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Jimin jadeó suavemente sobre su rostro. Yoongi sonrió complacido antes de entregarse una vez más al ritmo vehemente de sus besos. Había sentido un vacío tan profundo en los últimos días que ansiaba que Jimin lo llenase con sus caricias; caricias que se volvían cada vez más osadas, llevando a ambos a una intensa corriente de placer.
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El menor le bajó los calzoncillos mientras saboreaba la piel de su cuello. Yoongi le desató el pantalón y después de levantarle el rostro, alzando su barbilla, se giró dedicándole una insinuante mirada.
El rubio se mordió el labio inferior excitado y se apretó por detrás, haciéndole notar su erección. A pesar de estar de espaldas, ambos mantenían el contacto visual a través del espejo.
—Voy a tener que darle las gracias a TaeTae— dijo sacando un preservativo del bolsillo del pantalón —Me lo metió el otro día asegurándome que lo necesitaría.
—Me sorprende más que lleves días recorriendo el búnker con un condón en el bolsillo a que te lo haya dado el depravado de mi hermano.
—Tú también eres un depravado, Min— le susurró al oído —Inclínate.
Yoongi hizo lo que le pidió con gusto. Se sujetó del pasamanos e arqueó el cuerpo para facilitar el acceso. Estaba tan excitado que temió correrse solo con el sonido de su voz.
Jimin se llevó los dedos a la boca recorriendo a su vez el cuerpo semidesnudo de su chico con la mirada. Ver a Yoongi en esa posición era un privilegio; verle encima tan ansioso por él resultaba adictivo.
El mayor jadeó al sentir cómo se adentraba en su interior. Jimin le lamió la nuca mientras lo preparaba, aprisionándolo contra su cuerpo sin darle posibilidades de escapar. El rubio disfrutó de los suspiros y gemidos que abandonaron la boca de su amante y no paró de repetirle al oído lo mucho que lo amaba, porque de algo estaba seguro; su novio necesitaba oírlo.
Yoongi se sentía más frágil que nunca. El chico precisaba de la atención de Jimin, deseaba su amor y el rubio lo estaba colmando de ello. El menor agarró sus caderas y lo penetró con cuidado. Las primeras embestidas fueron suaves pero los gemidos de Yoongi y la expresión que pudo ver reflejada en el espejo le animaron a proseguir con mayor intensidad.
El chico apretó el pasamanos con más fuerza conforme iba aumentando el ritmo. Su vista se desvió hacia Jimin, que lo contemplaba con la mayor adoración del mundo. El corazón del joven latió con más ferocidad al ver tanto afecto en su mirada.
Yoongi se mordió el labio arrepentido por haber dudado de él y a su vez feliz porque sabía que Jimin era tan suyo como él lo era de Jimin.
El rubio bajó el ritmo paulativamente hasta salir de su interior. Yoongi ni siquiera tuvo tiempo de recuperar el aliento, su novio lo giró suavemente, apoderándose al instante de su boca. El mayor acomodó los brazos por encima de sus hombros, dejándose devorar por él.
—Nunca lo he hecho en un ascensor— jadeó Yoongi.
—Yo tampoco— sonrió mostrando una expresión pícara —A partir de ahora, cada vez que pises el ascensor recordarás cómo te hice mío.
Yoongi quiso apropiarse de sus labios pero Jimin dio un paso atrás, evitando el contacto. El menor se agachó y lo desvistió completamente de cintura para abajo, luego tiró la ropa a un lado, posando una mirada provocativa sobre su chico.
—¿Qué pretendes...?— Yoongi se apoyó contra el cristal del fondo, el único que no estaba protegido por un pasamanos —Conozco esa mirada.
—¿No te parece excitante?— se apartó el cabello del rostro —Ya podemos tachar de la lista lo de hacer el amor en un ascensor.
—¿Tenemos una lista?— balbuceó distraído por su pene erecto.
—La hemos creado hoy— le alzó la barbilla, obligándole a mirarle a los ojos —Estoy aquí, cariño. Préstame atención.
Yoongi no le dejó retroceder esta vez; el mayor se apretó contra su pecho y le besó lleno de deseo. Jimin lo levantó por las caderas en mitad de ese círculo de apasionados besos. La espalda de Yoongi encontró apoyo sobre el espejo mientras el joven se agarraba al hombro del rubio con una mano y con la otra a la pared de su derecha.
El mayor gimió fuerte al sentir cómo su novio se adentraba en él de una estocada. Jimin lo sujetó con firmeza y se ayudó de la pared para mantener el equilibrio.
—Oh, joder— jadeó asombrado por la iniciativa del menor. Nunca había tenido sexo en esa posición, aunque lo había deseado desde que estaba con Jimin.
