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150

Namjoon y Hoseok veían la escena, al igual que los demás, resguardados entre los árboles. El menor deslizó el brazo por los hombros del joven y lo apretó contra su pecho. Su rostro estaba tan pálido que Namjoon temió que fuera a desmayarse.

Las piernas del pelirrojo apenas lograron sostenerle. El primo de Jimin se arrodilló con él sobre el terreno, arropándolo entre pequeños llantos.

Eunha lloró abrazada a Mellie, incapaz de mantenerse firme ante la pérdida de sus amigos. Sooyoung buscó consuelo entre los brazos de Jihoon, y Jihyo se quedó estática, observando cómo Yoongi y Jimin gritaban inconsolables delante del refugio al que devoraban las llamas.

—¡No puedo más!— sollozó el rubio atormentado —¡No quiero vivir más! ¡No quiero!

Yoongi no pudo contradecir a su pareja. Él tampoco se veía capaz de seguir en un mundo sin su hermano; ni siquiera podía imaginar una vida sin Jungkook.

—¡Quiero morir!— continuó desesperado —¡Quiero irme con ellos!

—¿Por qué dices eso, hyung?

Ambos levantaron la cabeza al oír la voz de Jungkook. El maknae estaba inclinado, mirándoles con suma preocupación. Taehyung permanecía detrás de él, con una expresión similar a la de su novio.

—¿Qué ocurre?— el castaño desvió la vista hacia los demás —¿Por qué nos miráis así?— preguntó contemplando las caras desencajadas de sus amigos.

Jimin aguardó como si no estuviese seguro de lo que estaba viendo. Los menores tenían la ropa y el rostro manchados de tierra y también eran visibles algunas heridas leves.

Yoongi se levantó apresuradamente del suelo y lo abrazó de sopetón. Taehyung se mordió el labio inferior al oír el terrible llanto de su hermano. El cuerpo del mayor temblaba con tanta fuerza, que esa reacción tan atípica en él, le encogió el corazón.

Jimin, a diferencia de su novio, no recibió a Jungkook con caricias. El rubio le lanzó un derechazo que el maknae supo bloquear entre sorpresa y angustia.

—¡Tienes prohibido morirte antes que yo!— lo agarró de la camisa y lo zarandeó —¡Yo nací antes que tú, así que debo morir antes que tú!— Jimin rompió a llorar, pero esta vez fue diferente; esta vez fue de puro alivio —¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Soy el mayor... ¡¿Quieres hacerme caso?!

—No me voy a morir— Jungkook lo abrazó con todas sus fuerzas —No llores, hyung.

Taehyung los unió a los cuatro en un abrazo grupal, en el que Yoongi no tardó en achuchar al maknae y Jimin a su mejor amigo. Tampoco faltó Mellie en el reencuentro. La perrita saltó y ladró emocionada al lado de sus «papás».

Los demás observaron la escena entre lágrimas de felicidad. Hoseok se apoyó en Namjoon, todavía algo desbordado por sus emociones. El menor lo tomó de la mano, consciente de lo afortunados que eran de encontrarse todos a salvo.

Dos furgones negros aparecieron súbitamente a treinta metros de ellos.

—¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!— Jackson se asomó desde la ventanilla y les hizo una señal con la mano —¡Moveros de una puta vez!

Namjoon le reventó la cabeza a dos podridos para que Hoseok, Eunha, Jihyo y Jihoon pudieran alcanzar el vehículo. La joven de Seúl se enfrentó a una infectada justo antes de llegar al furgón. El cráneo de la mujer de mediana edad se partió por la mitad, dejando una grimosa estampa.

Namjoon se sintió como un hermano orgulloso al verla luchando sin miedo.

Los cuatro se acomodaron en la parte de atrás, nerviosos por el fuego, pero también por el número de podridos que iba aumentando. Jackson no puso el vehículo en marcha hasta que Namjoon se sentó a su lado.

El grupo de Yoongi se abrió camino a base de machetazos y katanazos. Sooyoung fue la primera en meterse en el furgón de la desconocida. Jungkook la escoltó hasta el asiento del copiloto, luego se acomodó junto a Taehyung en la parte de atrás. Yoongi y Jimin se sentaron al lado de las ventanillas.

