bastante superficial. No le había visto en el coche de Seokjin cuando se encontraron en el supermercado, fue en el mirador, bajando del Kia blanco cuando lo vio por primera vez.
Jimin le recordó a los chicos con los que solía acostarse.
Era guapo y tenía buen cuerpo, lo único que le interesaba a Yoongi de sus ligues. Como no se relacionaba con nadie más allá del sexo, la personalidad no era su prioridad en los hombres. Solo el físico.
Y Jimin era su tipo.
Pero su interés se desvaneció a los pocos segundos. La ropa y los accesorios que llevaba le indicaban que tenía dinero. Y Yoongi odiaba a los niños ricos.
Por culpa de esa gente su hermano había sufrido mucho. Por eso al principio le trató de manera brusca. Estaba convencido de que era otro imbécil más.
Pero Yoongi cambió de opinión cuando vio lo que hizo en el puente.
Jimin arriesgó su vida para ayudar a dos desconocidos. Eso le había impactado profundamente. Sus prejuicios le nublaron el juicio, pero posteriormente supo reconocer su error. Por eso el chico le empezó a caer mejor en el río.
Park Jimin no tenía nada que ver con los que se burlaban de Taehyung. De hecho, la personalidad amable, risueña y dulce del rubio le había asombrado.
«Jimin no es como los demás. ¿Es que no lo ves?»
Yoongi sonrió levemente al recordar las palabras de Seokjin. Su amigo tenía razón.
Jimin tuvo otra ocasión para salir corriendo, pudo dejarlo atrás pero volvió a arriesgar su vida para ayudarle. Y cuando más hundido estaba, no dejó que se rindiera.
Yoongi no se permitía tener buenas expectativas con la gente. Siempre veía lo peor en los demás porque lo peor era lo que siempre le habían mostrado.
Taehyung era diferente. A pesar de las decepciones, su hermano seguía viendo el lado bueno de las personas.
Pero Yoongi no podía. La gente le fallaba constantemente. Seokjin fue su única excepción. Y por eso había juzgado mal a Jimin, porque no creía que alguien como él pudiera existir.
«Jimin no es como los demás. ¿Es que no lo ves?»
-Ahora sí lo veo- susurró mirando el rostro del menor.
Lo veía claramente. Jimin se lo había demostrado en varias ocasiones. Él era diferente.
«¿Te gusta lo que ves?»
La voz de Seokjin resonó en su cabeza. Siguió mirando el cuerpo de Jimin sin ningún pudor. Su cuerpo era espectacular, de eso no había duda, pero lo que más le gustaba de él no era su físico.
En ese momento lo supo. Su interés por él no era como el que había tenido por los demás. Era diferente. No sabía qué era pero algo tenía claro.
Quería mantener a Jimin muy cerca de él.
La actitud de Yoongi hacia los Park tenía un motivo. Su pasado le ha marcado mucho, pero ahora ya sabe que Jimin no es como los demás. Él es diferente.
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