El menor contempló satisfecho el deleite que transmitía el rostro de su chico.
—¿Me sientes?— preguntó sin apartar la mirada de sus ojos oscuros.
—Sí...— gimió embriagado por el placer que crecía en él con cada embestida.
—Es lo que vas a sentir el resto de tu vida, Min Yoongi— le besó posesivamente, mordisqueándole suavemente el labio inferior —Eres mío. Ahora y siempre.
Yoongi sonrió dichoso; su mayor deseo era estar con él para siempre.
Jimin lo amó lentamente, sin importarle nada más que el placer de su novio. El rubio se volcó en darle el mayor deleite posible y en hacerle gozar cada segundo.
Yoongi se dejó dominar por completo, se abrió a él como no lo había hecho nunca, entregándose sin limitaciones. El mayor fue plenamente consciente de sus sentimientos, haciendo de aquel acto algo único para él.
El chico se corrió extasiado encima de la camisa de Jimin, mientras el menor llegó al clímax dentro de él.
Después de bajarlo con cuidado, el rubio acomodó la cabeza sobre su hombro. Estaba exhausto del esfuerzo que requería hacer el amor en esa posición, pero la felicidad de Yoongi merecía cualquier esfuerzo. El joven de cabello negro lo abrazó fuera de aliento, luciendo una enorme sonrisa sobre su rostro.
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—No soy el único que se quiere pasar el kamasutra haciéndolo absolutamente todo— esas palabras causaron una sonrisa en Jimin —¿Estás bien?
—Mejor que nunca— alzó la cabeza —¿Y tú?
Yoongi asintió. El brillo en sus ojos aceleró aún más el corazón del menor. Jimin lo sujetó de la nuca mientras lo besaba larga y tendidamente.
—¿Sabes? Hay una piscina en el búnker— murmuró Yoongi en un tono sugerente —Quizá podríamos ir un día a nadar...
—A nadar, eh— Jimin soltó una carcajada —¿Acaso quieres profanar todos los rincones del búnker?
—¿Acaso tú no?
—Min Yoongi, contigo lo haría hasta sobre una tumba.
—Tú y tus gustos raros— frunció el ceño, causando más risas en el menor —Aun así te amo.
Los ojos de Jimin desaparecieron por su sonrisa deslumbrante; Yoongi adoraba esa expresión en él.
—Tengo que ir a trabajar— el mayor recogió su ropa y empezó a vestirse —Me da que llego tarde.
—Llegas tarde por una buena razón— Jimin se quitó el preservativo e hizo lo mismo —Pero no te preocupes, iré contigo. Si te echo una mano acabarás antes de comer.
—Es tu día libre, ¿no?— alzó la mirada hacia él —¿De verdad quieres pasarlo barriendo escaleras?
—¿Barrer escaleras con el amor de mi vida? ¿Cómo rechazaría yo eso?
Yoongi sonrió agradecido. No quería separarse ni un segundo de él.
—Ya me darás las gracias en el cuarto de la limpieza— Jimin le guiñó un ojo seductor.
Las risas entre ellos se volvieron más sonoras. El menor aguardó a que Yoongi terminase de vestirse para poner el ascensor en marcha. Cuando las puertas se abrieron se encontraron con Minhyuk de frente.
—¿Estáis bien?— preguntó preocupado —Me acaban de avisar. El ascensor se ha quedado parado, ¿no?
—Eh, sí— Jimin guardó el condón usado disimuladamente en su bolsillo —Ha sido terrorífico, hyung. Hemos pasado mucho miedo— exageró.
—Y por culpa de este trasto llego tarde al trabajo— añadió Yoongi indignado —No hay derecho.
—Lo siento mucho— los miró apenados —Lo resolveré inmediatamente.
—Hazlo, por favor— insistió el hermano de Taehyung —No es nada agradable quedarse atrapado en un ascensor.
Yoongi y Jimin se miraron con complicidad. La diversión cesó sin embargo al detectar a Hyunwoo parado en el pasillo.
El chico fue plenamente consciente de la mirada asesina que le dedicó Yoongi. También advirtió que si no se lanzaba a por él se debía a que Jimin lo sujetaba del brazo. El rubio, a diferencia de su novio, no le miró a la cara. Eso molestó a Hyunwoo más de lo esperado.
—Cálmate— le susurró a Yoongi —No merece la pena.
Minhyuk, ajeno a la tensión entre los tres, se metió en el ascensor con su maletín de herramientas y pulso uno de los botones para bajar a otra planta y comprobar el problema.
Hyunwoo se percató rápidamente de las manchas en la camisa del rubio. El joven mantuvo una expresión sosegada, casi inexpresiva a pesar de que le hervía la sangre.
Ambos pasaron a su lado pero Yoongi se detuvo delante de Hyunwoo. Jimin esperó sin soltar su brazo.