El alivio fue creciendo en cuanto las llamas quedaron atrás. Sooyoung se puso a hablar con la conductora mientras Taehyung besaba a la perrita.

—¡Mi amor!— sonrió el castaño —¿Has pasado miedo?— Mellie ladró moviendo la colita —Papá ya está aquí— canturreó feliz —¿Me has echado de menos?

—¿Y a mí?— Jungkook se metió en medio y le mordió la orejita suavemente. La perrita le gruñó en broma, como solía hacer cuando se emocionaba y quería jugar.

Yoongi los observó con la mayor adoración del mundo. Estaba tan feliz de poder presenciar ese momento entre ellos, que no reparó en nada más.

Jimin tiró suavemente del brazo de su hermano y comenzó a tocarle la cara

—¿Te duele?— preguntó al detectar los cortes en su rostro; Jungkook negó —¿Cómo habéis salido del búnker? Todavía me parece increíble que estéis aquí...

—Pues la verdad es que ha sido muy extraño— el maknae hizo una pausa larga, lo que creó aún más inquietud en los demás —Estábamos en la última planta del búnker... No sabíamos a donde ir y creíamos que íbamos a morir, pero entonces...

Unos minutos antes



Taehyung y Jungkook se mantenían abrazados, aguardando un final que parecía inevitable. La última sacudida había cesado hacía apenas unos segundos, pero el miedo seguía muy presente en ambos.

Un sonido grave llegó al oído del mayor. El chico desvió la mirada hacia el lugar del que provenía.

—¿Oyes eso?— preguntó angustiado —¿Lo puedes oír?

Jungkook cerró los ojos e intentó centrarse en el ruido. Era fuerte, intenso, como si algo estuviese golpeando ferozmente contra la pared.

—¡Lo oigo!— respondió —¿Qué es?

—No sé— Taehyung dudó. Podría tratarse de un sonido provocado por los temblores. Quizá no era nada y se estaba aferrando a algo inexistente, pero por alguna extraña razón, tenía una fuerte corazonada —Vamos a seguir el sonido— contestó al fin —No tenemos nada que perder.

Jungkook le rozó los labios, consciente de que podría ser el último beso entre ellos. Algo de tierra cayó sobre ambos mientras sus lenguas se acariciaban intensamente. Taehyung concibió aquel beso como uno de los más íntimos que se habían dado.

El mayor le apretó la mano y comenzó a seguir el sonido. Taehyung necesitaba agarrarse a esa posibilidad, necesitaba salir de allí con Jungkook; quería vivir con él y con cada paso que daba, aumentaba su esperanza.

Jungkook sintió una leve brisa contra su rostro.

—¿Lo notas?— preguntó ansioso —¡No puede ser!

—Estábamos yendo por el camino correcto— se rió nervioso —Estamos cerca de la salida.

En sonido fue aumentando paulatinamente. Derecha. Izquierda. Derecha. Derecha. Izquierda. Los temblores resurgieron con menor intensidad. A pesar del miedo, siguieron avanzando hasta que la oscuridad empezó a disiparse.

Un círculo tenue apareció ante sus ojos.

—¡Luz!— gritó Taehyung —¡Mira! ¡Hay luz!

La pareja echó a correr inmediatamente.

Lo primero que vieron al salir al exterior fue un precioso atardecer. El sol estaba a minutos de ocultarse y aunque la intensidad de la luz era baja, tuvieron que apartar la mirada y acostumbrarse a la suave claridad.

Cuando la vista de Taehyung se adaptó al cambio, se quedó embobado mirando el cielo. Jungkook lo alzó sin previo aviso, haciéndole gritar del susto.

—¡Lo hemos logrado!— chilló eufórico.

Taehyung dejó caer el machete al lado del suyo y envolvió las piernas alrededor de la cintura del menor.

—¡Lo hemos logrado!— repitió, besándole desde arriba.