—No quiero verte cerca de mi novio— dijo con voz profunda y amenazante —No le mires, ni siquiera pienses en él o te juro que te mato— Yoongi tuvo que controlarse para no partirle la cara en ese mismo instante.
—No lo entiendes, ¿verdad?— pronunció con una calma irritante —El mundo está a punto de ser engullido por los infectados. La única forma que tenemos de prevalecer es creando una raza superior; los Serendipia. Jimin es nuestro salvador. Tú no eres digno de él, solo disminuyes su potencial distrayéndole de un fin mayor.
El rubio no supo qué decir. ¿Cómo podía creer en algo tan disparatado?
—Estás muy jodido de la cabeza— Yoongi le miró perplejo. Pensaba que estaba enamorado de Jimin, no que lo idolatrara como a una especie de Dios —Deberían encerrarte hasta que nos rescaten y luego meterte en un psiquiátrico.
—¿En serio te crees el cuento del rescate?— Hyunwoo mostró una sonrisa enigmática —Eso nos hacen creer para que no cunda el pánico. Si hay esperanza, la gente se comporta civilizadamente, ¿no es así?
—Drogaste a mi novio— Yoongi dio un paso adelante pero Jimin tiró de él hacia atrás —¿A eso le llamas comportarse civilizadamente?
—No tuve otra opción— su sonrisa desapareció —Nadie seguiría a un mesías gay y dudo mucho que tú aceptes el papel de amante en la sombra— Hyunwoo se giró hacia el menor —No te hice daño, lo hice por tu bien.
Jimin respiró profundamente hasta tres veces seguidas.
—Los Serendipia que nacerán gracias a ti no temerán a los infectados— siguió convencido de lo que decía —Tú salvarás a la humanidad. Tienes una misión de vital importancia.
—Hyunwoo— Jimin se saltó los honoríficos —Escúchame bien porque solo lo diré una vez.
Yoongi notó por el tono de su voz que estaba muy enfadado.
—No sobreviví para salvar a la humanidad, sobreviví para proteger a mi familia— se soltó de su novio —No te acerques a nosotros. Que sea un Serendipia no es de tu incumbencia.
—No puedes estar hablando en serio. No ves...
Jimin le dio un puñetazo usando todas sus fuerzas. Aunque no mostró el dolor que le causó, el impacto fue tan fuerte que se hizo daño en la mano. Hyunwoo chocó contra la pared, llevándose los dedos a la boca. El chico alzó la vista percibiendo el sabor de su sangre.
—¡Como vuelvas a meterte entre Yoongi y yo haré que te echen del puto búnker!— le gritó —¡Aléjate de nosotros!
—No lo entiendo— Hyunwoo miró impasible cómo las gotas de sangre manchaban el suelo —Eres el único Serendipia, tienes el deber de crear una nueva especie y no lo haces ¿por un solo hombre?
—Tengo el deber de cuidar de él— Jimin cogió la mano de su chico —No de jugar a ser Dios.
Yoongi le dedicó una última mirada de desprecio antes de seguir a Jimin por el pasillo. El rubio no miró atrás, no quería perder ni un segundo más con ese tipo. Su novio notó lo furioso que estaba, no solo por el paso acelerado con el que caminaba sino también por cómo le temblaba la mano.
—Eh, para— Yoongi le obligó a detenerse —Tranquilízate.
—¿Tranquilizarme? ¿Cómo?— le miró algo saturado —¡Llevo donando mi sangre desde que llegué para que encuentren una puñetera cura pero no, no es suficiente! ¡Ahora también tengo que donar mi esperma y poblar el mundo porque a un lunático se le ha metido entre ceja y ceja que soy el mesías!
Algunas personas que pasaron por allí les miraron extrañados. Yoongi creyó que se debía al enfado del menor pero pronto se percató de que era porque seguían cogidos de la mano.
—Estoy tan harto de que me digan cómo debo vivir mi vida, Yoongi— se mordió el labio de la impotencia —No sabes lo harto que estoy.
—A ese tipo le falta un tornillo— le soltó la mano —Y no lo digo por decir, de verdad pienso que deberíamos hablar con el Doctor Gong para que el psicólogo del búnker lo examine. No podemos ignorar la situación, sobre todo porque te ha drogado.
El rubio bufó molesto. No quería ayudar a ese traidor pero pensándolo bien era una buena idea. Quizá Hyunwoo tenía algún problema que desconocían; quizá se podría arreglar con terapia o medicación. Y si no era el caso, al menos la gente del búnker estaría a salvo de él.