Ambos compartieron una enorme sonrisa, luego se volvieron a besar con pasión. Jungkook se dejó caer con él sobre el suelo, acomodándolo encima de sus caderas. Por un instante se olvidaron de todo a su alrededor; por un instante solo eran ellos dos, amándose en mitad de la nada.

—Sabes a tierra— sonrió Taehyung —Y estás muy sucio.

—Creo que me he tragado alguna piedra— contestó, haciéndole reír aún más —¿Estás bien? ¿Te duele algo?

—No, no me duele nada— mintió. Le picaban algunas heridas por la suciedad pero no quería preocuparle —¿Y a ti?

El romper de una rama los volvió a poner en alerta. Taehyung se bajó de Jungkook y agarró el machete de hoja curva. Una infectada vestida con la ropa del búnker se tambaleó hacia ellos.

—Yo me encargo— aseguró Jungkook.

Mientras el maknae avanzaba en su dirección, Taehyung divisó a otro ser, oculto detrás de los árboles. El hombre tenía un cuchillo atravesándole el cuello. No llevaba ropa, ni siquiera en sus partes más íntimas. Un tatuaje en forma de dragón de agua le cruzaba todo el abdomen. Taehyung sintió un escalofrío al ver las amputaciones que mostraba en pies y manos. No pudo contarlas con exactitud pero parecía que le faltaban unos siete dedos.

—¿De dónde ha salido ese...?— se preguntó desconcertado.

Otro infectado apareció súbitamente desde su izquierda. El joven se le echó encima, llevándole a soltar un grito muy sonoro.

Jungkook sacó la hoja del cráneo de la muchacha apresuradamente y echó a correr en su dirección, pero a pocos metros de llegar hasta él, se derrumbó la tierra bajo sus pies y cayó en un agujero.

Jungkook logró agarrarse de la pared de tierra y evitar la caída a duras penas. El sonido que provenía de lo más profundo del hueco, le llevó a bajar la mirada. Una docena de infectados aguardaban con los brazos en alto a su descenso.

—¡No me jodas!— el menor se sujetó de las piedras y raíces —¡Tae!— vociferó con todas sus fuerzas —¡Taehyung!

El hermano de Yoongi no vio la caída de su pareja pero sí escuchó el grito. El joven se había visto sorprendido por un infectado pero a pesar de la desventaja, supo apañárselas por sí mismo y atravesarle la boca con el machete. Después se levantó del suelo y le lanzó el arma al del tatuaje. El filo le atravesó el rostro, aturdiéndole por un instante. Taehyung le arrancó el cuchillo del cuello, acto seguido lo acuchilló en el cráneo y extrajo ambas armas de un tirón.

El castaño se giró inmediatamente y corrió hacia el agujero. Al arrodillarse junto al bordillo fue testigo de la terrible escena. Jungkook seguía pegado contra la pared pero había descendido unos pocos metros.

—Vale, tienes que estar tranquilo. No te muevas ni un centímetro— dijo con la mayor calma que pudo hallar —Voy a sacarte de ahí.

El rostro preocupado de Jungkook creó más ansiedad en él. Taehyung miró a su alrededor con los nervios a flor de piel. El chico comenzó a coger palos del suelo pero ninguno era lo suficientemente largo y robusto. Los cadáveres de los infectados tampoco disponían de cinturones y la ropa que vestían era de un material que no aguantaría el peso del menor.

El chico siguió buscando, hasta que divisó una rama larga y grueso entre la maleza. Taehyung dejó caer el machete y la carpeta a un lado y se quitó la camisa blanca para cubrir una parte de la madera. Luego deslizó el objeto hacia su novio, sujetándolo fuertemente con la tela.

—Agárrate bien— pidió desde la superficie —Ve trepando, yo te ayudo.

—No me dejes caer— Jungkook tomó el palo con la mano derecha.

Taehyung comenzó a retroceder, tirando con todas sus fuerzas. El menor se ayudó apoyando los pies sobre las piedras que le parecían más seguras. Los infectados se agitaron, emitiendo sonidos fuertes y desagradables; sonidos que ninguno de los dos logró pasar por alto.