—Primero vamos a nuestra habitación, necesito cambiarme de ropa— Jimin le volvió a tomar de la mano y empezó a caminar hacia las escaleras —Luego haremos tu trabajo, iremos a hablar con el Doctor Gong, comeremos en el comedor con los demás y cuando terminemos con todo eso, quiero pasarme al menos tres páginas del kamasutra.
—¿Tres?— a Yoongi le dio la risa —Va a ser verdad eso de que eres un Dios. Debería guardar tu semen en una botella y venderlo en el mercado negro.
—No te burles— hinchó los mofletes —Estoy estresado, necesito desestresarme.
—Yo te ayudo a desestresarte— se volvió a soltar de su mano —Y a lo que haga falta.
Su radiante sonrisa mitigó el malestar de Jimin. El rubio quiso entrelazar los dedos con los suyos pero las manos de Yoongi se habían escondido entre sus bolsillos. Aunque no dijo nada, el menor supo a qué se debía.
Ahn Heeyeon cerró la mochila lo más rápido que pudo. La chica estaba tan asustada que ni siquiera notó cómo las lágrimas le caían sobre sus manos temblorosas. Al oír la puerta dio un pequeño respingo. La muchacha giró la cabeza lentamente, rogando en su fuero interno que no se tratase de él.
—¿Te vas de viaje?— la voz de Hyunwoo le provocó un fuerte escalofrío —Pensé que teníamos un trato, Yeonie.
—No... Yo... Yo...— balbuceó atemorizada —Lo intenté... Pero... Yo...
—¿En serio? Porque yo creo que no lo intentaste lo suficiente.
—Lo siento... Lo siento...— Heeyeon se llevó las manos a la boca, tratando de controlar el llanto —Por favor...
—No has cumplido con tu parte, así que yo tampoco cumpliré con la mía.
—Por favor— la joven se arrodilló delante de él —Mi hermana solo tiene quince años— suplicó —E-Ella necesita sus medicinas, por favor te lo ruego...
El chico se acercó y la ayudó a ponerse en pie. Heeyeon apenas pudo mirarle a los ojos. Su hermana pequeña estaba enferma y dependía de su medicación para sobrevivir. De un día para otro la muchacha dejó de recibir el tratamiento, empeorando rápidamente. Fue entonces cuando apareció Hyunwoo, asegurando que si le ayudaba a romper la relación entre Min Yoongi y Park Jimin, su hermana volvería a recibir el tratamiento que tanto necesitaba.
Heeyeon tenía una buena relación con Jimin y no quería causarle daño pero la situación de su hermana era crítica y se vio forzada a aceptar el trato.
—Por favor— repitió una y otra vez —Te lo suplico...
—Shhhh, tranquila— le acarició la cabeza —Solo dime a dónde pretendías ir.
Heeyeon no pudo. Estaba tan asustada que no le salían las palabras.
—¿Ibas a robar los medicamentos?— la chica asintió, causando una carcajada en Hyunwoo —Sí que quieres a tu hermana— hizo una breve pausa —Muy bien, haré que vuelva a recibir su tratamiento.
—¿E-En serio?— levantó la cabeza sorprendida —Muchas gracias, muchas gracias— sollozó.
—Pero a cambio— la mirada amable del joven se tornó fría —Tendrás que pagar con tu vida— Hyunwoo la agarró del pelo y le estampó la cabeza contra la pared. La muchacha cayó desplomada al suelo —Puta inútil. No sirves para nada.
La puerta se abrió y un joven de cabello negro entró en el dormitorio.
—Vaya, cuánta agresividad— Jaebum se sorprendió al ver la pared manchada de sangre —¿Quién va a limpiar esto?
—Ya sabes cómo proceder— le miró de reojo —Llévala al laboratorio antes de que se despierte.
—De acuerdo— Jaebum cogió la manta de la cama para envolverla con ella —¿Alguien más?
—Su hermana— dijo sin un ápice de compasión —La gente enferma no sobrevive en un mundo como este. Al menos servirá para algo.
Yoongi ha logrado mantener la calma frente a Hyunwoo y no darle motivos a Jongsuk para que lo eche del búnker. A Jimin sin embargo se le ha ido un poco la mano pero ¿quién puede culparle? Ahora también conocemos mejor las intenciones de Hyunwoo. El chico está un poco bastante obsesionado, ¿no creéis? Viendo lo que ha hecho con Heeyeon tampoco parece que el peligro haya cesado...
Al menos las cosas vuelven a estar bien entre Yoongi y Jimin. ❤
A partir de ahora no habrá capítulo extra cada vez que alcancemos un número determinado de leídos. No porque no esté agradecida con todo el apoyo que me dais, lo estoy y mucho. 💜 Es porque prefiero poner capítulos extra cuando los tenga, sin tener que esperar a una fecha concreta. Por eso, como hoy es mi cumpleaños, os regalo este capítulo. 💕😊
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