El maknae resbaló al pisar una piedra inestable. La tierra cayó sobre las cabezas de los podridos, Jungkook sin embargo logró evitar la caída agarrándose firmemente de una raíz.

—¿Estás bien?— preguntó Taehyung aterrado.

—S-Sí... Sí... Estoy bien...

Jungkook siguió avanzando con el corazón en un puño. En cuanto alcanzó la cima soltó la rama, acción que provocó que su novio cayese de culo al suelo. Al ver la mitad de su cuerpo sobre tierra firme, se levantó apresuradamente y lo arrastró lejos del agujero. Luego se desplomaron juntos sobre el terreno, intentando recuperar el aliento.

—Me has salvado la vida— Jungkook lo abrazó sobrecogido —Gracias, Tae. Gracias.

—¿Cómo se te ocurre meterte en ese agujero?— soltó de repente —El único agujero en el que tienes permitido meterte, es en el mío.

El maknae se rió entre lágrimas. Habían pasado por tantas cosas y en tan poco tiempo, que no pudo contenerse.

—Tenemos más vidas que un gato— Taehyung le besó en la oreja y acarició suavemente su espalda —Pero será mejor no seguir tentando a la suerte.

Jungkook estaba de acuerdo con él. Tras unos pocos segundos abrazados, logró sobreponerse a sus emociones y recuperar la calma.

—Este agujero tan chungo seguro que es cosa de Jongsuk— opinó el castaño mientras se ponía la camisa y recogía la carpeta —Aunque la entrada secreta al búnker está oculta bajo matorrales, el muy sádico habrá querido asegurarse de que nadie pudiera entrar ahí.

—Si hubiera pasado por aquí, ni me habría percatado de su existencia— Jungkook tomó el machete de su novio, el suyo lo había perdido en la caída —Lo de este agujero es innecesario y solo muestra lo hijo de puta que era.

—Vámonos, Kook— le dio un leve golpe en el trasero —Los demás nos están esperando.

—¿Cómo vamos a encontrarles?

Taehyung alzó la mano y señaló hacia una columna de fuego. 

—Hay que ir allí. 

En el coche 



—¿Y el sonido?— preguntó Jimin —¿De dónde provenía?

—No tengo ni idea. Solo sé que era como una piedra golpeando contra una pared— explicó Taehyung —Lo seguimos y voilà, nos llevó hasta el bosque.

—Habéis tenido muchísima suerte— Jimin acarició el rostro de su hermano —Casi te mueres dos veces— le besó la mejilla varias veces —Menos mal que TaeTae estaba contigo.

—Para, hyung— el maknae se intentó apartar pero el rubio no cedió —Hyung, que no tengo cinco años. Deja de actuar como la abuela.

—Cállate, mocoso— tiró de su mejilla —Casi te pierdo— le miró lloroso —Déjame besarte en paz.

—V-Vale... Solo no llores más...

Taehyung soltó una carcajada. El chico adoraba la relación que tenían los Park.

—La verdad es que no ha sido suerte— apuntó Yoongi mucho más calmado —Os ha salvado Jin.

Jimin dejó de besuquear a Jungkook; Taehyung se giró rápidamente hacia su hermano.

—Estoy de acuerdo— contestó en un tono alegre —Jin hyung siempre ha cuidado de nosotros. Siempre.

Yoongi observó cómo los tres se sonreían mutuamente y luego volvían a abrazarse. Ahora era Taehyung el que se había sumado al rubio para molestar a Jungkook. El maknae no pudo hacer otra cosa que dejarse besar por ambos.

Yoongi desvió la vista hacia la luna llena.

—Gracias, hyung— susurró para sí mismo.

¿Ahora siempre me vas a llamar hyung?

—¿Ahora te molesta?

Solo he tenido que morirme para lograr semejante hito. Nunca me lo pones fácil, Yoongi.

—Los héroes nunca lo tienen fácil, por eso son héroes.

Así que soy tu héroe. Se lo pienso decir a Jimin.

El menor sonrió al escuchar su risa contagiosa.

—¿Tienes permitido intervenir de esta forma?— preguntó inquieto —No te va a pasar nada, ¿verdad?

Disfruta de la compañía de Taehyung y deja de preocuparte tanto por mi.

—No me has contestado...

—¿Estás hablando solo?— Taehyung frunció el ceño —¿Te encuentras bien?

El corazón de Yoongi dio un vuelco. La expresión de su hermano parecía preocupada pero genuina. El chico pasó la mano por su cabello enredado y le dio un beso en la mejilla.

—Muy bien— sonrió —Tienes un ángel de la guarda velando por ti. ¿Lo sabes?

—Hyung, todos lo tenemos— lo abrazó con fuerza —Él siempre ha estado con nosotros. Nos protege desde el cielo.

—Eres un chico muy listo.

Siempre lo ha sido.

Yoongi miró hacia su novio; Jimin estaba jugando con Jungkook y Mellie. La felicidad que vio en los Park fue tan plena, que su dolor se evaporó por completo. El chico estrechó el cuerpo de su hermano con suavidad. No quería separarse de Taehyung nunca más.

—¿A dónde vamos?— le preguntó Sooyoung a la conductora.

—El tipo del otro vehículo, el tal Jackson dijo que debíamos alejarnos del fuego— contestó la chica de pelo negro —Cuando estemos a unos kilómetros veremos qué hacer.

—No tenemos a dónde ir— murmuró la ex de Jungkook desanimada —No hay ningún lugar donde podamos refugiarnos...

—Eso no es del todo cierto— Taehyung se separó de Yoongi y sacó la carpeta que llevaba por debajo de la ropa —En el laboratorio encontramos esto— el chico alzó la página para que los demás la pudieran ver.

Los ojos de Yoongi y Jimin se agrandaron excesivamente.

—¡No jodas!— el mayor miró a su hermano sorprendido —¿Eso es...?

—Sí— Jungkook pasó el brazo por los hombros de su novio —Hay una isla al sur de Corea. Parece que es otro refugio del gobierno.

El coche se llenó de preguntas desordenadas. 

—¡Si llegamos hasta allí, podríamos sobrevivir!— Taehyung tuvo que hablar más alto para hacerse oír.

—Espera un segundo— Jimin miró a su mejor amigo —Si está al sur, entonces tenemos que atravesar la ciudad.

—Lo sé— el castaño hizo una breve pausa —Es un viaje arriesgado.

—Llegar hasta el puerto será extremadamente difícil— añadió Jungkook —No hay garantías de que encontremos un barco, incluso puede que se los hayan llevado todos.

—En tal caso... Ir hasta el puerto sería un suicidio— Sooyoung lo miró asustada.

—Quedarnos aquí también lo es— Yoongi se encogió de hombros —Además, nunca lo tenemos fácil, ¿no? Yo prefiero arriesgarme.

—Yo también— Jungkook estaba de acuerdo con su amigo —Es la mejor opción que tenemos.

—Entonces está decidido— Jimin alzó a Mellie sobre su cabeza —Volvemos a Busan. 

Continuará...

Si me dieran un euro por cada vez que alguien me dice "¿Por qué eres así?" o "¡Te voy a quemar el rancho!", ahora mismo estaría de camino a Corea. Madre mía, con el anterior capítulo se desató el pánico, eh. 🤣 Taekook está a salvo, como ejem ejem, era de esperarse. ¿Acaso creíais que Seokjin no iba a intervenir? Gente de poca fe. 😂

El próximo destino es una isla pero antes de poder acceder a ella, tendrán que cruzar la ciudad de Busan. ¿Lograrán llegar hasta el puerto? ¿Morirá alguien durante el trayecto? ¿Quién es la conductora del furgón? ¿Traerá la acción de Seokjin consecuencias para él? Esto se va a poner bueno. 👀

Y aquí concluye la primera temporada de Evanescente. ¿Os habéis quedado con alguna duda? ¿Hay algo de la historia que no os ha quedado claro? 🤔

Después de 150 capítulos... ¿Quién es vuestro personaje favorito y con qué personaje os identificáis más? Yo no tengo personaje favorito, los quiero a todos 💜, pero sí me identifico bastante con los hermanos Park. 🌸

Gracias por leer Evanescente. 
 

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